martes, 30 de octubre de 2012

275.- LA PLAZUELA DE LOS GESTORES


Rafael Antonio Pabón



El parque Nacional sirvió como plaza de toros y como estadio de fútbol. La historia cuenta que en esa plazuela se celebraban las corridas de toros, alternándose con los parques Santander y Colón, en las tradicionales fiestas Julianas que cada año se programaban para recordar el Grito de Independencia.

Para conmemorar el primer centenario de la muerte del general Francisco de Paula Santander, el municipio donó a la nación el terreno para construir el edificio Santander. Hoy, conocido como Palacio Nacional. De ese parque sólo queda una pequeña parte, donde la colonia italiana de los años 40 donó para Cúcuta el Globo Terráqueo, inaugurado junto con el inmueble, en 1940.

La vida en el ‘parque de la Bola’, como es común llamarlo, cambia de manera radical con la puesta del Sol. Los tramitadores levantan los pupitres y los guardan cerca; los comisionistas se llevan las ofertas a casa; los vendedores de minutos cuelgan la última llamada y vuelven al hogar, y los expendedores de dulces  se marchan con las ganancias del día.

Las sombras dan paso a otros seres. El movimiento de cucuteños por el centro del parque desaparece por temor. Los mendigos toman posesión, los malhechores aguardan agazapados a las víctimas y los drogadictos no quieren que los miren mientras consumen yerba. Este panorama nocturno desolador preocupa a los comerciantes que tienen negocios alrededor del parque.

De lunes a viernes, Jairo Elí Arias Espinel, llega a las 8:00 de la mañana, al parque Nacional para iniciar el trabajo que heredó de su padre y que le ha valido, hace muchos años, para sostener la familia, educar a los hijos y vivir en Chinácota.

Ramón Cárdenas fue el pionero del oficio que hoy ocupan 28 hombres y mujeres en la plaza. Corría 1967. Llegó con una máquina de escribir, novedad para la época, y comenzó a ejercer. Jesús Cuervo, Antonio Palencia y Edgar Garzón le sirvieron de arrastradores. Eran los encargados de conseguir clientes y llevárselos para que los asesorara en trámite y diligenciamiento de documentos.





Así nacieron los gestores del parque de ‘La Bola’. En el recuerdo están Nano Vargas, Peregrino López, Dámaso Sánchez y Vitelmo Villamizar. En esos días, William Villamizar (Gobernador de Norte de Santander) se encargaba de los mandados y de la mensajería.

Cada uno elegía en el parque el lugar que quería. Estaban repartidos, especialmente, frente al edificio donde funcionaba la Aduana, porque era de donde salían mayores y mejores trabajos para elaborar.

Los iniciadores de este oficio, en su mayoría, eran jubilados y pensionados que no querían quedarse en casa arrumados sino que comprendieron que les quedaban años hábiles para desempeñar una labor.

Al principio, vivían de sacar paz y salvos nacionales, que costaban un peso y cobraban $1,20. En la medida que el trabajo lo exigía agarraron experiencia y se hicieron duchos  en el trámite de documentos, por lo que los ciudadanos comenzaron a buscarlos.

Ahora, el listado de servicios incluye asesorías tributarias, declaraciones de renta, estados financieros, balances, escrituras, declaración de construcción, desenglobes, divisiones materiales, propiedad horizontal, legalización de negocios, inscripción en la Cámara de Comercio, compraventa de vehículos, promesas de ventas de inmuebles y contratos.

La primera mujer en llegar al lugar donde el teclear de las máquinas de escribir no se detiene, fue Sonia López, hace 20 años. El ambiente es de camaradería. Aunque hay algunos díscolos, los demás cumplen la función en orden.

En el 2005, la Alcaldía adecuó el sitio y lo llamó ´Plazuela de Gestores’. Los beneficiados adquirieron una serie de compromisos que deben cumplir a diario. Es su responsabilidad velar por el embellecimiento y ornato del parque. Para eso pagan un barrendero y un cuidandero.

A pesar de estar organizados en la Asociación de Gestores de Norte de Santander (Agesnoder) afrontan problemas para cumplir las tareas cotidianas. Hace cuatro años Aguas Kpital les quitó el servicio de acueducto. Por falta del líquido las zonas verdes se acabaron y las palmas legendarias se secaron. Están a punto de caer.

Los indigentes y los amantes de la noche toman la plazuela para hacer sus necesidades. No hay vigilancia en ese sentido. Por falta de seguridad, a pesar de ser vecinos del CAI de la Policía, deben cargar en las tardes con las mesas para guardarlas en un estacionamiento de vehículos y una panadería.

