Fundado en el año 1949, el barrio Colsag fue una iniciativa de las empresas petroleras Colombian Petroleum Company (Colpet) y South American Gulf Oil Company (Sagoc) para que trabajadores y pensionados pudieran disfrutar de una vida tranquila con el apoyo de un sistema de crédito a 20 años. Es de ahí que su nombre nace por un acrónimo que toma las primeras letras de las dos compañías fundadoras: Colpet y Sagoc.
La construcción se inició con 50 casas. Al principio, fue concebido como un barrio residencial, pero, por su ubicación y características, con el tiempo se presentaron cambios en su infraestructura y el aprovechamiento de la localidad por parte de sus habitantes generó un eficaz desarrollo comercial.
Esto se evidencia en la variedad de negocios en los campos de la salud, gastronomía y hoteles. Además, su estrecha cercanía con El Malecón, inaugurado en 1986, trajo una mirada más amena hacia el desarrollo.
Por su cercanía a la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS), los residentes del barrio acostumbran a ofrecer habitación en arriendo a los estudiantes de otras ciudades del país.
El presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), Antonio Morales, llegado en los años 70 al barrio, lo recuerda como un lugar de mucha tranquilidad. En aquellos tiempos, las familias acostumbraban a organizar salidas al río Pamplonita, donde la entonces caudalosa fuente hídrica y la exquisita cantidad de árboles de mango hacían del destino una maravilla natural.
Morales recordó que en Cúcuta no existía una plaza que exaltara a Simón Bolívar, hasta que en 1982 se decidió que el parque del Colsag llevaría el nombre del Libertador de cinco naciones.
Considerado un emblema que rememora el origen del barrio, El Balacín, como lo llaman los habitantes, es un ícono de metal, pintado en amarillo, en el parque que recibe el mismo nombre. Sin embargo, no estuvo inicialmente ligado a la creación del barrio Colsag, sino que fue agregado tiempo después como un recuerdo del pasado petrolero. Durante muchos años el parque mantuvo su mismo aspecto hasta que en 2020, en las últimas semanas de mandato del exalcalde César Rojas, sufrió una remodelación que ahora hace juego con la nueva ruta de ciclovía.
En cuanto al sector salud, la ubicación, infraestructura, calidad humana y profesional de la Clínica Santa Ana, junto a otras clínicas privadas del sector, atrajo más posicionamiento del barrio como un referente regional de estética y atención médica.
En tiempos anteriores a la pandemia del coronavirus, el comité de deporte solía coordinar campeonatos, actividades culturales y representativas dentro del sector. Ahora, lo único que se mantiene activo es el Mercado Colsag, una tradición que reúne cada sábado por la mañana a vecinos propios y de otros barrios.
Según Morales, con la remodelación de la Gran Colombia en 2019, todo el tránsito lo recibió el Colsag, lo que ocasionó graves daños en las calles y avenidas, y aunque después de finalizada la obra arreglaron las principales, ahora la comunidad solicita una mejora de las calles laterales.
Además, se presentan deficiencias en alumbrado público que incitan a la inseguridad, pues, a poca luz, ocurren más robos y altas posibilidades de accidentes.
“La inseguridad se ha presentado siempre en el barrio, pero de un tiempo para acá han aumentado más las cifras de robos en el sector. Aunque hay un CAI cerca y existe un sistema de alerta con la comunidad por medio del WhatsApp, no ha sido posible mitigar el aumento de hurtos”, explicó.
En nombre del barrio, Morales hace un llamado a los integrantes del gobierno municipal para una mayor atención a estas problemáticas.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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