sábado, 17 de agosto de 2013

426.- CARLOS JOSE RAMIREZ, HABLA DEL CLUB TENNIS Y OTROS RELATOS


Juan Pabón Hernández



Hace mucho tiempo no veía al Dr. Carlos José Ramírez; ello me produjo una sensación afectuosa, de recuerdo del viejo barrio Latino, en el cual éramos vecinos, donde surgió una cordial amistad con doña Hilda y sus hijos Patricia, Oswaldo y Guillo, en épocas que se depositan en la memoria con especial agrado.

Ahora, con la idea de Arlés Zuluaga de promover anticipadamente la conmemoración de los cien años de la fundación del Club Tennis (12 de Octubre de 1926 - 2026), tuve la oportunidad de volverlo a ver, a sus 92 años, gentil, erguido y cordial, como siempre, muy señor en su expresión galante, como el personaje que nos va a procurar las primeras anécdotas de la fundación del Club Tennis.

Sin embargo además de las historias referentes al club, hallamos interesantes relatos,  correspondientes a los primeros años de 1900.

LAS PRIMERAS JUGADAS

La familia Berti fue patrocinadora de las primeras actividades del tenis en la ciudad, en un lote de su propiedad, ubicado en la esquina de la Avenida 5ª con Calle 7, a una cuadra del cuartel, que quedaba en la Calle 7 con Avenida 6ª, donde era el mercado. Allí se reunían informalmente algunos tenistas y, luego, en la Calle 8 con Avenida 6ª, de lo cual queda la fotografía de Cabrales que observa cada rato, con una placidez inmensa.

Allí duró muchos años: “Estaba yo ‘pelao’; el lote comunicaba con la casa de mi abuelo, a donde entrábamos los muchachos a ver jugar a los tenistas y hacer de recogebolas”. Pasó después a Bavaria, en la Calle 8 con Avenida 2ª; en una esquina vivía un alemán, químico de la cervecería, enseguida vivía Alberto Camilo Suarez y, en otra esquina, la familia Atehortúa; Bavaria estaba al frente y esa fue la sede que compró el club.

Los alemanes tenían el Club Alemán, en la Avenida 7ª entre calles 7 y 8, cerca al Colegio de La Presentación; hoy es un supermercado. En sus propiedades tenían grandes depósitos de café. Y también en otros sitios, como en la Avenida 5ª, donde está el Tía; la casa de habitación de Mr. Uller era la esquina de la Avenida 4ª con Calle 11, donde estuvo el BCH. Las líneas del ferrocarril iban a cargar el café y por ahí funcionaba el tranvía.



En la sede de la Calle 8 con Avenida 2ª se construyeron tres canchas, una piscina, bar y comedor, así como una pista donde se realizaban los bailes: “era un redondel grande y tenía una alita aquí otra acá, donde se sentaba uno y se comunicaba con el patio y la piscina.

Se presentaban orquestas muy buenas, de las de antes, como la de Pablo Tarazona (tan famosa que iba a tocar a Cali) y, a veces, se traían de afuera. Entonces se bailaba pasillo, vals, bolero, fox y la rumba, en bailes clásicos, y se tomaba whisky y brandy Hennessy tres estrellas.

En esa época las señoras no tomaban licor; se les servía la famosa cola de la Cervecería Santander, que estaba ubicada en la Calle 13 con Avenida 6ª. Los bailes se celebraban de 9:00 p.m. a 2 o 3 a.m.; eran elegantes y solemnes. Las principales fechas eran el 12 de Octubre, fundación del club, y las de temporada de fin de año. Ocasionalmente, se atendía a los presidentes de la república, como en el baile que se realizó en homenaje al Gral. Rojas Pinilla, cuando vino a reunirse con el presidente Pérez Jiménez, en una fiesta de gala con esmoquin”.

LA NUEVA SEDE

“Cuando Hernando Lara era presidente, se promovió la idea de comprar la hacienda La Rinconada a los Canal Sorzano; Cayetano Morelli y yo iniciamos la idea para que la vendiera (5 mil pesos hectárea) y, después, vendría San Isidro.

