viernes, 14 de junio de 2019

1509.- CUCUTA DEPORTIVO VUELVE A LA ´A´ 2018



Jeider Rúa Giraldo (La Opinión)

Los jugadores se dirigieron a todas las gradas del estadio General Santander. Al menos 40 000 personas asistieron al duelo ante Llaneros (2-0)

¡Jubilo en el General Santander! Todo fue fiesta, el miércoles 14 de noviembre de 2018, en una urbe que clamaba fútbol de primera categoría. Después de tanta lucha, de tanta entrega y de sacrifico, el Cúcuta Deportivo volvió a la A.

El ‘Coloso de Lleras’ estuvo a punto de rebosarse. Más de 40.000 personas gritaban al unísono la frase: “A la A, Cúcuta a la A”, un grito de guerra que le dio el empujón final a un grupo de jugadores que no se merecía menos. 

Desde 2007, cuando se jugó la semifinal del Copa Libertadores ante Boca Juniors, no se veía un General Santander tan lleno de vida, tan lleno de color.

Y es que el cúmulo de emociones luego de tres años en la B fue incontenible en la noche de ayer. Toda esa energía por fin fue liberada y el equipo logró lo que siempre añoró: ver a su estadio vestido de rojinegro. 

La hinchada no falló en el partido más importante del año, y el conjunto hizo lo propio respondiendo con una victoria sobre Llaneros (2-0). Equipo-hinchada, una combinación que cuando trabaja en sinergia puede lograr cualquier cosa. 

Una noche para enmarcar

Lo deportivo, que si bien fue lo más importante durante los 90 minutos de juego, tras el pitazo final pasó a un segundo plano. En ese momento todo se convirtió en llanto, sonrisas, y gritos de alegría.

Una vez se acabó el partido, todos los jugadores se volcaron al banquillo para abrazar al gran artífice, a ese prestidigitador que, durante todo un año, hizo magia para que un grupo golpeado recuperara la vida. Fue ese mismo grupo que, en lo que va corrido del año, solo ha perdido dos partidos y nunca ha sido vencido en su fortín.

Quién más haría eso posible sino es Lucas Pusineri, el técnico debutante que le devolvió la alegría un pueblo futbolero que empezaba a perder la esperanza en su único equipo.

Muchos lo criticaron, otros aseguraron que no tenía la experiencia necesaria, pero ayer, sin necesidad de responder con palabras, les dio la razón a quienes siempre lo apoyaron.


Nace un ídolo

Una vez cumplida la celebración dentro del General Santander, la fiesta rojinegra se trasladó a la Plaza de Banderas, donde desde una tarima el técnico motilón se dirigió a la hinchada. Con un gran nivel de emotividad y con algunas lágrimas a punto de aflorar, el argentino dio las gracias a las personas que estuvieron para vivir su momento. 

“La Plaza de Banderas y el ‘Coloso de Lleras’ es nuestro segundo hogar. La verdad es que el acompañamiento hace que uno tenga muchas ganas de celebrar. Me puse a pensar en toda la energía que había en el estadio. Este estadio tenía una energía que hasta hoy la conocí”, dijo el timonel a los miles de hinchas aglomerados a su alrededor. 

Los vivas no se hicieron esperar para agradecerle y felicitar a un técnico que se acaba de graduar en Cúcuta y que a partir de ayer se convirtió en un nuevo ídolo para la hinchada fronteriza.

Un sueño que puede mejorar

Es una realidad. El Cúcuta Deportivo jugará en la A en 2019, pero todavía queda una final que disputar y ganar. Será ante el Unión Magdalena, otro histórico del fútbol colombiano que ayer también celebró su ascenso. Será un duelo a dos jornadas de no perderse y será también el escenario perfecto para que los motilones cierren con broche de oro una temporada que es ciertamente sorprendente. 

Ya no es necesario hacer cuentas ni pensar en cuántos puntos le hacen faltan a la tribu motilona para jugar en el fútbol grande. Ahora solamente queda celebrar y prepararse para lo que se viene. 

El fútbol sigue y el domingo 18 de noviembre se jugará frente al Unión Magdalena el partido de ida de la Gran Final. El escenario será el estadio Sierra Nevada de Santa Marta, lo que significa que la vuelta tendrá como escenario el estadio General Santander. En el ‘Coloso’ se entregará la Copa del Torneo Águila 2018.

