lunes, 31 de octubre de 2016

1024.- LOS COMPLOTS POLITICOS DE 1945 EN CUCUTA



Gerardo Raynaud

El presidente López se veía acosado por la percepción que se tenía de “enemigo de la religión” en el “país del Sagrado Corazón”.

En los años previos a la segunda presidencia de López Pumarejo, el ambiente político de la nación mantenía un ambiente caldeado por la férrea oposición que el partido de la contraparte venía ejerciendo sobre el ejecutivo, en buena razón, con miras a recuperar el poder que habían perdido desde 1930.

Ese segundo mandato comenzó con una invitación que hiciera el presidente electo a todos los colombianos, incluso a aquellos que no habían votado por él y que no aceptaban su legitimidad, por considerar que se había presentado un fraude electoral.

Tal propuesta no tuvo el arraigo esperado, pues la oposición conservadora persistía en la veracidad del fraude, a tal punto que la imagen y  confianza del gobierno se deterioró y la conciencia política del país comenzó a cuestionar la honorabilidad de sus representantes.

Aunque para entonces había abandonado los preceptos de su “Revolución en Marcha”, el presidente López se veía acosado por la percepción que se tenía de “enemigo de la religión” en el “país del Sagrado Corazón”, por sus decisiones consideradas anti clericales, como la usurpación del colegio San Bartolomé a los jesuitas, la reforma al Concordato y además, de su condición de masón.

Por diversos motivos, a más de los mencionados anteriormente, el ambiente hostil se venía observando desde el 15 de septiembre de 1940, cuando el jefe de la oposición conservadora amenazó, desde su curul del Senado, con guerra civil y los atentados personales, si el partido liberal optaba por la reelección de López Pumarejo.

Desde ese mismo instante, el germen de la insurrección se implantó en las bases del pueblo y las conspiraciones tejidas por sus seguidores fueron surgiendo como la mala hierba. Organizaciones subversivas con nombres sonoros  como la “Legión Colombiana”, la “Organización Nacional” o la “Legión Cóndor”, pusieron sobre alerta a los servicios de inteligencia y contrainteligencia, no sólo del país  sino de los Estados Unidos, quienes estaban preocupados por la penetración del pensamiento comunista, grupos que en realidad, se inspiraban más en los principios de la religión católica, el nacionalismo y el antisemitismo, concepto este último, importado de la Europa en estado belicista.

Así pues, habida consideración de las circunstancias expuestas, en marzo de 1943 comenzaron a circular rumores sobre el “ruido de sables” en el ejército y los planes de un “golpe de estado”, consejas que fueron reproducidas por el diario El Siglo, además de incluir como noticia de primera plana, la detención del general Eduardo Bonitto, uno de los supuestos conspiradores.

De inmediato el gobierno, en un comunicado, rechazó esa afirmación, aclarando que ese arresto obedecía a “faltas contra la disciplina castrense”, información que no resultó totalmente convincente.

La conmoción política por los continuos debates en el Congreso sumados a los mordaces artículos de la prensa de oposición, hicieron su efecto en el prestigio del presidente, quien no tuvo más opción que solicitar una licencia y dejar en su reemplazo a un político de gran crédito personal y de reputación sin tacha, el doctor Darío Echandía, de quien se esperaba lograra atemperar los vientos borrascosos y el encono de los enemigos de López.

Ante estos hechos e involucrados los Estados Unidos, las posiciones políticas de Laureano Gómez, jefe de la oposición, se radicalizaron y en respuesta, el gobierno negó la solicitud de importación de 350 toneladas de papel para el diario El Siglo, de propiedad de Gómez.

El problema de resolvió transitoriamente cuando intervino el gobierno norteamericano, solicitándole que moderara su posición política y regresara al redil de los buenos demócratas cesando sus ataques contra los Estados Unidos.

Sin embargo, el ambiente de inconformidad continuó y cada día era más frecuente la ocurrencia de actos terroristas y que desencadenaron el arresto y encarcelamiento de dirigentes y ciudadanos, que de alguna forma se vieron involucrados en algunos de esos hechos.

