Alvaro Sánchez Vargas
Fachada del
antiguo hospital San Juan de Dios, hoy Biblioteca Julio Pérez Ferrero y la
histórica Capilla del Carmen
El español Manuel Antonio Fernández de Novoa nació
en la Villa de Vigo, obispado de Tuy, (reino de Galicia Esp.) a comienzos del
año 1700 y fueron sus padres Pedro Antonio Fernández de Torres y Francisca
Teresa de Novoa; falleció en la ciudad de Cúcuta (24 de Octubre de 1788). Fue
sargento mayor de la milicia española y al morir ostentaba el grado de capitán;
residió primero en Pamplona (Colombia)´donde se desempeñó como alcalde en 1744
y después en Cúcuta donde ejercicio el mismo cargo.
Aunque pocos son los datos que sobre el
militar español existen, la escasa bibliografía fue enriquecida con la
publicación hecha en el libro Historia
del Hospital San Juan de Dios de Cúcuta, escrita por el médico Juan Agustín Ramírez Calderón, y los
historiadores coinciden en que no contrajo matrimonio ni tuvo descendencia, de
lo contrario sus bienes y dinero hubieran quedado en manos de herederos y no
hubiera existido el sentido de desprendimiento y gratitud por estas tierras
cuando el trabajo y la fortuna permiten
amasar activos de más.
Meses antes de fallecer, mayo 15 de 1788 dejó
dispuesta “ la fundación de un hospital general en esta parroquia…” y la
licencia para la tal finalidad fue posible por decreto del virrey, con fecha 1
de febrero de 1790; dos meses más tarde (abril) sería expedido el título de
Hospital Real aceptado por el rey Carlos IV en septiembre 9 de 1796.
La historia del hospital San Juan de Dios
puede verse en dos etapas, una primera que va desde el año de fundación (1788)
hasta el terremoto de Cúcuta en 1875 y la segunda, a partir de la
reconstrucción de la ciudad (1875) hasta el nacimiento del hospital Erasmo Meoz
(hoy universitario).
Instalaciones del colegio
Manuel Fernández de Novoa en Cúcuta.
Al morir Manuel Antonio Fernández de Novoa y
tramitarse su última voluntad, como fue la fundación del hospital, surgió al
parecer el primer escollo pues su paisano residente en Pamplona (Colombia), don
Andrés Boamonde y Cuevas alegó ser heredero universal de sus bienes, sin
embargo, la intención de apoderarse de todos los haberes no prosperó aunque
causó problemas y gastos en dinero y tiempo para la consolidación del naciente
nosocomio.
El testamento escrito en mayo 15 de 1788
apuntala “anulo y revoco a todo cualquiera testamento codicilo o poderes, que
haya otorgado y dado para testar, los que quiero que no valgan en manera alguna
y sólo el presente que otorgo, cerrado, quiero que guarde, cumpla y ejecute por
mi última, mera y postrimera voluntad ”.
La anterior dificultad no sería la primera ni
la última en el largo historial del hospital local y valga recordar entre
otras, el fatídico terremoto de Cúcuta (1875) la epidemia de fiebre amarilla,
el sitio a que fue sometida Cúcuta en la guerra de los mil días, el 9 de abril
(1948) y la mal pretendida remodelación del inmueble, de convertirlo en un gran
tugurio comercial, al llegar a su final la razón social: Hospital San Juan de
Dios.
El terremoto del 18 de mayo de 1875, sucedió a
las “Once y cuarto de la mañana: 32 enfermos fallecieron en sus lechos, el
médico Aniceto Ramírez y todo el personal de empleados del centro hospitalario;
ni una casa quedó en pie y toda la ciudad, y hubo 16 mil muertos”.
