miércoles, 30 de octubre de 2019

1584.- SOBRE LA BATALLA DE CUCUTA Y LA ´COLUMNA DE BOLIVAR´



Carlos Eduardo Torres Muñoz (Imágenes)

La batalla de Cúcuta

Desde hace 98 años, en 1921, el inspector de Educación de la época indicó que cada 28 de febrero el desfile en conmemoración de la Batalla de Cúcuta llegara hasta el monumento ´Columna de Bolívar´.

Todos los años, los estudiantes de la ciudad, en unión a las autoridades civiles y militares, representantes de diferentes estamentos y la ciudadanía en general, desfilan jubilosos desde el parque Santander en el centro de la ciudad hasta la Columna de Bolívar, monumento que se levantó en honor al centenario del nacimiento de Simón Bolívar en 1883, en el mismo lugar donde ocurrió la memorable Batalla.

De esta manera, la sociedad de San José de Cúcuta refrenda la más clara y tradicional conmemoración de la Batalla del 28 de febrero de 1813, donde el futuro Libertador, en asombrosa acción de armas y movimientos culminó la primera etapa de una gran empresa militar que los anales de la Historia reconocen como “La Campaña Admirable” en el periodo de la Primera República.

Antes del recuento detallado de los hechos ocurridos hace 206 años y cuya celebración hoy 2nos corresponde exaltar, permítanme en esta ocasión también resaltar la importancia del estudio de la Historia en los tiempos actuales, su papel como fuente suprema de conocimiento y cohesión colectiva, por encima de las manifestaciones apasionadas y superficiales del arrebatado patriotismo que provoca un triunfo deportivo o la consagración de un artista en cualquier género.

La historia es el elemento que más desarrolla la conciencia local y nacional, desde su conocimiento y valoración se erige el respeto a la institucionalidad, el estudio y análisis de la historiografía regional genera la apropiación de la cultura y tradiciones propias de cualquier conglomerado humano.

El acontecimiento que hoy recordamos con justicia y gratitud, entre otros hechos, personajes, instituciones y lugares de la ciudad, hilvanados en la maraña del tiempo crean la identidad de una región y constituyen una muestra palpable del civismo y acendrado patriotismo de sus gentes.

Pero no es la hora del análisis, es la hora del homenaje y del recuerdo imperecedero, es la magnífica oportunidad para proyectarnos desde este hecho histórico con el imperativo deber de construir entre todos, por medio de nuestras acciones diarias -justas en el juicio, respetuosas en el trato, solidarias en el sentir, sanas con el ambiente y constructivas en el espirituana ciudad cada vez mejor, habitada por civilizados y orgullosos ciudadanos que corresponden con laboriosidad y entusiasmo a los principios de la nacionalidad, no obstante la indiferencia y desconocimiento que el poder central tiene sobre nuestra realidad fronteriza. 

Estoy seguro que muchos de los aquí presentes conocen muy bien la historia del suceso que venimos a recordar, su dimensión y sus consecuencias, y para los que por primera vez participan de esta emotiva conmemoración, aquí va el relato de la Batalla del 28 de febrero de 1813:

Próximo objetivo San José de Cúcuta, al otro lado de una formidable barrera montañosa, allí Bolívar había de enfrentar al coronel español Ramón Correa, quien lo esperaba con 1300 hombres bien entrenados y equipados.

Correa, mientras retenía 750 hombres en San José de Cúcuta, había distribuido estratégicamente otros batallones aguardando los pasos montañosos a través de los cuales las tropas de Bolívar tenían que transitar. 

Correa había enviado parte de su ofensiva de 200 hombres a San Cayetano, frente al rio Zulia, instaló otras 240 tropas un poco más lejos hacia Salazar, y 100 a las alturas de La Aguada.

Quince días después de entrar a Ocaña, Bolívar recibe una solicitud del Gobernador y comandante Militar de la provincia de Pamplona, para su asistencia y protección ya que temían el ataque de las fuerzas de Correa. Después de recibir permiso desde Cartagena para asistir a Pamplona, Bolívar envía su ofensiva a los pequeños asentamientos de La Cruz (hoy Ábrego), San Pedro (hoy Villacaro) y Salazar.

