Gastón
Bermúdez V. (Homenaje a
Ventura Bermúdez Hernández, 13/04/2015)
Ventura
Bermúdez Hernández
Se le rinde homenaje a quien fuera el primer director
de esta Institución, desde 1939 hasta 1945, el doctor Ventura Bermúdez Hernández,
fallecido en Bogotá el 9 de abril de 2005.
Su esposa, Dra. Elba Mª Quintana de Bermúdez e hijos,
piden con todo respeto, excusas por no haber podido estar presente, pero agradecen
inmensamente al Dr. Edison Cortés y colaboradores, el haber permitido efectuar
este homenaje.
Como referencia, la doctora Quintana de Bermúdez es
hija del doctor Evangelista Quintana y doña Susana Vinasco
autores de la cartilla La Alegría de Leer, que durante por los menos
tres décadas del siglo XX fue donde muchos colombianos aprendieron a leer. Y
dicho sea de paso se aplicó en el Reformatorio de Menores de Cúcuta para
alfabetizar a muchos de sus internos.
Se dice que dicha cartilla es el 2º libro más leído en
Colombia después de los libros del Nobel colombiano Gabriel García
Márquez.
Recordando un poco de historia, esta Institución fue
fundada el 1º de abril de 1939, o sea hace 76 años, siendo gobernador Luis
Alberto Lindarte.
La organización e inicio de lo que en ese entonces se
llamó el Reformatorio de Menores de Cúcuta, fue en una casona del hoy barrio San
Luis, en condiciones muy precarias y con muchas limitaciones económicas, pero
se pudo cumplir con éxito la labor, porque todas las personas escogidas para
los diferentes cargos trabajaron con mucha vocación de servicio y los internos,
muy motivados, se esforzaron para tener una buena formación y ser personas
útiles en el futuro.
Esta tarea la lideraron, el doctor Alberto Durán Durán,
Director de Educación Departamental en ese momento, quien apoyó, impulsó y
orientó la idea, y como Director del Reformatorio, Ventura Bermúdez Hernández,
capaz joven cucuteño que había llegado a Cúcuta graduado de pedagogo de la Normal
Superior de Tunja, tenía tan solo 18 años de edad, quien con su buen juicio y
prudencia, organizó, estudió y le dio vida
al proyecto.
Posteriormente, el 6 de mayo de 1940, se inauguró
oficialmente en magnífica ceremonia, el edificio diseñado y construido para el
reformatorio, donado por la generosidad de un matrimonio cucuteño, don Rudesindo
Soto y doña Amelia Meoz de Soto, por eso posteriormente se llamó Reformatorio
de Menores Rudesindo Soto.
Presentes
en el homenaje el director de la institución y asesora legal doctores Edison
Cortés y Alma Yolima Caicedo y sus familiares Gastón Bermúdez (sobrino) y
Alvaro Hernández (primo-hermano).
Ese edificio quedaba enfrente del Hotel Tonchalá, en
terrenos donde es hoy el Centro Comercial Ventura, que como nota curiosa tiene
el mismo nombre de nuestro homenajeado.
En Ley 43 de 1973, se ordena el cambio de sede del
reformatorio y fue mudado a este lugar (km. 3 avenida 10ª, Manzana 3, Los
Patios).
Además ha tenido los siguientes nombres: Asociación
del Menor Rudesindo Soto y ahora Centro de Formación Juvenil Los Patios.
En el libro, Memorias 1935-1947, de don Ricardo Olano,
empresario antioqueño, recordando cuando asistió en diciembre de 1940 al IV Congreso
de Mejoras Nacionales en Cúcuta, como delegado de Antioquia, dice lo siguiente
sobre el reformatorio:
¨… el
reformatorio de menores, en un gran lote de terreno, en los lindes de la
ciudad. Faltan por construir algunos pabellones, pero los que hay, prestan ya
gran servicio.
Visitamos su
interior; un buen número de muchachos limpios, bien vestidos, reciben allí su
educación bajo una dirección competente.
Dormitorios
amplios y limpios, buen comedor, salones para clases, cocina moderna.
La cantina es
un encanto. Está organizada en compañía anónima, y los muchachos son sus accionistas.
el valor de cada acción es de 20 centavos pero últimamente han subido de precio
y se cotizan a 23 centavos.
Yo las hice
subir comprando una por 25 centavos. Esta es la única acción de compañía
anónima que hoy poseo.
Tiene
organizada una pequeña orquesta de chiquillos, que tocó algunas piezas en
nuestro honor¨.
Como se puede observar, ya en tan solo un poco más de
un año, había un reconocimiento sobre la Institución.
Ventura Bermúdez trabajó intensamente durante esos 6
años, tratando de conseguir la mejor forma de corregir y educar a los internos,
tarea que no es nada fácil, saliendo muy satisfecho con los logros obtenidos, y
dejando encaminada la institución.
Fue tanto su interés e identificación con la causa,
que después de cumplir con la misión encomendada, buscando su superación
personal, se dirigió hacia la Universidad Javeriana a obtener el título en Derecho,
1.950, y su tesis de grado versó sobre las disposiciones legales y ensayo psico-pedagógico
en el trato a los internos en este tipo de instituciones, teniendo en su haber,
el aval de la experiencia vivida anteriormente.
Por ese esfuerzo y dedicación es que se deja esta
placa en reconocimiento a su labor. La placa dice lo siguiente:
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