martes, 31 de mayo de 2016

943.- NUESTRO CERRO TASAJERO



Geografía  (cucuta7dias.com)


A sólo 16.8 kilómetros del estadio General Santander, el cerro ofrece diez montañosos y destapados kilómetros que disfrutan amantes del ciclomontañismo, motrocross y senderismo para sus prácticas deportivas. Se encuentra a 950 metros sobre el nivel del mar, mientras que Cúcuta está a 320.


El cerro está cubierto por bosque seco tropical donde habitan 34 familias, 57 géneros y 79 especies de flora y algunos animales pequeños como roedores, estos se ven amenazadas por la expansión urbanista, minería y cría de animales que dañan el subsuelo y por la tala de árboles, además en sus cimas se encuentran antenas de comunicación.



En geología, el cerro presenta un pliegue asimétrico con cabeceo hacia el norte, el núcleo data del cretáceo, mientras los flancos de la edad terciaria. Su proceso de formación se vio influido por las direcciones de las presiones litológicas dado que la cuenca sedimentaria de esta área sufrió un fuerte plegamiento por presiones emitidas en dirección este-oeste que originaron la montaña.

La temperatura media anual es de 23 y la precipitación es 1150 mm, siendo los topes de marzo a abril y de octubre a noviembre. Se extiende de sur a norte 24 km, se va elevando suavemente por 4,5 km, de 280 msnm a 518 msnm, luego asciende por 2,3 km, de 518 msnm hasta su cima de 968 msnm, allí mantiene una altura promedio por unos 4km, luego empieza un descenso leve por 14 km donde finalmente termina a 98 msnm, cerca del corregimiento cucuteño de Bellavista.


Es marcado al este por el río Pamplonita a 260 msnm y al oeste por la vía Cúcuta-Puerto Santander a 210 msnm que dista 6 km, a medio camino alcanza su punto más alto en forma de cono, dando la ilusión de un estratovolcán desde el flanco sur. El cerro Tasajero hace parte de un trío de elevaciones de pocos cientos de metros en el centro del área rural del municipio de Cúcuta.


En la mitología, para los aborígenes de la zona el cerro representaba una deidad que le hacían ofrendas con productos como las flores, las frutas, animales y artesanías, ellos creían que el río Pamplonita aparte de ser una fuente de vida, era una fuerza de atracción del cerro y sus laderas proveían alimento con la crianza de animales y los cultivos, los nativos lo llamaban tasa-jero, cerro sagrado.


Cerro Tasajero es una montaña que forma parte de la cordillera oriental de los Andes, se localiza al norte del área urbana de Cúcuta.


Posible Proyecto (contraluzcucuta.co)

El Parque Natural de Tasajero (Panata) se abre a la luz de los cucuteños como posible destino turístico urbano. El proyecto tiene posibilidades de desarrollo y se muestran como el futuro del ‘turismo panorámico’.

Las bondades de este proyecto serían:

1- En Panata la sensación extrema y de aventura de estar suspendido dentro de un teleférico se combina con el placer de observar el paisaje cotidiano pero desde una vista aérea.

2.- La naturaleza le ha regalado al valle de Cúcuta el cerro Tasajero, que pareciera diseñado para la contemplación del entorno geográfico del área metropolitana y el paisaje tachirense.

La ubicación es estratégica y su estructura permite la construcción de un teleférico de acceso superpuesto a la elevación del relieve.

3.- El turismo ha demostrado que el deseo de esparcimiento y recreación puede darle aspectos de interés a los entornos naturales, y que solo se requieren crear las condiciones de acceso y la estructura de servicios, para que la publicidad y el comercio los adopten y creen todo un desarrollo socioeconómico en torno a las movilizaciones masivas de los visitantes.

4.- La capacidad de los organismos públicos permitirá apalancar la construcción. Con planeación y gestión pueda iniciarse este necesario y merecido mirador, para brindar alternativas de esparcimiento a la población y desarrollar comercio y empleos.


5.- Es atractivo el Tasajero, por permitir visualizar el fenómeno de los relámpagos del Catatumbo, apreciar el Lago de Maracaibo, posibilidad de reactivar el tren que conecte la Nueva Terminal de Trasportes, hacer  turismo ecológico, desarrollo de restaurantes, posadas, parque de diversiones, tiendas turísticas.

Oportunidad de desarrollo urbano de Cúcuta hacia esa zona norte que es extensa, plana y de bajo riesgo geológico.

6.- La experiencia del Parque Natural del Café y Panachi (Santander) ilustran las potencialidades comerciales y la creación de empleos de esta industria turística, que implica un esfuerzo inicial de inversión pública, para entusiasmar a la empresa privada atraída por la rentabilidad.


