domingo, 27 de febrero de 2022

2021.- BOSQUE SECO TROPICAL, EN VIA DE EXTINCION

La Opinión


El Bosque Seco Tropical uno de los ecosistemas con mayor amenaza, debido a las diferentes actividades agropecuarias y de la industria de la construcción; principales causantes de la destrucción y fragmentación de este tipo de hábitat.

En la actualidad, de manera desafortunada, según el registro del instituto Alexander Von Humbolt, solo queda el 8% de los nueve millones de hectáreas que existían en territorio colombiano. 70.000 hectáreas, se encuentran alrededor de Cúcuta, lo que significa que tenemos uno de los mejores ecosistemas, permitiendo que la biodiversidad del entorno sea abundante.

El bosque seco tropical se caracteriza por estar ubicado en alturas de 0 a 1.000 metros sobre el nivel del mar, con temperaturas de más 24 °C; su biodiversidad de fauna y flora es única, adaptándose a condiciones de alto estrés hídrico, dándoles un alto nivel de endemismo (especie de planta o animal propia de esta zona y que no se da en ninguna otra).

Colaptes Punctigula

Estos entornos prestan servicios fundamentales a las comunidades como regulación hídrica, la retención de suelos, la captura de carbono que permite regular el clima, la disponibilidad de agua y nutrientes.

Asimismo, suministran especies leguminosas, ornamentales y frutales que son importantes para el sustento y el bienestar de los pobladores aledaños.

Por su ubicación en paisajes dominados por zonas ganaderas y agrícolas los bosques secos tropicales generan la oportunidad de mantener especies de insectos que ayudan en el control de las plagas y vectores de enfermedades.

Solo el 0,4% está protegida por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP). En Norte de Santander en municipios como Zulia, Los Patios, Villa del Rosario, Ocaña, Playa de Belén y San Cayetano cuentan con este tipo de ecosistema la mayoría de ellas en zonas privadas.

El 4 de diciembre de 2019 el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, a través de la Dirección de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, hizo el lanzamiento del Programa Nacional para la Gestión Integral del Bosque Seco Tropical en Colombia, con la finalidad de apostarle a la conservación de estos tipos de hábitat teniendo en cuenta factores con la gestión del riesgo y el cambio climático.

Sibon Nebulato

En el departamento, la Universidad de Pamplona por medio del Grupo de Investigación en Ecología y Biogeografía, ha liderado proyectos de caracterización de fauna y flora en estos ecosistemas, estas exploraciones han sido financiadas por Conservation Leadership Program (CLP), Instituto Alexander Von Humboldt, CORPONOR, BBVA, Colciencias y otras ONG internacionales. Organizaciones que han permitido dar cuenta de la diversidad de animales y vegetación.

“Esto ha permitido dar registro en anfibios de 15 especies, 12 de reptiles, 80 de aves y 230 de mariposas diurnas. Y se espera por su gran diversidad florista una presencia de 20 y 30% más de las que hoy se conocen para anfibios, reptiles y aves por el reconocimiento de su área y ecosistema” comentó Diego Carrero director del grupo de investigación de la Universidad De Pamplona.

Mechanitis Polymnia

También se han documentado 450 especies de angiospermas (plantas florales).

Carrero, que también es investigador asociado al Ministerio de Ciencias y magister en Entomología (estudio de insectos) de la Universidad Nacional, y su área específica lipidopteros (mariposas diurnas), en estudios, han demostrado que 50 especies son propias del Bosque Seco Tropical de las 450 existentes en los diferentes ecosistemas del país.

Para conservar los Bosque Secos Tropicales se han desarrollado diferentes estrategias de comunicación con la finalidad de fortalecer la educación referente a este tema en Cúcuta y Norte de Santander por parte de este grupo de investigación.

“Una de las estrategias más conocida se llama ‘Educa Para la Conservación’, en ella hemos dado algunos datos importantes con respecto a la importancia del Bosque Seco Tropical a las intervenciones y la necesidad de conocer nuestro ecosistema y de respetarlo”, mencionó Catalina Camargo Pardo, coordinadora de comunicaciones del grupo de investigación en Ecología y Biogeografía de la UNIPAMPLONA.

Es importante que los cucuteños entiendan el mensaje y se apropien de las riquezas que se tienen en el territorio ambiental, con las intervenciones que se hacen, agregó Camargo que es magister comunicación social e investigadora en comunicación y medio ambiente.

Además, se ha involucrado también a los niños de diferentes instituciones educativas para que ellos puedan narrar la importancia del medio ambiente de Cúcuta y Norte de Santander, conozcan cuáles son sus características, estableciendo un discurso de respeto al medio ambiente.









Recopilado por: Gastón Bermúdez V.


viernes, 25 de febrero de 2022

2020.- TASAJERO, CUNA DE DEPORTISTAS

Ronaldo Medina (La Opinión)


Al norte de Cúcuta, una majestuosa montaña es guardiana de la Cordillera Oriental de los Andes. Cada cierta época, las laderas de su bosque seco tropical son acobijadas por una capa dorada tras el florecimiento de preciosos cañahuates que se vislumbran desde las lejanías de toda la ciudad y el área metropolitana.

Ese espectáculo natural ha inspirado a lo largo de la historia a numerosas generaciones, entre ellas, al señor Humberto Rodríguez, quien el 12 de octubre de 1983 fundó la urbanización Tasajero en honor al cerro homónimo.

Hoy, 2021, este barrio de la comuna 5 está conformado por casi cuatrocientas viviendas de estrato 3, en su mayoría, habitadas por jubilados de Centrales Eléctricas de Norte de Santander (CENS) y la Alcaldía, otra parte se destacan en la docencia y el libre comercio.

Jóvenes cronistas del barrio, como Natalia Pabón, se han dedicado a recopilar los diagnósticos sociales de Tasajero, en los que lo detallan como una infraestructura estratégica, central, con fáciles rutas de acceso a zonas importantes como la Central de Abastos, el Centro Comercial Unicentro y la avenida Los Libertadores.


De capilla a parroquia

A pesar de tener 38 años de historia, Tasajero no contaba con una iglesia constituida, sino con la capilla Divino Niño, por lo que, para registros bautismales, de confirmación o de matrimonio, los vecinos debían desplazarse hacia la curia de la Parroquia Inmaculado Corazón, en Prados del Norte.

Fue hasta hace 4 años que el nuevo presbítero inició un proyecto de remodelación, con el apoyo de la comunidad, para dar un importante paso de capilla a parroquia, y desde hace dos semanas, ya se conoce oficialmente como Parroquia Divino Niño Jesús. Este hecho representa un motivo de orgullo para los feligreses de Tasajero, porque marca un escalafón más en el desarrollo del barrio.


Hasta el momento, ya lo dotaron con aire acondicionado y un cuadro de la imagen en la fachada del recinto.

Sin embargo, en el parque conexo a la estructura, un problema con Alumbrado Público los mantiene en ascuas. Desde que las luminarias fueron reemplazadas por otras de menor intensidad, durante las noches es como si no hubiera luz.

