miércoles, 19 de octubre de 2011

44.- SUCEDIO DURANTE LOS PRIMEROS MESES DEL 57 II

PARTE II/II

Gerardo Raynaud D.


Esta fotografía nos recuerda a los integrantes del gabinete departamental antes de la caída del régimen del general Gustavo Rojas Pinilla, el 10 de mayo de 1957. En ella recordamos de izquierda a derecha y de pie a: NN Cote, Ciro Díaz Lozano, Contralor Departamental, teniente Teodosio Cabeza Quiñónez, secretario de Gobierno; Ciro Pabón Núñez, secretario de Educación; arquitecto Iván Manuel Duque Carvajalino, secretario de Obras Públicas; Luis Roberto Parra Delgado, secretario de Hacienda; don Víctor Serrano, secretario Privado y en el centro sentado, Gonzalo Rivera Laguado, Gobernador de la época.
La actividad social de la ciudad era bastante agitada a pesar de ser un pueblo de provincia que apenas se proyectaba. La prensa local no sólo reseñaba los sucesos más relevantes sino también algunos intrascendentes pero considerados de interés por sus lectores. Diariamente leíamos la lista de los pasajeros que llegaban bien de la capital o de las ciudades del interior o de la costa así como los procedentes del vecino país, especialmente de San Cristóbal y Maracaibo, la información incluía, además  los hoteles en los que se hospedaban. Bueno es recordar nuestra relación con esta última toda vez que el intercambio comercial y por ende las vinculaciones databan desde, prácticamente su fundación.

En enero la élite local regresaba de sus vacaciones de fin de año; la mayoría se desplazaba a la vecina Venezuela por las facilidades que le brindaba tener allí buena parte de la parentela, además de las comodidades que le ofrecía tener cédula y carro venezolanos y acceso expedito a las magníficas carreteras que por entonces habían prosperado al amparo de la bonanza petrolera que empezaba a manifestarse. Los más pudientes sin embargo, realizaban sus desplazamientos vía aérea y el destino más solicitado era Lima, vía Avianca por supuesto.

Recién empezaba el año, el teatro Zulima era el centro cultural por excelencia donde se presentaban los mejores y más variados espectáculos. El primer espectáculo del año fue la presentación del grupo musical llamado Conjunto Orquestal de las Hermanitas Olarte. Eran cuatro virtuosas hermanas cuyas edades oscilaban entre los 8 y los 15 años, que tocaban a la perfección todos los instrumentos pero que deleitaban a la audiencia con la interpretación del saxofón, el piano, flauta, clarinete, acordeón, maracas y percusión. Lástima que las circunstancias de la época no lo permitieran porque hoy se hubiera presentado como la rumba del siglo con jolgorio incluido; eran épocas más serias.

En el costurero local, las damas se felicitaban unas y otras se condolían por la cercanía del matrimonio de uno de los mejores partidos de entonces, el ingeniero Gustavo Lozano Cárdenas. La escogida era la agraciada damita Amparo Bedoya. Afortunadamente la ceremonia se celebró en la ciudad capital porque el río de lágrimas hubiera causado estragos por la falta de alcantarillado en las calles.

Mientras, en la administración local nuevas caras se asomaban. Al tiempo que el teniente del ejército Teodosio Cabeza Quiñones se posesionaba como nuevo secretario de gobierno departamental en el gabinete del gobernador Gonzalo Rivera Laguado, en las Empresas Públicas Municipales de Cúcuta era nombrado el reconocido farmaceuta Numa Pompilio Guerrero, propietario de la droguería Americana que por ese entonces ocupaba un local en el edificio que la curia diocesana tenía en la calle once entre avenidas cuarta y quinta.

El municipio de Cúcuta no se quedaba atrás en los nombramientos. En los primeros días de febrero el prestigioso abogado y poeta José Luis Villamizar Melo quien se desempeñaba como Secretario de Gobierno Municipal fue nombrado Juez Segundo Civil Municipal, actividad que consideraba más consonante con su profesión, razón por la cual presentó renuncia irrevocable para posesionarse en el cargo jurisdiccional. Lo reemplazó el también abogado Jaime González Peñaranda quien años más tarde se desempeñaría como notario en esta misma ciudad. Igualmente, en la Secretaría de Hacienda Municipal fue nombrado el conocido “mono” Luis Roberto Parra Delgado para completar la nómina que regiría los destinos de la ciudad hasta mediados del mes de mayo cuando se presenta el golpe de opinión que derrocó al presidente Rojas Pinilla.

El acontecimiento social del mes de febrero fue sin duda, el matrimonio de Martha Lamus Irwin con el caballero vallecaucano Álvaro Rentería Lemus ceremonia que se llevó a cabo en la catedral y fue encargado del culto el renombrado sacerdote Daniel Jordán. En algún momento se pensó que el ceremonial hubiera sido el indicado para inaugurar la monumental iglesia de la Candelaria y aunque el padre Ramón Clavijo hizo sus mejores esfuerzos para convencer a los futuros contrayentes, estos no cedieron. Definitivamente catedral mata iglesia.

En este mismo mes y a partir del día 23 visita la ciudad el presidente Rojas Pinilla así que toda la actividad social se centra en torno a la atención que se le  brinda al presidente y a su numerosa comitiva quienes además sostendrán un encuentro en el único puente internacional que comunicaba las poblaciones fronterizas de Cúcuta y San Antonio. La mayoría de los programas se desarrolló en el recientemente abierto Hotel Tonchalá.

Ya para cerrar el primer trimestre del año cuando la crisis de abastecimiento de los productos de primera necesidad se hacía evidente, la frontera, a pesar de la vecindad, sufría aunque en menor escala las dificultades que todo el país sentía; aún así y a pesar de las circunstancias la vida social pareciera no afectarse y esta vez nos referiremos al más fastuoso de los episodios sociales del momento, el matrimonio de la señorita Gertrudis Jaimes Hernández, componente de una de las familias de mayor reconocimiento, por cuanto sus hermanos y familiares más cercanos integraban el grupo de comerciantes de mayor prestigio de la ciudad. El novio, de origen italiano, había venido a la ciudad en busca de oportunidades como muchos compatriotas suyos atraídos por las bondades que le brindaba el país y la zona de frontera en particular. Luego de un noviazgo relativamente corto Lino Anaclerio Tarlano la pidió en matrimonio en ceremonia de intercambio de argollas que se formalizó en la casa paterna de la novia. El 15 de abril se realizó la ceremonia en la catedral y el festejo con todo el protocolo incluido se consumó en el centro social que años antes, su familia había contribuido a fundar, el Club de Cazadores.

Recopilado por : Gastón Bermúdez V.

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