La Opinión
De la vía se recuperará su
separador, los andenes, sus árboles y además quedará dotada de mobiliario y
todos los elementos que demanda el espacio público para la inclusión de la
gente.
Caminar por la calle de Los Faroles
siempre ha sido una sensación fascinante. Lo han dicho todos los que por vez primera
transitaron por la paradisiaca vía, los turistas y, por supuesto, los vecinos
que han vivido bajo la cálida sombra de ese maravilloso túnel natural que
forman los 430 árboles que hay allí sembrados.
La vía forma parte de la prolongación de la calle 1 del barrio Lleras, que
atraviesa barrios como Ceiba, Quinta Oriental y Guaimaral hasta estrellarse con
la Universidad Francisco de Paula Santander.
El bonito paisaje que ofrece la vía, en pleno abandono por el olvido al que
ha estado sometida por los gobiernos de turno, está camino de convertirse en
una gran autopista en la que estarán integrados todos los elementos del
urbanismo moderno.
El proyecto, que ya está bastante avanzado y que lideran la
Universidad Francisco de Paula Santander, por intermedio de su facultad de
arquitectura, la Cámara Colombiana de la Construcción Cúcuta Nororiente, la
alcaldía y la Comisión Regional de Competitividad, busca convertir la vía en un
ícono turístico de los cucuteños, aprovechando la bondad del follaje verde del
que está dotada.
El objetivo es recuperar el
emblemático paso, sin tener que erradicar su principal riqueza: los árboles, incluyendo en
esa transformación el cambio de andenes, el separador y todo el mobiliario
urbano que se requiere, dijo el arquitecto José Alfredo Suárez, coordinador del
proyecto.
En esta tarea de proyectar los diseños de la nueva cara que tendrá la vía
estuvieron al frente los estudiantes de arquitectura, Héctor Enrique Páez
y Mildred Karime Cárdenas.
Ellos profundizaron en un minucioso estudio que los llevó a auscultar los
más recónditos secretos de Los Faroles, desde el estado de los 430 árboles que
tiene sembrados, hasta de los tramos en los que más se sufre por culpa de
la contaminación auditiva.
Son más de 1.300 metros de recurrido
que tiene la vía que fue construida a inicios de la década del setenta.
Aunque aún no se tiene definido un presupuesto global de lo que demandaría
la intervención plena de Los Faroles, Jorge Joya, director de urbanismo de
Planeación Municipal, considera que los trabajos demandarían no menos de $1.400
millones. Para la sola recuperación del separador se necesitaría unos 400
millones de pesos.
Los Faroles atrapa, cautiva y enamora a la vista, dicen quienes han
experimentado el paso por la vía de 11.400 metros cuadrados, 8.750 metros
cuadrados de andenes y 2.180 metros cuadrados de separador.
La materia prima que se requiere para su transformación la aportará la
alcaldía y corresponde a materias primas de la región.
En el proyecto, según Suárez, se aplicarán por primera vez todas las normas
de urbanismo que están contempladas en el proyecto del manual del espacio
público, lo que quiere decir que más que una vía para que circulen los carros,
Cúcuta contará con espacios para que la gente se movilice con todas las
garantías de seguridad.
El estudio y los diseños están definidos y solo resta el envión final que
debe dar la alcaldía.
Se espera que el próximo año despeguen en forma los trabajos, para tener
una avenida acorde con las exigencias de competitividad y accesibilidad que
demanda la ciudad.
El arquitecto Ramiro Vargas, otro de los coordinadores del proyecto,
explicó que los problemas que presenta la vía en la actualidad corresponden al
deterioro del separador, el desgaste de los andenes, por el natural tráfico
peatonal y por la acción del crecimiento raicular de los árboles.
Los árboles tienen más de 30 años de sembrados.
Los árboles
El proyecto de remodelación de Los Faroles no contempla una masacre de
árboles, de ninguna manera, dijo José Alfredo Suárez, docente de la escuela de
arquitectura de la UFPS y uno de los coordinadores de la iniciativa junto
al también arquitecto Ramiro Vargas.
El profesional aclaró que de la
estructura arbórea se hizo un estudio profundo, se analizó su estado, si
presentaban problemas y se tiene también elaborado un plan de recuperación para
aquellos que presenten problemas o enfermedades.
Salvo en aquellos casos en los que
no se pueda hacer nada y previa certificación de la autoridad ambiental, se
procederá a reemplazar, porque la idea es sembrar muchos más árboles de los que
hoy están sembrados, se calcula que la cifra total llegue a los 470, dijo Suárez.
De acuerdo con Evaristo Carvajal, decano de la facultad de ciencias
agrarias de la UFPS, inicialmente se deben caracterizar cada uno de los
árboles.
Hay algunos en edad adulta que deben ser preservados, pero también hay
algunas especies que están haciendo mucho daño, no solo al separador sino al
resto de árboles.
Carvajal recomendó que en caso de
tener que reemplazar especies se debe hacer con aquellas nativas de la región,
menos con la llamada chiminango, debido a que su sistema raicular es superficial.
Es recomendable sembrar árboles florales, como el palosanto, el mirto o la
azucena, que no afectan la carpeta de rodadura.
Recopilado por: Gastón
Bermúdez V.
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