“En las celebraciones de Semana Santa, por medidas de bioseguridad, las eucaristías se celebraron en el parque, pero estábamos a oscuras. El IMRD tuvo que enviarnos una lámpara provisional”, manifestó Paul Charry, vicepresidente de la Junta de Acción Comunal (JAC).


Amor al deporte

Una cualidad que identifica a la gente de Tasajero es la participación. Esto se ve reflejado en el mantenimiento constante de los escenarios deportivos para poder disfrutar de las canchas en plenitud.

Cada cierto tiempo, niños, jóvenes y adultos, liderados por la señora Luisa Colobón Gallardo, se reúnen para lavar las canchas y pasar un tiempo agradable en comunidad.

Semana a semana, las escuelas deportivas mantienen vivo el espíritu de los más jóvenes del barrio, con el fin de mantenerlos alejados de los males de la ciudad. Cuentan con dos escuelas de baloncesto, una a cargo del entrenador Alex Tovar y otra por Sebastián Reyes, junto a una escuela de microfútbol, dirigida por Sebastián Rodríguez.

“Hace pocos meses retomaron los entrenamientos con todos los protocolos de bioseguridad y de vez en cuando asistimos a los partidos a motivarlos, para que continúen por este camino, porque Tasajero se ha caracterizado por ser un hogar que ha visto crecer a talentosos deportistas”, dijo Colobón.

A la espera de la pavimentación

Este barrio de la comuna 5 de Cúcuta lleva esperando la pavimentación de las calles desde la administración anterior, con un presupuesto ya aprobado.

Colobón agregó que el presupuesto para la pavimentación de las vías estaba aprobado desde el mandato del exalcalde César Rojas, pero hasta la presente administración, el proyecto sigue sin hacerse realidad.

“Hay muchos huecos, en especial en las vías principales de acceso. Hicimos la diligencia y quedó aprobado el presupuesto, pero más de año y medio después, seguimos pendientes de que en este mandato nos tengan en cuenta”, agregó la secretaria de la JAC.


Inseguridad, un mal en ascenso

De acuerdo con la comunidad, Tasajero siempre se ha caracterizado por ser un barrio tranquilo, pero desde hace unos meses atrás, un mismo motorizado ha estado azotando las calles, como un mal menor, pero que poco a poco podría corromper el panorama.

Este individuo, descrito por los habitantes como un moreno alto, ya ha atracado incluso a niños, con arma en mano, sin que la Policía logre dar con su captura.

En otras ocasiones, como la mayoría de las casas son de dos pisos, los ladrones han escalado por los balcones y se han infiltrado en los hogares que, por simple confianza, los vecinos han dejado sin seguro.

Esta modalidad también se ha replicado en el barrio vecino de Prados del Norte, al igual que el robo del cableado eléctrico en zonas públicas.

“Se llevaron todo el sistema de cable, y por poco se llevan también hasta el pedazo de tierra. Los técnicos deducen que quien ha estado operado estos robos es un experto en electricidad, porque conoce cómo es el funcionamiento”, señaló el vicepresidente de la JAC.

Por esta situación, agregó Colobón, es que el parque junto a Campesa y el supermercado Los Montes se encuentra en total oscuridad.


Festividades

Cada 25 de diciembre, Tasajero se viste de gala en honor al día del Divino Niño, con una celebración litúrgica al mayor emblema religioso de la parroquia.

Otra fecha importante es mayo. Para ello, cada uno de los siete sectores en los que se divide el barrio organiza una procesión. Las siete figuras de la Virgen María son llevadas al templo para la eucaristía y luego regresan a sus lugares.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

miércoles, 23 de febrero de 2022

2019.- BARRIO EL SOL LOS PATIOS, aguerridos por mejor hogar

La Opinión


Este barrio del municipio de Los Patios se cimentó en el año 1980. Desde entonces, sus vecinos han sido aguerridos luchadores por un mejor hogar.

En la montaña con calles y llena de casas que se avista desde el hospital de Los Patios, es donde se ubica el barrio El Sol, un sector que, aunque fue legalizado desde la década del 80, ha sido víctima de la desidia y el abandono gubernamental.

Este sector inició como casi todos los barrios de Cúcuta y el área metropolitana, siendo una invasión. Hoy, sin importar el sector donde está, se ha ido constituyendo con el esfuerzo de todas las personas que viven en ese lugar.

Rita Hernández, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC) y residente allí, asegura que cuando ella era una adolescente de 17 años, su familia llegó a este barrio en busca de un sitio donde construir una vivienda y así tener un lugar seguro para vivir sin ningún problema.

“Era un terreno que pertenecía al doctor Julián Caicedo. En 1980 llegamos las primeras familias y ocho años después se concretó la compra de los primeros lotes por parte de la Junta de Acción Comunal”, relató.

Hernández, como líder comunal, conserva las escrituras en las que data que fueron alrededor de mil metros los adquiridos por la comunidad.

Se distribuyeron en manzanas y poco a poco forjaron su territorio. En la actualidad, hay un total de nueve cuadras, donde están construidas 120 viviendas, en las que habitan cientos de familias. Sin embargo, todos esos hogares se han visto afectados por la falta de apoyo de las administraciones municipales de Los Patios.

Los trabajos a ‘medio hacer’

Eddy Sánchez, otra vecina de la parte alta, vive en la zozobra. Ella ha visto como la calle que queda al frente de su casa se ha desplomado, y aunque han hecho arreglos, los considera “pañitos de agua tibia”.

El paso de los vehículos tuvo que ser restringido por completo, debido a que se podrían ver envueltos en una tragedia porque el terreno en este momento es inestable.

Este problema no es de hace poco. Es una situación que lleva muchos meses y que, incluso, ha sido foco de promesas políticas incumplidas.

La presidenta de la JAC señaló que en la administración anterior de Los Patios le informaron que los arreglos ya estaban proyectados, sin embargo, cuando fue a preguntar sobre el avance de la iniciativa, se llevó la sorpresa de que no había ninguna información al respecto.

Trajo a colación que hace pocos años hicieron unos arreglos en esta calle, pero la estructura, al parecer, no fue bien diseñada, por lo que terminó desplomándose casi en su totalidad y se logró ver que parte de los materiales usados no eran adecuados para la vía.

A la fecha, la lideresa tomó la decisión de llevar ingenieros para que hagan los estudios pertinentes y de esta manera presentar un proyecto concreto a la administración municipal, para ver si así logran la intervención.

“Si esta vez no nos ponen cuidado, nos vamos a la Gobernación, y de ser necesario viajo a Bogotá a presentar la petición. Esa calle es un riesgo que se debe mitigar cuanto antes”, precisó Hernández.


Un noviembre trágico

Una desviación del servicio de acueducto, que beneficia a unas edificaciones contiguas, es otro de los dolores de cabeza de los vecinos de El Sol.

“El callejón que pasa por la avenida tercera recibía poca agua en sus primeros años, pero un tubo que dejaron allí ocasiona que el nivel del agua aumente, y cuando llueve es aún peor”, dijo uno de los vecinos del barrio.

El nivel del agua, cuando hay lluvias fuertes, supera el medio metro, y cada vez que hay ola invernal las personas que viven en la entrada deben recoger sus pertenencias y resguardarlas en un lugar seguro, pues es inevitable que sus viviendas se inunden.