Aunque han querido modernizar los equipos, no han podido. Alguien se robó el cableado y la empresa de energía no les ha devuelto el servicio. Un día, no tan lejano en el tiempo, presentaron el proyecto para adecuar el lugar e instalar computadores, pero no lo aprobaron en las oficinas de la Alcaldía. Por eso, seguirán escribiendo en esas máquinas grandes y pesadas, o pequeñas y ligeras, pero obsoletas para el mundo actual.

    

En este oficio pasan las horas del día a la espera de los clientes. Una jornada puede dejarles, en promedio, entre $30.000 y $70.000 diarios, suficientes para volver a casa y pensar en el futuro del hogar.




Recopilado por : Gastón Bermúdez V.





domingo, 28 de octubre de 2012

274.- ¿LOS CAJONEROS EN VIAS DE EXTINCION?


Celmira Figueroa




Angel Ignacio Puerto Duarte

A través de los gruesos vidrios de sus lentes ve pasar uno, dos, tres, billetes de bolívar fuerte, entre sus manos. Cuenta y recuenta para poderle cambiar 50 mil pesos a un joven que iba para San Antonio esa mañana del jueves.

Ángel Ignacio Puerto Duarte se sentó en ese puesto en 1956. Tenía 18 años cumplidos, acababa de regresar de pagar el servicio militar. “Mi padre Jesús me dijo: hijo siéntese conmigo. En esa época estábamos en `La Gran Esquina`” de la calle 12 con avenida 7. Y desde entonces (literalmente) no se volvió a parar. Usaba un maletín negro. Se sentaba y se lo ponía en las piernas. Lo abría para cambiar los `bolos`. Ante la incertidumbre, de tanta plata a la vista, su papá se ideó el cajoncito. Así no se exponía a los ladrones. Esa especie de oficina ambulante empezó a pulular por el centro de Cúcuta y en los accesos a los tres puentes limítrofes: el Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y La Unión.

Cada quien fue ubicándose de acuerdo con su conveniencia. Ángel Ignacio Puerto Duarte escogió la calle 12 con avenida 7. Ahí `abrió` su negocio. El bolívar se cotizaba a 2 pesos con 13 centavos y empezó a subir y a subir hasta que llegó, en 1983, a 16,45 para la compra y 16,50 para la venta. Recuerda que compraba para vender unos 5 mil bolívares diarios y se ganaba unos 5 o 10 puntos. Llevaba a su casa $10 mil. “Era mucha plata”. Con ese dinero subsistía. Incluso, después que se casó educó a sus tres hijos. Hoy compra un millón diario de bolívares y “me gano céntimos”. Eso se traduce a $10 o $20 mil. “No alcanza para nada. Por eso muchos cambistas se han retirado. Este negocio se ha vuelto duro. Llegan bolívares, pero no hay quien compre. No hay utilidad. El panorama cambió o más bien se invirtió”.

Espera con paciencia el retiro. Cumplió 73 años de edad y dice que no ha hecho cosa distinta desde que su papá lo sentó en la calle 12. Bajo el alar de un almacén mantiene contacto con quienes pasan de compra. Se quiere sentir activo. Por eso trata de llegar puntual, a las 8:00 de la mañana, todos los días hasta las 6:30 de la tarde. Ninguno de sus tres hijos continuó con este oficio. El día que lo abandone cargará el cajón y se lo llevará de recuerdo, como un gran trofeo para el barrio Acacios donde construyó su hogar.

“Quietud total”


A Ramón Enrique Parada Ruíz le dejaron ese puesto para que lo trabajara `mientras tanto`, pero el propietario del cajoncito se lo entregó formalmente hace 25 años. Siempre ha estado en la esquina de la avenida quinta con calle 10, a la sombra de un almacén de calzado.

Considera que esa es su oficina y la ha dotado de los mínimos elementos: un teléfono fijo y una calculadora. Al cajón de 40 por 40 centímetros de ancho y 90 de alto se le habilitaron dos gavetas con sus respectivas llaves para que allí pudiera guardar el dinero. Sigue llegando a las 8:00 de la mañana a pesar de la quietud en esa actividad cambista. Ese sector, que palpitaba, dos décadas atrás, hoy está desolado y muy pocos preguntan por la vecina moneda: el bolívar fuerte, que en realidad se debilitó y eso ha provocado la extinción de los cajoneros.

