sábado, 6 de octubre de 2012

251.- ¿TOCHADAS QUECHUAS O CHIBCHAS?



Carlos H. africano

La palabra tochada se hizo a nuestro lenguaje cucuteño hace poco más de 50 años. “Esa palabra es nuestro santo y seña”, tomando la frase que Octavio Paz le asignó a la chingada mexicana. “Tú la pronunciarás: Es tu palabra; y tu palabra es la mía” (La muerte de Artemio Cruz. Carlos Fuentes).

Con el fin de complementar mi escrito «Cúcuta destochada», que se refiere a todas esas palabras que nosotros usamos y que se derivan de la palabra toche, me pareció conveniente aclararles algunas cosas acerca de esa palabra, como sus orígenes, sus derivaciones, su significado, para que no vayan a incurrir en desviaciones al consultar libros de arcaísmos, en los que le pueden “estar buscando tres patas al gato, sabiendo que tiene cuatro”, decía mi nona Justina.

Una fuente de alta fidelidad me informó que el idioma español está compuesto de palabras en un 70% de origen latino, un 20% del griego, un 5 % de extranjerismos y un 5% de americanismos. Incluyendo, dentro de los extranjerismos, las palabras de origen árabe y de origen hispánico. Dentro de ese bajísimo porcentaje de palabras de origen americano, están en el Diccionario de la Real Academia Española las palabras toche y chocha con la aclaración expresa del origen.

Dice Lisandro Duque Naranjo, en El Espectador (23 al 29 de abril/2006): Y su quisquillosidad ante el flujo de riqueza lexicográfica que les llega de este continente, equivale a convertir “su” español en una lengua solitaria o estrictamente ibérica.

Una colección de cerca de 12 libros de americanismos del Instituto Caro y Cuervo, separados por países (argentinismos, colombianismos, uruguayismos…, el Lexicón de colombianismos, de don Mario di Filippo, con dos grandes volúmenes y otros diccionarios más de americanismos, como existen), nos indican que este ínfimo 5% aceptado por la RAE, corresponde también al 5% del lenguaje que nosotros hablamos. De modo que el lenguaje que se habla, se escribe, se oye en toda América, es un español en lenguas nativas y Cúcuta no es ajena a este proceso.

En su libro de memorias Vivir para Contarla, Gabriel García Márquez nos cuenta sobre la 1ª edición de su novela La Mala Hora: (…) descubrí que el libro escrito en mi lengua de indio había sido doblado —como en las películas de entonces— al más puro dialecto de Madrid (…) me entregué a la dura tarea de retraducirla a mi dialecto caribe (…)

La última edición, la XXII, de 2001, del diccionario de La RAE, no agrega a ediciones anteriores como la XX, de 1984, nuevas palabras sobre este tema: Toche, tocho, tocha, tochedad, tochibí, tochimbo, tochura, tochuelo. Pero sí trae unas novedades muy puntuales que conviene analizar para evitar aquellas desviaciones que puedan cometerse y, pienso yo, para desvirtuar las ya cometidas.

A la palabra toche (que dicho sea de paso, la separa de las demás), le asigna: m. Col. Ven. Pájaro conirrostro de la familia de los ictéridos, de 23 cm. de longitud de plumaje amarillo y negro.

No le da ninguna acepción más, ni recoge ninguna palabra derivada de toche y la fija como masculina y con procedencia de Colombia y Venezuela.

A Tocho, cha: Adj. 1. Tosco, inculto, tonto, necio. 2. Lingote de hierro. 3. coloq. Número considerable de papeles escritos. 4. Libro de muchas páginas. 5. Huest. Sal. Palo redondo, garrote, tranca. V hierro medio. Hierro.

Las acepciones tercera y cuarta no aparecían en la XX edición, de 1984, y en la quinta cambia de Ar (Aragón) a Huest. Sal., aclarando que su uso es en Huesta y Salamanca, vale decir que es un hispanismo; y un detalle muy diciente es que le asigna la procedencia. Tocho: Quizá del latín tusculus, diminutivo de tuscus: grosero.

Aclara también la procedencia de la palabra chocha: de Chocho 1. Becada, chirla. Cuba. Vulgar: vulva.
Chocho 1: de Mozár y este del latín salsus: salado. Almatruz, fruto, 2. confite, cualquier dulce pequeño. Vulgar: vulva. Colombia. Árbol leguminoso de hojas pubescentes y semillas de color rojo encendido.Chocho 2. Voz onomatopéyica. Que chochea, chochear. Chocho 3. Del quechua chuchu. Semilla comestible de tarhui (tampoco aparecía en la ed. XX).

Lo que desvirtúa posibles chistosas conjunciones entre tonto y chocha, de la palabra tocho que, para nosotros, sólo significa: lingote fundido de cualquier metal.

Me pregunto, si las palabras nuestras, chocho, con que designamos el árbol y chocha, con que designamos su semilla, que en esta región es de colores negro y rojo, colores que nos identifican, ¿son asimiladas de la voz quechua chuchu? Y toche, ¿también procede del quechua?

Las demás palabras: tocha, tochedad, tochura, aclara muy bien que proceden de tocho y a tochura: dicho o hecho de una persona tocha, la asigna como un localismo de Asturias, Burgos y Cantabria.

Todas ellas, junto con tochera, tochear y tocheario marcadas en rojo por Word, pueden que tengan procedencias de la mejor familia lingüística, con todos los blasones de Cantabria, País Vasco o Huesta, regiones que no conocemos de la lejana España, en la remota Europa, pero, por más graciosas que sean, para nosotros no significan nada, no las usamos, no son de nuestra familia lingüística por la simple y llana razón de que no pertenecen al linaje lingüístico quechua o probablemente chibcha (algún dialecto) de nuestra palabra toche.

Las palabras tochada y tochazo, sí son muy nuestras como derivaciones de toche y significan para nosotros muchísimo más que “necedad” y “golpe con un palo” y en modo alguno, ni más faltaba, es un trasteo lingüístico sin sentido, o peor aún, un robo intelectual a ultra mar, por todas las razones anteriores y porque la RAE no las acepta como palabras ni de aquí ni de allá.

En fin, en esta tierra de calentanos desabrochados, francos, hasta la pared de enfrente, con esa franqueza que a veces puede resultar osada y atrevida, insoportable para los rolos, donde al pan le decimos pan y al vino, vino, no es raro que un extranjero confunda la dimensión de todas nuestras tochadas y destochadas, que no tocheario, con un refinado lenguaje “bienhablado”, supuestamente con blasones del mejor linaje lingüístico hispánico, cuando precisamente, hablamos a los tochazos bien hablados, tal vez en quechua o en chibcha y a prudente distancia. Porque lo que es en Cúcuta, que se sepa, nadie ha tocheado, ni tocheará. La dirigencia política se destocha haciendo tochadas y destochadas, pero ninguno tochea; el alcalde se destochó, vive destochado, pero nadie le puede endilgar que está tocheando; en la pasada semana santa, algunos andaban rezando, otros pachanguiando, todos destochados, pero no se vio a ninguno tocheando. En las escuelas no enseñan a tochear, ni en español, ni en quechua, ni en chibcha, ni en gringo y puedo asegurar que a ninguno de ustedes se les ha ocurrido tochear.

¡Ay, juelita!, ¡Ole!, ¿y a todas estas, qué toches es tochear?
No sea toche, déjese de tochadas. Pa’ mí que ni Dios lo sabe.



Recopilado por : Gastón Bermúdez V.

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