Un barrio ganador

A pesar de los múltiples problemas que padecen, los habitantes de El Sol califican a sus líderes como pujantes y perseverantes.

Dos concursos han ganado para fortalecer el crecimiento del barrio, uno de ellos para lograr la construcción de un centro de reciclaje, junto con las canecas necesarias y la capacitación de los encargados.

Así mismo, obtuvieron el arreglo del salón comunal y ahora están en busca de otros recursos para completar las adecuaciones necesarias para que se pueda poner al servicio de todos los que viven en este humilde barrio.

Muy bien rodeado

Si bien El Sol no cuenta con escenarios de recreación o educación propios, a pocos kilómetros se encuentra el Instituto Técnico Mario Pezzoti, la Parroquia Santa Rita de Cassia y el Hospital de Los Patios.

“Todos esos centros están al servicio de los sectores aledaños, lo único que hace falta aquí es adaptar un parque con juegos infantiles para que los niños tengan su espacio de esparcimiento”, precisó la lideresa del barrio.

Sin andenes

En un recorrido hecho por el equipo de Comunidad por este barrio, se evidenció que la mayoría de los andenes se encuentran destruidos.

Incluso, los porches de las casas presentan grandes grietas. Los vecinos no dudan en pedir que los ayuden con estos arreglos, que son estructurales y que les puede traer consecuencias a largo plazo.






Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

lunes, 21 de febrero de 2022

2018.- ALTAMIRA LOS PATIOS, VENCIO LA INSEGURIDAD

Miguel Landazábal (La Opinión)


Desde los primeros lotes que donó Manuel María Trujillo, a la vereda conocida como Las Minas, nació en el municipio de Los Patios el barrio Altamira.

Diego Castro, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), relata que, en un principio, se le construyó la primera casa del barrio a un vigilante para cuidar en ese momento la integridad del valle que hacía parte del territorio del barrio.

Debido a la irregularidad del terreno, la gente comenzó a invadir y asentarse por lo que, en el año 1990, el dueño decidió titular su extensión en lotes para venderlos a las personas interesadas. Desde esa época surgieron las primeras acciones para el nacimiento del barrio Altamira.

“Trujillo siempre quiso que su barrio fuera urbanizado, que tuviera una nomenclatura y garantizar el acceso a los servicios públicos domiciliarios como energía eléctrica, gas natural y el alcantarillado”, comentó Castro.

Además, Trujillo tenía la intención de vender casas de dos pisos. En el barrio existe una casa esquinera, hoy una tienda, que era la vivienda modelo predilecto del dueño de los terrenos para replicar en todas las casas, sueño que tuvo que abandonar pues al titular los terrenos, los nuevos dueños tenían libre disposición de modificar el espacio como quisieran.

Hoy, 2021, Altamira es de pequeña extensión, posee tres cuadras verticales más otra calle transversal que las une. Sin embargo, el barrio posee un gran porcentaje de casas en segundo piso debido al esfuerzo y empeño de los habitantes y vecinos del sector. En total lo componen 135 lotes y 2 lotes más en condición especial por ser escenarios de esparcimiento social.

Llegaron a tener personería jurídica, según la resolución 1720 del 1 de julio de 1999, gracias a la voluntad de un grupo de vecinos y al líder más antiguo del barrio: Eduardo Santamaría Arévalo, fallecido a causa de la pandemia. Santamaría fue líder comunal por cuatro periodos (16 años) y fue quien promovió la constitución y creación de la JAC, liderando múltiples causas del sector.


La cancha, un riesgo para la juventud

De acuerdo con Castro, una de las gestiones más importantes para el barrio fue la adecuación del polideportivo que en principio era un lote privado.

La Junta logró que el propietario inicial de los terrenos lo donara como un espacio común para el disfrute de los vecinos, pero en la actualidad se encuentra en precarias condiciones.

Con mallas oxidadas, rotas y peligrosamente afiladas, añadido a losas de cemento que se encuentran en desnivel, se arriesgan los jóvenes que todavía hacen uso de la cancha.

“La construcción se remonta al año 97 y tuvo la particularidad de crear mallas solamente en la parte trasera de las canchas, lo que producía malestar para los vecinos del sector porque se construyó en medio de dos casas”, dijo Castro.

Hace unos diez años, por medio de una gestión de la JAC, se logró cercar un lateral del lugar, pero hasta hoy sigue en trámite una nueva adecuación y reestructuración de este sitio de esparcimiento con 23 años de existencia.

Después de 23 años de creada la cancha polideportiva del barrio, la comunidad espera que la Alcaldía de Los Patios adecúe las fallas de este escenario.


La astucia en la construcción de zonas verdes

Otra gestión importante de la JAC fue la adecuación de una zona verde que en un principio era un terreno cubierto por la maleza, basura, animales muertos en descomposición y aguas estancadas que preocupaban a los vecinos del sector por la cantidad de zancudos que se reproducían en el lugar.

“El presidente de la época, con una actitud sagaz junto a sus vecinos, comenzó a limpiar la zona y a rellenar los huecos donde se estancaba el agua. Luego, sembraron árboles y arbustos ornamentales que ambientaron el lugar”, recordó el líder comunal.

El propietario inicial, al ver lo que había sucedido con su lote, intentó recuperar el espacio pero en una lucha sana y jurídica se logró llegar a un acuerdo en el que se le donó a la Junta el terreno, pero al no poder costear el impuesto del mismo, la JAC lo cedió al municipio.

Luego de esa concesión, hace 5 años el Departamento de Prosperidad Social (DPS) logró, por medio de una inversión estatal, la remodelación de los tubos del parque que se encontraban oxidados, y la construcción de una cancha y un quiosco que es utilizado hoy para asambleas y reuniones de la comunidad.


Un buen sitio para vivir

Al ser de poca extensión, el sector es considerado tranquilo y seguro. Gracias al desarrollo de conjuntos y edificios a ambos costados del barrio, las pocas ocasiones donde se presentaron robos dejaron de suceder porque los ladrones ya no tenían por donde escapar.

Además, varios habitantes del barrio son funcionarios públicos de la Fiscalía, Policía y el Ejército, lo que tranquiliza a gran parte de los habitantes.

Sin embargo, las luces LED que iluminan algunos barrios de Los Patios no han llegado a Altamira. El proyecto de ‘Energizett’ para remodelar las luces del municipio inició hace cuatro años y medio; empezaron por la zona norte, pero por motivos contractuales no siguieron renovando la iluminación, lo que dejó al sector con su acostumbrada luz amarilla.


Calles, en problemas por aguas negras

Vecinos de Altamira describen las vías como transitables, excepto una que, al ser una calle de acceso hacia barrios aledaños, como Tierra Linda, Iscaligua o San Nicolás, es muy concurrida y por la mala estructuración del alcantarillado de un conjunto que colinda con Altamira, sus aguas negras terminan sobre la calle.

