viernes, 29 de junio de 2012

196.- MUJERES SOBRESALIENTES DE NORTE DE SANTANDER


Sixta Tulia Hernández 
 
Las mujeres nortesantandereanas han jugado un papel importante durante los últimos 50 años en el desarrollo del departamento y del país, y varias de ellas han traspasado las fronteras para brillar con luz propia.

Haciendo el recorrido de estas cinco décadas, en el grupo de mujeres sobresalientes son muchas las que pudiéramos incluir en el grupo, pero infortunadamente, por espacio,  no las podemos citar a todas.
 
Vamos a recordar a diez nortesantanderenas destacadas en el deporte, la política, escultora, soprano, poetisa, en la educación y  la única corona en el Reinado Nacional de Belleza.
 
Hablaremos de Fidelia Villamizar de Pérez, María Margarita Silva de Uribe, Leonor Duplat Sanjuan, Beatríz Daza, María Helena Olivares, Ofelia Villamizar Buitrago, Esperanza Paredes Hernández, Martha Eslava de Hernández, Isabel Celis Yánez y Fanny Jáuregui de Mansilla.

Doña Esther Ossa de Colmenares, aunque no nació en tierras nortesantandereanas, ocupa un lugar destacado en la historia de la región.
 
Esther Ossa de Colmenares


Doña Esther Ossa de Colmenares pilar fundamental en el progreso de nuestro periódico. De manera discreta fue protagonista en el desarrollo de La Opinión. (Foto Archivo).

En el  repaso de las mujeres sobresalientes en estos 50 años, no se podía quedar por fuera  doña Esther Ossa de Colmenares. Ella fue un pilar fundamental en el progreso de nuestro periódico. Desde un comienzo, junto a su esposo el  doctor Eustorgio Colmenares Baptista, de manera discreta fue protagonista en el desarrollo de La Opinión.
 
No puede decirse que puso un granito de arena. No. Doña Esthercita, como cariñosamente le decíamos, trabajó para que este diario  tuviera las bases y la infraestructura que permitió que hoy, 50 años después, podamos decir con orgullo que es una empresa importante y  consolidada que sirve a la región y el país.
 
Ella como cofundadora de La Opinión, desde 1960 fue su gerente, cargo que ocupó hasta noviembre de 1994, cuando falleció. Con entusiasmo, clara visión, y como una muy buena consejera, compartió con su esposo los problemas y avances del periódico, teniendo siempre una activa participación en las metas que se iban logrando. Y ese acompañamiento al desarrollo de esta empresa fue real y constante. Todas las noches acompañaba al doctor Eustorgio a revisar el material que se publicaría al día siguiente.
 
De  paso aprovechaba para echarle una miradita al jardín, y ocasiones de manera cordial pedía que se acomodara algo que no estaba en su sitio, porque para ella el orden fue prioritario. Pero no solo eso, doña Esthercita fue una persona muy importante en la solidez, estabilidad y credibilidad de La Opinión entre los nortesantandereanos. Además siempre permaneció atenta a los hechos locales, regionales y nacionales.
 
La noche aciaga

Doña Esthercita  jugó un papel fundamental para que este periódico siguiera su curso con buena mar, después de la aciaga noche del 12 de marzo de 2003, cuando  manos asesinas de manera violenta nos arrebataron a nuestro director Eustorgio Colmenares Baptista.
 
Ella de manera constante, afectuosa, receptiva  y con la armonía de su personalidad, no permitió que ninguno de los miembros  de la gran familia de La Opinión desfalleciera en esos momentos de dolor. Junto a sus hijos José Eustorgio, Raúl y sus respectivas familias, fue faro para seguir adelante con nuestro periódico.
 
Pero el carisma, la capacidad y la vocación de servicio de doña Esthercita no solo se sintió por su labor en La Opinión. Muchos la recuerdan como Primera Dama del municipio de Cúcuta, cuando el doctor Eustorgio fue alcalde de esta ciudad en el periodo comprendido entre  1966 y 1970.
 
