domingo, 22 de mayo de 2022

2063.- EN PALMERAS, AUSENCIA DE ACUEDUCTO

Tatiana Ballen García (La Opinión)




En 1965 surgió, en la ciudadela Juan Atalaya, el barrio Palmeras en honor a la gran cantidad de este tipo de plantas alrededor del sector. Primero fueron una invasión, hasta que, hace 48 años, fueron legalizados con la obtención de la personería jurídica.

Desde entonces se destacó por el gran número de emprendedores de la confección y la fabricación de calzado, quienes construyeron sus viviendas en este barrio.

En los primeros años de la Junta de Acción Comunal (JAC) sus integrantes decidieron dividir en dos el barrio Palmeras debido al crecimiento de la comunidad, entre otros factores que los vecinos aún desconocen.

El terreno solo contaba con un sector dedicado al cultivo de fruta y tabaco, pero algunos de sus trabajadores prefirieron construir sus viviendas cerca de este lugar. Ellos son considerados como fundadores de Palmeras parte alta.

También había un asentamiento llamado ‘7 de mayo’, pero con los años dejó de existir para convertirse en la actual Palmeras parte baja.

Una de las fundadoras explicó que los nombres de alta y baja fueron asignados de acuerdo con la forma de ingreso al barrio. En la parte alta, a medida que se circula por las calles se aprecian lomas, en cambio, para ingresar a la baja, se debe descender para entrar al barrio.

“Mi familia y yo tenemos más de 45 años viviendo aquí y hemos podido ver su crecimiento, en su mayoría, era monte y las casas fueron construidas en bahareque. Cerca de este lugar existía un lugar turístico, ‘El Rodeo’, que las personas utilizaban como balneario y suministro de agua cuando este fallaba, pero con el tiempo desapareció”, comentó Valentín Duran, habitante de la zona.

María del Socorro Jiménez, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC), afirmó que lleva cerca de 35 años viviendo en este barrio, por lo que ha visto la evolución, pero también ha sido testigo de problemáticas que han perdurado con el paso del tiempo.

Jiménez cuenta que, por mucho tiempo, las calles fueron trochas y cada vez que llovía se volvían intransitables, sumado a que las aguas negras se salían de los canales y terminaban en las vías principales de Palmeras, problema que aún sigue vigente.

Dilemas por las propiedades

Cuando el barrio empezó a surgir, en ese tiempo se llevaba el proceso de transformación de la capilla a la actual Parroquia San Pío X. Para colaborar en su construcción, los habitantes de estas zonas hicieron bazares, rifas y otras actividades para recolectar los fondos necesarios.

Pero con el crecimiento de los barrios vecinos a la iglesia, la comunidad comenzó a discutir sobre la propiedad de este terreno. Algunos decían que pertenecían a Cúcuta 75, hasta que, después de varias décadas, se le asignó la propiedad a Palmeras por su mayor cercanía. Sin embargo, de nuevo le fue devuelto el terreno al primer barrio.


Así mismo ocurrió con el antiguo colegio Calasanz, ubicado en la primera etapa con avenida Kennedy, diagonal a la iglesia.

“En su mayoría, los niños de estos barrios crecieron en las aulas de este colegio. Al principio, estaba construido en tablas y algunos ladrillos, pero fue remodelado y luego se cambió al Colegio Cooperativo San José de Peralta”, mencionó Mercedes Bautista.

Otros centros educativos en Palmeras son los colegios Innovación Estudiantil, Rafael Pombo, entre otros. En la actualidad, tanto la parte alta como la baja no cuentan con muchos escenarios deportivos e infantiles.


En límites con primera etapa, se encuentra el parque ‘El Planchón’, antes un terreno con árboles y tierra al que la comunidad le hacía su respectiva limpieza. La administración Municipal lo restauró con juegos infantiles y construyó allí una cancha de fútbol.

Otros proyectos pendientes por ejecutar, aún son un misterio para la comunidad.


Cobro sin beneficio

La mayor preocupación de algunos vecinos es el cobro del servicio de acueducto en las facturas del agua, que les parece “absurdo”, porque no cuentan con este sistema.

“Son varios los sectores de Palmeras en los que no tenemos acueducto, le solicitamos a la empresa su instalación, pero la respuesta fue negativa porque el mal estado de las vías no lo permitiría”, añadió Durán.

La comunidad aguarda por la solución de este problema, ya sea con la instalación o con no cobrar por un servicio del que no se benefician.

Víctimas del abandono estatal


A pesar de que ambas partes están separadas por una urbanización, la comunidad comparte un problema central: el deterioro de la malla vial.

Gran parte de las vías tuvieron que ser pavimentadas por sus habitantes hace varias décadas, pero las intervenciones de las entidades y las lluvias las han deteriorado y provocado huecos.

Al sentir de la comunidad, el mal estado de sus calles demuestra la nula colaboración de las pasadas administraciones municipales para ejecutar proyectos de pavimentación o bacheo.

En otros sectores de Palmeras, todavía cuentan con calles destapadas y generan un riesgo para la comunidad por la alta accidentalidad.


Inseguridad desbordada

El tema de las drogas ha sido muy constante, desde casas que las distribuyen hasta encontrar personas ajenas del barrio consumiendo en las calles. Los vecinos señalan que la Policía se ha esforzado por retirarlos de la zona y desmantelar las ‘ollas’, pero al poco tiempo regresan a afectar el panorama del barrio.

Inundados en La Cañada


En el sector La Cañada circula una quebrada que, durante la temporada de lluvias de los primeros meses del año, se ha desbordado y ha ocasionado deterioro en el canal y las viviendas cercanas.

“Esta situación viene presentándose hace tiempo, pero se han incrementado las afectaciones. Los despachos solo vienen y miran, pero no da soluciones”, manifestó la presidenta de la JAC parte alta.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

No hay comentarios:

Publicar un comentario