miércoles, 6 de abril de 2022

2040.- LOTERIA DE CUCUTA, DIO ERA GLORIOSA A COLOMBIA

Omar Romero Güiza (La Opinión)

En segunda y última participación del Suramericano de Baloncesto, en 1981, el país con su equipo fue cuarto, por detrás de Ferrocarril Oeste (Argentina), campeón del torneo.

Siguiendo con la tercera entrega de la historia del baloncesto profesional en Cúcuta y el furor en la década de los años 70 con el emblemático quinteto de la Lotería de Cúcuta, llegaría un momento de tensión y preocupación que nadie esperaba, ni los mismos directivos de aquel entonces.

En segunda y última participación del Suramericano de Clubes por allá en 1981, Colombia con su equipo la Lotería de Cúcuta, fue cuarto, por detrás de Ferrocarril Oeste (Argentina), campeón del torneo. Segundo fue Francana (Brasil) que había sido campeón el año anterior, y tercero fue otro equipo brasileño, Tennis Club.

La nómina de ese equipo la conformaron: Sam Sheppard, Eric Evans, Álvaro Álvarez, Francisco Rodríguez, Randy Stephens, Hugo Hernández, José Rodríguez, Freddy Moreno, Carlos Llanes, y Álvaro ‘Tito’ Ordóñez. Rodrigo “Perico” Fuentes (DT), y Carlos “Fosforito” Castro, asistente.

Hasta ahí todo bien. Pero llegó el momento amargo, el sabor agridulce. Ese que por años y décadas ha sopesado dentro la afición cucuteña cuando la felicidad no es completa la cual se vivirá años más tardes con el Cúcuta Deportivo en el fútbol.

Pero mejor sigamos con la número 7, o como se le conoce popularmente la pelota naranja.

El camino del adiós

La gran época del baloncesto profesional en Cúcuta y en Colombia sin duda quedó enmarcado para la historia con el conjunto lotero que muchos de los aficionados que hoy están por encima de los 50 años y se apasionaron con el equipo recuerdan esas grandes figuras que lo integraron.

Incluso los colegios donde estudiaron y se graduaron por sus pasillos aun retumba ese recuerdo; acá estudio tal jugador, acá se graduó equis jugador que fue selección Colombia y formó porte de la Lotería de Cúcuta esa rivalidades y egos aún existen así hayan pasado más 40 años.

Sin embargo, tras esas exitosas campañas, codeándose con lo mejor del baloncesto suramericano el equipo de la Lotería de Cúcuta comenzó a sufrir en la parte económica, de los años gloriosos se pasó a los dolorosos, ese sabor amargo ¿qué paso?


La Lotería de Cúcuta jugó muchos de los partidos, en pleno proceso de la construcción del coliseo Toto Hernández.

Para 1982 su equipo insignia no pudo participar en el Mundial de Clubes y al no cumplir le carreó una sanción al equipo por parte de la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) y castigó de manera dura a Colombia suspendiéndola en su momento de la competencia aplicándole la ley con severidad.

“Como le venía contando Lotería de Cúcuta era el mejor equipo en Colombia, lejos. Y segundo que fue a torneos internacionales y se daba la pela con el equipo que fuera (no le tenía miedo a ninguno por más bueno que fuera), acá les ganamos a los equipos brasileños, a los venezolanos a los equipos argentinos (los poderosos del continente) cuenta JH Maldonado.

No obstante, las diferencias internas por los egos entre los directivos empezaron a florar, todos querían sentirse ‘reyes’ y las cosas empezaron a decaer, al ver que no se veía un consenso y los patrocinadores dieron un paso al costado y no ver afectadas sus marcas.

“Vienen los problemas personales en la dirigencia, se presentan muchos tropiezos y a nivel nacional se hizo notar por lo que se fue apagando el sueño que se vivió durante casi una década”, contó JH Maldonado, que tiempo después tendría su propia experiencia como directivo de un equipo.

En 1982 sería la despedida del quinteto de la Lotería de Cúcuta, su última aparición fue en ese entonces en la recién creada “Copa Sprite” llegando a la fase final del campeonato. Esta vez sin sus rutilantes figuras de la época; Sam Sheppard, Eric Evans compitió con jugadores criollos.

“Todo eso fue diluyendo y el baloncesto dejó de ser protagonista por un largo periodo de tiempo” reseñó JH.

El conjunto lotero además perdió la final ese año ante Caribú, equipo que representaría al país en el suramericano de clubes y ese torneo sería fin del club más querido y recordado en el baloncesto cucuteño.






Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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