“Fue pavimentada hace 6 años y debería estar en buen estado, pero se encuentra agrietada y en pésimas condiciones, en especial en las temporadas de lluvias. He tramitado la petición al municipio y al administrador privado que está encargado del alcantarillado del conjunto, pero no han dado solución o respuesta”, concluyó Castro.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

sábado, 19 de febrero de 2022

2017.- LA VIA COMERCIAL MARACAIBO-CUCUTA-BOGOTA

Gerardo Raynaud (La Opinión)


La ruta de Maracaibo y Cúcuta hacia el interior del país, aunque se hiciera por las agrestes carreteras que tenían que cruzar la cordillera Oriental, seguía siendo la más rápida y económica para las mercancías.

Desde antes de la erección de Cúcuta, la vía de acceso al Nuevo Reino de Granada más expedita era por el Lago de Maracaibo, más fácil, cómoda, rápida y menos costosa que por el río Grande de la Magdalena.

El florecimiento del comercio, de las grandes casas comerciales extranjeras, principalmente alemanas e italianas, que desde los puertos europeos situados en el mar del Norte, como Hamburgo, por ejemplo, fueron los principales proveedores de maquinaria, herramientas, géneros, textiles y cuanta mercancía elaborada en las grandes potencias europeas de principios del siglo XX y de imperiosa necesidad para el progreso de los incipientes países de la América Central y del Sur.

El comercio internacional intenso databa desde antes de la mitad del siglo XIX, cuando estos países americanos habiéndose independizado requerían de todo el material que pudiera servir para estructurar su economía, toda vez que ésta dependía exclusivamente de algunos productos básicos que podían ser intercambiados por bienes de capital, de los que se carecía.

En el caso colombiano, desde la misma conquista, los productos de mayor atractivo para los colonizadores fueron los minerales preciosos y algunos nuevos artículos, productos de la tierra, pero sin mayor interés sólo a medida que avanzaba el tiempo y las condiciones cambiaban, otras fueron las mercancías que integraron el portafolio de objetos que comenzaron a ser parte del comercio.

Antes de la Primera Guerra, es decir, antes de 1914, el intercambio comercial con Europa era mucho mayor que con los Estados Unidos, y cuando se desarrollaron los grandes cultivos de café y cacao, se intensificó su exportación, tanto hacia el norte del continente, como hacia Europa, y este comercio se realizaba principalmente por esta ruta de Cúcuta y Maracaibo, la que tenía las ventajas antes citadas pero que además evitaba muchas otras molestias como las sequías que azotaban al Magdalena en algunas épocas del año al igual que las dificultades de carácter obrero que causaban un sinnúmero de obstáculos a la navegación por la vía de Barranquilla y Cartagena.

Todos estos elementos fueron analizados conjuntamente entre los administradores del Ferrocarril de Cúcuta, encabezados por el ingeniero Emilio Gaitán Martín y don Benito Roncajolo, gerente del Ferrocarril del Táchira y de la Flota del Lago, empresa que había sido creada al detectarse el crecimiento que el comercio había tenido comenzando el decenio de los cuarenta y se agudizaba la crisis debido al recrudecimiento de la Segunda Guerra.

De la reunión entre los dos representantes de las compañías transportadoras, se logró un acuerdo consistente en una medida de la mayor trascendencia: todos los cargamentos de importación y exportación que utilicen la vía Cúcuta Maracaibo, con destino a todas las plazas del país, fuera del departamento Norte de Santander, como Bucaramanga, Tunja, Bogotá, etc., tendrían una rebaja del 30% aproximadamente en los fletes desde Maracaibo hasta Cúcuta.

Como consecuencia de este anuncio, fueron despachados las comunicaciones cablegráficas a los Estados Unidos y los comunicados a las principales empresas navieras que transportaban las mercancías con los países de Europa, en este momento, prácticamente suspendido por las hostilidades producto del conflicto mundial.

En la mayoría de los casos de las importaciones que se enviaban por los puertos de Barranquilla y Cartagena, fueron desviadas a Maracaibo para aprovechar el descuento que resultaba muy llamativo para los comerciantes y en general para los consumidores.

En un hecho considerado casi increíble, un pedido de 50 vehículos motorizados que una firma de la ciudad de Cali había realizado con un fabricante norteamericano y que normalmente importaba por el puerto de Buenaventura, fue desviado por la ruta del Lago de Maracaibo.

La principal razón era debida a las medidas de defensa que los Estados Unidos habían impuesto para atravesar el Canal de Panamá, las que ocasionaban demoras y muchas molestias a las importaciones por el Pacífico, cuando no eran las dificultades propias que surgían en la navegación por el río Magdalena.

La ruta de Maracaibo y Cúcuta hacia el interior del país, aunque se hiciera por las agrestes carreteras que tenían que cruzar la cordillera Oriental, seguía siendo la más rápida y económica para las mercancías y productos que iban a los mercados de Bucaramanga y especialmente a la capital de la República.

Esta ruta sólo había sido considerada como una vía de emergencia pero a partir de ahora, brindaba todas las facilidades portuarias, su estricta vigilancia y la reconocida rapidez en los servicios de trasbordo y demás operaciones que permitían la obtención de grandes beneficios, en este caso particular, no sólo para la región fronteriza sino para todo el país.

La ciudadanía en general, pero los comerciantes radicados en la ciudad y agrupados en la Cámara de Comercio en particular, expresaron su complacencia y expidieron una resolución en la que le manifestaron a ese gran caballero y excelente amigo de Colombia, don Benito Roncajolo, sus agradecimientos por la valiosa y decidida cooperación prestada por él a un empeño de vasto provecho para esta comarca.

Felicitación que se hizo extensiva al ingeniero Emilio Gaitán Martín, gerente del Ferrocarril de Cúcuta, quien después de asumir el cargo se ocupó de reorganizar la empresa que había decaído notoriamente por falta de liderazgo y que ahora comenzaba a resurgir, gracias a estos acuerdos.

Gracias a esta propuesta, se logró un auge importante en las exportaciones de café procedente de las regiones aledañas al departamento, así como de las importaciones que tenían como destino las ciudades de Bucaramanga y Bogotá principalmente, situación que duró hasta que se prohibieron las exportaciones de café por esta frontera, sumiendo nuevamente la región en una de sus recurrentes crisis.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

jueves, 17 de febrero de 2022

2016.- PUENTE BARCO, HISTORICO BARRIO EN EL OLVIDO

Ronaldo Medina (La Opinión)


Aunque es uno de los barrios más antiguos de la ciudad, también es uno de los más pequeños, y en su territorio aguardan emblemas como el Cristo Rey y el Puente Barco.

La comunidad del barrio Puente Barco, característico por el puente arquitectónico que rememora la historia y a algunos personajes importantes de Cúcuta en su pintura, era en otro tiempo un lugar donde confluían grandes grupos de peregrinos en su camino al Cerro de La Cruz, ahora Cristo Rey, emblemático monumento religioso de la ciudad.

Los habitantes más longevos recuerdan que durante el fuerte movimiento sísmico en 1981, a la escultura se le cayó un dedo y la cabeza descolgó, al borde de caerse. Quienes pavimentaron las calles eran empresarios procedentes de Europa, con un material tan resistente, que por fortuna les permite mantener las vías en buen estado, ajenas al paso de los años.

