sábado, 18 de noviembre de 2023

2337.- VIRGEN DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRA DEL ‘PUEBLO CUCUTA’

Gastón Bermúdez Vargas

Lienzo original de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá (1560-1565)

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá es unos de los nombres con que se venera a la Virgen María en el catolicismo. Es la patrona y reina del país y de San Luís de Cúcuta en Colombia, del Estado Zulia y de Lobatera Estado Táchira en Venezuela, y de la ciudad de Caraz, en el departamento de Ancash en Perú.

Entre los años 1560 y 1565, Antonio Santana, encomendero de los pueblos de Suta (hoy Sutamarchán) y Chiquinquirá en el Nuevo Reino de Granada (hoy en Boyacá-Colombia), estaba construyendo su sitio de oración en Suta. Construía una pequeña capilla particular y había encargado al Fray Dominico Andrés Jadraque ser el capellán de la misma, quien organizaba todo lo concerniente a los instrumentos necesarios para las oraciones que se harían, y piensa que la patrona de la misma debía ser Nuestra Señora del Rosario de quien don Antonio era muy devoto, por lo que se dirige a Tunja y contactó al pintor español don Alonso de Narváez y le llevó una estampita de la Virgen del Rosario, para que se la pintara en un lienzo, más ancha que larga.

Una vez elaborado el arte, se dieron cuenta que quedaba mucho espacio vacío en el lienzo a lado y lado de la imagen de la virgen, por lo que en consenso decidieron que se pintara al lado derecho de la virgen a San Antonio de Padua en honor al santo del encomendero y al lado izquierdo a San Andrés (apóstol) por el de Fray Andrés. Luego el lienzo fue enmarcado en madera y colgado en la capillita y permaneció por más de una década allí. En 1574 debido al ya mal estado de la pintura, con las imágenes casi completamente borradas y el lienzo deteriorado, lo bajaron, lo enrollaron y lo guardaron. Al morir don Antonio su viuda se muda a Chiquinquirá y se lleva la pintura.

Según registros históricos del momento de los hechos ocurridos, se conoce que una mujer del lugar llamada María Ramos, a conciencia que en esa tela había estado la imagen de Nuestra Señora del Rosario, decide colocarla en un espacio especial de la capilla de oraciones en Chiquinquirá, y como era muy devota de la Virgen, le pedía, con fervor, que se manifestara.

Fue así como el 26 de diciembre de 1586, María Ramos, luego de haber concluidos las oraciones rutinarias entre las 7 y 9 am, al salir del recinto, va pasando por el lugar, una india de nombre Isabel acompañada de su pequeño hijo y éste, les llama la atención para que miren hacia la Virgen, pues se estaba como “quemando” debido al gran esplendor de luces que expedía y bajaba hasta el piso, manteniéndose suspendida. Corre María y se arrodilla frente a ella y ve cómo se van presentando las imágenes con sus colores fuertes y brillantes y, a la final, reacomodándose el lienzo. ¡Sucedió el milagro de renovación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá!

Lienzo de la virgen ´La Kacika’ de Cúcuta - 1587

Debido a la gran devoción que despertó el milagro de Chiquinquirá, sobre la renovación del lienzo y pintura de la imagen de la Virgen del Rosario del pintor español don Alonso de Narváez, era muy común que los conquistadores españoles practicaran y divulgaran esa devoción en las capillas doctrineras de sus regiones.

Es así que uno de los encomenderos del valle de Cúcuta encargó una réplica de la virgen del milagro, la cual fue elaborada en 1587, por el mismo pintor del original, don Alonso de Narváez en la ciudad de Tunja y se la llevaron a los indios del valle de Cúcuta, quizá después de 1602, fecha en que ya tuvieron capilla doctrinera, para afianzar el acercamiento, amistad y lealtad con ellos, con el objeto de agrupar y formar un Pueblo de Indios en la región, en cumplimiento de una orden Real, en el marco de la ‘República de Indios’, visto como un estado paralelo a la de los asentamientos de los blancos, para facilitar su adoctrinamiento y protegerlos, mediante un sistema de gobierno acorde a su naturaleza y evolución.

Ahora, resulta que solo fue hasta 1641 que se pudo poblar y erigir el Pueblo de Indios Cúcuta (hoy barrio San Luís de Cúcuta), de forma estable, bajo el cuidado de la congregación capuchina, siendo esta, una de las 12 doctrinas o pueblos de indios de la antigua provincia de Pamplona. Es conveniente resaltar que los encomenderos debían por ley, construir la capilla doctrinera, dotarla, ornamentarla y pagar el doctrinero. El Pueblo Cúcuta con la asignación de tierras de resguardo o de comunidad y el trabajo arduo de los indios, logró ser muy próspero, basado principalmente en el cultivo y exportación de cacao.

Dicen que inicialmente para su veneración, la pintura enmarcada con trozos de madera, fue llevada a una pequeña y frágil capilla de indios a las orillas del río Pamplonita, pero en una fuerte crecida del río fue arrastrada aguas abajo y, providencialmente es recuperado el cuadro en la confluencia de los ríos Pamplonita y Táchira; entonces, para una mayor seguridad y comodidad a principio de los años 1700, los moradores debido a su buena condición económica, organizados en una cofradía o hermandad indiana, le construyeron en el Pueblo Cúcuta, una iglesia ubicada en la Av. 2 entre Calles 15 y 16 (actual San Luís), bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Hoy día algunos ‘pancheros’ (nombre popular dado a los habitantes de San Luís), la mencionan como ´La Kacika’, dizque porque así la bautizaron los indios, pero según el historiador Silvano Pabón Villamizar no hay hasta ahora documento histórico que soporte esa afirmación. Estas instalaciones fueron destruidas por el terremoto de 1875. Milagrosamente la pintura no sufrió daños.

