viernes, 3 de junio de 2022

2069.- CUMBRES DEL NORTE, DETERIORO Y MIEDO

La Opinión


En la parte alta de la Comuna 6 de Cúcuta se levanta el barrio Cumbres del Norte, una colina desde donde se divisa gran parte de la ciudad, pero que a través de los años ha sido víctima de la inseguridad y el abandono.

A pesar de su cercanía con históricos barrios como El Salado y Panamericano, son muchas las necesidades que tienen en este momento y por las que piden pronta solución.

La entrada principal del barrio está ubicada en la avenida Panamericana, con un enorme letrero de “bienvenidos a Cumbres del Norte” que recibe a diario a residentes y visitantes.

Desde las primeras calles se evidencia el deterioro. La mayoría de las vías tienen baches y los conductores de vehículos se ven obligados a disminuir la velocidad para esquivarlos y evitar accidentes de tránsito.

No hay transporte


Para las personas que viven en Cumbres del Norte, llegar a su casa se convirtió en una odisea, sobre todo en horas de la noche.

En este barrio de la Comuna 6, la inseguridad y el deterioro en las vías ha provocado que el transporte público sea una gran dificultad para sus habitantes.

Mérida Salcedo, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC), expresó que no hay rutas de transporte público, por lo que ninguna buseta accede al lugar y sus habitantes tienen que buscar otras alternativas para llegar a sus casas.

“Los que no tienen carro ni moto, les toca caminar casi 20 minutos desde otros lugares para llegar hasta el barrio, y es más agotador teniendo en cuenta que gran parte del sector es una cuesta”, precisó la lideresa.

Agregó que algunos conductores de taxi no van hasta allí, en especial en horario nocturno, por temor a un robo o porque cobran tarifas muy altas.

“Normalmente, según el taxímetro, la carrera vale siete mil pesos desde el centro. Si estamos de suerte nos cobran 12 mil pesos, y si no, nos puede salir el viaje en 18 mil o 20 mil pesos”, comentó uno de los vecinos del barrio.

Espacios abandonados


Escasos son los lugares de recreación en la zona, y los que están se encuentran abandonados y dañados. El único parque está cubierto por maleza, los juegos infantiles están oxidados y rotos, razón por la que es poco concurrido por los menores.

Así mismo, la cancha de baloncesto cuenta con grandes grietas en el suelo, producto de la inestabilidad del terreno. De no ser intervenida a tiempo, los residentes temen que se pueda desencadenar una tragedia.

“La cancha está que se va por un barranco, lo único que trajeron fue unos biosaludables, pero, por la lluvia y otros factores, se han ido desgastando y ya están deteriorados”, dijo la presidenta de la JAC.

Hasta el momento, la Junta de Acción Comunal no ha extendido solicitudes de arreglos a la administración municipal por cuestiones de pandemia, sin embargo, ya han intentado comunicarse por vía telefónica y virtual y no han obtenido respuesta.

El colegio no da abasto


En Cumbres del Norte está una de las sedes de la Institución Educativa Eustorgio Colmenares Baptista, que brinda educación a niños de primaria.

Según la lideresa comunal, la escuela se quedó pequeña ante el gran número de menores que viven en el sector, por lo que los niños tienen que ir a otros colegios y se ven obligados a caminar largas distancias para llegar a su centro de estudio.

“Es un buen colegio, brinda buena educación, pero ya queda pequeño. Los cupos son limitados y muchos se quedan por fuera”, señaló Salcedo.

Inseguridad, el tema más preocupante


El aumento de atracos y homicidios ha generado preocupación en las personas que residen en este lugar. La mayoría se ven obligadas a estar encerradas en sus viviendas desde que cae la noche, porque temen ser víctimas de algún suceso lamentable.

“Los robos han aumentado, la gente no viene por acá, es una situación preocupante que ya se nos salió de las manos”, dijo uno de los residentes.

También agregó que a diario se ven personas consumiendo drogas en las calles, incluso frente a niños.

Según la lideresa comunal, la Policía Metropolitana de Cúcuta casi no hace presencia en el barrio, de vez en cuando lo patrullan, y cuando son llamados, no responden.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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