Convocamos la asamblea general para aprobación, pero nos encontramos con un fuerte movimiento de oposición para no dejar sacar al club de la avenida 2ª, bajo la batuta del Sr. Mantilla, bumangués, de la Casa Philips, para tratar de tumbar el proyecto. Hernando Lara lo dejó hablar y luego tomó la palabra, ‘Hernando era un jodido’; cuando terminó el Sr. Mantilla empezó él su exposición acerca de la necesidad de ofrecer deportes y, por último, apeló a la regionalidad para decir que los cucuteños no nos debíamos dejar convencer de un señor que no era de aquí y que allá, en su ciudad, sí trasladaron el Club Campestre y el Club del Comercio. Volteó la asamblea y despertó el patriotismo regional.

Con el negocio de la sede de Bavaria se pagó el nuevo club; hicimos la carretera y pa´lante. Los planos los hizo Luis Raúl Rodríguez, dejamos iniciada la vaina”.

Se divierte observando y nombrando personajes, otra vez, de la vieja fotografía, su hermana Chesira, por ejemplo, a quien recordamos con sus hijas Meribelisa y Susana, bellas niñas.




Una anécdota: El antecesor del Padre Jordán, Demetrio Mendoza, pamplonés, era vicario general; hizo al padre Jordán. Mi abuela materna era muy reconocida socialmente, pues la familia Berti era muy respetable. Sin embargo, el Padre Demetrio fue a protestarle que cómo era posible que las damas de Cúcuta estuvieran jugando tenis; la cosa no pasó a mayores pero, tiempo después, el padre fue a Roma y, cuando regresó, fue a donde mi abuela a pedirle perdón, pues en la ciudad eterna había encontrado a las monjas del vaticano jugando tenis.

LA HISTORIA DE JUAN VICENTE GÓMEZ

A propósito de la época, recordamos a Juan Vicente Gómez, quien murió cuando Carlos José Ramírez hacía cuarto año de bachillerato. Dice que doña Chesira Berti de Ramírez (su abuela) contaba, que Juan Vicente Gómez nació en Villa del Rosario, que ella lo conoció “de chino” vendiendo carne, a lomo de mula, en Los Vados; era hijo natural de un señor García, un ganadero poderoso y muy rico, terrateniente de Villa del Rosario, de aquellas ricas haciendas cacaoteras, quien lo tuvo con una de esas mujeres a quienes llamaban “indias”. Por el mal trato, ella “se largó” para San Antonio y allá se empleó al servicio de un comerciante que se llamaba Juan V. Gómez, con quien terminó viviendo maritalmente y tuvo dos hijos, Eustoquio y Evaristo.

El señor Gómez adoptó a Juan Vicente y le dio su apellido; así quedó venezolano.

Cuando Cipriano Castro vino a Cúcuta y organizó un ejército para invadir a Venezuela, Juan Vicente se enroló con Castro, con él hizo campaña y se tomaron el poder. Juan Vicente Gómez era ignorante, pero con audacia y sagacidad llegó a ser lugarteniente. Cuando Castro partió enfermo en un barco a Europa, quedó encargado del gobierno, y cuando le avisó que volvía, le contestó que no, que se quedara y, así, mandó 33 años en Venezuela.

De ahí que conocía a tanta gente de acá. Cuando nombraron a Manuel Guillermo Cabrera, padre de Alfredo, Manuel José (Manuel Pepe) y Beatriz, lo recibió en su casa particular en Maracay.

COSAS DE ANTES

El doctor Carlos José Ramírez estudió en Pamplona, en el Colegio Provincial, y allí se graduó bachiller en noviembre de 1939. Al año siguiente al comenzar estudios de Odontología en Bogotá, comenzó la guerra europea.

Se graduó en la Universidad Nacional y regresó a Cúcuta en el año 1946, a ejercer su profesión como odontólogo particular y, paralelamente, atender al personal de la Colombian Petroleum Company (8 años) en Tibú y Petrólea, así como en Coveñas, una vez al mes.