En este último punto, el camino montañoso se divide dirigiéndose a San José de Cúcuta en una dirección y hacia Pamplona en la otra. La tarea de mover, incluso un pequeño batallón de 450 hombres hasta Pamplona era titánica. 

A la pequeña fuerza patriota le tomó seis días alcanzar el cañón de La Aguada, una distancia de tan sólo 40 o 50 millas. El camino atraviesa un profundo barranco defendido a lo largo de su extensión por un pelotón de cien hombres enviados por el coronel Ramón Correa.

La posición del enemigo se hacía tan ventajosa que esta pequeña fuerza podía detener cualquier ejército. La táctica fue enviar un espía quien informó al enemigo que no solamente eran las tropas de Bolívar las que estaban en camino de atacarles, un gran destacamento patriota desde Pamplona se aproximaba con la intención de sorprenderlos por la retaguardia.

Ante estas noticias las guarniciones españolas escaparon en pánico hacia Las Arboledas y San José de Cúcuta perseguidas velozmente por la vanguardia patriota. Exitoso en prevenir un ataque a Pamplona, Bolívar decidió pasar por la pequeña villa de Salazar y de allí proceder a San José de Cúcuta. Dejando esparcidos, lejos de su dominio los pequeños contingentes enemigos, acelera su marcha hacia San Cayetano, situada en el margen derecho del río y distante tan sólo diez millas desde San José de Cúcuta.

El 25 de febrero después de una breve, pero no menos sangrienta escaramuza, las guarniciones españolas estacionadas en San Cayetano escaparon hacia Cúcuta dejando sus muertos y heridos abandonados. En San Cayetano, Bolívar recibió municiones enviadas por el gobierno de la Nueva Granada y fue reforzada su retaguardia con un destacamento de 126 soldados al mando de los capitanes Lino Ramírez y Félix Uscátegui, enviados por el Coronel Castillo desde Pamplona.

Con estos refuerzos la tropa no alcanzó más de los 500 soldados a causa de las deserciones, enfermedades y penalidades en general. 

Llega el 28 de febrero de 1813, en veloz movimiento Bolívar llega a las colinas en los alrededores de San José de Cúcuta donde lo esperaba Correa y sus tropas. Luego de cuatro horas de fiero combate vino la victoria para las tropas patriotas cuando el futuro Libertador ordenara una carga de bayonetas y finalizara así la obstinada resistencia del ejército realista.

José Félix Ribas distinguido y valiente teniente del ejército patriota fue la figura principal responsable de la victoria. Las tropas de Bolívar recogieron gran cantidad de armas, municiones, comida y otros suministros abandonados por el enemigo en su precipitada huida, y de los bien surtidos depósitos y almacenes de la ciudad.

Los patriotas persiguieron los remanentes del ejército de Correa que escapaba a través de la frontera con Venezuela hacia la ciudad de San Antonio.

Bolívar regresó a Cúcuta donde recibió la promoción al grado de Brigadier General del Congreso de las Provincias Unidas de Nueva Granada por tan espléndida victoria, sus tropas permanecieron casi once semanas en San José de Cúcuta, no sólo por cuenta de la insurrección de uno de sus oficiales, tampoco podía dejar el territorio de la Nueva Granada para liberar a Venezuela hasta recibir la necesaria autorización de ambos gobiernos, el de Cartagena y el de las Provincias Unidas de Nueva Granada.

Curiosamente el coronel Manuel del Castillo y Rada nacido en Cartagena y fusilado por Morillo el 24 de febrero de 1815, anteriormente su igual en el rango, pero ahora su subalterno, comandaba las fuerzas en la Provincia de Pamplona con alrededor de 300 hombres.