Con la muerte del abogado y político Jorge Eliecer
Gaitán, ocurrida en Bogotá el 9 de abril de 1948, en el gobierno de Mariano Ospina
Pérez, la violencia partidista enfrentó a los colombianos y en Cúcuta hubo centenares
de muertos, los heridos fueron trasladados en “volquetes” o en cualquier otro
medio de transporte desde el centro de la ciudad y Parque Santander hasta el
hospital; a raíz de este hecho el director del hospital en esa época oyó de
boca de un político ufanarse que “no hubo derramamiento de una gota de sangre”
más lo que hubo fue litros … Litros de sangre que se convirtieron en arroyos y
que tiñeron de rojo los ríos de la geografía nacional, por la violencia
político partidista de la mano del fundamentalismo religioso, que sumado al
accionar de los bandoleros, no hace mucho guerrilleros y actualmente terroristas nos impide alcanzar la
paz que tanto anhelamos los colombianos, pero a la que solo buscamos culpables
en la otra orilla cuando en la nuestra arde nuestra casa por la ineptitud de la
mayor parte de la clase gobernante.
Al llegar a su fin en su función de hospital San Juan de
Dios, el inmueble fue saqueado y dejado en total abandono y deterioro
permanente con la pésima ocurrencia de volverlo “ tugurio comercial ” hasta que
llegó la genial idea de convertirlo en biblioteca pública y trasladar allí la
Departamental Julio Pérez Ferrero que debería complementarse dentro del viejo
caserón hospitalario con el Archivo Departamental y con el Museo Médico de
Norte de Santander en la calle 13 esquina con la avenida 1a. para conformar el
ya conocido Centro Cultural Manuel Antonio Fernández de Novoa en reconocimiento
al casi olvidado filántropo y benefactor de la ciudad.
La razón para que en el inmueble donde funcionó el centro
hospitalario inicie labores el ya fundado Museo Médico del departamento es,
entre otros motivos, que la acertada afirmación del médico Juan Agustín Ramírez
Calderón en su libro Historia del
hospital San Juan de Dios de Cúcuta, enuncia
“Ha sido la base del progreso médico de la ciudad y su historia, se confunde
con el relato de medicina y la salubridad”.
Sin embargo, no todo ha sido dificultades en torno de la
vida del hospital local, hay que destacar a las personas o instituciones que de
una u otra forma fueron sus benefactores y “apóstoles de la caridad” como el
exiliado médico venezolano Antonio José Urquinaona Bracho (nació en Maracaibo)
quien demostró que a pesar del inexorable paso del tiempo, es vivo ejemplo de
consagración para las nuevas generaciones y cómo no recordar a Manuel Antonio
Fernández de Novoa que, además de darle impulso al hospital estableció rentas
propias para su funcionamiento y cómo no
agradecer por la fortuna para esta noble y bella ciudad de “Tener un hospital
antes de los 70 años de ser fundada” mientras que en la actualidad (2012) hay
poblaciones que carecen del más mínimo servicio asistencial y en Cúcuta “Se
levantó una verdadera urbanización, la primera de la cual existe memoria en el
país, alrededor del mismo hospital para arrendar inmuebles contiguo al centro
de atención médica”.
Qué ejemplo y orgullo para quien vive en Cúcuta, que
“según cálculos, en la actualidad por cada mil habitantes, debe haber cuatro
camas y un centro de recuperación…” y en el testamento Fernández de Novoa
(1788) dispuso “que que hubiera diecisiete camas para las escasas 4.000
personas que había, además de una sala de convalecencia”.
Como recuerdo y en agradecimiento al benefactor y
filántropo nació el Colegio Manuel Fernández de Novoa, mediante Acuerdo
municipal No 034 de septiembre 30 de 1991 e inició labores al comenzar 1992;
Bajo la actual dirección de la Mag. Blanca Hilda Monroy Guevara la institución
ha venido demostrando en las pruebas nacionales Icfes altos resultados y en el
año 2011 recibió certificación de calidad que solo tres instituciones
educativas tiene la ciudad y por este motivo la comunidad educativa fue
felicitada en carta enviada por el presidente de la república Juan Manuel
Santos.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
excelente
ResponderEliminarBuenas que bueno fuera actualizar esta nota y promover la creación de un busto de MANUEL ANTONIO FERNANDEZ DE NOVOA
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