Mientras estos hechos sucedían en el plano nacional, en algunas ciudades intermedias, entre ellas Cúcuta, el ambiente se tornaba cada día más hostil y los actos de terrorismo, fueron manifestándose con mayor frecuencia, razón por la cual, los organismos de seguridad del Estado tuvieron que multiplicar sus operaciones, con el objeto de proteger la vida y bienes de la ciudadanía.

A pesar de los esfuerzos desplegados, en marzo del año 45, se produjo un suceso que hubiera podido ser trágico a no ser por la oportuna intervención de las autoridades.

El sábado previo a la semana santa, a eso de las diez y media de la mañana, agentes de la “secreta”, localizaron un depósito de bombas y granadas de mano, nada menos que en el coro de la Catedral Primada de Colombia en la capital de la república.

El hallazgo causó extraordinaria conmoción dado el intento de alteración del orden público contra las autoridades legítimas, de manera que los gobernadores fueron instruidos y se les impartió instrucciones precisas, toda vez que esta conspiración tenía ramificaciones en casi todas las principales ciudades del país.

Según las investigaciones preliminares realizadas, elementos vinculados a diversas congregaciones católicas, entre ellos, la de los Hermanos Cristianos, se prestaron para la ejecución de dichos eventos, pues se comprobó que uno de ellos era quien había escondido los explosivos.

Esto mismo fue relacionado con otro fracasado atentado criminal contra un juez de la república, ejecutado por un Hermano Cristiano de apellido Güiza Matheus. Sesenta detenidos entre los que figuran varios religiosos, de los cuales, tres son sacerdotes y el Hermano Cristiano Gilberto Antonio, varios oficiales retirados y otros en servicio activo.

Por esos días, el vicario de la parroquia de San José, realizaba frecuentes viajes al centro del país, desplazamientos que aprovechaba para escribir algunos editoriales de El Siglo y decir misa en las iglesias de la capital y como es de todos sabido, el padre Jordán, vicario de San José, era ferviente seguidor de las políticas preconizadas por ese periódico, el principal de la oposición.

Ese era entonces, el principal motivo para relacionarlo con las conspiraciones que se venían presentando, así como también los principales dirigentes del partido conservador de las ciudades de Colombia.

En esta ocasión, a Cúcuta llegó la orden de detención, además del padre Jordán, la de los líderes conservadores Lucio Pabón Núñez y el médico Luis Enrique Moncada.

Por circunstancias casuales, fue detenido también el periodista conservador Tomás Quiñones Uribe, pero puesto en libertad horas más tarde al comprobarle su absoluta inocencia.

En un principio el padre Jordán trató de oponerse a la orden de captura, pero finalmente accedió trasladarse al comando de la Policía y de allí al aeropuerto, para ser trasladado junto con sus compañeros a la ciudad e Bogotá. Los otros sacerdotes detenidos  en otras ciudades, fueron los presbíteros Julio Ernesto Duarte y Álvaro Sánchez.

La situación jurídica de los afectados fue resuelta oportunamente al demostrarse, primero que se trató de una decisión política, segundo, que su vinculación al partido de la oposición, no constituía delito alguno y tercero, que no tenían ningún tipo de relación con el hechos ocurridos.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

sábado, 29 de octubre de 2016

1023.- NORTE, CAMPEON PREINFANTIL EN GIMNASIA



Jairo Andrés Navarro

Los pequeños de Norte de Santander dominaron todas las competencias por aparatos, y se quedaron con gran parte de la medallería que se entregó en la categoría preinfantil.

La gimnasia artística nortesantandereana sigue siendo la mejor del país, y demostró una vez más en el Campeonato Nacional de la disciplina que se desarrolla en Cúcuta en agosto de 2016, dominando plenamente la categoría preinfantil con 25 medallas ganadas.

El certamen nacional, segundo del año que tiene como sede a Cúcuta, reúne a 142 promesas de la gimnasia artística en las categorías preinfantil, infantil y juvenil, que llegaron para representar a Antioquia, Atlántico, Bolívar, Bogotá, Boyacá, Caquetá, Huila, Risaralda, Tolima y Valle del Cauca.

Norte de Santander, con 16 deportistas, es la cuarta delegación con más gimnastas participando del torneo, por detrás de Antioquia (35), Valle (22) y Bogotá (17).

El campeonato, además de premiar a los mejores gimnastas de Colombia en las categorías de iniciación, busca seleccionar a los deportistas que representarán al país en el Campeonato Suramericano Infantil y Juvenil.

