Eduardo Rozo
(La Opinión)
Pozo Azul es una zona de transición
entre el bosque seco y los bosques de montaña, lo que propicia la abundancia de
especies de aves, mamíferos, anfibios y reptiles, además de flora.
En la vereda Ayacucho del municipio
de San Cayetano está ubicado Pozo Azul, otrora referente ambiental local.
La inmensa formación rocosa rodeada
de bosque seco tropical y donde era frecuente encontrar pozos y una cascada,
sucumbió a la mano arrasadora del hombre.
Hace más de una década el cuadro era perfecto. Por la gigante laja corría
el agua, los rayos solares frenados por la vegetación le daban tonos azules y
verdes al suelo rocoso.
Sin embargo, con el paso de los años y el creciente ingreso de turistas el
ambiente dio un giro de 180 grados, la piedra quedó cubierta de grafitis, las
basuras pululan y el sol activa los fétidos olores.
Unido a ello, la minería de carbón, las captaciones ilegales de agua y la
cacería, ocasionaron que el atractivo de Pozo Azul se perdiera y con ello se
generó un desequilibrio del área que afecta a la biodiversidad en flora y
fauna.
Ante la clara sentencia de
destrucción emergió una iniciativa para evaluar el estado de los ecosistemas y
de las especies que habitan en la zona.
El equipo liderado en campo por el
biólogo Carlos Cáceres Martínez, del Grupo de Investigación en Ecología y
Conservación de Fauna Silvestre de la Universidad Nacional, se insertó a las
actividades del Plan de Ordenamiento de la Cuenca del Río Zulia, bajo pautas dadas por Geodim y
Corponor como autoridad ambiental regional.
Junto con Cáceres, también integrante del Grupo de Investigación en
Ecología y Biogeografía de la Universidad de Pamplona, estuvieron los biólogos
Sandra Galván, Andrey Ojeda, Jennifer Oviedo, Jorge Díaz, Carlos Galván,
Claudia Infante y Laura Valencia.
Ellos, vinculados a Geodim y al Consorcio Zulia, tuvieron la
responsabilidad de visitar 15 municipios del departamento que hacen parte de la
cuenca del río Zulia, identificando a las especies, sus patrones de
comportamiento y el nivel de amenaza.
“Tuvimos el apoyo de instituciones locales y se vinculó a habitantes con
conocimiento de la zona para hacer muestreos y ahondar en la presencia,
diversidad, abundancia y amenazas de aves, mamíferos, anfibios, reptiles y
especies vegetales”.
De acuerdo con Cáceres, se
identificaron más de 16 especies de mamíferos medianos y grandes, entre los que
se destaca el jaguar, especie vulnerable y críticamente amenazada en la región
como consecuencia de la cacería.
“La nutria está casi amenazada. Pozo Azul es un área importante para la
supervivencia de las especies y los resultados permitirán trazar una ruta para
un mejor manejo del área”.
La ornitóloga del equipo, Jennifer
Oviedo, señaló que en Colombia el bosque seco tropical es de los más amenazados
y al tiempo menos estudiados, desconociéndose los procesos de transformación ocasionados por el hombre y
el nivel de fragmentación del hábitat de especies como las aves.
“El país es el más rico del mundo en aves, con 1.932 especies.
En Pozo Azul registramos 126 individuos, que representan 38 especies y de
esa cifra dos fueron migratorias boreales”, señaló Oviedo. “Mantener la
vegetación es fundamental para garantizar la presencia de ellas”.
La ornitóloga señaló que todas las aves vistas de acuerdo con la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) tienen una
preocupación menor.
Sin embargo, “la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies
Amenazadas de Fauna y Flora, detalla que nueve especies, pese a no tener riesgo
de extinción, pueden entrar en la categoría de no hacerse un control riguroso
de la comercialización”.
“En la zona y sus alrededores hay
cacería. La explotación minera y la fragmentación del bosque seco en general
está disminuyendo el área natural de especies como los felinos, que tienen que
sortear trampas artesanales que dejan los habitantes por miedo a que animales
los ataquen”, argumentó Cáceres.
Para el biólogo se requiere de más estudios y de acciones tangibles en
campo que busquen arrojar nuevos conocimientos y por ende acciones cercanas a
la realidad, que redunden en la conservación de Pozo Azul y su biodiversidad.
“Parte de los resultados se están dando a conocer tanto en la comunidad
científica como a la ciudadanía en general. Además, se han hecho publicaciones
conjuntas con Corponor como el diagnóstico sobre el tráfico ilegal de fauna
silvestre en Norte de Santander”.
Eucometis Penicillata.
Hay riqueza en aves.
Flor brownea sp.
En cifras
-16 especies de medianos y grandes mamíferos fueron vistos, entre ellos el
jaguar, críticamente amenazado.
-15 municipios fueron visitados por los biólogos para evaluar los
ecosistemas.
-6 especies de lagartos, 5 anfibios
y una serpiente también hacen parte de la lista.
-38 especies de aves fueron identificadas, entre ellas dos migratorias
boreales.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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