Luis Francisco Tarazona Suárez ‘He visto transformar la avenida quinta’



Una porción de pared del almacén Tía le ha servido de telón de fondo desde hace unos 30 años. Luis Francisco Tarazona Suárez llegó de Enciso, Santander, en 1947 cuando la moneda venezolana `pesaba` y “el comerciante  menospreciaba al colombiano. Veía en el venezolano una mina de oro porque, además de comprarle bien su mercancía, le encimaba la propina. Fue una época de bonanza. El oficio más común era cambiar bolívares y “un amigo me sugirió que me viniera para la avenida quinta, con calle 12, donde no se podía transitar de tanto `veneco`. Trabajaba en la compañía petrolera Techín y apenas salió formalizó papales ante la Cámara de Comercio, la Dian y Asocambios. “Compré el maletín, los bolívares y me aposté en esta viva arteria de Cúcuta”. 

Una docena de cambistas se peleaba la clientela en una sola cuadra. “Claro que sólo dos trabajábamos legalmente. Los otros los consideraba rateros porque al cambiar un billete engañaban al cliente venezolano”. Los que cambiaban en El Escobal venían hacer fila para comprar bolívares. No daba abasto. Por eso los ilegales abusaban. Corrió el riesgo al tratar de acabar con los ilegales, pero al final triunfó. Hoy sigue siendo `el dueño` de la avenida quinta. Pasó a su cajón y desde ahí, sentado, ha visto transformarla. Recuerda la invasión del espacio público con las casetas en donde se vendía ropa casual, que finalmente el exalcalde Pauselino Camargo pasó para el edificio `El Oití`. También ha visto el cierre y apertura de muchos almacenes y ha vivido el desplome del bolívar. Ese jueves se cotizaba a 210. Tarazona Suárez cumplió 75 años de edad y se resiste dejar el oficio a pesar de que no da ganancias, “porque aquí, por lo menos me distraigo con los que pasan, hablo con mi clientela y en la casa, que construyó en la Loma de Bolívar, no tengo nada que hacer”. Piensa quedarse ahí hasta que el cuerpo resista.

Afiliados a Asocambios


Los cajoneros no son tan informales como algunos piensan. Sin embargo, existen muchos que evaden la formalidad y les hacen `conejo` a las autoridades competentes.

Los legales se encuentran afiliados a  Asocambios (Asociación de profesionales del cambio) y en estos momentos se contabilizan 40. Algunos se han retirado, pero han montado tolda aparte en el corregimiento La Parada sin el lleno de los requisitos.

En el sector de El Escobal se ubicaron 45 legales.

La persona que se decidió a ser cajonero tuvo y tiene que, entre otros, registrarse en la Cámara de Comercio, tener el Régimen Único Tributario (RUT), autorización de la DIAN y pagar una cuota mensual de $17.000.

Los establecimientos (los que no son cajoneros sino por ventanilla) afiliados a Asocambios suman 70, según reporte entregado por  Eliana María  Nossa Ramírez, secretaria de Asocambios.


Recopilado por : Gastón Bermúdez V.



viernes, 26 de octubre de 2012

273.- CAMARA DE COMERCIO DE CUCUTA, AL SERVICIO DE LA CIUDAD


contraluz.co





La Cámara de Comercio de Cúcuta fue fundada el 25 de noviembre de 1915, luego de que el Gobernador de Norte de Santander, Luis Febres Cordero, solicitara al presidente José Vicente Concha la creación de la institución, en la que participó el general Benjamín Herrera, Ministro de Agricultura.

El Gobierno expidió el Decreto 1807 de 1915, mediante el cual se crearon las Cámaras de Comercio de Cúcuta, Cartagena, Cali y Bucaramanga.

Entre las funciones asignadas están:

1.- Servir de órgano oficial del comercio y el empresariado ante el Gobierno
2.- Presentar iniciativas de desarrollo regional
3.- Servir de cuerpo consultivo del Gobierno. 
4.- Posteriormente, se le encomendó llevar el registro mercantil de la jurisdicción.

La Cámara de Comercio de Cúcuta ha tenido presencia activa en los proyectos e iniciativas  de desarrollo regional. El Ferrocarril de Cúcuta, la Carretera Central del Norte, la carretera a Ocaña, la integración fronteriza, la exportación de café por el Lago de Maracaibo, el aeropuerto Camilo Daza, la Zona Franca, la Corporación Financiera de Oriente, los anillos viales, Corponor, el Comité Intergremial, la Ley de Fronteras, Interferias y otra serie de iniciativas.

Desde la fundación, la institución ha desarrollado una labor infatigable en la búsqueda de soluciones para los principales problemas de Norte de Santander.