Cúcuta era una ciudad de respeto, agradable, segura, donde sucedían cosas que no se podrían imaginar hoy. Un día, un sereno (celador de antes), tocó en la casa a las 4:30 a.m., al levantarse papá le dijo: “Don Luís, se le quedó abierto el portón de la casa”.

Hasta las casas de lenocinio, comunes en Cúcuta de antes, eran respetuosas. Quedaban en el camellón del cementerio, tenían focos verdes y rojos, como el Salón Internacional; a una cuadra estaba el cenadero de La ‘Turra’ Petra. Y en La Ínsula, que era una zona de tolerancia famosa por la invasión de venezolanos con su moneda fuerte. Vale la pena anotar que entonces Cúcuta comenzó a dañarse, se cambió el sentido de pertenencia y la gente dejó de ser auténtica.

LOS PASEOS DE LUNA

Las niñas de entonces, amigas y novias, eran sanas; no se podía sacar a la novia sino era acompañada de un familiar.

Los amigos eran muy queridos: “hacíamos bailes en casas particulares, y además los famosos paseos de luna por la carretera antigua; nos bajábamos por Lomitas, por donde era el ferrocarril de La Frontera, donde después construyó la carretera el Dr. Emilio Gaitán Martín. Disfrutábamos de las noches de luna llena y a la medianoche regresábamos; nadie intentaba irrespetar a las niñas”.

El Parque Santander entonces tenía glorieta, flores y estaba enrejado; en él se escuchaban retretas los domingos a las 7 p.m., uno salía a caminar y escuchar retretas. Las iglesias eran las de San Antonio y la Catedral: “allá, en la Catedral nos insultaba el Padre Jordán. Era muy apasionado, no tenía papas en la lengua, insultaba con nombres propios; sin embargo era amiguísimo de los liberales. Tengo gratos recuerdos de Daniel cuando se inició la caída de Rojas; como ningún conservador le caminaba, se nos metió a nosotros dándonos ideas; fuimos grandes amigos, era un orador extraordinario, inteligente. Fui amigo, además de Pacho Jordán, el médico, papá del contralor pamplonés”.

LA EXPERIENCIA POLÍTICA

Alberto Lleras organizó directorios para lograr la caída de Rojas Pinilla, eran 63 integrantes, estaba de gobernador Gonzalo Rivera Laguado … “me acuerdo mucho de Durán, Vásquez, Cipriano Castro, todos políticos de entonces… aceptamos 13, nos organizamos bajo la dirección de Jorge Lamus Girón, abogado, quien luego fue Magistrado del Consejo de Estado; en su casa nos reuníamos para conspirar y seguimos en eso hasta que cayó Rojas”.

Empezó a organizarse el partido liberal con Carlos Lleras Restrepo; nombraron directorios liberales y el Dr. Ramírez quedó entre 9 miembros, 9 años, y de ahí lo postularon al Concejo. Salió concejal y duró 4 años, del 60 al 64, en un concejo bipartidista, mitad y mitad, como acordaron Laureano Gómez y Alberto Lleras en España, al formar el Frente Nacional. Estaban Luis Corzo, Enrique Flórez, Carlos Pérez Escalante, José Gregorio Acevedo, Víctor Chaustre, Eusebio Granados, Lucio Galvis y otros que no recuerda.

Hubo buenos alcaldes, como Rafael Rincón, Pablo Vanegas Ramírez; “y nos cabe la satisfacción de haber dejado el Colegio Municipal de Bachillerato, la avenida y redoma al aeropuerto, la Casa de la Cultura con su reloj, y muchas obras más. Me siento orgulloso de la labor en el Concejo, además porque conseguimos el primer empréstito de 5 mil dólares, para iniciar el Canal Bogotá, y el desarenador de Puente Barco”.

Estuvo como delegado del partido liberal en Bogotá, con Manuel Blanco, Joaquín Mansilla y Luis Jesús Romero Peñaranda, donde se convocó la Convención Nacional Liberal por parte de Alberto Lleras, para escoger el candidato conservador, de una terna de Laureano Gómez. Se instaló en el Salón Elíptico, y duró 3 días; el candidato que le gustaba a la convención era Guillermo León Valencia; días esperando y nada. Se presentaron Darío Echandía, Alberto Lleras, Carlos Lleras y Alfonso López Pumarejo a presidir y para clausurar. Laureano era enemigo de Guillermo León Valencia y no aceptaba que fuera presidente.

