sábado, 4 de enero de 2020

1615.- COLUMNA PERIODISTICA, ´TRES…´



Gerardo Raynaud (La Opinión)

A mediados del siglo XX, cuando la prensa local iniciaba su proceso de modernización, fueron  apareciendo editorialistas y columnistas serios quienes trataban los temas de interés local y regional, buscando despertar en los lectores conciencia acerca de las realidades diarias que directa o indirectamente afectaba el diario quehacer de los ciudadanos y que poco llamaban la atención de las autoridades o de quienes tenían la potestad de intervenir ante la ausencia o los excesos que en muchas oportunidades  se presentaban, a veces con más frecuencia de la debida. Era por así decirlo, un llamado de atención, para que se cumplieran las normas y los deberes de quienes tenían la potestad de hacerlo, pero que por razones diversas no lo hacían.

En uno de los diarios  de mayor circulación de esa época, se popularizó una columna que tenía el mismo título que hemos optado utilizar, tal cual, en esta crónica, en homenaje a su autor, cuyo pseudónimo era ‘Domador’ y que llegó a ser el columnista más leído de finales de los años cuarenta. Se trataban tres temas, de ahí su nombre y su forma de representarla.

A continuación me permitiré recrear algunos de sus escritos, respetando su estilo, así como los temas tratados, sin otra intención que mostrar su talante como periodista.

En el desarrollo de esta crónica, los apuntes de nuestro invitado no siguen una cronología especial, sino que cada nota ha sido tomada al azar de las diferentes ediciones en las que fueron publicadas. Para facilitar la presentación de sus apreciaciones y comentarios, los he clasificado según los temas documentados, iniciando con aquellos que tratan generalidades como el siguiente:

“…dos cosas tiene olvidado el pueblo cucuteño: el monumento a la madre y el monumento a Juana Rangel de Cuéllar. Verdaderamente esto es penoso recordarlo. En todas las ciudades civilizadas se levanta un monumento honrando la  madre, menos en Cúcuta. En todos los pueblos agradecidos con sus fundadores, se levanta un monumento de gratitud a quien aportó su contingente material para poder formar lo que nosotros con orgullo llamamos San José de Cúcuta. Desgraciadamente tenemos una sociedad inspirada en el modernismo. Poseemos unos magnates que apenas se reúnen para hablar cosas infantiles. Un concejo que sólo piensa en quemar la partida de un portero. Nada hemos aprendido de otros pueblos. A Cúcuta le falta espíritu público y gentes que se preocupen por los hechos insignes que le aumente su tradición y su gloria”.

En otro de sus apuntes leemos:

“…hace algún tiempo hicimos un comentario sobre la necesidad de que en Cúcuta se creara la Sociedad Protectora de Animales. Hoy nos obliga a volver a recalcar sobre esta necesidad, en vista de que las  mulas que se sitúan en la parte occidental de la plaza de mercado, son colocadas desde las seis de la mañana hasta las cinco de la tarde en la parte donde el sol recalienta, dizque por disposición de la misma autoridad. Esto es inhumano y no podemos aceptar que haya conciencias que insinúen tamaño barbarismo en contra de aquellos animalitos. Ojalá que venga el establecimiento de esa Sociedad Protectora de Animales”.

En otra oportunidad, sale en defensa del poder judicial, para solicitar mejores condiciones que permitan mayores comodidades para el ejercicio de sus funciones. Escribía:

“…una vez más vamos a insistir sobre la necesidad de darles a las oficina del Poder Judicial mejor presentación. Varios juzgados carecen de mobiliario, no cuentan con mesas y escritorios presentables, ni menos con armarios donde poder colocar las sumarias. La situación y el aspecto de abandono en que se encuentran aquellas dependencias oficiales, está sirviendo de crítica a propios y extraños. Valdría la pena que nuestros parlamentarios ejercieran una rápida y eficaz intervención con el Gobierno Central para obtener la dotación de muebles que beneficie las oficinas del Poder Judicial”.

