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Ararat Díaz (Imágenes)
Doctor
Luis
Felipe Zanna Contreras
Promísculo
ponía mucho cuidado a todo lo que ocurría a su alrededor. Sobre todo, a las
cosas que pasaban en la UFPS. Siendo un chiquillo, advirtió prontamente que,
finalizando la década de los sesenta, llegó a la rectoría un lord, un
gentleman, de finos modales, de claros principios y de hablar pausado y sonoro.
De caminar muy majo pero firme. De tirantas y corbata. Muy elegante.
Era pamplonés y llegó a resolver una de esas pequeñas
crisis que se presentaban en la institución el siglo pasado. Era el maestro
doctor Luis Felipe Zanna Contreras, abogado de la Universidad Externado de
Colombia y su rectoría duró todo el período presidencial de su copartidario
Julio César Turbay Ayala.
Fue nombrado por un gobernador cuyo mandato duró muy
poco. Como el amor sin plata. Sin embargo, siendo él un cachiporro rajado, fue
ratificado por otros cuatro prominentes caballeros gobernadores de la política
goda. Pienso que fue aceptado sucesivamente por todos ellos, porque él era un
académico consumado, un profesional capaz y una persona manejadora de
situaciones delicadas. También, porque él logro encontrar la paz en la
universidad y contar con la confianza de la comunidad educativa. Promísculo
pudo dar fe.
Fácilmente, desde el principio, toda la gente de la
universidad aceptó al doctor Zanna. Él llegó para iniciar una etapa importante.
Al orden del día, estaba la revisión de toda la normatividad, pues en 1980, con
la ley 80 del 22 de enero, se organizó la educación postsecundaria y ah falta
que hacían en Colombia esas reformas y políticas universitarias.
El rector aprovechó la ocasión y en tiempo record logró
poner en vigencia los estatutos general, docente y estudiantil y la estructura
orgánica. Y Promísculo logró ver los cambios y el mejor desarrollo académico.
Fue una etapa importante para la UFPS pues los vientos
institucionales fueron favorables. Y la universidad empezó a notarse a nivel
nacional y el Doctor Zanna llegó a ser Vicepresidente de la Asociación
Colombiana de Universidades, Ascun, y como tal organizó un evento nacional de
instituciones de educación superior.
En la sede del Bosque Popular se llevó a cabo con gran
pompa. A prudente distancia, Promísculo que hacía sus primeras letras en el
Jardín Infantil Nacional del Colsag, acompañó este evento.
Y llegaron los 20 años de la fundación de la UFPS en 1982
y recuerdo que fue sede del XIII Campeonato Nacional Universitario de Fútbol y
del Festival Nacional de Interpretes de la Canción. En el primer evento,
Promísculo apareció como edecán de la joven que portaba el estandarte de la
institución.
Yo fungía de Director de Bienestar Universitario. Surgió
el eslogan de “la UFPS, Patrimonio y Compromiso de Todos” y sobre esa base se
programaron varios eventos institucionales para recabar algunos recursos para
la financiación del Alma Máter.
Recuerdo que terminado uno de esos acontecimientos,
invité a cenar a mi casa al doctor Luis Felipe y en medio de la reunión
aparecieron mis dos hijos. Patty no había llegado a este mundo. En el momento,
Pedro y Fernando tendrían 7 y 5 años respectivamente.
Los
querubines Ararat: Pedro, Patricia y Fernando
Precoces, como los niños de este siglo, no desaprovecharon
que tenían la presencia de tamaño personaje en la casa y participaron
alegremente de la conversación.
La máxima nota de la noche fue cuando Fernando le dijo al
rector que a partir del día siguiente se iba a cambiar el nombre. Y el doctor
Zanna, le contestó paternalmente: “Ajá, mijo, ¿Y cómo te vas a llamar?”. Y mi
chiquitín le espetó: “Promísculo León Barrera”.
Confieso que quedé privado. Creí que mi hijo estaba delirando
o se había vuelto loco. No sé de dónde sacó ese nombre y por qué se quería
llamar así. Fernando siguió con su cuento y practicaba su nueva presentación: “Yo
soy Promísculo León Barrera”. Tronco de nombre. Y así se durmió y nos dejó intrigados.
Han pasado casi cuarenta años y yo nunca pude saber qué
oso produjo tal ocurrencia. Ahora, le pregunto y él me contesta: “Uf papá, que
oso”.
Y, todo quedó como un cuento, aunque fue una realidad,
porque el doctor Zanna, que regresó a Bogotá en 1982, que fue Notario 39 del
Círculo de Bogotá y que hace tres años, fue incluido en la lista de los 100 candidatos
al Senado de la República por parte del partido Liberal, cuando nos encontramos
en Bogotá o en Cúcuta o cuando hablamos por teléfono, lo primero que me
pregunta es “¿Cómo está mi amigo Promísculo León Barrera?”.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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