Después que Bolívar fuera promocionado como Brigadier General, el coronel Castillo recibió la orden del gobierno de poner sus fuerzas bajo las órdenes de Bolívar. Cumpliendo no a su gusto, el coronel Castillo se rehusó además a cruzar la frontera hacia Venezuela, considerándola una aventura fantástica, ambiciosa, peligrosa y condenada al fracaso de antemano por el insignificante número de soldados patriotas que estarían enfrentando a un enemigo diez veces más fuerte.

Bolívar trató en vano de razonar con Castillo y después de dos meses de escuetos mensajes entre los dos comandantes y sus gobiernos, Castillo fue relevado de su comandancia. 

Finalmente le fue concedido el permiso a Bolívar para cruzar la frontera con Venezuela, estipulando que su accionar sería solamente en las Provincias de Mérida y Trujillo, con ésta el Gobierno de la Nueva Granada envió a Cúcuta suministros de armas y municiones, mientras el gobierno de Cundinamarca envió un regimiento de 150 voluntarios. 

La estancia de Bolívar en la ciudad es un motivo de glorificación. Fue la primera vez que piso el suelo cucuteño. 

Desde aquí vislumbró con la nitidez de nuestro cielo su eminente misión, calculó la extensión de su empresa libertadora, desde aquí organizó y recibió el apoyo necesario para la “Campaña Admirable” que lo llevo victorioso hasta Caracas. La correspondencia del Libertador durante los meses de marzo, abril y mitad de mayo dan cuenta de su seguridad en el triunfo, la inflexibilidad para enfrentar todo peligro y sufrir todo dolor, contienen, además, un vaticinio de su vida guerrera y de su imponderable lucha emancipadora. Ciertamente, La Batalla del 28 de febrero de 1813 en San José de Cúcuta tiene carácter trascendental en el desenvolvimiento de la cruzada libertadora. Quizás por esto el Libertador afirmó al día siguiente de la Batalla, “La América entera espera su libertad y salvación de vosotros, es aquí la cuna de la Victoria y de la Libertad”.

Lo que debe saber del monumento la ´Columna de Bolívar'  (La Opinión)

El 28 de febrero de 1883 se erigió este monumento, justo en el lugar donde se desarrolló la Batalla de Cúcuta. 

Hace 136 años, 70 años después de la Batalla de Cúcuta, los concejales Carlos Jácome y Roberto Berti ordenaron la construcción de la columna que vemos en la Loma de Bolívar. 

Fue elaborada por el maestro Pedro Tobías Vega y su nombre era 'Columna Centenario'.

La estructura mide 6 metros y fue hecha en concreto y su forma es en espiral con una esfera al finalizar.

Está ubicada en la calle 6, entre transversales 17 y 18, del barrio Loma de Bolívar.

Según la tradición oral de nuestra ciudad, fue construida sobre la piedra en la que el Libertador Simón Bolívar se paró para alentar a sus soldados.

El Ministro de Obras Públicas, Virgilio Barco Vargas, en 1960 recibió por parte del Concejo de Turbo un cañón usado en la época de la independencia y ocho años después fue ubicado junto a la columna.

Finalmente, en 1990 el lugar fue remodelado y allí se ubicó la estatua del Libertador Simón Bolívar.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

lunes, 28 de octubre de 2019

1583.- 20 AÑOS DE TENSIONES ENTRE COLOMBIA Y VENEZUELA



La Opinión

Esta imagen, en la que aparecen los entonces presidentes de Colombia, Álvaro Uribe, y de Venezuela, Hugo Chávez, estrechándose la mano, se hizo famosa, pues de esta forma los mandatarios sellaron su reconciliación en la XX cumbre del Grupo de Río, tras varios meses de duras tensiones y una profunda crisis diplomática.

El cierre de frontera ha sido una constante en las relaciones diplomáticas entre  Colombia y Venezuela. A lo largo de la historia de estos dos países hermanos se han registrado distintas tensiones políticas, las cuales han afectado, principalmente, a las regiones fronterizas de ambos lados.

Con la llegada al poder del fallecido Hugo Chávez, el 2 de febrero de 1999, en Venezuela los conceptos de socialismo y capitalismo empezaron a generar ciertas diferencias y roces con el gobierno colombiano, que en la historia reciente ha sido liderado por partidos de derecha.