Con motivo del feriado de los todos los santos y la conmemoración al día siguiente, del día de difuntos, escribió:

“…se avecina el día de los difuntos. Por varias veces hemos visto los requerimientos que se vienen haciendo para que los familiares de sus seres fallecidos, procedan al lucimiento de sus panteones. Ojalá que las gentes de gran espíritu cívico atienda ese clamor y podamos apreciar, el dos de noviembre, al cementerio  con todo el esplendor del embellecimiento para así sentirnos orgullosos por aquel lugar de los pálidos mármoles. Nos anticipamos a felicitar a las personas  por el interés que tomen en embellecer nuestro camposanto”.

Domador tampoco era ajeno a los quehaceres tradicionales que se presentaban en las actividades particulares, prueba de ello es el siguiente comentario:

“…se viene poniendo en práctica, en la mayoría de las poblaciones importantes comerciales, lo que se llama el ‘sábado inglés’ para los empleados. Creemos que esto sea de justicia para los servidores que durante toda una semana permanecen de pie tras de un mostrador, aguantando la lidia de los caracteres de los compradores, y por ende hasta sed y hambre. Destinar la tarde del día sábado para que los servidores del comercio disfruten de horas de descanso, es una tarea de beneficio social y con ello estamos seguros no se afectarían en nada nuestras casas comerciales.  Sobre esto debemos reconocer que algunas de ellas hace algún tiempo fijaron el ‘sábado inglés’, pero son pocas y en cambio la mayoría no lo han practicado en provecho de sus empleados. Ojalá que esta iniciativa se haga efectiva”.

Finalmente esta nota cívica:

“…está reconocido que uno de los parques más bellos y atrayentes que tiene Cúcuta, es el parque Colón. Su arborización, la amplitud de sus avenidas y la frescura que allí se experimenta, lo hacen el favorito de las gentes de buen gusto. Insinuamos al H. Concejo y a la Sociedad de Mejoras Públicas, se estudie la posibilidad de enmosaicarlo para que así se haga más presentable y lo coloquemos dentro de fueros del modernismo. Ojalá que se haga esta labor de enmosaicar el parque Colón”.

Ahora veamos la oportunidad de nuestro columnista ‘Domador’, de exhibir sus puntos de vista y opiniones sobre el ejercicio de la política que llevaban a cabo quienes ejercían cargos públicos en la región y algunas de sus ‘puyas’ al gobierno nacional, en esos momentos en manos del partido Liberal.

Por este motivo, apreciaremos algunos de sus comentarios relativos a las elecciones de 1947, en las que se presentó el cambio de gobierno, dando fin a la que en ese entonces se llamó “la República Liberal”.

Hay que reconocer que sus críticas no eran todas negativas. Cuando era necesario mostrarse de acuerdo o darle la razón a quien la merecía, lo hacía como lo que escribió en la columna que se presenta a continuación.

En ésta muestra descarnadamente su posición e ideología, e inclina la balanza de sus prioridades políticas a favor de sus correligionarios, sin mostrar evidencias que sustenten sus propuestas, salvo las propias de su afinidad política, aunque válidas en esos años donde la confrontación partidista era ‘pan de cada día’; veamos lo que escribía: 

“…dentro de la sencillez de esta líneas, que afortunadamente han tenido buena acogida, vamos a emitir nuestros conceptos sobre dos prestantes políticos del departamento. Se trata de los doctores Lucio Pabón Núñez y Manuel Guzmán Prada.

Nadie puede negar el prestigio indiscutible del doctor Pabón Núñez, cuyas labores en la vida parlamentaria tienen una conciencia popular por el acierto de ellas. Del doctor Guzmán Prada, se puede decir que es la voluntad siempre dispuesta a servir la causa, pues cuando nuestros copartidarios de los pueblos se encuentran abandonados, hallan en el brioso paladín, siempre los propósitos de servirles.

Son dos jefes auténticos de nuestra colectividad. Son dos hombres al servicio de la causa, dos inteligencias consagradas, dos capacidades. Ante este hecho irrefutable, nosotros opinamos y así lo vamos a sostener, que si existe la tesis de reconocer los esfuerzos y sacrificios de los verdaderos dirigentes de la causa, en Pabón Núñez y Guzmán Prada, es aplicable  porque ellos no han cesado en el servicio a nuestro partido.

