CONTRALUZ.CO
Marica
remplazó a toche como la palabra que más usan los cucuteños al comunicarse
verbalmente. La conclusión la sacó el ingeniero Miguel Angarita luego de un
estudio para conocer cómo hablan los habitantes de la ciudad.
El
saludo tradicional entre jóvenes es ‘qué hubo marica’, al despedirse ‘nos vemos
marica’, para llamar la atención ‘oiga marica’, para hacer una advertencia ‘no
se le olvide llamar marica’, para recordar una cita ‘huy marica no falte’, para
pedir un favor ‘marica necesito que me preste plata’, a la hora del despecho
‘ese marica resultó peor que mi novio’ y muchas expresiones más.
El
catedrático de la UFPS propone que se cambien esas costumbres. ‘Qué hubo Luis’,
‘nos vemos Sandra’, ‘oiga Carolina’, ‘Patricia, no se le olvide llamar’, ‘buenos
días’, ‘cómo me agrada saludarla’, ‘cómo me encanta verla’.
El
verbo arraigado en el vocabulario de niños, jóvenes y adultos es ‘regalar’.
Cualquier favor, compra o acción está precedida por la conjugación. En oficinas
públicas las secretarias dicen ‘me regala su nombre’, al comprar un pasaje
aéreo ‘me regala su cédula’, al buscar un documento ‘me regala una fotocopia’,
al buscar un contacto ‘me regala un minuto’, al llegar a la cafetería ‘me
regala un tinto’, al querer envolver un regalo ‘me regala una bolsa’, al cobrar
un cheque ‘me regala su firma’, y así sucesivamente.
Angarita
publicó un los resultados del estudio y propone que a cambio se diga ‘por favor
me da su nombre’; ‘por favor, una fotocopia’; ‘por favor, un tinto’; ‘por
favor, un minuto’; ‘por favor, una bolsa con agua’.
Al
ingeniero le fastidia la nueva manera de dirigirse a otra persona. Lo
mortifican el ‘qué número mita’, ‘chao mita’, ‘hola mita’, ‘mita dígale a la
profesora que estuve enferma’, ‘pito lo espero mañana’, ‘nadie responde mita’,
‘hágame un favor mita’, ‘ay carajo mita, pito, chon’.
La
corrección que plantea es que se diga ‘qué número señora o señorita’, ‘hola
María’, ‘hija la espero mañana’, ‘joven, nadie responde’, ‘ay, carajo, mamita,
papito, la bendición’.
También
lo molesta el vocabulario arrabalero. ‘por fa, me hace un plis’; ‘bacano’, ‘qué
chimba (*)’, ‘siéntese un minuto’, ‘entonces qué’, ‘qué boleta’, ‘ cuesta tres
lucas’, ‘obvio’, ‘deje la musa’, ‘parce’, ‘qué mamera’, ‘deje el visaje,
‘ábrase’, ‘mamita’, ‘mamí’, ‘voy a ver si le puedo colaborar’, ‘sisas’, ‘donde
pueda’.
“Hay
una serie de frases que se han extendido por la ciudad y que a la mayoría de
los ciudadanos no les agrada. Hay que mejora la cultura y evitar frases que no
van de acuerdo con lo que se quiere hacer para atender a un cliente en la
oficina, para conversar y recibir a una persona en determinado negocio y
empresa. En programas sobre atención al cliente es importante la sonrisa
agradable y la palabra adecuada para atender a los clientes”, dijo Angarita.
El
trabajo del ingeniero se complementa con el recuerdo de los personajes de
antaño. Elisa, siempre bien arreglada y bien pintada, era la reina de los
cucuteños; María, vestida de rojo y moviendo las manos; el Doctor o el Abogado,
camina por las calles de la ciudad con vestido completo; Linda, de baja
estatura y lleva gorra o sombrero grande.
Los
monumentos tienen un apartado especial. Los hay históricos, religiosos, de arte
e historia y esculturas.
“Después
de ver lo anterior no dan ganas de irse de Cúcuta. Al contrario, quedarse,
respetarla y valorarla, pues su clima permite disfrutarla con gente servicial,
trabajadora, franca y alegre.
Desde
su origen, Cúcuta ha sido hasta hoy, un sitio de
progreso. Quien viva lejos sentirá la nostalgia de esta ciudad que lo ha
dado todo a cambio de nada”, concluye el trabajo de Miguel Angarita y que
debería convierte en material de uso en escuelas, colegios y universidades para
aprender de la capital de Norte de Santander.
Recopilado
por : Gastón Bermúdez V.
No hay comentarios:
Publicar un comentario