A propósito del nuevo cierre de los pasos limítrofes que conectan a las dos naciones vecinas, decretado el 22 DE FEBRERO DE 2019 por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, La Opinión recuerda algunos de los hechos que han propiciado esas tensiones diplomáticas y hasta el congelamiento de las relaciones.

El cierre de los pasos fronterizos entre Venezuela y Colombia, ordenado por el gobierno de Nicolás Maduro, en agosto de 2015, desató una crisis migratoria sin precedentes en el país, que cada día se agudiza más.

Chávez al mando

Entre 1999 y 2002, el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, replanteó medios y estilos diplomáticos y le apostó a consolidar alianzas con países de Suramérica, mientras que Andrés Pastrana, presidente de Colombia en esa misma época, articuló las luchas antidrogas y antisubversiva, con el apoyo de los Estados Unidos. Los temores mutuos llevaron a cada gobierno a paralizar reuniones y organismos de vecindad.

En 2003 se registró un acercamiento entre Chávez y el ex-presidente Álvaro Uribe Vélez, lo que revivió proyectos de infraestructura fronteriza, se empezó a hablar de conexión interoceánica y hasta se diseñaron soluciones frente al diferendo marítimo, uno de los más antiguos del continente.

No obstante, el 15 de enero de 2005 Chávez ordena, nuevamente, suspender las relaciones comerciales con Colombia y retira a su embajador en este país, argumentando que el gobierno vecino violó su soberanía para capturar a Rodrigo Granda, el llamado ‘canciller’ de las Farc.

La versión oficial por parte de Colombia señala que el ex-guerrillero había sido detenido el 13 de diciembre de 2004 en Cúcuta, sin embargo, el gobierno venezolano dijo que la operación inició en Caracas, donde fue secuestrado y llevado hacia la frontera.

En 2007 se dio otro revés diplomático entre ambas repúblicas. Por un lado, el 31 de agosto Hugo Chávez y Álvaro Uribe anunciaron que el mandatario venezolano serviría de mediador en la liberación de secuestrados en poder de las Farc, a cambio de guerrilleros presos. El 21 de noviembre, Uribe pone fin a las labores de mediación de Chávez y el 25 de noviembre Chávez congela las relaciones con Colombia.


Entre 2008 y 2010 se dieron más rupturas. Chávez canceló las relaciones diplomáticas, comerciales, y amenazó con movilizar tropas. Uribe lo acusó de amigo del terrorismo y concretó un acuerdo con Estados Unidos para el uso de bases militares colombianas.

El 1 de marzo de 2008 se confirma la muerte de alias Raúl Reyes durante una operación militar por parte del gobierno colombiano en territorio ecuatoriano. En el hecho encontraron el supuesto portátil del jefe guerrillero, cuyos documentos vinculaban al presidente venezolano con la guerrilla de las Farc. 

Chávez rechaza las acusaciones y ordena la movilización de tanques hacia la frontera con Colombia. El mandatario socialista expulsa el 3 de marzo de 2008 al embajador de Colombia en Caracas. La tensión disminuyó un poco luego de que ambos presidentes sostuvieran conversaciones en la XX Cumbre del Grupo de Río, en República Dominicana.

A pesar de lo ocurrido allí, un año después, Hugo Chávez ordena congelar las relaciones con Colombia y llama a su embajador a consultas, en protesta contra los planes de Colombia de instalar siete bases militares de EE.UU., en julio de 2009.

Se mantienen los roces con Santos

En 2010, el cambio de gobierno en Colombia suponía una extensión del mandato de Álvaro Uribe con Juan Manuel Santos. Desde que ganó las elecciones, Hugo Chávez advirtió que se mantendría atento a las decisiones de su homólogo. Antes de la posesión presidencial de Juan Manuel Santos, se tomaron acciones de lado y lado que llevaron a generar de nuevo las tensiones.