Nota.- Artículo preparado con comentarios de Germán García Durán,  Gaston Bermúdez y Francisco Cortés




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

lunes, 30 de mayo de 2016

942.- EL CORSAJE, CAMPEON JUEGOS NACIONALES LA SALLE 2015-2016



Omar Romero Güiza

Esta es la delegación del colegio Sagrado Corazón de Jesús de Cúcuta que se destacó en los primeros Juegos Deportivos de La Salle 2015-2016, celebrados en Bogotá.

Así como el deporte nortesantandereano de alto rendimiento ha hecho buenas presentaciones en los diversos torneos nacionales con sus atletas, el deporte escolar no se queda atrás.

La semana pasada, las delegaciones de los colegios Sagrado Corazón de Jesús (Corsaje) y La Salle Cúcuta, participaron en los primeros Juegos Deportivos Lasallistas 2015-2016, para celebrar los 125 años de La Salle Colombia, certamen que cumplió en Bogotá.

En una excelente presentación, el Corsaje se coronó campeón en baloncesto femenino y masculino, así como subcampeón en fútbol, título que se definió en los cobros libres desde el punto penalti, tras el empate 1-1 perdiendo finalmente (4-2) ante La Salle de Bogotá.

En cuanto al baloncesto femenino, el Sagrado dejó en el camino al Instituto Álvaro González Santana (Sogamoso), Dante Alighieri (Caquetá), La Salle de Zipaquirá y en la final derrotó a Sogamoso por un punto para quedarse con el campeonato.

Además se alzó con el título de mayor encestadora con Kheyla Jaimes, al anotar 62 puntos.

Con respecto al quinteto masculino, los rojinegros se impusieron al Instituto Álvaro González Santana (Sogamoso), por 16 puntos, al Antonio Ramos de Cartagena  por seis y en la final de nuevo derrotaron a los cartageneros 32-18.

El máximo anotador fue Joher Sebastián Mendoza Ramírez, con 46 puntos.

Del mismo modo, los corsajistas dominaron en la natación obteniendo 10 medallas con las bañistas, Katy Cristancho, Anya Rivera y Loreley Arboleda.

La delegación contó con el apoyo de los profesores, Daniel Hernández (baloncesto femenino), César Valero (baloncesto masculino), Álvaro Buendía (fútbol) y Rafael Orlando Gómez (natación).

Un total de 600 estudiantes procedentes de 12 colegios participaron atletismo, ajedrez, tenis de mesa, fútbol de salón, fútbol, baloncesto, fútsal y natación.

Sobre la participación, el profesor Fernando Cañas, coordinador del área de educación del Sagrado Corazón de Jesús se mostró feliz por el desempeño de sus deportistas.

“Es importante reconocer que el colegio Sagrado Corazón en su historia deportiva ha obtenido triunfos a nivel nacional y de hecho desde hace varios años venimos trabajando con un semillero de deportistas no solo en baloncesto sino en otras disciplinas y de hecho los resultados conseguidos en Bogotá son significativos manifestó Cañas”.

Sostuvo que dicho éxito no solo los hace sentir orgullosos sino que además deja alto al colegio y al departamento.

“Esto nos hace sentirnos orgullosos tener un recurso humano tan importante que nos hace quedar bien a nivel nacional”.

Destacó que el Corsaje sigue siendo un estandarte de la ciudad y a nivel nacional, pero a su vez reconoció que ha tenido bajones, que se vienen superando como con la presentación que tuvieron en Bogotá.

Añadió que las expectativas de traerse un título no eran descartables, por el exigente viaje por carretera, sin embargo los muchachos dieron todo en la cancha logrando el objetivo.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

941.- LA REVISTA CUCUTA FUE LA EXCUSA



Gerardo Raynaud

Por los años sesenta del siglo pasado, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cúcuta, una noble institución que por más de un siglo entonces, procuraba el bienestar de los cucuteños y velaba por las buenas costumbres y la prosperidad de la ciudad.

Entre sus principales fundamentos, se había propuesto la Sociedad, propender por la divulgación cultural a través de una publicación periódica que le permitiera al público más vulnerable y con la ayuda y el apoyo de los entes gubernamentales locales y regionales, particularmente con la oficina de Extensión Cultural del municipio, entregarles un mínimo de cultura, de conocimiento y el anhelo de leer y aprender.

Durante algún tiempo se editó una publicación que se repartía gratuitamente, que fue el órgano informativo de esa institución, la cual llamaron Revista Cúcuta, sin embargo llegó un momento que el impreso no volvió a llegar a las manos de su público y ante este suceso, se comenzó a especular por las razones que motivaron esta cesación, toda vez que por informes que se tenían, el documento seguía imprimiéndose, pues la labor divulgadora de la Sociedad debía seguir cumpliéndose de manera juiciosa, atinada y consecuente.

Algunos acuciosos hicieron sus averiguaciones, pues eran asiduos lectores de la revista y descubrieron que el problema era de distribución, la que se hacía por todos los barrios más necesitados de la ciudad, sin excepción, lo cual despertó en ellos algo más que curiosidad.

