Olga Lucía Pradilla
Landazábal
(Aparte de Trabajo de Grado,
Magister U. Javeriana)
Estación Principal Ferrocarril de
Cúcuta
La
necesidad de buscar una cuarta línea que comunicara a Cúcuta con Tamalameque y
finalizara en Puerto Villamizar con ramales a Ocaña y Puerto Santos, fue otro
de los proyectos del ferrocarril de Cúcuta. Esta ruta empalmaría con el
ferrocarril de Puerto Wilches, posteriormente encontraría una salida por el río
Magdalena y finalmente con el mar; pero el proyecto sólo se quedó en el
imaginario y nunca se llegó a materializar.
La
línea fue estudiada por el ingeniero Juan N. González y en 1890 se celebró un
contrato entre José María Durán y Lino Leal Villamizar a partir del cual se
cedía la concesión para construir este ferrocarril, sin embargo la obra no se
llevó a cabo.
Años
después, una sociedad francesa financiaría el proyecto, pero por motivos de la
Primera Guerra Mundial y falta de inversionistas a causa de la crisis, no fue
posible conseguir los capitales y los interesados tuvieron que desistir de este
propósito.
El
beneficio económico que traería esta cuarta línea del ferrocarril, gozaba de
gran interés por parte de las élites colombianas.
En 1919
el General Virgilio Barco Martínez, ingeniero santandereano, estaba muy
interesado en la construcción de este trayecto y mantenía una frecuente
correspondencia con el entonces presidente de Colombia, Marco Fidel Suárez, en
la que proponía la construcción de dos tramos del ferrocarril, la primera de
Cúcuta al Magdalena y la segunda de Tamalameque a Calamar:
Carta del General
Virgilio Barco Martínez al presidente de la República Marco Fidel Suarez en
vista a la construcción del cuarto trayecto del ferrocarril de Cúcuta:
“República
de Colombia Telégrafos Nacionales
Cúcuta,
24 de julio de 1919
Señor:
Marco Fidel Suárez
Pase
ahora al consejo de Ministros.
Excelencia:
Dícenme de Nueva York Capital necesaria para ferrocarril de Calamar a
Tamalameque, Cúcuta, Bogotá está suscrito.
Deseo
conocer estado de ánimo del Gobierno respecto a éste negocio, o parte de él,
para trasladarme a esa capital, perfeccionar contrato y construir depósito
efectivo como garantía de seriedad operación.
Obtenido
esto seguiré Nueva York, construir legalmente sindicato con banquero
suscritores capital y proceder inmediatamente trabajo. Nuestra compañía
“Colombiana Petroleum Company Nueva York”, ante dificultades Venezuela, ayuda
poderosamente para pronta realización obra grandeza de progreso Nacional, que a
la vez dará trabajo para emplear energías Pueblo Santander, será fuerza
efectiva que extrechará Unidad nacional.
Nuestro
estado financiero, sólo puede corregirse con grandes empresas que traigan
capital al País.
Excelentísimo:
Nuestro
adecto servidor.
Virgilio
Barco”
Fuente:
Archivo General de la Nación. Bogotá-Colombia. Sección fondo nacional de
ferrocarriles. Tomo 353, folio 217-218. 1919
Contestación a la correspondencia enviada por el ingeniero
Virgilio Barco:
“Excelentísimo señor Presidente de la República y demás
honorables miembros del Consejo de ministros presentes.
Procedo a rendiros el informe relacionado con el telegrama
que el Doctor Virgilio Barco dirige de Cúcuta al excelentísimo señor Presidente
de la República y en el cual propone al Gobierno la celebración de un contrato
para construir un ferrocarril de Calamar a Tamalameque y de Cúcuta a Bogotá,
con capital suscrito en la ciudad de New York. Al mismo tiempo desea conocer el
Doctor Barco el estado de ánimo en que se encuentra el Poder Ejecutivo respecto
a este negocio, a fin de trasladarse a esta capital a perfeccionar el contrato,
construir el depósito efectivo como garantía de la seriedad de la operación y
seguir luego a New York con el objetivo de formar el respectivo sindicato con
banqueros de aquella capital.
Teniendo en cuenta la respetabilidad del proponente, su
reconocido patriotismo y la importancia de las empresas que acomete, es lógico
suponer que la propuesta que ahora presenta tiene caracteres de seriedad y está
respaldada por un sindicato que dispone de recursos suficientes para construir
el ferrocarril indicado en buenas condiciones para la Nación.
Por lo tanto, me permito proponeros el siguiente proyecto de
resolución:
“Contéstese al Doctor Virgilio Barco que el Gobierno,
teniendo en cuenta su respetabilidad y reconocido patriotismo y la capacidad
financiera del sindicato con que esté respaldada su propuesta, está dispuesto a
discutir las bases del contrato sobre construcción del ferrocarril a que él se
refiere en su atento telegrama de 24 de febrero del corriente año, dirigido al
Excelentísimo señor Presidente de la República”.
Vuestra comisión
Consejo de Ministros. Bogotá marzo 3 de 1919
Fuente: Archivo General de la Nación. Bogotá-Colombia.
Sección fondo nacional de ferrocarriles. Tomo 353, folio 219-220. 1919
“Tengo
el honor de poner en conocimiento del S.S que el Honorable Consejo de
Ministros, en sesión de hoy, tomó en consideración el informe rendido por el
señor Ministro de Agricultura y comercio acerca del telegrama dirigido al
Exemo. Sr. Presidente de la República por el Doctor Virgilio Barco, referente a
la propuesta que hace el Gobierno sobre celebración de un contrato para
construir un ferrocarril de Calamar a Tamalameque y de Cúcuta a Bogotá, y tuvo
a bien aprobar la proposición con que termina dicho informe; que dice:
“Contéstese
al doctor Virgilio Barco que el Gobierno, teniendo en cuenta su respetabilidad
y reconocido patriotismo y la capacidad financiera del sindicato con que está
respaldada su propuesta, está dispuesto a discutir las bases del contrato sobre
construcción del ferrocarril a que él se refiere en su atento telegrama de
febrero del corriente año, dirigido al Excelentísimo señor Presidente de la
República”.
A pesar de las influencias y del gran interés por
parte de las élites colombianas en construir este tramo, nunca se llevó a cabo
debido a que los inversionistas extranjeros se encontraban en condiciones de
iliquidez para financiar el proyecto; es preciso recordar que la economía
mundial estaba en crisis y los inversionistas no se sentían seguros
financieramente ante la expectativa y los cambios que acontecerían con el
transcurrir del conflicto bélico; a esto se suma la crisis interna económica
generada por la caída del precio del café ante la falta de compradores.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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