sábado, 4 de agosto de 2012

215.- LEONOR DUPLAT SANJUAN, NUESTRA UNICA REINA

María Fernanda Gutiérrez Santander



En 1963 Norte de Santander entró en el libro de oro de la belleza colombiana con Leonor Duplat Sanjuán.

La cucuteña de piel blanca, cabello castaño dorado, ojos verdes, medidas 89-58-91 y 1.63 metros de estatura, con sólo 17 años, asumió la tarea de representar a Norte de Santander en el Concurso Nacional en Cartagena.

Fue elegida señorita Cúcuta el 6 de noviembre de 1963, luego de quedarse con el cetro y la corona en el certamen en que también desfilaron por la pasarela real las hermosas jóvenes Nora Elvira Bustos Soto, Mary Acosta Álvarez y Bertha Cote Parra.

La ceremonia de coronación estuvo precedida por desavenencias en el proceso de selección que estuvieron a punto de convertir en campo de batalla el club de Cazadores, que sirvió de sede.

Tres días más tarde viajó a la capital de Bolívar dispuesta a dar lo mejor de sí para traerse la corona de la mujer más linda del país.

Todas las historias tienen alegrías y tristezas y la de Leonor Duplat Sanjuán, no es la excepción. Ella ha sido la única representante de Norte de Santander en alcanzar el máximo galardón. Ya son muchos años de este magno acontecimiento que todavía enorgullece a la región.

La elección en Cartagena

La ceremonia se llevó a cabo en el teatro Cartagena de la ciudad amurallada. A las 12:00 de la noche del martes 12 de noviembre de 1963 fue elegida Señorita Colombia y el júbilo hirvió en las venas de los habitantes de Norte de Santander cuando se enteraron que Leonor Duplat se alzó con el título real.

La corona le fue impuesta por Martha Ligia Restrepo, señorita Atlántico, quien había obtenido el título un año antes. La Alcaldía de Cúcuta y de Norte de Santander decretaron un día cívico y fiesta corrida por 72 horas. Todas las clases sociales disfrutaron del histórico triunfo de Leonor Duplat.

Los premios del reinado consistieron en un viaje a Europa y otro a Suramérica, joyas, contratos de promoción de cosméticos y $36.000 en efectivo. Con ese dinero, dijo Leonor Duplat ante los periodistas, con total autenticidad: “me compraré un (carro) convertible rojo”.

Llegada a Cúcuta

El 19 de noviembre fue día cívico. Cúcuta dio una apoteósica bienvenida a su reina. Desde muy temprano miles de personas esperaron en las calles el paso de la caravana de cientos de vehículos que seguían al carro de bomberos donde “La Mona”, luciendo la corona y el cetro que parecían hacer juego con un precioso vestido de chiffon camisero, de color verde aceituna.

El desfile recorrió las principales calles de la ciudad, terminando en la Gobernación donde fue agasajada. Se emitieron decretos en su honor. Hubo brindis con champaña, y recibió las llaves de la ciudad de manos del alcalde de Cúcuta, Carlos Guillén.

Esa noche el Club del Comercio ofreció un baile para festejar su triunfo, y se inició la recolección de fondos para construir una casa para la reina en el lote donado con ese propósito por el municipio en la avenida 0, en el sitio donde hoy funciona una sucursal de la Cámara de Comercio de Cúcuta.

Posteriormente, Leonor Duplat viajó a Estados Unidos para participar en el concurso de belleza Miss Internacional, quedando al margen porque su chaperona era Alicia Baraibar de Cote, esposa del entonces gobernador de Norte de Santander Eduardo Cote Lamus. Un día antes de que ella partiera hacia el país del norte, el gobernante y poeta perdió la vida en un accidente de tránsito en la carretera Cúcuta – Pamplona. Esta dolorosa situación trastocó los planes reales, lo cual le impidió llegar a tiempo para participar en el importante certamen de belleza, pues su principal acompañante y mentora no pudo ir con ella ante el duelo y luto por la pérdida de su esposo.

Después de representar con señorío y gracia a su departamento, en noviembre de 1964 entregó la corona a Martha Cecilia Calero, Señorita Valle, dejando a los nortesantandereanos la satisfacción de haber tenido como reina nacional a una digna representante de estas tierras.

Datos biográficos


Leonor con su entorno familiar. Su madre doña Virginia (señalada), se distinguió por su labor que a nivel carcelario ejecutó en el país; fue la primera mujer que dirigió cárceles de hombres en Colombia; fue directora de las cárceles de hombres en El Socorro, Neiva y la Modelo de Cúcuta, y de la cárcel de mujeres del Buen Pastor.

