Conozca la historia de este barrio de la Comuna 6 de Cúcuta.
La frase ‘la unión hace la fuerza’ ha sido clave para el desarrollo diario de la infraestructura, la seguridad y la convivencia del barrio Alonsito, un humilde sector de la Comuna 6 de Cúcuta donde la gente vive en armonía y buscando siempre salir adelante.
Alonsito se llamaba la finca que había antes de la construcción del sector; el propietario bautizó esas tierras en honor a una estación del ferrocarril de Cúcuta, que pasaba por El Salado. Pocas personas conocen esa historia, y algunos creen que Alonsito era un personaje destacado, como Carlos Toledo Plata que fue un médico de Bucaramanga.
La gente no ha cambiado el nombre del barrio como señal de respeto a la memoria del terrateniente que les vendió parte de su finca para que construyeran sus viviendas, canchas, iglesia, vías y demás áreas necesarias para formar una comunidad.
Incluso varias iniciativas para cambiar el nombre del barrio no han prosperado, “las personas tenemos aprecio a ese nombre y es parte de la identidad de la zona, por lo que no nos agrada la idea de rebautizarlo”, dijo un vecino.
La compra de terrenos
Las primeras familias de Alonsito invadieron parte de la finca, hace 26 años (1996). El propietario negoció con ellos la venta de esos terrenos como alternativa para no desalojarlos, firmaron letras de docenas de lotes.
El problema fue que el propietario falleció antes de entregar escrituras. La humilde gente solo tenía como soporte legal una letra firmada por ambas partes de la compra y venta de un pedazo de tierra.
Al inicio, la comunidad vivía en un lodazal donde era difícil que ingresaran vehículos y cuando llovía era intransitable. Las primeras viviendas eran de tablas con techos de zinc que soportaban el sol y el agua.
No había electricidad, alcantarillado, acueducto o un centro de salud para tratar las enfermedades que se hacían comunes por los insectos y bacterias presentes en el agua y otros elementos.
La gente no tenía otra opción más que soportar las dificultades, no tenían otro lugar donde vivir, más aún cuando ya habían invertido sus ahorros en comprar el lote y construir sus techos.
Los avances
Los primeros habitantes eran braceros de plazas de mercado, recicladores, albañiles, carpinteros, mecánicos, entre otros trabajadores humildes de la ciudad.
Años después comenzaron las pavimentaciones de las calles, demarcaron la cancha Alonsito, ubicada en la calle 19 con avenida 15 A, también llegó el acueducto, alcantarillado y la electricidad. “Fue una lucha comunitaria con las alcaldías de turno porque no nos tenían en cuenta y los barrios vecinos ya avanzaban, pero nosotros no”, indicó una vecina.
Elva Rosa Rodríguez, líder barrial, recuerda esa difícil época en la que ella y otros vecinos formaron un grupo para exigirle a las entidades encargadas las obras de pavimentación y adecuación de los servicios públicos.
Así nació la Junta de Acción Comunal de Alonsito que se hizo oficial hace cinco años (2017) cuando la Alcaldía de Cúcuta les otorgó el estatus de barrio, llegando a mayores beneficios como personería jurídica en la Comuna 5 y la posibilidad de proponer ante las entidades encargadas proyectos sociales.
Inseguridad y consumo de drogas
La inseguridad es una de las ‘manchas’ que avergüenzan a los habitantes de Alonsito, quienes se sienten bajo el acecho de los delincuentes que no tienen escrúpulos para robarse cualquier objeto de valor de las viviendas.
Las tapas de contadores, rejas y otros objetos de valor son los que en mayor medida hurtan en Alonsito de las viviendas, poniendo a la ciudadanía bajo el temor de los antisociales que, al parecer, hurtan para comprar droga.
La cancha Alonsito es un punto que se presta para la delincuencia, pues la falta de iluminación en algunas partes hace difícil que las personas vean a los antisociales, que se esconden para sorprender a sus víctimas.
También hace falta la pavimentación de varias calles, además del problema que tiene la gente con el terreno donde debería funcionar la iglesia del barrio.
El abandono del parque
El parque de Alonsito está en abandono, los juegos infantiles no han tenido mantenimiento desde que los instalaron, hace unos cinco años aproximadamente. Las personas buscan formar equipos de fútbol para que practiquen en la cancha, pero el escenario es un tierrero donde cualquier jugador puede caerse y hasta lesionarse.
Por lo pronto, los pobladores piden que las entidades encargadas se pongan la mano en el corazón y designen recursos para ellos, pues tienen varios años en el olvido.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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