martes, 8 de enero de 2019

1429.- ´TOTO´ FUENTES, EL GENTLEMAN DEL NORTE



Terremotero

´Toto´ Fuentes

Difícil plasmar letras sabiendo debo programar eutanasia al perrito de nombre Chocolate. Gran guerrero con 14 años (cáncer linfático). Mi preocupación: cuanto afectará su partida el ánimo del anciano padre. El can trajo memorias inolvidables de otro famoso can denominado Toddy. Fiel cuidandero del patio trasero de antigua Joyería y Relojería El Sol. Lugar de improvisada canchita 100 años atrás, donde observaron desfilar pioneros del baloncesto cucuteño. Tomaré decisión antes de una semana. Intentaré no mirar sus ojos, podría leer la mirada mostrando historias del ayer. Gracias inseparable compañerito (marzo 2016).

EL gran ´Toto´ Fuentes. Imposible olvidar aquel sábado hace 40 años. No había cumplido 18, corría inicios del año 1981. Estaba prestando guardia nocturna en entrada principal del palacio presidencial Casa de Nariño. Ese día, el primer mandatario nacional no era prioridad en la mente del juvenil soldado. Unicamente contaba las horas por otras razones para ver el nuevo amanecer del domingo.

La cita era con una leyenda del baloncesto cucuteño. Fueron horas de ansiedad esperando el instante del encuentro. El presidente de la república fue insignificante aquel día. Yo soñaba el memorable encuentro con el legendario gladiador del aro. Luego de conocerlo, nunca dudé para llamarlo, ´El gentleman del Norte´.

´Toto´ había sido pionero entre los baloncestistas cucuteños. Cuenta la leyenda, que fue nuestro representante quien logró por primera vez vestir la camiseta de la Selección Colombia. Declarado mejor jugador y máximo anotador de talla internacional. Suramérica entera supo de su exquisita cualidad ambidiestra, recibiendo de espaldas al aro y rematando con gancho. El gancho de zurda era letal.

Grande, elegante, inmenso, fulgurante, dotado por endemoniada zurda al `pívot´. Gancho asesino y demoledor. Décadas posteriores, sería elocuente declamando magistrales poemas. Sentimental cantando inolvidables boleros de ayer. Junto a su profesión, entremezcló el humo aromático emanado por su pipa clásica y las nostalgias cucuteñas.

Desde su voz cálida se reflejaban anécdotas bellas del baloncesto nacional. Alardeaba con fina colección de 80 pipas clásicas traídas todas de otros mundos. Desgarraba dolor al cantar la canción "Volver" de Carlos Gardel. Erudito para narrar apasionadas descripciones con batallas épicas dentro del rectángulo. Aquel día domingo, pude sentir a ´EL Gentleman´ era más alto que el Everest y la torre Eiffel juntas.

Retumba el teclado cuando pronuncio su nombre, José Antonio Fuentes París. Odontólogo de manos mágicas. Impresionante observar la destreza sutil en artes de dentistería con manos tan gigantes. Innato tallador de objetos en forma natural con madera. Tallados y labrados de arabescos esculpían sus manos, las mismas que un día magnetizaron el balón junto al aro.

Como olvidarte guerrero de mil senderos, hoy tendrías más de 100 años. Déjame soñar con verte caminar la calle 10, gran gigante con forma de árbol cucuteño que cubre frescas sombras con historias del baloncesto nuestro.

Ahora recuerdo las simples maneras para considerar los requisitos del hombre. Expresabas: Recuerde mijo, el hombre debe fumar pipa, caminar elegante, ser educado con las damas, tomar vodka con jugo de naranja y usar siempre una loción de aroma amaderado.

Aquel domingo pasaba tan divertido que nada me importaba. Ufff… y grité a los cuatro vientos: Qué carajos! hoy no me importan otras tochadas, cuál presidente Turbay de Colombia y cuál vicepresidente Bush de EEUU, quienes por aquellos días debí rendirles honor vestido con traje de gala de la guardia antigua. Qué carajos! repetía, aquel domingo sentí no querer volver al batallón Guardia Presidencial. Únicamente quería escuchar relatar al personaje cucuteño. Oír historias míticas y legendarias del deporte amado.

Recuerdo, manifestó a nivel de consejo, antes de los 25 años debía leer 20 Mil Leguas de Viaje Submarino, mucha poesía e historia universal. Ese día me mostró los sembradíos en el patio trasero de su casa en Bogotá. Eran varios tipos de hortalizas en diminuto huerto de 3x3 mts.. Hoy parece fue ayer cuando dijo: Quiero enseñarle a encender, tacar y fumar la pipa clásica, aún recuerdo las bolsas brillantes con picadura de aroma de manzanas.

