viernes, 23 de julio de 2021

1913.- AL DOCTOR ROSENDO CACERES DURAN Y NUESTRO CUCUTA DEPORTIVO

Juan Pabón Hernández (La Opinión)

El doctor Cáceres con su nieta Angela María Cáceres Gómez en el estadio General Santander, el 13 de octubre de 2019, partido Cúcuta 1 Patriotas 0


El anhelo de los muchachos de antes era ir al General los domingos, cada quince día a las 3:30 pm, una tradición de mística y honor que cultivábamos en el corazón, sin ínfulas, ni prendas costosas, sólo con el deseo de ver vibrar la camiseta original negra y roja, partida por mitades.

Al equipo motilón lo vimos muchos años, en el vetusto General Santander, cuando era de un piso y, ya remodelado, en sus jornadas de gloria o en las largas tardes del descenso, alentándolo en su brega por ascender.

Así era y, desde que llegábamos -antecitos- a 'La Manino', nos alentaban los ventarrones arenosos y los comentarios de los locutores que brotaban de un transistor panela pegado a la oreja.

Alfonso Bermúdez un domingo de los 50 del siglo pasado, amigo y compañero bachiller del doctor Rosendo, atravesando lo que posteriormente sería 'La Manino', se trazaría la diagonal, … posiblemente para encontrarse con su condiscípulo en el estadio.


Nos daban ganas de aliviar el calor sofocante con habas, maíz, maní de Gardel, o chicharrón y boje con agua de panela, para prepararnos para la emoción esplendorosa de cantar los goles.

Y de saludar a los amigos en el medio tiempo, abajo, al lado de la malla, con un papelón de colores, y conversar -de todo- en nuestra casa-estadio.

De los primeros en llegar a su silla en el estadio General Santander, con ‘el pulpito’ Javier Labrador, el 17 de noviembre de 2019, durante el partido Cúcuta 0 Tolima 0


De regreso, con una paleta en la mano, hablábamos del partido y de nuestros ídolos, o de los pronósticos que le esperaban, afuera, la siguiente semana.

Todo era simple, no sabíamos de copas europeas, sino de nuestro amor por el Cúcuta Deportivo, con el que crecimos arropados de costumbres ancestrales, con aroma de familia y un orgullo que encendía la pasión alegre y parroquiana de aquellos hinchas precoces, plenos de ilusiones.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

No hay comentarios:

Publicar un comentario