viernes, 5 de marzo de 2021

1841.- LA MEDIA ESTANCIA DONADA POR DOÑA JUANA

Carlos H. Africano H.

Qué es una estancia

Por aquellos tiempos las haciendas se medían por estancias. Una medida castellana que vista desde el tercer milenio equivale a 1564 hectáreas, aproximadamente, de modo que la media estancia son 782 has, medida que debe ser transportada al plano de Cúcuta para verla en su verdadera dimensión (Es que 782 has no son cualquier chichigua. Piensen nomás, es que una hacienda de 50 Has ya es un terreno bastante grande).

De la Comisión de Mesura

A petición de los pobladores de la parroquia, el virrey de Nueva Granada elevó solicitud al monarca español para llevar a la categoría de villa, la parroquia de San José. El monarca la aceptó el 9 de diciembre de 1790, a consulta del Consejo de Cámara, quien solicitó nuevos documentos justificativos, entre ellos, el alinderamiento de los terrenos del poblado.

El virrey Espeleta, de Nueva Granada, nombró una comisión que se llamó “Comisión de Mesura” conformada por: Miguel Chacón, agrimensor de la corona; Luis Ignacio Santander, personero, en representación del vecindario de la población; Alejandro Ortíz Manosalvas, escribano real y Juan Antonio Villamizar, teniente corregidor, justicia mayor de Pamplona y juez de la causa.

La dichosa comisión se presentó en el poblado el 26 de abril del año1793, casi tres años después de que el rey solicitara la medición.

En un acto por demás apresurado esta comisión procedió a hacer unas mediciones carentes de toda responsabilidad. En lugar de medir la media estancia y fijar los límites que además estaban en la escritura, se limitó a medir lo que a simple vista se veía.

Este es el informe de la comisión: “… habiendo tomado la medida de la media estancia… se halló que desde la acequia de don Juan de Lara, que en el día de la media entre la población de esta villa, y la tierra correspondiente al Hospital habrá tres mil ciento doce varas castellanas hasta el viso del carrero (sic) hacia el poniente. …a lo ancho no sabiéndose, hasta donde tenían tierras los Jesuitas que es uno de los linderos nombrados en la escritura únicamente suscritas por seiscientas diez y siete varas y media de Castilla, desde la casa donde hoy vive don Martín de la Peña, que está dos cuadras arriba de la plaza, hasta el sitio donde se fijó por lindero una piedra”.

Como esto debemos traducirlo a datos del tercer milenio, según este informe; La acequia de Juan de Lara se iniciaba en la calle 8 con avenida 3 y el hospital, donde aún está, calle 13 con avenida 2. De modo que la calle iba de la avenida segunda a la tercera en diagonal. La última calle del poblado por el sur era la aproximación de la calle 13 actual, que prolongaron con la medida desde el hospital hasta un punto cerca del cementerio, en la calle 14, porque la dirección de las calles de ese tiempo estaba giradas a izquierdas, algunos veinte grados con relación al norte, lo cual hace que no coincidan con las de ahora.

La última calle al norte era la aproximación de la calle 8, que la prolongaron con la medida hasta el cerro y que resultó un punto cerca del monumento de la virgen de Fátima. Uniendo esto cuatro puntos, resultó un rectángulo de 2500 m X 500 m, que fue el terreno que la gloriosa comisión fijó como la media estancia donada. En el plano anexo se puede seguir y mirar el tamaño fijado por la comisión.

La media estancia donada

La escritura de donación en realidad no fija los límites, pero si precisa los puntos cardinales dentro de los cuales estaba enmarcado el terreno.

Reza así la escritura: “…de la media estancia de ganado mayor medida y amojonada en la parte que tiene previsto para la dicha fundación, se dan por linderos de la dicha media estancia, la acequia de agua que tiene sacada para el riego de su hacienda el capitán Juan de Lara Jovel que de esta divide una y otra tierra, que este lindero es por la parte del dicho rio Pamplona, y por la parte de arriba con tierras de don Francisco Rangel, y por la parte de abajo con tierras que pertenecen al Colegio de la Compañía de Jesús de dicha ciudad, y por el otro lado con tierras de la otorgante…”.

Para cualquier desprevenido lector esto es todo un galimatías. Pero para un cucuteño y valiéndose del sentido común, lo puede interpretar. El rio Pamplona fija el oriente de la ciudad y desde luego del terreno donado. Las expresiones “por el lado de arriba” se refiere al sur y “por el lado de abajo” se refiere al norte, pues Cúcuta es una ciudad sui generis, el sur queda para arriba, dirección San Rafael y el norte es para abajo, dirección El Salado. Como solo queda un punto cardinal, la expresión “por el otro lado” es el occidente.

Resta ubicar estos puntos cardinales en el plano de la ciudad. Valiéndose de otros documentos y de otras escrituras se logra determinar que la acequia de agua del capitán Juan de Lara quedaba en Pescadero (no el actual, son más al norte) y que era donde tenía sus propiedades el capitán Lara Jovel. Esto consta en numerosos documentos. (Es que la comisión de mesura confundió la acequia de la avenida tercera con calle octava, con la del capitán Lara Jovel).

También se determinó que los límites por el occidente “con tierras de la otorgante” eran los cerros occidentales, un límite natural y geográfico. Por “Viso del Cerro”, se reconoce como el filo del cerro y para ese tiempo había unas ubicaciones muy precisas cerca del cementerio central y del hospital Rudesindo Soto conocidas como “el Viso del Carnero” y “la Piedra del Galembo.

En cuanto al límite sur, “tierras de don Francisco Rangel”, estas tierras siempre fueron de los Rangel y se conocieron como la Vega de los Rangel, que derivó en la Vega de Rangel y que trascendió hasta nuestros días como “La Vega”, que fue vendida con el nombre de “el Resumen”, nombre que ha conservado, donde hoy está el acueducto de la ciudad.

El límite norte ha sido un poco más difícil de determinar porque los rastros de las propiedades colindantes se han perdido en el tiempo. No se pudo determinar a ciencia cierta donde quedaba el dichoso Colegio de la Compañía de Jesús. Pero se sabe que estaba en los alrededores de lo que hoy es La Zona franca y haciendo un esfuerzo mental basado en documentos ciertos y oficiales, se puede concluir que la acequia del capitán Lara Jovel estaba en la vega del río llamada “de Pescadero”, bastante al norte de la ciudad, tal vez a la altura de la urbanización Niza y que este límite estaba cerca de lo que hoy es la avenida Libertadores por los lados de la zona franca, con lo cual se integra el límite norte.

Vistas, así las cosas, la Comisión de Mesura de 1793 se pegó una descachada de los mil demonios y nos indujo a creer que “la media estancia donada” es apenas un terrenito un poco más grande que el que se requiere para construir una iglesia. Cuando la verdad es que son 782 hectáreas y que, para el caso de la ciudad de Cúcuta, según las escrituras de donación, va desde El Resumen, actual acueducto, hasta la Zona Franca y desde el rio Pamplonita hasta los cerros occidentales, terrenos dentro de los cuales están los ejidos de la ciudad.

 

Nota.- El escrito original es titulado “Un aporte a los linderos de la media estancia”.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.


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