Leonor Duplat nació en Cúcuta el 18 de abril de 1945. Cursó la primaria en el colegio las Betlemitas y el bachillerato en el Santo Ángel. En 1962 fue presentada en sociedad, donde cautivó con su belleza a los asistentes.

Era hija de Augusto Duplat Yáñez y Virginia Sanjuán de Duplat, de cuya unión nacieron 12 hijos. La soberana fue la cuarta. Gran parte de su niñez y adolescencia transcurrieron en el barrio San Luis donde se caracterizó por ser una joven sencilla y extrovertida. Sus familiares y amigos la llamaban cariñosamente “La Mona”.

Virginia, su madre, nació en Cúcuta el 30 de junio de 1922, ciudad en la que pasó su infancia, adolescencia y gran parte de su vida adulta. Se casó en 1939 con el cucuteño Augusto Duplat Yáñez, unión de la que nacieron sus doce hijos: Natalia, Leonor, Susana, Josefina, Gabriela, María José, Carlos, Jorge, Rodolfo, Ricardo, Eduardo y Guillermo. Se graduó como administradora de empresas en una reconocida universidad de la capital nortesantandereana, título que le permitió hacer parte de la historia como la primera mujer que dirigió un centro carcelario en Colombia entre las décadas de los años 70 y 80. Fue la ciudad de la frontera donde se dio esta oportunidad en la cárcel Modelo que estaba situada en la avenida 7 entre calle 5 y 6, frente al parque Antonia Santos. En la capital colombiana también estuvo al frente de un centro penitenciario.

Leonor, pasados tres años de la terminación de su reinado, el 11 de marzo de 1967 se casó con el arquitecto Hernando Rodríguez Montenegro a quien había conocido en Cartagena.

De esta unión nacieron Ximena y Paola. La pareja Rodríguez Duplat estableció su residencia en Bogotá. Leonor trabajó en el Museo del Oro del Banco de la República, y sobresalió como caballista en el Club de Equitación Ambalá de la capital del país.

Murió el 27 de junio de 1970, en un accidente automovilístico en la carretera a Melgar. Un camión que se desplazaba en sentido contrario, encandiló con fuertes luces al conductor del vehículo en el que viajaba la ex reina, lo que provocó que chocaran contra una montaña causando que una roca se desprendiera y cayera sobre el carro, dejando como saldo trágico la muerte de Leonor Duplat y varios heridos. El terrible suceso causó consternación y tristeza entre quienes tuvieron la dicha de conocerla. Fue sepultada en el cementerio Jardines del Recuerdo de Bogotá.


Testimonios

Pasados años del fatídico hecho el recuerdo de Leonor Duplat sigue vivo entre quienes la conocieron.

Josefina Duplat Sanjuán, hermana de “La Mona”, la describe como hiperactiva, inteligente y alegre. Dice que compartía con sus hermanos y amigos en paseos en el río Pamplonita, aprovechando que en esa época era caudaloso. De espíritu fiestero, asistía a los bailes programados en los importantes clubes de la ciudad como El Comercio y El Tennis. Fueron muchos los pretendientes a su mano que quedaron suspirando por ella cuando partió para Bogotá.

Por su parte, Constanza García Herreros, compañera de estudios en el colegio Santo Ángel la recuerda como una persona especialmente sencilla, alegre y auténtica- Según ella, no era “creída”. Asumió su triunfo en Cartagena como lo más natural, y se esmeró en representar al departamento con dignidad y elegancia, anota. Para mostrar el talante y personalidad de la reina, Constanza García Herreros hizo la siguiente precisión: “Leonor no se dejó deslumbrar por su nueva situación y siguió siendo la misma de siempre, tanto con sus amigos y vecinos como con las altas personalidades con las que trató”.

Juana Aura Vargas, vecina suya desde que tenía trece años en el barrio San Luis, cuenta de sus juegos y salidas a comprar mamones: “era muy tratable, y tenía una sonrisa preciosa, lamentamos mucho su muerte”.

Cristina Ana Ramírez de Flórez la acompañó al Concurso Nacional de la Belleza en Cartagena, invitada por el gobernador Eduardo Cote Lamus para que la asesorara durante su estadía en la ciudad heroica. “Su actitud durante todo el concurso fue de total tranquilidad, no estuvo nerviosa, ni puso ningún problema; tomaba en cuenta las observaciones que se le hacían sobre su comportamiento. Era una joven muy sencilla”, aseguró Ana Ramírez de Flórez quien recordó el impresionante recibimiento que le tributaron sus coterráneos y las actividades desarrolladas para arreglar y amoblar su modesta casa en el barrio San Luis.







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Recopilado por : Gastón Bermúdez V.
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