Hermana María Victoria - Congregación del Ángel de la Guarda
La Hna. María Victoria (antes Hna. Almudena) cuenta sobre los inicios del colegio Santo Ángel con mucho cariño, pensando en Cúcuta, a la cual le debe mucho y le tiene mucha gratitud. Para ella fue una ciudad hermosa y cree fue la mejor elección para hacer la primera fundación de las hermanas del Ángel de la Guarda en Colombia.
Sucedió en 1955, cuando un grupo de hermanas, entre ellas la Hna. San Ignacio y Hna. Rosa, iban en camino hacia la ciudad de Cali, para hacer precisamente una fundación de la comunidad. Tuvieron que hacer parada en Cúcuta. Un grupo de personalidades en Cúcuta se enteraron de la presencia de las hermanas y quisieron tener una entrevista con ellas, interesados en un nuevo colegio de religiosas para niñas en la ciudad.
Lograron tener la entrevista con las religiosas y le plantearon la posibilidad de tener también la congregación en la ciudad de Cúcuta, pero las hermanas se disculparon, teniendo en cuenta que su objetivo era la ciudad de Cali. Sin embargo, el grupo de personajes cucuteños a pesar de no lograr su objetivo, quedaron con muy buena relación con las hermanas y las despidieron al continuar su destino.
Cuando las hermanas llegaron a la ciudad de Cali, no les pareció apropiado el sitio por diferentes motivos, una de ellas era la lejanía con Venezuela, ya que, la ciudad más cercana era Acarigua, que quedaba en los llanos orientales y hasta Cali, era un poco distante y la comunidad quedaba un poco dispersa, por lo tanto, no les pareció bien la fundación allá y se regresaron nuevamente vía Cúcuta hasta Venezuela.
Al pasar por Cúcuta el grupo de profesionales volvió a insistirles sobre la Fundación. Al exponerles las garantías que daban para ello, la verdad es que les llamó la atención a las hermanas y tomaron la determinación que, al llegar a Caracas, estudiarían con mucho entusiasmo la propuesta de esta nueva Fundación en la ciudad.
Por ello, al finalizar 1955, viajaron las hermanas Teresa, Bienvenida y Elisa a Cúcuta y se hospedaron en el ancianato que manejan las Hermanitas de los Pobres, allá estuvieron instaladas estudiando la posibilidad de abrir un colegio para el nuevo año escolar, que se iniciaba en febrero de 1956. Sucedió que las garantías que les daban en Cúcuta eran muy buenas y buscaron una casa lindísima, de las muchas que había entonces en la ciudad, ubicada en la avenida 1ª con calle 9, que hacía esquina, diagonal a lo que era Bavaria. Esa casa para la hermana María Victoria, tuvo un recuerdo especial, porque más que del colegio, era la casa de las alumnas y de sus familias, era hermosa la convivencia allá.
Los personajes que hicieron posible ese proyecto, fueron el doctor José Antonio Rubio, el doctor Alberto Duarte, don Julio García-Herreros, el doctor Luis Cáceres, la señora Cielito de Monroy, el padre Rafael García-Herreros, don Aziz Abrajím y otros, a quienes Dios, seguramente habrá premiado por su interés y generosidad por tan magna obra. Ellos rodearon a las hermanas de cariño y le facilitaron todo lo que estaba en sus manos.
Más tarde, a principios del mes de febrero se integraron a las primeras tres hermanas, la hermana Mónica y la hermana Almudena (posteriormente Hna. María Victoria, nombre de bautismo). Dos meses más tarde llegaron la Hna. Resurrección y la Hna. María Virgen de La Guarda y dos últimas hermanas arribaron un poco más tarde. En total fueron 9 hermanas de la comunidad.
Con las 5 primeras hermanas que llegaron, se formó la primera casa educativa de la congregación en Colombia. Se hizo formalmente el 11 de febrero de 1956, Nuestra Señora de Lourdes, invocación a la cual el fundador tenía especialísima devoción. Se hizo una misa muy bonita, rodeados también de los padres de familia de las niñas y ese mismo día comenzaron las clases.
Promoción 1969
Según la Hna. María Victoria: ‘‘No solamente esta junta de personas queridas, nos dieron la mano, sino toda la ciudad. Nos sentimos como en nuestra casa. Rodeadas de cariño, solamente puedo decir esta experiencia hasta 1968’’. En ese momento la trasladaron a Bogotá. Pero recuerda con especial cariño, algo así como 17 alumnas que, fueron las primeras bachilleras que se proclamaron en 1963. ‘‘Ya el colegio estaba muy crecido y bonito, y ya no cabíamos todos solamente en esa hermosa casa, sino que teníamos muy cercano a ella, otras casas que nos servían, para atender las múltiples solicitudes que hacían para educar sus niñas, varias personas de la ciudad. Ya en estos tiempos, estábamos pensando en ir comprando un lote, en el mejor sitio, para poder educar de una manera cómoda y amplia, a la juventud femenina de Cúcuta.
De 1968 en adelante, estuve en Bogotá hasta 1974, cuando regresé a ocupar la rectoría hasta 1975, año en el cual tuve que viajar a España, por la muerte de mi madre. El colegio ya estaba funcionando en lo que es hoy, en La Rinconada, un bellísimo colegio digno de la ciudad. Pasé un año como siempre feliz y contenta.
Hoy (2016) desde Bogotá quiero mandarles el abrazo más sincero, más cariñoso y una gran gratitud que siento en mi corazón hacia todos los cucuteños, a los que llevo muy adentro de mi ser. Que Dios los siga bendiciendo siempre y ese bello colegio ADELANTE, como reza nuestro himno: ‘Siempre adelante, sin desmayar, el Ángel de la Guarda dirige nuestro afán’.’’
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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