Mandó la lista de todos; López Pumarejo, viejo zorro de la política, les dijo “hablen lo que quieran”; lo
que quería era hacer hablar a Víctor Mosquera Chaux, del Cauca, hasta que lo logró; luego le hicieron una terrible disección a Valencia. Se clausuró dejando la decisión en manos de Alberto Lleras.

“Salimos al atrio. Éramos López Michelsen, Virgilio Barco, Jaime Latorre, Manuel Blanco, Jorge Mansilla y yo, y nos pusimos a comentar. Recuerdo que Alfonso López me preguntó: Dr. Ramírez, usted, qué opina; le dije: saco en conclusión que el candidato va a ser Alberto Lleras, acuérdese y verá, a los 3 días se proclamaba; después fuimos al Gun Club a tomar y a comer”.

“Qué sorpresa después del período. Carlos Lleras propone a Guillermo León Valencia. Nombraron acá un comité conformado por Miguel Durán, Efraín Vásquez y Carlos José Ramírez; no asistió a las reuniones, y cuando le preguntaron por qué, les echó la historia: Después de haber escuchado la disección, lo están proponiendo; si esa es la política, renuncio. No es posible que un día una vaina y mañana otra. “Me corté la coleta. No comulgo con eso”. Fuí además, representante suplente de Alirio Gómez Picón”.

EL FINAL

Conversamos finalmente de sus actividades cívicas y otras cosas, definitivamente Carlos José Ramírez se destacó por ser dinámico en cada acción que emprendió: primer presidente de la Federación de Odontólogos, en la cual se eligió como Socio Honorario al Presidente Alberto Lleras; miembro del Club de Leones que fundaron Durán y Vásquez, y colaborador en muchas obras sociales.

En una especie de análisis de lo que sucede ahora, expone su interesante pensamiento: “He aceptado la evolución del mundo: quién se iba a imaginar que después de imperios como Rusia, Japón, China y Egipto, que llegaron al fondo, hoy están nuevamente mangoniando el mundo. Así seguiremos. Una evolución de querer someter a los nuevos, a lo a lo que fue uno. A mis hijos los eduqué bien, pero en libertad. A ellos les tocaron los años de los hippies”.

“La época moderna debe tomarse con mucho cuidado, pero me he adaptado a este sistema, no me opongo y llevo la cuerda; como se dice, lo contrario es frustrarse”. Arlés tercia para decir que “lo que nos viene es una esclavitud…”

Su señora nos ofrece un delicioso jugo, con un sándwich que no alcanzamos a comer pero nos llevamos Arlés y yo, para corresponder a la maravillosa atención que recibimos en su casa. Quedaron muchas cosas en el tintero: de seguro, el tiempo nos proporcionará la dicha de volver pronto…



Recopilado por: Gastón Bermúdez Vargas

5 comentarios:

  1. Excelente publicación y muy bellos recuerdos.

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  2. Bellísimo artículo. Se le siente la esencia de todo lo bueno que tiene Cúcuta.Es emocionante leerlo.

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  3. Dr. Bermúdez: Perdone lo importune. Estoy escribiendo un libro sobre el viejo Cúcuta y me ha sido imposible conseguir una foto de la sede del antiguo Club Tennis de la Avenida 4. Podría ayudarme a lograrlo, que para mi ha sido imposible. Le quedo mu agradecido. A. Riascos

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  4. Dr. Bermúdez: Perdone lo importune. Estoy escribiendo un libro sobre el viejo Cúcuta y me ha sido imposible conseguir una foto de la sede del antiguo Club Tennis de la Avenida 4. Podría ayudarme a lograrlo, que para mi ha sido imposible. Le quedo mu agradecido. A. Riascos

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  5. Busco para un proyecto genealogico fotografias de Werner Steinvorth ULex y tambien de Guido Steinvorth Fendsell. Soy descendiente de Steinvorth.

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