En esa etapa tampoco lo dejó solo, fue su compañera en los recorridos nocturnos, y así detectaba algunos problemas de la ciudad, para después darle solución. Además de las actividades en beneficio de los niños, los jóvenes y las madres de familia, promovió campañas de embellecimiento de la ciudad.
 
Durante su gestión como  Primera Dama no abandonó su vocación de servicio en beneficio de la comunidad, siguió siendo la consejera amable, receptiva y sensible que siempre fue.
 
Cúcuta, su ciudad

Desde su matrimonio con el doctor Eustorgio Colmenares hizo de Cúcuta su ciudad. Aquí nacieron sus hijos y después sus nietos, que fueron su razón  de vivir. Martha Hernández y Yolanda Rey, nunca fueron sus nueras, desde el primer momento las acogió como sus hijas. Ellas siempre la quisieron, respetaron y cuidaron como una madre. No quiero que se me escape su trabajo activo en el Club de Jardinería, o su participación en concursos florales y de pesebres.
 
No fue ajena a ninguna actividad del periódico, ya fuera la llegada de una nueva máquina o equipo para la impresión del mismo, o la inauguración de la cancha de bolas criollas del Club de La Opinión ´Eustorgio Colmenares Baptista´.  Doña Esthercita, que vino de su natal Caramanta  (Antioquia) siempre se sintió una cucuteña más y  como tal trabajó hombro a hombro con su esposo, por eso tiene un lugar destacado en el grupo de mujeres sobresalientes de la región.  Y su huella seguirá latente en cada rincón de La Opinión.  

Martha Eslava de Hernández
Hace parte de las mujeres batalladoras  que en la década del 50 comenzaron a exigir igualdad de derechos con los hombres. Se le recuerda que junto con otras damas de la época,  con tenacidad ganó las batallas a favor de las reivindicaciones democráticas de la mujer colombiana. En su hogar formado con Francisco Hernández Lazcano,   siempre  llevó las riendas de la educación de sus hijos. Supo combinar la vida laboral con la del hogar, dejando un espacio para el  espíritu a través de las manualidades, la lectura, la costura, el arte y la creatividad.
 
Pudo demostrar, después de duras jornadas, que así como las mujeres podían manejar el hogar, eran aptas para prestarle un servicio al país y fue así como en 1957 lograron conquistar el derecho al voto.
 
Siempre se sintió orgullosa ser la primera mujer en ocupar un escaño en la Asamblea de Norte de Santander. Llegó a convertirse en la primera diputada del departamento, gracias a su tesón y a su empeño por vigorizar la democracia. Recordaba complacida la amistad que tuvo con los ex presidentes Alberto Lleras Camargo, Carlos Lleras Restrepo, César  Gaviria y Virgilio Barco.
 
En junio de 2006, en la administración de Ramiro Suárez Corzo, en la celebración de los 273 años de la fundación de Cúcuta, fue condecorada por haber sido la primera mujer diputada de Norte de Santander.
 
Esperanza Paredes Hernández

Esperanza Paredes Hernández, una cucuteña que en diciembre de 2008 asumió el reto de sacar adelante la Universidad de Pamplona.
 
No fue un desafío fácil, porque era la primera mujer en llegar a dirigir los destinos de ese centro de educación superior. Además de su amplia trayectoria investigativa y académica, Esperanza Paredes es doctora en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud.
 
También licenciada en Ciencias de la Educación, especializada en inglés y francés. En la Universidad Laval, en Quebec  (Canadá), obtuvo una maestría en Literatura de expresión española.
 
Para Esperanza Paredes no fue nueva su actividad en la Unipamplona, porque desde 1988 venía vinculada a esa institución como profesora asociada de tiempo completo.
 
María Helena Olivares

Más conocida como Helenita Olivares, esta soprano cucuteña nació en el barrio El Callejón, se graduó de bachiller en el colegio La Presentación de Cúcuta. Sus cualidades como cantante soprano se conocen en el Conservatorio de Cúcuta, y obtiene del departamento Norte de Santander una beca para estudiar en Europa.
 
