Imágenes/La Opinión
Me parece que esa escultura es de los años 1980,
una época que lo indujo a crear formas prehispánicas, soberbias, en una altanería
geométrica majestuosa, con un romanticismo escondido en los ángulos, secreto,
muy vertido a la razón, como todo lo de Ramírez, conformando volúmenes que se
intercalaron en los sentimientos para darles refugio. (Nota: El formato
original no es del tamaño de la réplica ubicada en el parque lineal de Cúcuta,
es menor).
La Columna
Flor (Juan Pabón)
La Columna Flor
Eduardo Ramírez Villamizar dedicó a Ligia de
Lara su Columna Flor. Era una dama de la cultura, con la música vibrando siempre
en su alma, paseando por su casa, deleitando con su encanto a los visitantes
que disfrutábamos de su amistad y nos honrábamos al compartir con ella
galleticas con te, o café, en las tardes.
La geometría y el mágico expresionismo
condujeron al escultor a un arte abstracto, maravilloso, a la relación de las
formas en planos articulados, en soñadores diseños que convocan las líneas y
los colores a la espirirtualidad y contienen, algo así, como el asomo del arco
iris al horizonte.
Ligia de Lara
La Columna Flor fue un regalo de Ramírez
Villamizar a Cúcuta, quizá para que recordara a su amiga: una obra relevante en
el ascenso de los elementos metálicos, trenzada en el juego de nostalgias que
encerró en un rectángulo, para darle un marco de pasado y colocar en su
interior el engranaje de un escultor forjado en los viajes, en tantas culturas,
en ese aprendizaje de la naturaleza que lo inspiró a la síntesis que nos
recuerda el arte precolombino.
Uno puede imaginar que la Columna Flor
transcribe las conversaciones con Ligia, la elegancia de la música inscrita en
el viento, la sobriedad que demuestra cómo la intelectualidad es sólo un camino
para que los sabios nos muestren la vida a través de los recuerdos, mediante
los sueños moldeados en hierro sin pintura, o en aquella madera que le trae
mensajes de los duendes que pasean por los bosques.
Eduardo Ramírez y Juan Pabón, en Pamplona
En el parque lineal (La Opinión)
En enero de 2013, durante la
administración de Donamaris Ramírez, fue ubicada la escultura en el parque
Lineal (avenida sexta con calle 4). Desde entonces no se le ha hecho
mantenimiento y se convirtió en basurero a cielo abierto.
El arte genera polémica, es la consigna de decenas de artistas en Colombia
y la teoría se sustenta en los conceptos y formas de ver el mundo, llevados al
mundo artístico por los creadores y en muchos casos, no entendidos por los
espectadores.
Sin embargo, en Cúcuta, una
escultura es foco de debate por tanto fue convertida en basurero a cielo
abierto y en refugio para habitantes de la calle que alrededor de ella
consumen drogas.
En la avenida sexta, antes de llegar a la calle 4, en pleno corazón de
Cúcuta, fue ubicada hace seis años una
escultura alusiva a la obra Columna Flor, del artista pamplonés Eduardo Ramírez
Villamizar.
Para la época en que fue ubicada allí se generó un debate en el gremio
artístico y cultural, por tanto desde la administración de la época (Donamaris
Ramírez) se habló de una réplica y para ello debía ser exacta a la original.
Sin embargo, la Columna Flor de Ramírez Villamizar es de pequeño formato y
la levantada en el parque Lineal es de gran formato, fijada al suelo burdamente
con alambres que penden de la estructura.
El archivo de la Red Cultural del Banco de la República reseña que a
comienzos de los años 80 el maestro pamplonés retomó su trabajo de esculturas
con líneas rectas y creó piezas de poca altura, como Insecto-nave espacial,
Columna-flor y Arquitectura-insecto.
Al margen del debate artístico y conceptual, la estructura fijada en el
parque Lineal actualmente (2019)
representa un riesgo para los transeúntes por tanto sus corroídas bases se
pudren.
Lo curioso es que la actual administración no tiene la obra en la lista de
esculturas a intervenir con mantenimiento. Desde la Secretaría de Cultura de
Cúcuta, liderada por Ciro Alfonso Durán Jaimes, se informó que dentro del Plan
de Desarrollo local hay una línea que exige la recuperación de monumentos.
Sin embargo, la escultura fijada en el parque Lineal no refleja una
importancia histórica.
“A nivel religioso, patrimonial y artístico, se tiene una lista de
monumentos que se están interviniendo y otros en proceso para la asignación de
recursos económicos. La escultura del parque Lineal no tiene relevancia”, dio a
conocer la Secretaría de Cultura de Cúcuta.
Pese a ello se requiere con urgencia que el municipio se apersone del caso,
ordenando una jornada de limpieza de este punto.
Los comerciantes de la zona, como
Maricela Jaimes, pidieron que la Alcaldía retire la estructura por el riesgo
que existe de que se derrumbe.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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