Luego tomó una lata plana color amarillo y expresó: Mire mijo, quiero observe el arte de inhalar el rapé. Uffff, yo estaba fascinado aquel día. Ahora comprendo la reacción de respeto y admiración que observé como testigo cuando en 1974, “El gran ´Barba roja´ Niño” abrazó y se tomó una fotografía al lado del gran ´Toto´ Fuentes. Era elocuente contador de historias surgidas desde los rectángulos de baloncesto.

´Toto´ Fuentes a la derecha junto a Alfredo Díaz Calderón

Sorpresas seguían aquel domingo capitalino. Todo parecía excelso ambiente mágico sin final. Entonces dijo: Mire, abra aquella puerta pequeña, y entre al jardín de otros senderos! Era el cuartico del tallador natural de la madera. Sus manos tallaban marcos de cuadros, genuinas pipas populares, ceniceros, cuchillos, lámparas y más cosas. Mientras mostraba sus sueños, seguía relatando gestas donde siempre apareció la historia de aquel infalible gancho de izquierda, que enloqueció a uruguayos y argentinos. Pero siempre acentuó haber tenido la cualidad de ser ambidiestro debajo del cesto.

Yo parecía curioso niño observando todo, oyendo todo para crecer. Pude ver sobre el mesón de trabajo muchas caperuzas sueltas de lámparas y también bastantes cometas de colores. Podía descubrir todos sus hobbies favoritos. El gladiador de otros tiempos, sentía mucha fascinación por caperuzas envejecidas colores sepia.

Las sorpresas no paraban. Parecía haberme fugado con Alicia al país de las maravillas. Entonces mostró la colección de boinas en todos los colores, materiales y formas. Recuerdo me puse una boina y fumé pipa en forma magistral. Pude escucharlo cantar a Gardel con acentos argentinos. Era muy alto, blanco de ojos grises, tenía los cabellos plateados, el bigote finamente peluqueado.

Tenía preparado para el final, mostrar su último ritual. Se levantó del sillón y entró a su aposento, luego trajo entre sus manos aquel divino frasco inolvidable. Era la loción de olor amaderado y expresó: Tómela mijo, es suya, se la regalo, un detalle de su tío, pruébela, siéntala, llévela puesta al salir hoy de aquí y recuerde siempre mis historias cada vez que logre ver ese frasco.

Hoy te hago un humilde homenaje con sentidas letras, a ti gran ´Toto´, fuentes de las alturas, el ´Gentleman del Norte´. Partiste un día al lado del mar como tanto soñaste, nadie supo más, pero dejaste huellas con historias cabalgantes. Fuiste imborrable amado tío. Vuelve por un rato entrelazado en letras. Vuelve convertido en miles de niños cucuteños de hace 100 años, aquellos que un día fueron guerreros del balón.

El lunes ya había vuelto a las penumbras de noches interminables con turnos en el palacio presidencial. Nada era importante para mí, únicamente ver al gran ´Toto´ Fuentes cada vez tenía permisos de salida.

Nota Aparte: El Comandante del Batallón Guardia Presidencial de la época,  coronel Harold Bedoya Pizarro, aquel agosto de 1981, entregó el diploma de honor a los guerreros cucuteños José Luis Hernández y Eduardo Díaz Fuentes, por haber contribuido a la imborrable hazaña: “Por primera vez el Batallón de Honor Guardia Presidencial quedó campeón del torneo Inter-Fuerzas Armadas.

Humildemente metí 25 puntos y conseguimos el título, gracias a lanzamiento impecable en último segundo, ejecutado magistralmente desde la esquina por el cucuteño José Luis Hernández con pase de amigo del terruño en saque de costado. Fui máximo anotador del torneo. Completaron la nómina titular tres jugadores del Valle del Cauca. Recibimos el premio mayor por la gran hazaña: “21 días de licencia de vacaciones para disfrutar en Cúcuta”.

Honor y gloria a la inmortal promoción del 4to contingente 1980 del Batallón BAGUP. Nunca podré olvidar ese día cuando recibí el premio, estaba perfumado con la loción de aroma amaderada.

Inmemorables recuerdos para Anita Morantes, gran baloncestista cucuteña, secretaria de la Presidencia de la República y encargada de relaciones institucionales del Batallón Guardia Presidencial. Gracias Anita por conseguirme los permisos para poder representar a la selección del Norte de Santander mientras fui soldado bachiller.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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