Juan Pabón Hernández
La sonrisa de Cúcuta era tan
azul, que parecía una esquela luminosa que contaba el romance de las nubes con
una aldea de abajo, con su ancestro provincial acunado en un sol estampado en
árboles y calles rumorosas, sencillas, dibujada en el alma de parroquianos
admirablemente simples, afectuosos, prestos a crecer en la hondura de su propia
esperanza.
Era un susurro musical del
viento, esencia de su patrimonio, que ascendía y descendía en los días
maravillosos en que no pasaba nada.
Era cualquier tarde deliciosa,
rutinaria, que arrullaba las mecedoras en las que se sentaban los cucuteños a
conversar en los antejardines, verdes de prados, sin rejas, regados con
manguera, sutiles, adornados con exoras y sembrados de sueños.
Era un canto de la brisa de un
río que trinaba en los pájaros, que se podía pasar a pie, o en canoa, que se
abundaba de vez en cuando y se metía en las casas a relatar a las glorietas su
nostalgia y los secretos de los duendes que, aún, existían.
Era una noche sublime que nacía
del fresco vespertino y entraba por las ventanas, sigilosa, para proteger los
niños que dormían inocentes, las matas, los patios y el amor de los mayores,
comprometidos en cultivar la tradición y los valores bonitos.
Era un juego de trompo, o de
runcho, o de carritos de madera tirados por un cordel, u otro invento de
aquella creatividad virtuosa, e infantil, que provenía de una estrella de niñez
que se alimentaba de ternura.
Era un plato de mute caliente,
de pasteles o de morcillas, con agua de panela, sin nombres extraños ni
costumbres imitadas, con cubiertos de palo sin otra elegancia que el sabor
innato de su cultura natural.
Y era un séquito de mujeres
hermosas, naturales, vestidas de linos de colores y hebillas sonrojadas de
timidez en el cabello, o, sublimes en las trenzas tejidas de añoranza.
Ahora ¡Ya no es!: sus duendes
tutelares desparecieron en la luz lejana que se advierte en el horizonte.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
CIERTO!...TODO ESO ES CIERTO AL 100%.....PERO SABE QUIEN O QUE ACABÓ CON ESA TRADICION TAN HERMOSA?...SIMPLEMENTE, PRIMERO LA RADIO Y DESPUES LA TV.....LUEGO FUERON LLEGANDO LAS "INFECCIONES" DEL MUNDO ACTUAL Y ZAZ! SE ACABO....FUE MARAVILLOSO Y AHORA RECORDAR A LA ABUELA CONTANDO CUENTOS O HISTORIAS DE "MIEDO" COMO LA LLORONA, EL JINETE SIN CABEZA. ETC, ETC,.
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