1.- Promovió la actividad comercial por el Puerto de Maracaibo
2.- Defendió los intereses del ferrocarril de Cúcuta y de las casas importadoras y exportadoras de la época, pioneras del comercio internacional del país
3.- Gestó proyectos e iniciativas tendientes a la integración fronteriza con Venezuela y al desarrollo de las vías de comunicación y demás actividades económicas del departamento.

INTEGRANTES

En estos años, han participado como directivos y ejecutivos de la entidad comerciantes, hombres de empresa, políticos y profesionales, que han aportado sus capacidades intelectuales y, esencialmente, la voluntad cívica de servicio a la comunidad.

Los integrantes de las primeras décadas fueron Federico Halterman, Manuel Guillermo Cabrera, Tito Abbo, Rodolfo Faccini, Arturo Cogollo,  Fabio González Tabera, Adolfo Muller, Jorge E. Barco, Francisco Peñaranda Arenas, Alfredo Azuero Arenas, Guillermo Eliseo Suárez, Andrés Augusto Fernández, Carlos Luis Peralta, Alfonso Lara Hernández, Rubén Darío Eslava, Antonio Gómez Plata y Nicolás Colmenares, presidente durante 25 años, en los que participó de manera ejemplar y con alto sentido cívico en las ejecutorias.

Entre los directivos destacan:

1.- Manuel José Vargas, uno de los gestores y fundadores
2.- Faustino Rodríguez Gamboa, directivo de 1946 a 1990
3.- Humberto Espinel Espinosa, secretario y asesor jurídico desde 1963 a 1994
4.- Alberto Santaella Ayala, director ejecutivo durante 19 años
5.- Pedro Sayago Rojas, durante 30 años ocupó la dirección del Departamento de Promoción y Desarrollo, y posteriormente de Director Ejecutivo hasta el 30 de septiembre de 2010.

También sobresalen los directivos  Jaime Cárdenas Vélez, Cayetano Morelli Lázaro y Pedro Entrena Parra, miembros de la junta directiva durante largos años.

   

ACTIVIDADES

La Cámara de Comercio de Cúcuta, se presenta en los 95 años, orgullosa ante la comunidad por las innumerables actividades desarrolladas y  por la voluntad  de servicio. El lema ha sido, es y será: “Hacer de la región un mejor lugar para vivir en comunidad”.

Ha afrontado las crisis económicas y los problemas vitales de Norte de Santander, y ha buscado por todos los medios soluciones prácticas que se han identificado con las aspiraciones regionales.

Desde la creación en 1915, ha insistido ante el Gobierno y los estamentos políticos y administrativos del país, la imperiosa necesidad que tienen Cúcuta y Norte de Santander de contar con una vía propia que los conecte con los puertos del caribe colombiano. Esta aspiración se tiene como prioridad y se han efectuado veedurías técnicas sobre la rectificación, ampliación y pavimentación de la vía Sardinata-Ocaña, con la finalidad de lograr los suficientes recursos para la terminación, y de la carretera Central del Norte y la vía Cúcuta-Tibú-La Mata.

La participación ha sido vital en la búsqueda de soluciones ante situaciones difíciles, como la crisis fronteriza de febrero de 1983, una de las mayores registradas, y la oleada invernal que colapsó la infraestructura vial en el 2011.

La actividad cívica se proyecta en:

1.- Las iniciativas en beneficio de la comunidad
2.- La promoción de los valores culturales
3.- La impresión de libros históricos y culturales
4.- Campañas relacionas con la seguridad ciudadana
5.- La recuperación del espacio público
6.- La promoción para el desarrollo de la microempresa, la industria, el comercio y el turismo regional.

El presidente actual es Israel Bahar Levy, y el vicepresidente, Gonzalo Téllez Mogollón. Pertenecen a la junta directiva Álvaro Alfonso Escobar Ramírez, Jesús Javier Duarte Quintero, Ubeimar Alfonso Sanabria Mejía, Idelfonso Lázaro Herrera, Jairo Enrique Rosal García, Carlos Eduardo Luna Romero, Víctor Manuel Méndez Monsalve, Jairo Rozo Fernández, Jairo José Bautista Ramírez, Carlos Alberto Quintero Torrado, Francisco Antonio Yáñez Villafañe, Isabel Carmenza Sanmiguel Maldonado, Diego Fernando Mora Arango, Alvaro F. Hernández Valderrama, Frayban Jancey Jaimes Silva, Alfonso Castro Pérez. Los directivos honorarios son Juan Alcides Santaella Gutiérrez, Carlos José Sánchez Ortega y Luis Alfredo Quintero Torrado.