Ubicado en la comuna 10 de Cúcuta, Puente Barco es uno de los barrios más pequeños de la ciudad, pero, según sus habitantes, también uno de los más abandonados. Al comprender solo 2 manzanas, se extiende desde la calle 18 hasta la 24, separado de La Cabrera por nada más que el puente.


Turismo religioso en el Cristo Rey

La cruz que coronaba el cerro fue reemplazada por el actual Cristo Rey, construido con los aportes de familias donantes por iniciativa del padre Daniel Jordán. Los habitantes de Puente Barco solían vivir del turismo religioso, hasta que con el tiempo la tradición se fue perdiendo y lo único que llegó fueron problemas de canalización e inseguridad.

La última vez que los vecinos dicen haber visto a un mandatario en su territorio fue cuando el exalcalde César Rojas asistió a la reinauguración del Monumento Cristo Rey, en el que la comunidad puso en cuestión la inversión de más de $8.500 millones de pesos, capital al que se le adicionó dinero hasta llegar a la cifra de $13.000 millones de pesos.

En sus épocas doradas, luego de la reinauguración, el mirador en 2020 recibía entre 8.000 y 10.000 visitantes. Puente Barco y La Cabrera solían congestionarse por la alta presencia de carros procedentes de todos los barrios de Cúcuta, pero luego de la pandemia, el turismo cayó al suelo y solo es los domingos cuando ascienden, desde afuera, máximo 20 personas al día.

Juan David Arboleda, delegado de la Junta de Acción Comunal (JAC), manifestó que el monumento no está cerrado porque sea una obligatoriedad, sino porque la administración del lugar no ha entregado protocolos de bioseguridad.

“En Semana Santa podríamos tener abierto y beneficiar a los 100 emprendimientos religiosos, artesanales y gastronómicos de alrededor”, puntualizó Arboleda.

También, recibir turistas en el mítico Puente Barco, cuyas paredes fueron renovadas con atractivos murales artísticos gracias a la iniciativa de la comunidad.

Canal de aguas en Puente Barco

Mayor compromiso ambiental

El aspecto del parque de Virgilio Barco con frecuencia se convierte en un problema por la crecida de la maleza y la acumulación de la basura, producto del canal de aguas lluvias (convertido ahora en recolector de aguas negras) que atraviesa la vía, por donde los habitantes de la calle frecuentan día tras día.

Las basuras y el olor de las aguas se acumulan sin ningún tipo de saneamiento. La comunidad expresa que no hay iniciativa en la limpieza y siempre tienen que estar llamando para que lleguen a desinfectar y desyerbar la maleza.

“Estamos cansados de pasar cartas de petición a Veolia para que le hagan limpieza al parque y a Aguas Kpital para limpieza del canal. Ahora que todo es virtual, no siempre contestan”, dijo Jhonny Navarro, presidente de la JAC.

Al no aplicarse el debido mantenimiento, aseguran que toda esa suciedad sigue su cauce y va a caer en el Río Pamplonita, mientras que los vecinos se ahogan con el hedor.

“Cuando el canal estalla, no hay quien lo soporte. Cuando el viento sopla, sea hacia arriba o hacia abajo, todo el mortecino nos asfixia”, señaló Navarro.

Por otra parte, Arboleda agregó que también se trata de un problema de conciencia ciudadana con el manejo de las basuras, y que, aunque algunos se han acostumbrado ya al olor, cualquier visitante se sentiría agobiado.

Inseguridad, ‘hasta la corona’

La proliferación de habitantes de la calle, por la cercanía del barrio a las ‘ollas’ de la comuna 10, ha desatado todo tipo de malestares en la comunidad.

“Estamos obstinados. Es una inseguridad total. La única forma de pasar por el parque es sin nada, porque los robos son un peligro grande para toda la comunidad”, comentó con indignación Rosa Villamizar, habitante de Puente Barco desde hace 48 años.

A pesar de que mantienen un grupo de Whastapp activo con los cuadrantes 22 y 6, comentan que los policías asignados no son suficientes para tantos barrios por cubrir.

En las noches es cuando más temen salir, porque la luz de las farolas se oscurece por las copas de los árboles. Y ante la nula respuesta de la alcaldía, la misma comunidad ha tenido que pagar por las podas.


Cancha, en abandono

En 1996, se inauguró en la calle 18 entre avenidas 3A y 3B el polideportivo Trinidad Manuel Mendoza, en homenaje al activismo cívico de este personaje. Aunque es más conocido como cancha ‘Alpina’, la última vez que este espacio deportivo recibió una intervención fue hace más de 30 años.

En otro tiempo, aquí se organizaban reconocidos campeonatos y eventos deportivos, pero por el deterioro en el que está sumido el espacio, solo lo utilizan los vecinos del barrio y otros aledaños para partidos sencillos.

“Está totalmente deteriorada, la cancha, las rejas, las bancas, el suelo y los arcos. Lo que queremos es que alguien se apersone de verdad y nos colabore, porque no hay ni una caneca para echar basura”, dijo Navarro.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

martes, 15 de febrero de 2022

2015.- BARRIO GARCIA HERREROS, LUCHAN POR MAYOR VISIBILIDAD

La Opinión


Esta urbanización de la comuna 6 en 2021, no tiene colegios públicos, ni iglesia. Sus habitantes tienen que desplazarse hasta El Salado para asistir a estos recintos.

La urbanización Rafael García Herreros es una de las más jóvenes de la capital nortesantandereana. La última de sus cuatro etapas solo tiene un poco más de 12 años de existencia.

Esta localidad, de la comuna 6, fue bautizada con el nombre del sacerdote cucuteño García Herreros, quien fue reconocido por su labor humanitaria en el país, además de ser candidato al premio Nobel de Paz y fundador del programa Minuto de Dios.

Jhon Sánchez, uno de los primeros pobladores y vicepresidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) de la etapa 3 y 4 de la urbanización, relata que, antes de comenzar la construcción de las viviendas, el terreno era una finca perteneciente al antiguo corregimiento de El Salado.

“Era la finca La Miel, de una familia reconocida de Cúcuta, que se dedicaba a cultivar arroz y por mucho tiempo este fue un terreno para la agricultura”, comentó el líder comunal.

Años después, relató que una familia proveniente de Medellín adquirió los predios y los comenzó a arreglar para que en ellos pudieran vivir personas sin ningún problema. Las primeras dos etapas fueron fundadas hace más o menos 20 años. La tres tiene 16 años y la cuatro cumple 12.

Por ser gran parte de las viviendas de interés social, la urbanización es de estrato dos. Con el tiempo los propietarios han reformado sus casas y han embellecido este sector.


“Estamos aislados”

Vicente Sánchez, presidente de la Junta de Acción Comunal de las etapas 3 y 4, precisó que, a pesar de superar las dos décadas de historia, aún es difícil acceder al barrio y es un problema que no parece tener solución.

Esta urbanización posee tres entradas, una por la conocida Nueva Sexta, otra por el barrio El Salado y una más por el anillo vial occidental. Al parecer, esto no ha sido suficiente para contar con varias rutas de transporte público.

Según el presidente de la JAC, solo una ruta de busetas pasa por esta urbanización y en ella deben transportarse los cientos de habitantes que no cuentan con algún medio de transporte propio.