Concretamos la opinión. Pedimos y de ello hay conciencia en el electorado de que la plancha de candidatos las Senado de la República debe encabezarse con el nombre de Lucio Pabón Núñez. Igualmente pedimos porque los pueblos así lo solicitan que la plancha oficial de candidatos a la Cámara, vaya encabezada con el nombre de Manuel Guzmán Prada.

Esta opinión, es la opinión, el sentimiento y las aspiraciones del electorado que ve en estos conductores a sus honrosos representantes para bien de la causa y de la Patria”.

Defendía no solamente su ideología conservadora, pues unida a ella estaba vinculada inexorablemente la religión católica, en aquellos días bastante ‘aporreada’ por las decisiones que habían sido tomadas en los consecutivos gobiernos liberales que asumieron las riendas de la nación desde 1930 y que para el partido conservador, constituía un grave precedente y un significativo retroceso en las relaciones con el Estado.

Ante las consecuencias que presagiaban las medidas gubernamentales del partido de gobierno y el inevitable auge que durante esos años tomaba el partido comunista en Colombia escribió lo siguiente:

“…trabajando como viene trabajando el comunismo en nuestro país, mediante el rótulo apócrifo de social demócrata, corresponde a todos los seres humanos que conocen historia y las consecuencias destructoras para la civilización, seguir la conducta de esta plaga que vuelve a revolotear en todas las etapas de la vida nacional con caracteres de peligrosidad social para la estabilidad de la república.

Durante el régimen liberal se le permitió al comunismo, el goce de muchos haberes dentro de la vida del Estado colombiano, se le crearon alas y se familiarizó el partido de Herrera y de Uribe Uribe, con el programa del ‘Oso’ moscovita, hasta el extremo de abusar al tratar como trataron al presidente de la república liberal de camarada.

Pero los tiempos han cambiado o deben cambiar. Hoy en Colombia manda o rige sus destinos un ciudadano católico, no contagiado con esa enfermedad perniciosa que se llama comunismo, la cual hay que acabar, aplicando la ley, fustigando sus movimientos o agitaciones, porque el sentimiento de los colombianos es la concordia y no la agitación para vivir la vida auspiciada por la prosperidad y el trabajo”.

También se dedicaba, en las oportunidades que debía, a fustigar las actuaciones de los gobernantes, fueran estos del ejecutivo o el legislativo. Estaba atento a las presentaciones públicas de los funcionarios, para criticarlos o para alabarlos, según los resultados de sus declaraciones.

Consecuencia de  una rendición de cuentas del Tesorero del municipio escribió la siguiente nota:

”…por el informe rendido por el señor Tesorero Municipal al Concejo, deducimos que el ’Centavo municipal’ creado desde 1942 hasta el 30 de junio de 1946, es una admirable renta que hasta la fecha de escribir nuestro comentario ha tenido recaudos en ascenso.

Si esta renta es progresiva, también despierta la atención a la opinión pública, conocer detalladamente en qué se viene invirtiendo, pues alrededor de ella se abren interrogantes que tienen intrigado al pueblo.

De esta renta, desde su creación, se fijó un 5% para el lucimiento de las calles de San Luis, pero entendemos que el corregimiento no ha recibido sino una pequeña suma para los fines indicados.

La renta del ‘Centavo Municipal’ tiene destinación especial, pero por ningún lado se ve la reproducción de ella en beneficio de nuestras calles. Vale la pena que como así se recibe el ‘Centavo Municipal’ también la Secretaría de Obras Públicas, en sus informes que rinde, use de gentileza para el público y detalle la inversión de tan importante renta”.

Y una observación positiva por una medida tomada por la alcaldía de Jorge Hernández Marcucci. El decreto 392 de octubre de 1946 en el que se reglamentó algunas normas de Tránsito en la ciudad:

“…el decreto mencionado ha tenido la acogida unánime de los choferes conscientes. Claro, no nos apartamos  que hayan cierta voces aisladas que manifiesten su contrariedad, por cuanto ellas no alcanzan a darse cuenta de los grandes beneficios… como la declaratoria de calles como vías dobles, cómo deben estacionarse los vehículos y otros requisitos  para garantizar  la vida y bienes de los pasajeros. Dentro de las normas de caballerosidad periodística presentamos nuestras felicitaciones al señor alcalde y al Inspector de Tránsito por tan admirables medidas”.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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