“Hace tres semanas me confirmaron que Ibagué no podía realizar este campeonato y nos pidieron que lo montáramos nosotros. Gracias a la colaboración de la Gobernación y de las empresas privadas se pudo hacer”, afirmó el presidente de la Liga Nortesantandereana de Gimnasia, Ciro Quiñónez.

Norte arrasó en la medallería

El entrenador Denis Beltran celebra con sus deportistas la obtención de las medallas, ayer durante la competencia preinfantil.

El primer día de competencia tuvo como protagonistas a los gimnastas nortesantandereanos, que se quedaron con casi todas las medallas y dominaron de principio a fin en todos los aparatos.

Sharik León obtuvo oro en salto, plata en barra fija, plata en suelo, oro en viga y plata en la general individual.

Alexandra González ganó oro en barra fija y bronce en suelo; y Deisy Alejandra Barrientos ganó bronce en barra fija, plata en salto, oro en viga y bronce en la general individual.

Por el lado de los varones, Ángel Barajas no le dio opción a sus rivales y arrasó con 7 medallas de oro, una en la general individual y 6 en cada uno de los aparatos.

Pero también brillaron Jean Dayro Zabala con preseas de plata en suelo, paralelas y barra fija; y un bronce en anillas. Jordan Quintero se colgó una plata en salto, y Camilo Vera ganó dos medallas de plata en caballete con arzones y en la general individual.

Barajas, Zabala y Quintero se ganaron un lugar para representar a Colombia en el suramericano que se realizará en Bolivia, a finales de octubre, pero ahora requieren el apoyo de las instituciones gubernamentales y de la empresa privada para poder viajar a suelo boliviano, pues la Federación Colombiana de Gimnasia solo cubre el traslado de uno de los tres gimnastas.

Camilo Vera, con apenas nueve años de edad, también clasificó al suramericano pero no podrá competir porque el certamen es para mayores de 10 años.

Gimnastas de Norte de Santander clasificadas a la selección nacional

Las deportistas de Norte de Santander sobresalieron en el pasado certamen nacional de gimnasia artística, y ahora se alistan para representar al país en un suramericano y panamericano en las categorías infantil, juvenil y mayores.

El Campeonato Nacional Preinfantil, Infantil y Juvenil de Gimnasia Artística llevado a cabo en Cúcuta, le dejó a Norte de Santander más que una satisfactoria cosecha de medallas, pues los atletas de la región demostraron que siguen estando un escalón por encima de los deportistas de otros departamentos.

En masculino, los gimnastas nortesantandereanos reafirmaron que continúan siendo la potencia nacional, pero además en la rama femenina las niñas exhibieron el excelente trabajo que se viene haciendo desde las categorías más pequeñas.

El certamen, que tuvo la participación de más de 140 deportistas de 11 departamentos, buscaba seleccionar a los mejores gimnastas de cada categoría para conformar la selección Colombia que acudirá a un suramericano y un panamericano este año.

En la categoría preinfantil, Daira Lamadrid y Angie García se ganaron un lugar en la selección nacional que participará en el Campeonato Suramericano Infantil de Bolivia, en octubre.

Lamadrid y García, campeona y subcampeona nacional respectivamente, obtuvieron 5 medallas de oro y 4 de plata en el nacional que se desarrolló en Cúcuta, en el coliseo Eustorgio Colmenares Baptista.

En la categoría juvenil avanzada Angie Rincón fue la subcampeona nacional, y en juvenil novata Sabrina Cortés se quedó con el primer lugar.

“En el equipo juvenil en primer lugar está Sabrina Cortés. En este momento la Federación Colombiana de Gimnasia está considerando mucho a esta niña porque su edad coincide con la edad que se requiere para ir a los Juegos Olímpicos de la Juventud, en 2018.

Le están haciendo un seguimiento y ella está clasificada con otras niñas de Antioquia, Bogotá y Valle para el suramericano juvenil”, afirmó la entrenadora de la selección nortesantandereana femenina, Adriana Ángel.

Cortés y Rincón representarán a Colombia en el Campeonato Panamericano de Gimnasia Artística de Bolivia, en septiembre.