Después ingresa al Conservatorio de Santa Cecilia en Roma, allí se capacita en canto, guitarra clásica, solfeo, piano, historia de la música y lengua italiana. Inicia su vida profesional cantando música colombiana y de cámara. Se especializó en música lírica clásica. En 1966 se ganó en Parma el primer premio del concurso internacional de voces verdianas.
 
Su mayor triunfo es la interpretación de “Aída”, en el teatro Atenas (Verona). A mediados de los años 80 visitó por última vez a Cúcuta.
 
María Ofelia Villamizar

Esta destacada poetisa nació en Villa Sucre, corregimiento de Arboledas, el 22 de enero de 1921. En la Escuela Normal Superior de Bucaramanga se graduó como maestra en 1952. Desde muy niña hacía poemas, y por eso en su biografía recuerdan que compartía con la poesía la educación de la juventud con vocación.
 
Fue Durania, municipio cercano a  Arboledas, el pueblo de su inspiración. Allí comenzó su carrera que la llevó a estar entre los grandes de la poesía colombiana. En 1954 recibe el premio “Lis de Oro” en los Juegos Florales Marianos de Zipaquirá.
 
Otros reconocimientos fueron el primer puesto en el “Concurso abierto de poesía” de la Revista Cromos, con “Una vida de Bolívar”. Fue finalista en el concurso internacional “Carabela de Plata”, de Barcelona (España). Murió en Cúcuta el 30 de enero de 1991.
 
Fabiola Zuluaga Amado

En enero de 1979  nació en Cúcuta, Fabiola Zuluaga, en el hogar formado por Arlés Zuluaga y Amelia Amado. Ha hecho méritos suficientes para estar entre las mujeres sobresalientes de estos 50 años. A los 31 años de edad, puede mostrar como tenista una brillante carrera.
 
A los siete años cambió las muñecas por el tenis. Con sus características sobresalientes, disciplina y responsabilidad, a los 11 años decidió sacrificarlo todo para  convertirse en tenista profesional. A los 14 años, la firma estadounidense International Management Group, le dio la oportunidad de ir a Estados Unidos a la mejor academia mundial de tenis: la Nick Bolletieri.
 
A lo largo de su carrera consiguió 14 títulos profesionales. Fue campeona nacional de las categorías Sub-10, Sub-12 y Sub-14 años. En el año 2000 fue finalista del Abierto de Madrid (España) y representó a Colombia en los Juegos Olímpicos de Sydney (Australia) donde avanzó a octavos. En el 2004 repitió la faena en los Olímpicos de Atenas.
 
Leonor Duplat Sanjuán

Leonor Duplat Sanjuán es hasta ahora, la única Señorita Colombia que ha tenido Norte de Santander. Nació en Cúcuta, estudió bachillerato en el colegio Santo Ángel. En 1962 fue presentada en sociedad, cautivó con su belleza a todos los asistentes a este acto. Le gustaba la lectura y fue distinguida como buena alumna.
 
En 1963 fue elegida Señorita Norte de Santander. En Cartagena ganó el título de Señorita Colombia.  En 1964 viajó a Estados Unidos al concurso Miss Internacional, pero llegó tarde y no pudo participar. En esa época no había contrato con Miss Universo. En 1967 se casó con el arquitecto tolimense Hernando Gutiérrez Montenegro.
 
Leonor Duplat perteneció al Club Ambilá de equitación en Bogotá, en donde descolló como buena caballista.  El 27 de junio de 1970, en un paseo organizado por el Club a una finca de Melgar, murió en un accidente automovilístico.
 
María Margarita Silva de Uribe

Una abogada cucuteña que ha trajinado por diferentes cargos públicos, por elección o por decreto. María Margarita Silva de Uribe ostenta el doble título de primera mujer en ser elegida alcaldesa de Cúcuta y de alcanzar ese triunfo en las elecciones que abrieron paso a los alcaldes populares en Colombia, a partir de 1988.
 