“Queda un partido importante, pero creo que este año los mejores equipos ascendieron”, dijo durante la celebración el central y capitán del equipo cucuteño, Braynner García. “Todo el año se trabajó muy bien, estuvo lleno de sacrificio y tenemos que resaltar el trabajo de todos”, comentó por su parte el goleador antioqueño Jonathan Agudelo.

Victoria contundente

Alineaciones: Cúcuta - Llaneros

Cúcuta Deportivo:
Juan Chaverra; Henry Obando, Johnny Mostacilla, Braynner García, Mauricio Duarte; Harrinson Mancilla, Diego Chica (Erock Montaño. 90´), Mateo Muñoz; Jhon Vásquez (Luis Miranda. 67´), Jonathan Agudelo, Wilberto Cosme (Carlos Sinisterra. 83´).
DT: Lucas Pusineri.

Llaneros FC:
Juan Lemus; Óscar vanegas, Sebastian Lozano, Camilo Bolaños, Julián Millán; Paul Rubiano, Santiago Orozco, Maicol Medina, Duman Herrera (Jhon Mena. 61´), Sebastián Gutiérrez y David Ramirez.
DT: Nelson Gómez

En el partido, que ahora es histórico, los encargados de poner a temblar con sus goles el estadio General Santander fueron el cartagenero Jhon Vásquez (48’) y el caucano Wilberto Cosme (78’).

En el primer tiempo no se dieron las oportunidades, pero el segundo la historia fue diferente. Sin depender de ningún partido y haciendo su fútbol, los motilones vencieron con autoridad a un Llaneros que fue sometido. Fue un gran día para subir a la A.

Un técnico novato


El nombre de Lucas Andrés Pusineri Bignone quedará grabado en la memoria histórica del Cúcuta Deportivo y su hinchada. El argentino, quien nunca había dirigido un club a nivel profesional, logró lo que otros colegas con experiencia no pudieron: regresar la tribu motilona a la A.

Desde su llegada, en febrero de este año, Pusineri sudó la camiseta rojinegra, dándole al equipo una temporada casi perfecta. Mantuvo un invicto de 16 fechas, entre los partidos del Torneo y la Copa Águila, así como una racha de 22 fechas sin perder en el Torneo de Ascenso. Este año solo cayó en dos encuentros.

Hace 42 años nació en Buenos Aires (Argentina). Cuando tenía 21 debutó en el Almagro, y hoy, tras toda una vida dedicada al fútbol, su olfato futbolístico lo condujo hasta el banquillo de un Cúcuta Deportivo.

El amor por la historia lo trajo hasta la ‘Perla del Norte’ y ahora es el encargado de escribirla en la grama del General Santander.

Lucas Andrés Pusineri Bignone nunca había dirigido un equipo profesional, pero con un debut lleno de victorias, hizo soñar a los aficionados con la posibilidad de recuperar la categoría.

Las tres claves del ascenso


Hubo una gran celebración. El estadio General Santander se llenó por primera vez en mucho tiempo. Con la victoria del Cúcuta Deportivo sobre Llaneros (2-0) y con la consecución del ascenso a la máxima categoría del fútbol colombiano, toda la noche del miércoles fue fiesta y tanto jugadores, como cuerpo técnico se dedicaron a festejar, como se lo merecían. 

Pero, lo que se vio en el General Santander el día del ascenso anticipado es solo una parte de todo el trabajo que el equipo ha hecho durante todo el año. Ni el invicto de 22 fechas, ni el haber perdido solo dos partidos en lo que va de la temporada ha sido gratis. Hay un gran trabajo detrás y todo el mérito debe ser repartido entre cuerpo técnico y jugadores. 

A pesar de algunos problemas económicos y de jugar en un torneo Águila con grandes rivales, el equipo de la frontera logró una hazaña para la historia, y se recogieron todos los frutos.

Se viene un gran reto en la A para el 2019. Será cuestión de que las directivas muevan bien sus fichas y se logre un equipo competitivo para la élite del fútbol cafetero. 