Luego de la catástrofe telúrica, se levanta una nueva edificación en la Av. 3ª entre Calles 13 y 14, y se reconfirma la creación de la parroquia en 1897 y es consagrada por el hijo ilustre de ese poblado, padre Demetrio Mendoza, llamándola San Luís Gonzaga de Cúcuta y fijando la festividad patronal para el día 21 de junio. Hacia 1950 el templo fue demolido para dar paso a la construcción de la actual Basílica Menor San Luís Gonzaga de Cúcuta, donde el lienzo de la Virgen ha permanecido desde entonces hasta el momento.

A manera de repaso y aclaración sobre la evolución del poblado:

En 1641 nace el Pueblo Cúcuta; en 1734 está en un gran momento económico, mismo año en que es erigida la parroquia de San Joseph de Guasimal en la banda izquierda del río, hoy San José de Cúcuta, como unidad poblacional y territorial, distinta al Pueblo Cúcuta; en 1750 el poblado tiene muy buena iglesia y casa cural, y produce abundante cacao; luego a través del tiempo continúa produciendo gran abundancia de cacao e incrementa las exportaciones por el río Zulia y a través del lago hacia Maracaibo para Europa. Tendrá entonces dicho pueblo más moradores indios pudientes y por ende ricas cofradías. Desafortunadamente esta prosperidad decayó notablemente por la mancha o plaga que acabó las buenas cosechas de cacao a finales de la Colonia.

Con la llegada de la República, consolidada la Independencia, la Ley 22 de 1824 eliminó las categorías de doctrinas o pueblos de indios y los igualó ante un solo Estado. El Pueblo Cúcuta fue reconocido como una municipalidad y así se mantuvo hasta su eliminación en 1913, salvo por la movilidad de los ordenamientos territoriales y el cambio de nombre que tuvo en 1898, cuando se pasó a llamar San Luís.

Hoy día, en esta parroquia se promueve la devoción a la Virgen de Chiquinquirá como pueblo mariano que ha sido desde fecha inmemorial, reforzado con el colonial cuadro de la virgen que, se venera con mucho fervor y además que recibe peregrinos de otras regiones del país. Posiblemente sirve de santuario para los migrantes venezolanos, principalmente a los del Estado Zulia que, comparten como patrona con Colombia, a la virgen Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Los zulianos venezolanos la llaman ‘La Chinita’.

Tablita de la virgen ´La Chinita’ de Maracaibo – 1709 (tablita encontrada en el Lago)

En cuanto a la historia del milagro de ´La Chinita´, ocurre en Maracaibo en 1709. Una humilde señora que lavaba ropa normalmente a orillas del Lago de Maracaibo, encuentra en el agua flotando una tablita que le gustó para colocarla como tapa de la tinaja del agua en su casa. Pasaron varios días y en uno de esos, entregada al oficio de su hogar, estando afuera en el patio de su vivienda, comenzó a sentir unos golpes adentro de ella. Corrió al sitio de donde provenían los ruidos y observó que, en la tablita de la tinaja comenzaba a aparecer una figura. ¡Parece un santo! pensó, y tomando la tablita la colgó en la pared. Con el pasar de los días la figura se hizo más notoria y el 18 de noviembre de 1709, resplandeció la imagen, lo cual, al verlo la viejita, corrió hacia la calle gritando: ¡milagro!, ¡milagro!

La imagen en la tablita se reconoció como Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, se convirtió entonces en objeto de peregrinación para los devotos, y la tablita fue trasladada a la ermita de San Juan de Dios, construida en 1686 por el capitán Juan de las Nieves Andrade de quien él era devoto (hoy reconstruida Basílica Menor). A la señora que recogió la tablita, no se le conoce su nombre, sin embargo, dicen que la dueña de la casa donde se manifestó el milagro, respondía a María Cárdenas, esta casa estaba situada cerca de la ermita.

Según relata la leyenda, el sitio para permanecer la Virgen, fue escogido por ella misma, porque tratando de llevarla a la Catedral, se hizo muy pesada, obligando a desviar el rumbo hasta la ermita.

Para finalizar, los migrantes venezolanos y particularmente los zulianos, en varias partes del mundo, ya han implantado los festejos de su patrona el día 18 de noviembre, con actividades religiosas en homenaje a la virgen La ‘Chinita’, misas y procesiones, ferias de comidas y postres típicos de Venezuela, vendimias de navidad, toques de gaitas por varias horas, exposiciones, en general, todo aquello que, a la distancia, recuerdan los festejos de su terruño. Por lo tanto, no sería extraño que muy pronto, se tenga una nueva fecha de fiesta religiosa en la parroquia San Luís Gonzaga de Cúcuta.

Nota.- Agradezco al historiador Silvano Pabón Villamizar por sus valiosas observaciones y su aporte de documentos históricos de su autoría, sobre el Pueblo Cúcuta y la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

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