“Es un tema que hemos tratado con todo el mundo, hablamos con el Área Metropolitana de Cúcuta y con los gerentes de las empresas. Nos prometieron que iban a aumentar las rutas y seguimos igual”, señaló el dirigente.

Esta situación inquieta a los habitantes, pues en caso de necesitar un transporte urgente deben desplazarse a pie hasta Cenabastos, un tramo que durante las noches suele ser muy oscuro.

A este problema se suma la presencia de un desgate vial en la avenida 5 con calle 1, barrio La Ínsula. Como lo manifestó Juan Carlos Mateus, presidente de la JAC en las etapas 1 y 2, por la falta de desagüe se origina un pozo de agua que ha terminado por perjudicar el complicado tránsito vehicular.

Por ser el sector afectado una zona de acceso a otros lugares de la comuna como El Salado, García Herreros y los conjuntos Bilbao, La Manuela y la Nueva Sexta, el flujo vehicular se convierte en una problemática comunal.

“Hemos acudido a Aguas Kpital en busca de labores necesarias para la activación, arreglo o mantenimiento del alcantarillado en esta zona, porque, como usuarios, hacemos un pago mensual por el concepto de alcantarillado”, expresó Mateus en el derecho de petición.


“Somos espacio propicio, pero no nos ayudan”

Otra de las inconformidades de los líderes comunales de García Herreros es que se ha privatizado o se han hecho construcciones en espacios que eran para la comunidad con el compromiso de que se embellecerían sus alrededores, promesas que, al parecer, no han sido cumplidas.

El presidente de la JAC precisó que esperaban que con la construcción del Centro de Gestión Integral de Riesgo y Desastres (CEGIRD) y la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), les pondrían más atención, pero al parecer esto no ha surtido efecto.

“Esperábamos que, por lo menos, arreglaran las calles contiguas a esas estructuras, pero no, siguen igual de dañadas”, puntualizó Sánchez.


Los escenarios deportivos fueron luchados

En García Herreros han adecuado varios escenarios deportivos con el paso de los años, que cada vez reciben más personas de varios sectores de la ciudad.

Jhon Sánchez afirmó que cuando fueron entregadas las primeras viviendas de las etapas 3 y 4, el lote en el que ahora está el parque solo estaba cubierto por tierra y maleza.

Sin embargo, la comunidad, junto con los líderes, se han encargado de hacer distintas peticiones a la administración municipal de turno para que les entreguen un espacio propicio para el entretenimiento de los niños.

“En el parque La Prosperidad no había nada, en la Alcaldía de Donamaris Ramírez logramos que instalaran las primeras máquinas biosaludables y así poco a poco se fue construyendo”, dijo Sánchez.

En 2019 se hicieron las últimas adecuaciones al parque y les fue entregada la cancha sintética por parte de la Gobernación de Norte de Santander, la cual tuvo una inversión de 500 millones de pesos. Vecinos afirman que están adelantando trámites para que se construya una cancha de baloncesto, ya que en la urbanización solo tienen una, que también es usada para jugar microfútbol.


La tranquilidad predomina

Habitantes del barrio están de acuerdo con que, desde su fundación, el sector ha sido bastante tranquilo, sin contar la ola de inseguridad que ha venido afectando a la ciudad en los últimos meses.

Ante la acrecida de hurtos que poco a poco se han hecho más notorios, han solicitado mayor presencia policial para volver a la tranquilidad de antaño.

Esperan que les cumplan

Por el desgate de los años, las calles de García Herreros se han ido deteriorando. La junta comunal ha adelantado diálogos con la actual administración municipal para iniciar el proceso de bacheo y esperan que la intervención inicie en el menor tiempo posible.






Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

domingo, 13 de febrero de 2022

2014.- DISCUTIENDO BALONCESTO

Pedro Jauregui (La Opinion)

El grupo de amigos que se citó en la Biblioteca Julio Pérez Ferrero en diciembre de 2015, escucha a Alfredo Díaz Calderón. A su lado aparecen, de derecha a izquierda, Carlos Salazar, Hernán Gómez, Álvaro Hernández, Pedro Jáuregui, Luis Eduardo Barreto y Vinicio Esquivel.

Alfredo fue el guía de una generación de jugadores que ayudó a tejer la historia de un baloncesto pujante, durante más de 50 años.

Los amigos no tienen motivos para reunirse, pero si hay alguno que se aleja del círculo se busca la manera de que retorne al grupo y se inventa ‘algo’ para verlo y conversar, sobre todo cuando se pasa de los 70 años.

Tal vez por eso, Hernán ‘Pipo’ Gómez y Álvaro ‘Flecho’ Hernández buscaron el 10 de diciembre reencontrarse con Alfredo Díaz Calderón, el forjador de la camada de jugadores más interesante que ha parido el baloncesto de Norte de Santander, que dejó los mejores resultados y tejió la leyenda de calidad y cultura de nuestro juego que se transmitió de generación en generación por más de 50 años.

El sitio, la biblioteca Julio Pérez Ferrero. Los invitados fueron varios compañeros de la época dorada, aunque solo llegaron el árbitro Abdénagos Moros, Vinicio Esquivel, Luis Eduardo ‘El Príncipe’ Barreto y Ciro Ramírez, amigo de todos.

Durante 120 minutos se habló, o, mejor dicho, hablaron Díaz Calderón y ‘Pipo’, de los tiempos que no volverán y de lo que sucede en el mundo, mientras que los demás escucharon y rara vez intervinieron porque los dueños de la palabra no la soltaron.

“Es perdido intentar hablar, ‘Pipo’ y Alfredo no sueltan la palabra”, dijo con resignación Vinicio, uno de los más jóvenes del grupo al lado del ‘Flecho’, en voz baja y muerto de la risa.

Los dueños de la palabra

Y es que es difícil dañar la conversación de Alfredo y ‘Pipo’; primero, porque tienen muchas cosas que contar, y segundo, porque no lo permiten. Los demás solo intervinieron cuando les hicieron alguna pregunta para salir de una duda, que casi nunca se da porque a pesar de los años que caminan, Alfredo (86) y ‘Pipo’ (78) tienen muy buena memoria.

Ni Abdénagos Moros, que podría ser el hermano mayor de todos (tiene 90 años), lo intenta. La jornada se volvió más amena cuando apareció por obra de los organizadores, una torta negra y unas botellas de gaseosa.

Eso fue combustible para todos y así fue como se conoció que Jorge ‘Barbarroja’ Niño y ‘Flecho’ Hernández, no fueron alumnos de Alfredo Díaz, pero sí de ‘Pipo’ Gómez. La razón: estudiaban en el colegio La Salle.

“Por fortuna no me enseñó a jugar, ‘Pipo’”, dijo el inquieto Vinicio Esquivel tratando una vez más de que le dieran una oportunidad de hablar, aunque sin éxito. Esquivel, tras su retiro de la actividad competitiva, fue entrenador

Curiosamente Carlos Niño, hermano de Jorge, sí fue inducido al baloncesto por Díaz Calderón

Entre los dueños de la No. 7 recordaron que en La Salle también estuvieron y jugaron baloncesto Hernando y Guillermo Yepes, José Eustorgio Colmenares, Alfredo Garbiras, Hernando José Castillo, Álvaro Contreras (quien después se enroló con el Cúcuta Deportivo), y Jesús Granados.