El gobierno colombiano afirma el 15 de julio tener pruebas de que varios líderes de las guerrillas de las Farc y el Eln se encuentran en Venezuela. Al día siguiente, Uribe convoca una sesión extraordinaria del consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para abordar este asunto. El 22 de julio, Chávez rompe sus nexos con Colombia por las acusaciones de Bogotá. 

De manera sorpresiva, la relación con Santos da un giro y entre el 7 de agosto de 2010 y mayo de 2013, se establece una relación mediada por el diálogo permanente, con lo que ambos gobiernos lograron avances en materia comercial. La situación se mantuvo casi igual hasta el cambio de gobierno en Venezuela por la muerte de Hugo Chávez. 

Nicolás Maduro asumió la Presidencia de Venezuela el 13 de abril de 2013, pero luego de esa fecha las relaciones empezaron a desmejorar, a pesar del apoyo del vecino país al proceso de paz con las Farc.

Santos recibió el 29 de mayo de 2013 al opositor venezolano Henrique Capriles, lo cual no fue bien visto por Maduro, quien lo acusó de conformar un complot para removerlo del poder. El mandatario aclaró que había informado de este encuentro con antelación al gobierno venezolano. 

El momento más complicado en las relaciones llegó el 19 de agosto de 2015, cuando Maduro ordenó el cierre fronterizo de los puentes internacionales que conectan el estado Táchira y Norte de Santander. Semanas después ordenó la expulsión de miles de colombianos ubicados en la línea limítrofe, con el fin de frenar las supuestas bandas criminales y contrabandistas colombianas.

La masiva deportación generó una crisis humanitaria en la frontera, que luego se agudizaría con el incremento significativo de la migración de venezolanos hacia Colombia.

El sábado 23 de febrero de 2019 y tras casi cuatro años de esta crucial determinación, el mandatario del vecino país ordenó una vez más el rompimiento de las ya deterioradas y casi nulas relaciones con Colombia. 

La decisión se produjo en medio del proceso de movilización de las toneladas de ayuda aportada por Estados Unidos y otros países para los venezolanos más necesitados.

“He decidido romper todas las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno fascista de Colombia y todos sus embajadores y cónsules deben salir en 24 horas de Venezuela ¡Fuera de aquí, oligarquía!”, dijo Maduro.

Empezó el retorno de funcionarios consulares


Después del intento de llevar la ayuda humanitaria en el puente Santander a Ureña.

Al finalizar la tarde del día 23 de febrero, y en medio del fallido operativo que buscaba ingresar a territorio venezolanos las ayudas aportadas por Estados Unidos y otros países, el jefe del Ministerio de Relaciones Exteriores ordenó a los funcionarios diplomáticos retornar a Colombia a la mayor brevedad, con el fin de preservar su integridad.

Esto, luego de que el presidente del vecino país, Nicolás Maduro ordenara el rompimiento de las relaciones entre los dos países.

Atendiendo la orden que les entregó el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, hasta el domingo 24 de febrero a las 4:00 de la tarde, los funcionarios de 13 consulados de Colombia en San Antonio del Táchira, San Cristóbal, San Fernando de Atabapo, San Carlos del Zulia, Machiques, El Amparo, Barquisimeto, Maracaibo, Puerto la Cruz, Caracas y Puerto Ayacucho, Valencia y Mérida habían regresado al país, con sus familias.

Aunque Trujillo aseguró que el Gobierno Nacional no reconoce  la legitimidad de Maduro, consideró que era pertinente que no se mantuvieran en la hermana república.

Además de la Embajada en Caracas, en total son 15 los consulados de Colombia que funcionan en el vecino país.

Datos

-El 15 de enero de 2005 se dio uno de los desencuentros más sonados, por cuenta de la captura de Rodrigo Granda, el llamado ‘canciller’ de las Farc.

-En 2010, cuando asume el poder Juan Manuel Santos, las difíciles relaciones entre los dos países se restablecieron, pero con la llegada de Maduro se debilitaron nuevamente.

-El 19 de agosto de 2015 fue el punto de no retorno entre Colombia y Venezuela, tras el cierre de los pasos fronterizos, el cual completa ya casi cuatro años.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.