domingo, 15 de diciembre de 2019

1607.- 4ª LINEA DEL FERROCARRIL, DE CUCUTA A TAMALAMEQUE



Olga Lucía Pradilla Landazábal
(Aparte de Trabajo de Grado, Magister U. Javeriana)

Estación Principal Ferrocarril de Cúcuta

La necesidad de buscar una cuarta línea que comunicara a Cúcuta con Tamalameque y finalizara en Puerto Villamizar con ramales a Ocaña y Puerto Santos, fue otro de los proyectos del ferrocarril de Cúcuta. Esta ruta empalmaría con el ferrocarril de Puerto Wilches, posteriormente encontraría una salida por el río Magdalena y finalmente con el mar; pero el proyecto sólo se quedó en el imaginario y nunca se llegó a materializar.

La línea fue estudiada por el ingeniero Juan N. González y en 1890 se celebró un contrato entre José María Durán y Lino Leal Villamizar a partir del cual se cedía la concesión para construir este ferrocarril, sin embargo la obra no se llevó a cabo.

Años después, una sociedad francesa financiaría el proyecto, pero por motivos de la Primera Guerra Mundial y falta de inversionistas a causa de la crisis, no fue posible conseguir los capitales y los interesados tuvieron que desistir de este propósito.

El beneficio económico que traería esta cuarta línea del ferrocarril, gozaba de gran interés por parte de las élites colombianas.

En 1919 el General Virgilio Barco Martínez, ingeniero santandereano, estaba muy interesado en la construcción de este trayecto y mantenía una frecuente correspondencia con el entonces presidente de Colombia, Marco Fidel Suárez, en la que proponía la construcción de dos tramos del ferrocarril, la primera de Cúcuta al Magdalena y la segunda de Tamalameque a Calamar:

Carta del General Virgilio Barco Martínez al presidente de la República Marco Fidel Suarez en vista a la construcción del cuarto trayecto del ferrocarril de Cúcuta:

“República de Colombia Telégrafos Nacionales

Cúcuta, 24 de julio de 1919

Señor: Marco Fidel Suárez

Pase ahora al consejo de Ministros.

Excelencia: Dícenme de Nueva York Capital necesaria para ferrocarril de Calamar a Tamalameque, Cúcuta, Bogotá está suscrito.

Deseo conocer estado de ánimo del Gobierno respecto a éste negocio, o parte de él, para trasladarme a esa capital, perfeccionar contrato y construir depósito efectivo como garantía de seriedad operación.

Obtenido esto seguiré Nueva York, construir legalmente sindicato con banquero suscritores capital y proceder inmediatamente trabajo. Nuestra compañía “Colombiana Petroleum Company Nueva York”, ante dificultades Venezuela, ayuda poderosamente para pronta realización obra grandeza de progreso Nacional, que a la vez dará trabajo para emplear energías Pueblo Santander, será fuerza efectiva que extrechará Unidad nacional.

Nuestro estado financiero, sólo puede corregirse con grandes empresas que traigan capital al País.

Excelentísimo:

Nuestro adecto servidor.

Virgilio Barco”

Fuente: Archivo General de la Nación. Bogotá-Colombia. Sección fondo nacional de ferrocarriles. Tomo 353, folio 217-218. 1919

Contestación a la correspondencia enviada por el ingeniero Virgilio Barco:

“Excelentísimo señor Presidente de la República y demás honorables miembros del Consejo de ministros presentes.

Procedo a rendiros el informe relacionado con el telegrama que el Doctor Virgilio Barco dirige de Cúcuta al excelentísimo señor Presidente de la República y en el cual propone al Gobierno la celebración de un contrato para construir un ferrocarril de Calamar a Tamalameque y de Cúcuta a Bogotá, con capital suscrito en la ciudad de New York. Al mismo tiempo desea conocer el Doctor Barco el estado de ánimo en que se encuentra el Poder Ejecutivo respecto a este negocio, a fin de trasladarse a esta capital a perfeccionar el contrato, construir el depósito efectivo como garantía de la seriedad de la operación y seguir luego a New York con el objetivo de formar el respectivo sindicato con banqueros de aquella capital.

Teniendo en cuenta la respetabilidad del proponente, su reconocido patriotismo y la importancia de las empresas que acomete, es lógico suponer que la propuesta que ahora presenta tiene caracteres de seriedad y está respaldada por un sindicato que dispone de recursos suficientes para construir el ferrocarril indicado en buenas condiciones para la Nación.

Por lo tanto, me permito proponeros el siguiente proyecto de resolución:

“Contéstese al Doctor Virgilio Barco que el Gobierno, teniendo en cuenta su respetabilidad y reconocido patriotismo y la capacidad financiera del sindicato con que esté respaldada su propuesta, está dispuesto a discutir las bases del contrato sobre construcción del ferrocarril a que él se refiere en su atento telegrama de 24 de febrero del corriente año, dirigido al Excelentísimo señor Presidente de la República”.

Vuestra comisión

Consejo de Ministros. Bogotá marzo 3 de 1919

Fuente: Archivo General de la Nación. Bogotá-Colombia. Sección fondo nacional de ferrocarriles. Tomo 353, folio 219-220. 1919

“Tengo el honor de poner en conocimiento del S.S que el Honorable Consejo de Ministros, en sesión de hoy, tomó en consideración el informe rendido por el señor Ministro de Agricultura y comercio acerca del telegrama dirigido al Exemo. Sr. Presidente de la República por el Doctor Virgilio Barco, referente a la propuesta que hace el Gobierno sobre celebración de un contrato para construir un ferrocarril de Calamar a Tamalameque y de Cúcuta a Bogotá, y tuvo a bien aprobar la proposición con que termina dicho informe; que dice:

“Contéstese al doctor Virgilio Barco que el Gobierno, teniendo en cuenta su respetabilidad y reconocido patriotismo y la capacidad financiera del sindicato con que está respaldada su propuesta, está dispuesto a discutir las bases del contrato sobre construcción del ferrocarril a que él se refiere en su atento telegrama de febrero del corriente año, dirigido al Excelentísimo señor Presidente de la República”.

A pesar de las influencias y del gran interés por parte de las élites colombianas en construir este tramo, nunca se llevó a cabo debido a que los inversionistas extranjeros se encontraban en condiciones de iliquidez para financiar el proyecto; es preciso recordar que la economía mundial estaba en crisis y los inversionistas no se sentían seguros financieramente ante la expectativa y los cambios que acontecerían con el transcurrir del conflicto bélico; a esto se suma la crisis interna económica generada por la caída del precio del café ante la falta de compradores.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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