Para celebrar los 96 años, el 25 de noviembre, se organizó un acto en la casa natal del General Francisco de Paula Santander (Villa del Rosario). Se otorgaron distinciones al mérito empresarial a los sectores de Industria, Comercio, Servicios y Exportaciones.

También, se otorgó la distinción ‘A toda una vida empresarial’, y una placa especial para exaltar la memoria del directivo Pedro Entrena Parra.

Los invitados fueron los afiliados de la entidad, gremios económicos, autoridades departamentales, municipales, parlamentarios y el presidente ejecutivo de Confecámaras, Julián Domínguez.



Al cumplir los 100 años

Durante los últimos años, la Cámara de Comercio de Cúcuta ha continuado su trabajo en beneficio  de los principales sectores productivos de la región mediante la creación de clusters como “Arcillas Competitivas”, “Tu Destino Salud”, y de sectores de las confecciones, calzado y marroquinería entre otros.

También ha sido importante el apoyo ofrecido al sector agropecuario a través de alianzas productivas, promoviendo diferentes proyectos con el objeto de generar empleo y desarrollo industrial. 

También se ha venido impulsando la necesidad de modernizar la productividad regional con miras a la exportación a través de la Comisión Regional de Competitividad, pues uno de los objetivos y metas que se ha puesto la institución es procurar mejorar las condiciones de las pequeñas, medianas y grandes empresas regionales para lograr una mayor competitividad e innovación y tener acceso a los mercados internacionales.

Ha sido importante el desarrollo tecnológico de la institución con la puesta en marcha del Registro Unico Empresarial, RUE, que permite efectuar todas las diligencias de registros públicos, desde cualquier cámara de comercio afiliada a Confecámaras  de una manera ágil y segura.

Igualmente fue muy destacado para la entidad obtener en el año 2006, el certificado ISO9000, el cual se ha venido ratificado para todos sus servicios; y a partir del mes de diciembre de 2007, empezó a funcionar el Centro de Atención Empresarial CAE en el cual se puede constituir una empresa en un solo paso, un único lugar, un solo documento, un día y un mínimo costo.

Mujeres ECCO

Muy importante fue el programa de Creación de Empresas Sostenibles lideradas por mujeres “Mujeres ECCO” que tuvo como objetivo contribuir al emprendimiento y al desarrollo de las mujeres empresarias, y también  la asesoría de expertos canadienses del programa CESO-FICITEC, a diferentes sectores económicos de la región.

A través del Centro de Formación de la entidad y con el apoyo de otras instituciones se efectúan seminarios, diplomados y especializaciones con destacadas universidades nacionales en temas relacionados con el emprendimiento, los recursos humanos, la gerencia financiera, responsabilidad social empresarial, etc.

La entidad ha tenido también en los últimos años una actividad destacada  en la promoción y apoyo económico, para la participación de los empresarios de la región en ferias y misiones como Colombiamoda, Expoempresaria, Leather Show, Anato, Expoartesanías, Ruedas de Negocios, etc…

Con el objeto de fortalecer a la entidad en su misión empresarial y social, en el año 2011, se realizó un proceso de transformación estratégica interno, liderado por el presidente ejecutivo, José Miguel González Campo mediante el cual se crearon las gerencias de Competitividad, Gestión y Formulación de Proyectos, Servicios Empresariales, Formalización y Desarrollo Estratégico, las cuales han tenido un importante impacto en el  fortalecimiento de los empresarios, que en pocos años han conquistado mercados nacionales e internacionales, y han participado en varias ferias a través del mundo con el apoyo institucional.

La junta directiva de la Cámara de Comercio de Cúcuta a noviembre de 2015, está integrada por:

Principales: Recupel S.A.S., Israel Bahar Levy; Inversiones Téllez Suárez en S. en C., Gonzalo Téllez Mogollón; ODICCO LTDA, Omar Gonzalo Quintero Torrado; Hernando Acevedo Liévano; Constructora Carvajal & Rivera Ltda, Ricardo León Carvajal Franklin; Colproyectos S.A.S., Jairo José Bautista Ramírez; Francisco Antonio Yáñez Villafañe; Alvaro Andrés Salgar Valero; Amilcar José Mirep Corona; Avicola Torcoroma S.A., Adriana Marcela Contreras Granados; JASA LTDA, Salvador Arturo Montes Pabón; COSAN S.A.S., Silvia del Pilar D´Pablos Aranda; Hernando Lizarazo Ortíz; Henry Villamizar Mariño; Isabel Carmenza Sanmiguel Maldonado; Manuel Waldo Carrero Lamus, y Alfonso Castro Pérez.




Recopilado por : Gastón Bermúdez V.