Entre risas, Alfredo recordó que, en 1959, siendo el entrenador de la Liga, el presidente de la misma, el médico David Porras, le pidió el favor de jugar con la selección Norte en un certamen nacional que se realizó en la ciudad.

Tras valorar quién podría reemplazarlo, escogió a ‘Pipo’ para que fuera el técnico, quien aprovechó y se quedó en el cargo tres años. “Ese fue el primer paso para que ‘Pipo’ se convirtiera en entrenador y el mío para dejar de jugar,” recordó Díaz.

Una reflexión

En un momento de la reunión llegó la reflexión y Díaz muy serio dijo que el baloncesto rojinegro perdió presencia a nivel nacional porque se volvió negocio.

“Tuve 9 escuelas de baloncesto en diferentes barrios de la ciudad. Lo hacía porque me gustaba y había gente que ayudaba para que los niños tuviesen una educación integral. En mi época, si no estudiaba me excluían del equipo por muy buen jugador que fuera y eso se lo transmitía a los que pertenecían a la escuela”.

Precisó que nunca se presentó un acto violento ni en juegos inter-clases, inter-barrios o nacionales, no obstante, la rivalidad y la pasión desenfrenada que se desataba por la calidad de juego que se exhibía. Las familias asistían seguras de ver un buen espectáculo y de no vivir un acto violento. Pero todo fue cambiando a medida que el baloncesto se tornó profesional y no se pensó en defender los colores rojinegros sino en ganar dinero

“Cuando llegaron ‘los comerciantes del baloncesto’ -que tenían como prioridad enriquecerse- llegó la violencia, como ocurre ahora en el fútbol. Una noche en un duelo entre Cañoneros del Norte y Caimanes de Barranquilla, Gustavo Lindo (Caimanes) rompió el tablero Sur del coliseo Toto Hernández y a continuación se vivió un acto bochornoso, algo que rompió la historia culta de la disciplina. Las botellas de cerveza y las piedras ‘volaban’ por todos lados; desde entonces, muy pocas veces se volvió a ver buen público como antes en los partidos, pues el baloncesto pasó a convertirse en un deporte peligroso, al que no se podía ir con la familia. Ahí fue donde se pudrió la almendra”, concluyó.

El polifacético Díaz C.

Díaz Calderón nació el 1 de mayo de 1929, en Cúcuta. Su vida la ha desarrollado preferentemente como jugador de baloncesto, entrenador, dirigente, comentarista o historiador.

Aunque jugó fútbol y béisbol, fue en el baloncesto donde se destacó a nivel local, nacional e internacional.

Con el Sagrado Corazón y Norte actuó de poste, pero con Colombia y en el Táchira lo hizo de armador o alero.

Comenzó a jugar baloncesto cuando cursaba tercero de primaria en el Sagrado Corazón. Lo hacía en los recreos. De la selección del colegio, pasó a hacerlo con la Norte y Colombia. Disputó los Juegos Panamericanos de 1951 en Buenos Aires (Argentina); en 1955 el Sudamericano de Cúcuta y al año siguiente el de Santiago (Chile).

El baloncesto le dio a su hermano Carlos, recientemente fallecido, y a él, la oportunidad de ser apreciados y respetados. Fundó el Colegio de entrenadores de baloncesto (Colneba).

Tuvo tres equipos de fútbol Litoral, Caracas y Panadería La Fragancia. Cuando fue invitado para solucionar el problema entre la Fedebol y la Adefútbol, a nivel local, no lo dudó y colaboró para ello.

Su labor como comentarista la inició por accidente en los Panamericanos de Buenos Aires (Argentina), cuando comentó el juego entre Estados Unidos y Ecuador para Radio Belgrano.

En Cúcuta se estrenó como comentarista con Carlos Ramírez París en el programa ‘Atalaya social y deportiva’ (1951), en la Voz del Norte y la terminó en ‘Luces de la ciudad’ de Radio San José.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V

viernes, 11 de febrero de 2022

2013.- MARIA OFELIA VILLAMIZAR, A CIEN AÑOS DE SU NATALICIO

Diego Alejandro Ortega (Imágenes)


Contemplando una bella orquídea, recuerdo versos; esos que sin duda marcaron vidas y que en su lecho de muerte aun recordaban ese olor, olor de folleto monográfico que hacía imaginar la flor, que transportaba por todos los senderos, riachuelos y colinas: campos arboledanos.

Paulina Ramírez en uno de sus poemas escribió: “la floración de las orquídeas” y Ofelia Villamizar Buitrago, engalanó la monografía de Juan Francisco Contreras con Mayo en la Aldea y según el autor no hubo persona más feliz que María Ofelia, al presentar el proyecto monográfico.

En el hogar de Ibero Leonardo Villamizar natural de Chinácota y de Adela Buitrago natural de Pamplona, nació un 22 de enero de 1921 en el corregimiento de Villa Sucre, Arboledas, una niña que antes de nacer dibujaba versos con pataditas en el vientre de doña Adela. “Decir cómo era, es decir cómo fue la infancia”, es recordar el Arboledas de épocas sin tiempo, recuerdos que quedaron guardados en espesas nubes que aun surcan nuestro cielo y parecen Nube d’i Agua cargadas de aguas evaporadas y por qué no decir de llanto.

Ofelia Villamizar nació siete meses después de la muerte del que podríamos considerar el padre de la ensaladilla en Norte de Santander, Natividad Angarita y tal vez el espíritu de esas composiciones costumbristas, reencarnaron en la niña hija de Ibero Leonardo, el Villamizar de “huerta chiquita” y fue así como desde niña, empezó a ver “ese raro mundo de las cosas raras” y vio alzarse un pueblo en armas y vio el escudo nacional cargado por caudillos en la plaza, que la cintilla sujetada por el cóndor no decía libertad y orden, decía Olaya Herrera; pero antes hubo de estar presente en la llegada del valioso reloj italiano donado por el ciudadano Joaquín Faillacce, tal vez cargada en brazos de su padre o madre con tan solo cinco años.

Y eso me llena de orgullo, porque mi bisabuelo fue uno de los arrieros que cargó el reloj desde donde fue bajado del ferrocarril de Cúcuta, que su recibimiento fue más pomposo que visita de obispo. De seguro, que cuando el carro traído por el italiano José Pusseti daba vueltas a la plaza principal, allí debió estar experimentando el viaje en la máquina que se atrevió a desafiar lo cotidiano y llegó con caravana de arrieros antes que la carretera.




Patria qué cosa es, se preguntaba nuestra poetisa y haciendo esa pregunta, llegó a la escuela urbana de niñas en Arboledas, donde estudió y al finalizar la jornada académica en la tarde, desde la avenida cuarta entre las calles primera y segunda, salían todas las niñas tomadas de la mano y adelante iba la profesora guiando el recorrido, mientras una a una iban llegando hasta su casa, labor que todos los días efectuaba una abnegada profesora y cumplía con estregar la última niña en el seno de su hogar.

