Oscar Peña
Granados
(A la
memoria de los habitantes de la calle, personajes típicos de la Cúcuta de
antes).
El agente Moreno
Este gran hijuepuerca, le voy a pegar su pedrada en la mula para que no sea abusivo, retochón. No me haga arrechar, mano.
Comunista yo, que voy a misa a la Catedral al mediodía
con ese calor tan hijuepuerca y me mamo el sermón de los domingos del Padre
Jordán, más largo que un viaje Cúcuta – Bogotá en bus, por esa carretera con
ese curverío y derrumbes por todos lados, que cada época de elecciones nos
dicen que van a hacer otra más derechita, una autopista mano, pero después se
les olvida hasta el siguiente invierno o las otras elecciones. Menos mal que me
arrimo ahí donde comienza el mármol del altar o me hago en las escaleras del
púlpito que siempre están fresquitas, pero me asusta el padre cuando se
emberraca.
La
loca María
Comunista yo, que ayudo a cargar los pasos en la
procesión de la Macarena en Semana Santa o me encargo del palo ese para
levantar los cables de la luz y puedan pasar las andas o a echar los voladores
con los de la barra del Boinas Rojas y jartarme unos traguitos de vino que
sacan de las botas que llevan terciadas.
Son esos hijuepuentes de los taxistas del Parque Santander que
primero me brindan una limonada, de esa que hacen con panela, limoncito y harto
hielo y que se ve tan rica en esas ollas grandes de aluminio, y me dicen que
coja pasteles de los que lleva España en su canasto o en la tienda de Quiroga,
con harto picante, y me dan carreta para que me eche un discurso y después
empiezan a batirme y a decirme comunista o loco. Me va mejor cuando me brindan
un traguito de aguardiente Extra, del que hace el químico Dr. Peña en la
licorera, ahí sí me salen facilito los discursos.
Locos son el Barrabás o el Siete Sacos que andan todos cochinos,
andan con el cuento que se chiflaron porque fueron a peliar a Corea y les
dieron un tiro en la mula. O la loca María, la reina será de los burros que se
la pasa con esa moña y el trapo rojo lleno de vainas o la Escorpión que tiene
esa lengua tan viperina y se la pasa echando piedra porque los chinos la
molestan.
A veces pienso que el Pedrito de la Cruz está también chiflado,
cuando pasa con una mano de pelados detrás, recogiendo limosnas para los niños
huérfanos, dizque es español y se quedó acá porque este calor tan verraco le
derritió el cerebro y le gustaron mucho los cucuteños.
Candelario
Becerra
Yo no, yo solo echo mis discursos que llevo apuntados en un papelito
y aprovecho cualquier esquina del centro para hacer mi campaña política, porque
yo sí voy a arreglar este país. Lo que pasa es que la competencia me tiene
envidia porque yo sí digo cosas inteligentes, para eso preparo mis discursos
con Conde, miramos los periódicos que lleva al hombro y sacamos cosas buenas;
claro que me gustaría poder consultar con el Dr. Goyeneche, que va a ser
presidente, pero está en Bogotá. De pronto me nombra ministro de alguna joda y
entonces sí podemos charlar.
Yo no estoy loco aunque quién no se chifla acá con ese cuento del
bolívar, que sube, que baja, que Maduro que Capriles, que cerraron el puente,
que ya no se pude traer aceitico ni las pacas de Harina Pan, ya hasta la
Polarcita la acabaron.
Y acá mano el negocio ha sido siempre el aproveche de la frontera,
que las cositas de acá se pasan para allá o las de allá las vendemos acá; así
ha sido siempre o sino qué gracia de vivir en la frontera.
Además los de otros lados solo han venido a poner almacenes y cuando
se pone la cosa mala, dejan todo botado y se van con su platica; pero a poner
industrias pocón, pocón.
Care´vieja
No estoy loco pero estoy a punto de volverme otro chiflado con ese
cuento de la demora de mi pensión de maestro, que ya casi le sale, que no que
fue que ahora no es con el Seguro y los 8 meses que le demoró el Seguro no
cuentan porque allá en Bogotá a alguien se le ocurrió que el Seguro no servía y
que ahora sí Colpensiones le liquida rapidito y resulta que ahora Colpensiones
no pudo con la carga. Todas las mañanas me echo mi pasadita y me dicen que no,
que a los empleados públicos se les demora más y ahí salgo tan envenenado como
la Chichete y me echo un discurso el arrecho, porque qué bolera es esa.
Claro que esa mano de bolañeros, socos, repingos no me paran bolas;
pero ya verán que los loquitos sí vamos a arreglar esta vaina, espérense un
tantico.
Candelo
Y ya me voy porque en el Circo venden unos arrastrados y unos
cortados riquísimos y unas colaciones y cucas que traen de donde las Sandoval
de Pamplona y aquí tengo unas moneditas y si me sobra me compro un cuartico de
jamón ahumado; pero antes le voy a comprar a mi compadre Gardel un paquetico de
habas, maíz y maní para que el pobre toche acabe rápido la venta y se vaya a
charlar con la bruja que tiene amarrada a un palo.