Encontraron que el material lo venían dejando acumular, almacenado en un rincón de sus espaciosas bodegas, como dijeron entonces, “para beneficio del sindicato de ratones beneméritos”.

Parece que faltaba presupuesto en Extensión Cultural, para hacer llegar el material a sus lugares de recibo, como lo argumentaron algunos periodistas, perdiéndose así la ciudadanía, la oportunidad de extender su cultura en las admirables páginas de Pedro María Fuentes, quien escribía sus páginas de “Efemérides Cucuteñas” o de informarse, con las fotos que en ese medio se publicaban, de los aconteceres que gráficamente se presentaban.

La tesis de la falta de presupuesto, al decir de los conocedores del momento, no tenía asidero lógico, en cuanto a la distribución de la revista, pues casos se conocían de “publicaciones fantasmas” con mínimos resultados en los barrios, pero que las cuentas de cobro si se veían con pasmosa regularidad.

Todo este embrollo, parecía tener su origen en la dirección de la oficina de Extensión Cultural, cuya autoridad máxima, a quien identificaban como Toynbee, en alusión a un conocido historiador inglés muy de moda por esa época y por quien profesaba especial admiración.

Este personaje, un reconocido profesional cucuteño, venía manejando las riendas de esta unidad gestora de cultura en la ciudad, con cierto aire de autonomía, siendo criticado por un amplio sector de la comunidad con quienes no comulgaba y que por esa razón, no perdían ocasión para ‘bombardearlo’ cuando algunas cosas no resultaban como se esperaba y en este caso, como sucedió con la revista de la Sociedad de Mejoras.

El grupo que reprochaba al director de Extensión Cultural, lo acusaba de favoritismo con quienes publicaban artículos lisonjeros, con desmesurados elogios para su ídolo y que en lugar de pensar en obtener un ambicioso presupuesto, debía en cambio, configurar un plan de acción mínimo y directo que beneficiara esos barrios que tanto lo necesitaba, que además de la revista, incluyera charlas o conferencias sobre Cúcuta, su  fundación y su desarrollo; conversatorios sobre los personajes históricos y prohombres de la ciudad y la región y las celebraciones de sus aniversarios tradicionales;  también que se promoviera un plan de alfabetización, habida cuenta de la gran cantidad de población analfabeta que en esos años, todavía se tenía en la ciudad.

Esos mismos críticos le sugerían a los “toynbistas” o “tombiseños”, como llamaban a los seguidores de este dignatario, que este plan se diseñara de acuerdo y siguiendo las normas Laubach, que según decían, “le enseñaba a leer a un ciego” y que recomendaban las autoridades educativas nacionales de entonces, plan que recomendaban se combinara con la presentación de grupos de teatro experimental.

Este enfrentamiento desató una agria disputa entre los dos grupos, al punto que en uno de los artículos publicados en la prensa, respecto de las propuestas anteriores, escribían que “un planteamiento tan sencillo, directo e inmediato no puede ser del agrado de los amañados ‘tombiseños’, que amenazan con renunciar si no hay presupuesto y presupuesto grande, posiblemente para que haya tela de dónde cortar a su acomodo, presentar cuentas fantasmas, hacer y deshacer con los fondos adscritos, sin que los barrios populares reciban cursos algunos de alfabetización por el plan mas atendible al efecto.

Sería deseable y plausible una serie de folletos explicativos de forma sencilla y directa de la historia nacional a grandes trazos y para adultos y una cartilla de historia para niños.

Y el consabido remate, con el que entraban a ‘matar’ a su oponente: ”…todo eso correspondería a una Extensión Cultural no ‘tombiseña’ sino cucuteña, que es lo que todo el mundo reclamaría si le dijeran que alguien, a nombre y con fondos del Estado, pretende darle cultura.”

Lo que colmó la copa del ensañamiento contra el burócrata y su equipo de Extensión Cultural, fue lo que ellos consideraban el  acabose, al incluir dentro del presupuesto, una partida para adquirir un inmueble donde operaría en adelante sus oficinas, pues las asignadas en la Biblioteca Departamental, entonces en la calle novena frente al parque Nacional, debían ser asignadas, según ellos, al servicio de los usuarios de la biblioteca y ubicar allí las obras y demás textos.

Remataban “Estas cosas tan sencillas no las entienden los interesados en no entenderlas, porque con el presupuesto que buscan para hincarle el diente, les basta y les sobra.”

Pensar que toda esta pelotera fue producto de una situación anodina en la cual, una de las instituciones más destacadas y prestigiosas de la ciudad, se vio envuelta por la indiferencia de unos funcionarios que esperaban obtener otros provechos.

El hecho tuvo tal trascendencia que afectó la credibilidad de la Sociedad de Mejoras y en especial de su publicación y sus programas de divulgación cultural, que a partir de ese día se vieron afectados al punto que fueron suspendidos indefinidamente.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.