El sacerdote que la bautizo no vivió más de un año después del oficio religioso y este era de apellido Villamizar como ella, Eduardo era su nombre y fue sepultado en el templo de Arboledas. Hace algún tiempo vi la placa que cubrió su panteón y me imagino a la poetisa, qué pensaría frente a la tumba de quien dio nombre en el bautisterio.

Los padrinos con un apellido poco común en estas tierras, con apellido de “turcos” título que adquirieron los inmigrantes que llegaron a finales de 1800 y principios de 1900 a nuestro territorio con nacionalidades libanesa, siria, y palestina; eran de apellido Saab (Saad) o así entendió quien hizo la anotación en el libro de bautismos en la parroquia Santísima Trinidad de Arboledas, donde también recibió el agua bautismal su única hermana, Silenia.

Hay días en los que uno se cuestiona, observando pasar una nube que coge forma con el viento, o con una taza de café; aunque en ocasiones, también se llega a un alto grado de pensamiento con tan solo una totuma de guarapo que hace al buen pensador reflexionar y casi que filosofar, podría decir que todas las anteriores han tenido que ver hasta llegar al punto de preguntarme: ¿Por qué no nací un poco antes? Me hago esta pregunta, tratando de responderme que, si yo la hubiera conocido, le habría preguntado cómo era el fotógrafo italiano Félix Conde, cómo fue el día que se adoptó mediante acuerdo del honorable concejo municipal el himno de nuestra patria chica el 20 de julio de 1937, pero me iría más allá del detalle y preguntaría por la inspiración que generaban las catleyas; por fortuna dejó para mí, una bellísima explicación en su obra, allí cada vez que abro “los frágiles cuadernos” presiento estar entrevistando la más grande poetisa nortesantandereana.

Inició la labor como docente en la “ciudad bonita” en el año de 1942, allí, consagró su vida a la educación y surgió la gran Ofelia Villamizar, maestra de maestras, así me lo hizo saber una de sus alumnas en el municipio de Cucutilla, donde ejerció el cargo de subdirector en la escuela urbana de varones del 16 de enero de 1943 al 19 de enero de 1944, y entre el 20 de enero de 1944 al 5 de enero de 1945 fue directora de la escuela urbana de niñas del mismo municipio.

Por estos años debió experimentar los periodos fuertes de violencia e imagino que sufrió mucho al ver los acontecimientos en su tierra natal Arboledas, y fue este uno de los motivos que obligó la salida de la familia Villamizar Buitrago de Arboledas y a principio de 1946 llegó a Durania, considerada su segunda patria chica, tierra que la acogió con mucho cariño, tanto así que su biógrafo oficial el ingeniero Fernando Velandia, actual presidente de la Academia de Historia de Norte de Santander es de ese municipio; en Durania fue el principio de su consagración a las letras cuando obtiene el gran premio Lis de Oro, en los juegos florales Marianos en Zipaquirá, en agosto de 1954.

En Durania estuvo ocho años de maestra y directora del Colegio Oficial de señoritas, y la escuela Urbana de niñas, en aquella tierra fueron creados la mayoría de poemas de su primer libro Raíz Afuera, publicado en 1957, realizó estudios de castellano y gramática en la Universidad Javeriana de Bogotá, y de bibliotecología en la Universidad de Antioquia.

De Durania se trasladó para Cúcuta donde vivió hasta el último día de su vida, allí fue docente del colegio Santo Ángel, fue directora por más de quince años de la biblioteca pública Julio Pérez Ferrero y directora de la biblioteca del colegio Inem José Eusebio Caro, institución donde se jubiló en 1989, pero aquello se quedó en el papel, pues murió sin haber recibido el primer pago de su pensión.

Una mujer extraordinaria fue Ofelia y no me alcanzarían las palabras, llenaría y llenaría hojas de textos hablando sobre Ofelita y sé que aun así me siguen haciendo falta, y solo hablo de lo poco que he podido conocer de su vida; fue columnista de prensa en los diarios Sagitario, La Frontera, La Opinión, El Tiempo y El Espectador, y por eso la acogió el colegio de periodistas, seccional Norte de Santander.

Perteneció a la Academia de Historia de Norte de Santander, a la Academia Bolivariana, Centro de Historia de Ocaña, Circulo Literario de Bogotá, Ateneo Pacho Valencia de Pamplona, Ateneos Norte y Luis Courvel de Ocaña, Círculo Rojo de Cúcuta, Unión de Ciudadanas de Colombia, Asociación Colombiana de Bibliotecarios y Sociedad de Mejoras Públicas de Cúcuta.

Intachable en todo el sentido de la palabra, autora de más de once himnos escolares, dejó para la posteridad cuatro libros de poesía, recibió numerosos reconocimientos, entre ellos: condecoración Medalla honor al mérito de la alcaldía de Durania (1954), Medalla de la legión de María Pamplona, Medalla de la sociedad de Mejoras Públicas de Cúcuta, Medalla Eduardo Cote Lamus instituto de cultura y bellas artes de Norte de Santander, Medalla Honor al Mérito (1975), y la Mujer más destacada de la Unión de Ciudadanas de Colombia (1981), además reconocimientos y placas de: Ministerio de gobierno (1954), del centro literario Josefa del Castillo, del Colegio Santa Teresa de Cúcuta (1954), del centro literario Santa María Muzzarello, del Colegio Nacional de Periodistas Norte de Santander (1964), del Colegio Municipal de Bachillerato como profesora fundadora (1977), de la Asociación de Egresados de la Universidad Francisco de Paula Santander (1982), del Colegio Comfenalco (1982), de la asociación de padres de familia y alumnos del Inem (1987), del Círculo Rojo de Cúcuta (1980), y del Colegio Departamental Integrado Nocturno Anexo de la UFPS (1988).


Siento que le estoy quitando el trabajo al biógrafo y estoy generalizando mucho, pero es casi imposible hablar de tan honorable mujer nortesantandereana, sin mencionar todos sus reconocimientos; obtuvo premio en 1955 en concurso de la Revista Cromos, en 1956 con la Violeta de Plata en Cúcuta. En 1966 mención de honor en concurso de sonetos del Diario el Tiempo. En 1967, finalista del concurso internacional Carabela de Plata, celebrado en Barcelona España. Y dos de sus poemas fueron publicados en la revista Antología Hispanoamericana de poesía, de Barcelona.

María Ofelia Villamizar Buitrago, se hizo verso, se hizo canción, se grabó en los corazones del pueblo, se negó a dejar en el olvido su tierra y estando lejos de ella, siempre le escribió a Arboledas. Durmió el sueño profundo, en la cálida ciudad de Cúcuta el día jueves 30 de enero del año 1991 y la lloro todo un pueblo, y la lloraron los poetas y el Indio Rómulo quien recitaba su poema Hágame una carta, también le dolió su muerte y ahora que están “al otro lado del espejo”, los dos grandes de la poesía costumbrista en Colombia; allí celebraron la primera navidad del reencuentro como un Romance navideño y Ofelita debe estar feliz porque después de treinta años, sigue viva y se cumple su palabras de Futura, porque cuando las letras se hacen universales, se guarda un recuerdo perenne, que más allá del tiempo mantendrá viva la memoria.






Recopilado por: Gastón Bermúdez V.