De la misma manera, las niñas Sharik León, Alexandra González y Deisy Barrientos, que conforman el grupo de semilleros de Norte de Santander manejado por los entrenadores William Montenegro y Karen Vargas, también obtuvieron medallas en el torneo nacional y están siendo observadas de cerca por la federación, pues aparecen como grandes prospectos para el futuro de la gimnasia femenina del país.

Por el lado de las mayores, las buenas noticias llegaron para Dayana Ardila y Yurany Avendaño pues confirmaron su lugar en la selección nacional que irá al Campeonato Suramericano de Perú, del 21 al 23 de noviembre de 2016.

Dayana Ardila confirmó su título en mayores, pero viene recuperándose de un esguince de segundo grado en uno de sus tobillos y está a la espera de confirmar su participación en el suramericano.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

jueves, 27 de octubre de 2016

1022.- MANUEL ANTONIO FERNANDEZ DE NOVOA Y EL SAN JUAN DE DIOS



Alvaro Sánchez Vargas

Fachada del antiguo hospital San Juan de Dios, hoy Biblioteca Julio Pérez Ferrero y la histórica Capilla del Carmen

El español Manuel Antonio Fernández de Novoa nació en la Villa de Vigo, obispado de Tuy, (reino de Galicia Esp.) a comienzos del año 1700 y fueron sus padres Pedro Antonio Fernández de Torres y Francisca Teresa de Novoa; falleció en la ciudad de Cúcuta (24 de Octubre de 1788). Fue sargento mayor de la milicia española y al morir ostentaba el grado de capitán; residió primero en Pamplona (Colombia)´donde se desempeñó como alcalde en 1744 y después en Cúcuta donde ejercicio el mismo cargo.

Aunque pocos son los datos que sobre el militar español existen, la escasa bibliografía fue enriquecida con la publicación hecha en el libro Historia del Hospital San Juan de Dios de Cúcuta, escrita por el médico Juan Agustín Ramírez Calderón, y los historiadores coinciden en que no contrajo matrimonio ni tuvo descendencia, de lo contrario sus bienes y dinero hubieran quedado en manos de herederos y no hubiera existido el sentido de desprendimiento y gratitud por estas tierras cuando  el trabajo y la fortuna permiten amasar activos de más.

Meses antes de fallecer, mayo 15 de 1788 dejó dispuesta “ la fundación de un hospital general en esta parroquia…” y la licencia para la tal finalidad fue posible por decreto del virrey, con fecha 1 de febrero de 1790; dos meses más tarde (abril) sería expedido el título de Hospital Real aceptado por el rey Carlos IV en septiembre 9 de 1796.

La historia del hospital San Juan de Dios puede verse en dos etapas, una primera que va desde el año de fundación (1788) hasta el terremoto de Cúcuta en 1875 y la segunda, a partir de la reconstrucción de la ciudad (1875) hasta el nacimiento del hospital Erasmo Meoz (hoy universitario).


Instalaciones del colegio Manuel Fernández de Novoa en Cúcuta.

Al morir Manuel Antonio Fernández de Novoa y tramitarse su última voluntad, como fue la fundación del hospital, surgió al parecer el primer escollo pues su paisano residente en Pamplona (Colombia), don Andrés Boamonde y Cuevas alegó ser heredero universal de sus bienes, sin embargo, la intención de apoderarse de todos los haberes no prosperó aunque causó problemas y gastos en dinero y tiempo para la consolidación del naciente nosocomio.

El testamento escrito en mayo 15 de 1788 apuntala “anulo y revoco a todo cualquiera testamento codicilo o poderes, que haya otorgado y dado para testar, los que quiero que no valgan en manera alguna y sólo el presente que otorgo, cerrado, quiero que guarde, cumpla y ejecute por mi última, mera y postrimera voluntad ”.

La anterior dificultad no sería la primera ni la última en el largo historial del hospital local y valga recordar entre otras, el fatídico terremoto de Cúcuta (1875) la epidemia de fiebre amarilla, el sitio a que fue sometida Cúcuta en la guerra de los mil días, el 9 de abril (1948) y la mal pretendida remodelación del inmueble, de convertirlo en un gran tugurio comercial, al llegar a su final la razón social: Hospital San Juan de Dios.