Y después dicen que soy yo el loco.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
Buenas tardes, quizá por "casualidad" en mi navegación por la web, llegué a esta página, que me parece bien interesante porque veo que conoce muchísimo sobre Cúcuta, su historia y su gente. Permítame presentarme, mi nombre es Yván Mantilla, soy venezolano, comunicador social y soy hijo de Germán Iván Mantilla (+)... y me atrevo a escribirle, porque quisiera compartir con usted parte de la historia de mi padre. Mi papá nació en enero de 1946 en la Parroquia San Antonio de Cúcuta, hijo de Luis Mantilla Hoyos y María Esther García (así decía ella que era su apellido aunque en el certificado de bautismo que poseo de mi padre, aparece como Gámez), Los abuelos de mi papá, tenían por nombre José Antonio Mantilla y Dolores Hoyos. Pues bien, esta es sólo la información que poseo comprobable, ya que mi abuela (María Esther) abandonó a mi abuelo cuando según mi padre tenía algo como 11 años y se vino a Venezuela, ella se llevó todos los secretos a la tumba ya que nunca quiso contar nada de su vida ni de su familia a nadie... Ella crió a mi papá más no fue quien lo parió... incluso mi papá desconocía el nombre de su madre natural, ella nunca quiso revelarlo. Mi padre pasó gran parte de su vida en San Cristobal, luego salieron de alli y con el tiempo vinieron a parar al Oriente de Venezuela, donde actualmente vivo. Mi papá nunca regresó, no conoció más familia que su mamá y la que levantó con mi madre, nosotros. Él nunca supo nada más de su padre, nunca conoció hermanos, tíos, primos... o sea, murió desconociendo su pasado, sus raices. Mi padre murió hace 3 años, y con él murieron las esperanzas de conocer algún día a alguien de su familia. Comparto con usted esta historia, porque quizá haya conocido a algún Mantilla vinculado con él, y me encantaría conocer más sobre el apellido que con mucho orgullo y honor tengo conmigo.
ResponderEliminarUn gran saludo desde Venezuela
Yván Mantilla
yvanjmd@gmail.com
+584248686554
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEse apellido Mantilla es común en Norte de Santander y en Santander del Sur, es probable que explorando en esa región encuentre algún dato; también el Gámez pudo haber sido para poder optar por la nacionalidad...
ResponderEliminarEn esta crónica faltó Teléfono,La mil quinientos,el que corría detrás de los buses...
Alegría de tener quien o quienes nos recuerden está historias de nuestra tierra, dejo constancia que conocí varios de estos personajes de la vida cucuteña.
ResponderEliminarDefinitivamente "Recordar es vivir" y hoy recordé mis años juveniles de mi bella tierra, saludos.
Al Carbonero lo conocíamos como Enrique La Marrana y era el marido de Valvina la de las cabras.
ResponderEliminarLindo escrito, lloré recordando, también falto maqueco que corría detrás de los buses y le decía a todas las mujeres mamá
EliminarSi recuerdo a maqueco a la loca María pero no es la de la imagen que aquí muestran o no se si en esa imagen era más joven y a la reina claro que los recuerdo
EliminarTrabaje con el Dg moreno "Cremita"muy responsable en sus labores apesar de su edad era muy enérgico
ResponderEliminarCarevieja el viejo y el de estos días los conocí
Faltó el negro del esmoquin
Cien pesitos que se la llevaba en la entrada de la iglesia San luis
El DG. "Cremita" sí era un ejemplo de buen policía, se retiró del servicio hace aproximadamente unos dieciocho años y a los pocos meses falleció de tristeza. Sobre su pecho lucía unas cuantas condecoraciones muy bien ganadas por buen servicio. Era el policía destinado a prestar sus labores en los tribunales, en la alcaldía, en la gobernación y en las oficinas importantes de la ciudad y en todas esas dependencias era muy apreciado por su don de gentes y su impecable presentación personal.
EliminarHola Gastón que alegría saber de usted ,espero podamos comunicarnos
ResponderEliminarTambién faltó el negro que era portero en la gobernación,se me escapa el nombre,carajo tengo que reconocer que me estoy volviendo viejito
ResponderEliminarTambién faltó el negro "teléfono" que permanecía en el antiguo Hospital San Juan de Dios u que le gustaba asustar a los niños.
ResponderEliminarCare'vieja era lustrabotas en la Alcaldía, solo lustraba los zapatos del alcalde y demás empleados del despacho y cuando cualquier paisano le decía que le embolara sus zapatos decía que solo embolaba a "doctores".
ResponderEliminarFalta Melegindo,que vendia loteria
ResponderEliminarFalto el negro tomas, el de la gobernacion
ResponderEliminarHola saludos!
ResponderEliminarConocí siendo niño a casi todos los nombrados.
Soy nieto de Carlos Julio Peñaranda Yañes y a su casa en la av.2 # 13-98 llegaba el negrito "teléfono" y mi bonita Doña Nepo le daba algo de comer y a nosotros nos daba mucho miedo. Allí muy cerca quedaba el "pasaje Moreno" que comunicaba la Av. 2 con la calle 13; por salida de la calle 13 se hacía un personaje que no recuerdo cómo le decian y que no sé cómo no me mató del susto en varias veces que me corretio.
Saludos para todos los que lean ésta página!!
Muy seguramente era "El loco" Conde.
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