La Opinión
Salua Turbay falleció a los 78 años.
El lunes 2 de septiembre de 2019 en la mañana falleció en la capital nortesantandereana Salua Turbay, una mujer
recordada y reconocida en Cúcuta por su rol como jefa del departamento de
enfermería de la Clínica Norte, labor en la cual la caracterizó su sencillez,
servicio y buen trato.
Desde hace tres años su salud se
había deteriorado por una enfermedad, que finalmente la condujo a la muerte.
Salua Turbay nació el 27 de
septiembre de 1940. Sus padres, libaneses, llegaron a Cúcuta para reclamar una
herencia y decidieron quedarse y formar una familia.
Estudió enfermería en Bogotá, en la Pontificia Universidad Javeriana, en
1959, al lado de 29 compañeras más, de las que se graduaron 20.
Su primer trabajo de enfermera lo hizo en el hospital San Juan de Dios
de la capital. Una dura prueba para una egresada que tiene
la responsabilidad de la supervisión nocturna, de todos los servicios del centro asistencial y de 900 camas que le hicieron
ver la realidad del dolor.
Aunque ella vio a su profesión
como una condición de apostolado al servicio de los dolientes, además como
una necesidad de conciencia; de estar en función de los valores más
preciados del ser humano: la vida, la salud y la integridad.
Fue precursora del programa de Enfermería de la Universidad
Francisco de Paula Santander (UFPS), donde se desempeñó durante muchos años
como docente.
Además, se desempeñó como jefe de la oficina de relaciones
institucionales e información de esa alma mater, miembro de la Sociedad
Bolivariana de Norte de Santander, miembro de la junta directiva de la
Fundación Virgilio Barco, así como de la junta directiva de la Asociación
Nacional de Enfermeras y jefa del departamento de enfermería de la Clínica
Norte.
En la
celebración de los 25 años de la Clínica Norte, en octubre de 1986 en sus
instalaciones. Recordamos de izquierda a derecha, entre otros a los galenos
Manuel Díaz Caro, José Vicente Mariño, Jorge Cruz, Jorge Montañez, Enrique
Canal Perdomo, Jorge Zúñiga, Humberto Darío Galvis y la señorita Salua Turbay,
como la conocían sus allegados.
En una entrevista con La Opinión
contó que le encantaba decorar el patio de su casa para sus amigos y hacer
almuerzos los domingos con comida árabe.
Pese a los múltiples viajes que hizo a Líbano, Siria, Palestina, Israel y
Estados Unidos, entre otros, aseguraba que no había como regresar a su casa,
"a su cama".
Recibió
diversos reconocimientos, entre ellos una distinción especial por su apoyo
permanente en el Colegio Médico de Norte de Santander, entregado por la
Asamblea y la Alcaldía.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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