El terremoto del 18 de mayo de 1875, sucedió a las “Once y cuarto de la mañana: 32 enfermos fallecieron en sus lechos, el médico Aniceto Ramírez y todo el personal de empleados del centro hospitalario; ni una casa quedó en pie y toda la ciudad, y hubo 16 mil muertos”.

Con la muerte del abogado y político Jorge Eliecer Gaitán, ocurrida en Bogotá el 9 de abril de 1948, en el gobierno de Mariano Ospina Pérez, la violencia partidista enfrentó a los colombianos y en Cúcuta hubo centenares de muertos, los heridos fueron trasladados en “volquetes” o en cualquier otro medio de transporte desde el centro de la ciudad y Parque Santander hasta el hospital; a raíz de este hecho el director del hospital en esa época oyó de boca de un político ufanarse que “no hubo derramamiento de una gota de sangre” más lo que hubo fue litros … Litros de sangre que se convirtieron en arroyos y que tiñeron de rojo los ríos de la geografía nacional, por la violencia político partidista de la mano del fundamentalismo religioso, que sumado al accionar de los bandoleros, no hace mucho guerrilleros y actualmente terroristas nos impide alcanzar la paz que tanto anhelamos los colombianos, pero a la que solo buscamos culpables en la otra orilla cuando en la nuestra arde nuestra casa por la ineptitud de la mayor parte de la clase gobernante.

Al llegar a su fin en su función de hospital San Juan de Dios, el inmueble fue saqueado y dejado en total abandono y deterioro permanente con la pésima ocurrencia de volverlo “ tugurio comercial ” hasta que llegó la genial idea de convertirlo en biblioteca pública y trasladar allí la Departamental Julio Pérez Ferrero que debería complementarse dentro del viejo caserón hospitalario con el Archivo Departamental y con el Museo Médico de Norte de Santander en la calle 13 esquina con la avenida 1a. para conformar el ya conocido Centro Cultural Manuel Antonio Fernández de Novoa en reconocimiento al casi olvidado filántropo y benefactor de la ciudad.
 

La razón para que en el inmueble donde funcionó el centro hospitalario inicie labores el ya fundado Museo Médico del departamento es, entre otros motivos, que la acertada afirmación del médico Juan Agustín Ramírez Calderón en su libro Historia del hospital San Juan de Dios de Cúcuta, enuncia “Ha sido la base del progreso médico de la ciudad y su historia, se confunde con el relato de medicina y la salubridad”.

Sin embargo, no todo ha sido dificultades en torno de la vida del hospital local, hay que destacar a las personas o instituciones que de una u otra forma fueron sus benefactores y “apóstoles de la caridad” como el exiliado médico venezolano Antonio José Urquinaona Bracho (nació en Maracaibo) quien demostró que a pesar del inexorable paso del tiempo, es vivo ejemplo de consagración para las nuevas generaciones y cómo no recordar a Manuel Antonio Fernández de Novoa que, además de darle impulso al hospital estableció rentas propias para su  funcionamiento y cómo no agradecer por la fortuna para esta noble y bella ciudad de “Tener un hospital antes de los 70 años de ser fundada” mientras que en la actualidad (2012) hay poblaciones que carecen del más mínimo servicio asistencial y en Cúcuta “Se levantó una verdadera urbanización, la primera de la cual existe memoria en el país, alrededor del mismo hospital para arrendar inmuebles contiguo al centro de atención médica”.

Qué ejemplo y orgullo para quien vive en Cúcuta, que “según cálculos, en la actualidad por cada mil habitantes, debe haber cuatro camas y un centro de recuperación…” y en el testamento Fernández de Novoa (1788) dispuso “que que hubiera diecisiete camas para las escasas 4.000 personas que había, además de una sala de convalecencia”.

Como recuerdo y en agradecimiento al benefactor y filántropo nació el Colegio Manuel Fernández de Novoa, mediante Acuerdo municipal No 034 de septiembre 30 de 1991 e inició labores al comenzar 1992; Bajo la actual dirección de la Mag. Blanca Hilda Monroy Guevara la institución ha venido demostrando en las pruebas nacionales Icfes altos resultados y en el año 2011 recibió certificación de calidad que solo tres instituciones educativas tiene la ciudad y por este motivo la comunidad educativa fue felicitada en carta enviada por el presidente de la república Juan Manuel Santos.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.