jueves, 1 de septiembre de 2022

2114.- JOSE MANUEL PAEZ, HOMBRE ORQUESTA - SAN MARTIN

Ronaldo Medina (La Opinión)


José Manuel Páez es un cucuteño de 60 años que ha vivido gran parte de su vida en el barrio San Martín, donde habita con su familia, en la que ocupa el segundo lugar entre tres hermanos.

Los hilos color plata que se asoman por su cabello negro denotan sus años y sus arrugas los arduos trabajos que ha hecho para subsistir. Pero es su pasión innata por la música la que le ha dado las mejores experiencias.

Conocido por muchos como ‘Platanote’, Páez es un hombre orquesta en todo el sentido de la palabra, pues él mismo es capaz de cantar y hacer bailar a quienes lo oyen, al ritmo de la armónica, mientras con una mano toca la guacharaca y, con otra, la caja.

“Desde muy niño me gustaba la música, en especial la de Alfredo Gutiérrez. Pasaba mis días soñando con tener un acordeón y formar mi propio conjunto”, relató Páez.

Pero ante la imposibilidad de comprar el instrumento vallenato, un día un amigo le regaló el primer elemento con el que, sin saberlo, terminaría casándose por el resto de su vida: la armónica.

Los ritmos semejantes le recordaban al acordeón, así que con jovial ilusión comenzó a tocar la armónica hasta que consiguió hacer sonar las melodías que más le gustaban.

Con el tiempo y el uso diario, el primer instrumento empezó a desgastarse, lo que lo motivó a comprar uno nuevo en los alrededores del Terminal de Transporte de Cúcuta, a $2.000 en ese entonces.

“Recuerdo que ese día me fui contento para mi casa, la toqué en el bus y en seguida pude ir sacando las canciones, sin que nadie me enseñara, lo aprendí solo, prestando atención al oído y buscándole los sonidos”, contó José Manuel.

Otro tipo de armónicas llegaron con los años, algunas de cambio, otras más convencionales, pero, en tiempos más recientes, ha optado por una más sencilla que compró a $30.000.


La creatividad lo caracteriza

Hombre de ideas curiosas, Páez llevó su pasión por la música a otro nivel. Hace poco, él mismo armó un aparato con tambores al que le añadió una base para tocar dos armónicas a la vez.

La guacharaca que lo acompaña, él mismo la fabricó con un tubo y tenedores, tanta ha sido su experiencia haciéndolas, que hace poco decidió venderlas, pues no tienen nada que envidiar a una guacharaca de marcas reconocidas.

“Armé una orquesta con tambor, platillos, armónicas, guacharaca y platillos, tocaba todo yo solo. Como me colocaba encima el aparato con los instrumentos, las manos me quedaban libres para tocar la guacharaca y el tambor, así hacía mi percusión”, expresó con nostalgia.

Luego de haberse tomado un descanso de tantos instrumentos a la vez, ahora Páez está listo para armar un nuevo sujetador, al que espera incorporar un karaoke, para retomar las actividades que tantos gratos recuerdos le dejaron.

María Esther Páez, hermana, expresó que otra curiosidad sobre José Manuel es su talento para fabricar juguetes y trabajos movibles y mecánicos.

“Busca partes de juguetes que no sirven y las arma él mismo en uno nuevo, también hizo un águila movible con material reciclable, hacía ruido y era tan grande como una persona, la trompa era un repuesto de bicicleta, las patas eran patines y las alas con láminas de radiografías”, dijo María.

Memorias de un hombre humilde

José Manuel tenía alrededor de 20 años cuando vivió un tiempo en Bogotá, gracias a un trabajo como mensajero en una fábrica, pero, en sus ratos libres, buscaba la manera de ganar dinero adicional.

“Me subía a los buses a tocar la armónica y la guacharaca, también me presentaba en tabernas. Me fue lo suficiente bien para tomar la decisión de retirarme de la empresa y dedicarme a eso, porque veía que me iba mejor”, dijo.

Retornado a Cúcuta, El Malecón fue la zona a la que dedicó sus noches de viernes, sábado y domingo, cuando tocaba en el ‘Show de la Lotería de Cúcuta’.

Otro de los mejores recuerdos de Páez, fue una vez que, en un concierto de la orquesta Billo’s Caracas Boys, le permitieron subir al escenario y tocar junto a ellos.

“También me presenté en ‘Compre la orquesta con Pacheco’, cuando vivía en Bogotá. En ese entonces me dieron $50.000 por participar, hace 30 años. Cristian Vega, que era el pianista de la orquesta, preguntó cuánto debía ganar, entonces Pacheco dijo: denle todo, se lo merece”.

Así mismo, tuvo su momento de fama en el ‘Factor X’, donde, aunque sabía que no pasaría a más rondas de las que esperaba, disfrutó al máximo cada momento frente a Marbelle, José Gaviria y Juan Carlos Coronel.

“Llegué hasta Bucaramanga, toqué un disco de Marbelle y otro del Coronel, el ‘Patacón pisao’, con ese me despedí de ellos y logré sacarles una sonrisa”, recordó.


‘Platanote’, personaje emblemático

Han sido muchas las aventuras de José Manuel Páez a lo largo de su vida y, entre ellas, destaca la anécdota por la que adquirió su apodo de ‘Platanote’.

“Trabajé un tiempo en una fábrica de Ureña, era el más grande entre todos, por eso me comenzaron a decir que parecía un plátano, otros me decían tostón”, relató.

Así, el nombre se extendió hacia San Martín, barrio donde vive. Cuando menos lo esperó, sus vecinos también lo llamaban como en su antiguo lugar de trabajo, apodo que aún conserva.

Mariela Zapata, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC) de San Martín, destaca las hazañas de Platanote como personaje emblemático del barrio.

“Es el que nos alegra las fiestas, reuniones y eventos nocturnos, siempre lo buscamos a él porque es una persona muy apreciada por la comunidad”, manifestó la lideresa.

Si pasan por San Martín, lo verán alegre y familiar, con un tapabocas hecho por él mismo con el pico de una botella de plástico y media lata de cerveza.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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