Asumió las riendas para dirigir los destinos de esta ciudad el 1 de junio de 1988 hasta el 31 de mayo de 1990. En esa primera etapa de la elección popular de alcaldes el periodo era de dos años. Antes de llegar a la Alcaldía de Cúcuta, esta profesional del derecho de la Universidad Colegio Mayor  del Rosario, fue gerente de Instituto del Seguro Social (ISS), seccional Norte de Santander.
 
De su trabajo en el ISS se destaca la financiación con recursos propios para la construcción de las sedes de consulta externa en Cúcuta,  Ocaña y Pamplona.
 
No solo fue alcaldesa, también fue gobernadora de Norte de Santander, del  27 de agosto de  1982 al 28 de agosto de  1983. Durante su gobierno, además  de estructurar el primer Plan de Desarrollo para el Departamento, se recuerda  el diseño, desarrollo y construcción de El Malecón (Paseos de los Próceres) sobre las riberas del Río Pamplonita.
 
De su administración del municipio de Cúcuta, también se destaca que  gracias a la actualización de la información contable y de recaudos,  pudo mostrar  una   organización confiable  frente al sistema financiero, y así logró que el  Fondo Financiero de Desarrollo Urbano y el Banco Mundial, financiaran la construcción  del  Nuevo Estadio de Cúcuta, General Santander. Todos recuerdan a la alcaldesa Margarita Silva dando el primer porrazo en una grada del Estadio para iniciar los trabajos.
 
Para hacer la tarea completa, en cuanto a cargos públicos, además de la Gobernación y la Alcaldía, fue elegida concejala de Cúcuta en un primer periodo de enero 1 de  2004 a diciembre 31 de 2007 y en un segundo periodo de enero 1 de  2008 hasta 16 de marzo 2009 fecha en que presentó y le aceptaron la renuncia,  para asumir como Secretaria de Gobierno departamental, cargo que ocupa hasta la fecha.


Beatriz Daza González

Del trabajo de la ceramista y pintora Beatriz Daza, está la  labor en el campo del diseño aplicado.
Nacida en Pamplona estudió arte y decoración en la Universidad Javeriana. Posteriormente amplió sus conocimientos con cursos en Estados Unidos, España, Italia y Francia. 

 
En Colombia se destacó como ceramista, que había aprendido en la Escuela Libre de Bertrand, en París. El nombre de Beatriz Daza en la historia de la cerámica artística del siglo XX en Colombia, ocupó un lugar destacado, no solo por la calidad de su trabajo, sino por la actividad docente en la Universidad Nacional, en donde enseñó los misterios del arte milenario.
 
En 1963, en el XV Salón Nacional, obtuvo el primer premio a la excelencia de “Crisol para prometeo”, con su obra de diversas vasijas.

Beatriz Daza murió el 23 de junio de 1968 en un accidente automovilístico en Cali.
 
Isabel Celis Yáñez

Muy joven llegó a la actividad política Isabel Celis Yáñez, nacida en Villacaro, tradicional municipio conservador de la provincia de Ocaña.
 
La ´Chava´, como era conocida, hizo una corta, pero fructífera carrera política. Empezó en el concejo de Ocaña;  durante cinco periodos fue diputada de la Asamblea de Norte de Santander, de ahí, a la Cámara de Representantes y en 1998 es elegida en la cámara alta, convirtiéndose en la primera mujer nortesantandereana en llegar al Senado, ocupando la vicepresidencia de esta corporación.
 
A los 39 años, con el ímpetu y pasión con la que vivió la actividad política,  la muerte sorprendió a esta dirigente conservadora cuando menos la esperaba. Hacía ocho días, el 10 de marzo,  había logrado nuevamente ser elegida senadora para el periodo 2002- 2006.

Isabel Celis murió el 18 de marzo de 2002, en un accidente de tránsito en una carretera del departamento del Meta, al volcarse en el vehículo en el que viajaba.



 Recopilado por : Gastón Bermúdez V.


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