Tras lograr el objetivo, estas son algunas de las claves que llevaron al Cúcuta a materializar el ascenso luego de tres años.

1. Un técnico atrevido

Lucas Andrés Pusineri Bignone llegó al Cúcuta Deportivo como un técnico debutante. Aunque tuvo gran trayectoria como futbolista y es un ídolo del Independiente de Argentina, el bonaerense de 42 años no había tenido la oportunidad de dirigir a un club profesional. Todo empezó en el equipo rojinegro.  

Pusineri llegó a romper esquemas, a poner su sello y eso reflejado desde su primer partido, el 12 de febrero ante Deportes Quindío, encuentro que ganaron los motilones por 3-1. 

El argentino rescató el sentido de pertenencia en el equipo, alineando hasta a seis cucuteños en algunos partidos (Mauricio duarte, Braynner García, Darwin Carrero, Carlos Ramírez, Jefferson Solano y Junior Rangel). Nunca antes un técnico lo había hecho y Pusineri se atrevió a confiar en el talento local. Un plus que también fue bien recibido entre la hinchada. Claramente no solo se ganaron su puesto por ser de la región, pues son jugadores que a lo largo del torneo mostraron sus capacidades en cada una de las líneas.

A esto se suma el sistema de rotaciones con el que llegó Pusineri al once fronterizo. Desde su arribo, el técnico le dejó claro a sus pupilos que no quería un equipo de 11 si no de 23 jugadores titulares, y así fue. Ninguno rechistó y todos se adaptaron a un sistema que funcionó de principio a fin. 

Todos los jugadores llegaron a los cuadrangulares finales con menos minutos de desgaste que sus contrincantes. Asimismo, todos llegaron listos para jugar a un alto nivel sin importar a quien se alineara. Esto representó una ventaja significativa para los motilones, que arrasaron en las dos fases. 

2. Sueños por cumplir

Los motilones de este año llegaron al plantel con una energía y un positivismo de envidiar. Muchos de los jugadores son jóvenes y con un futuro qué explotar por delante. Todos soñaban con el ascenso, puesto que, indudablemente, esto también representaría una gran vitrina para su carrera. 

Igualmente Pusineri que, sin importar las condiciones en las que se encontrara el equipo, tenía por delante una tarea personal: hacer historia en su debut como técnico. Y sí que lo logró, pero más que eso, consiguió convertirse en el nuevo ídolo de la hinchada. 

Esa combinación de sentimientos y ganas de superarse hizo que lo único que el plantel tuviera en cuenta durante el año fuera el factor deportivo. 

Tal vez algunos sigan y otros tantos se vayan, pero de que entregaron todo este año, no queda la menor duda. Así serán recordados, pues fue esa misma entrega la que los llevó a celebrar al ascenso.

3. Plantel equilibrado

Es tan importante la experiencia que ofrecen los años como la vitalidad que da la juventud. El Cúcuta Deportivo contó con ambos factores esta temporada, por lo que Pusineri logró un equilibrio dentro de su plantel que llevó a que jugadores jóvenes ganaran experiencia y que los más recorridos se contagiaran la energía juvenil. 

Jugadores como Braynner García y Diego Chica se convirtieron en los pilares de un grupo que se apoyó en ellos para desenvolverse de la mejor forma dentro del campo de juego. Lidiar con la presión, no dejarse llevar por el triunfalismo y aprender a no levantar los pies de la tierra fueron parte de las bases que aportaron estos dos ‘capitanes’ del camerino.

En cada entretiempo, eran estos dos los encargados de motivar al equipo y de subir la moral. El respeto que le tienen sus compañeros se nota. 

Por el otro lado, jóvenes como Erick Montaño, Juan Camilo Chaverra, Mauricio Duarte y Jhon Vásquez, le brindaron al plantel una buena cantidad de energía positiva que, finalmente, se trasladó al campo de juego. Un equipo unido vale más, y estos jugadores lo confirmaron tanto dentro como fuera de la cancha.

Consultados por La Opinión, individualmente, a lo largo del año, la mayoría de jugadores coincidió siempre en que la principal característica del equipo es que, más que un grupo de jugadores, son una familia. Y como en toda familia, las discordias existirán, pero en reponerse está la clave.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.


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