Oscar Peña Granados
El colegio comenzó en esta edificación en la calle13 entre avenidas 5ª y
6ª
La rockola de ese bar de la
esquina me aficionó a las canciones de Daniel Santos que sonaban a toda hora
Ponía punto final a esa etapa que se había iniciado un día de febrero
del año 1959 en el que llegué a la sede inicial del Calasanz que quedaba sobre
la calle 13 entre Avenidas 5 y 6 , en la que había sido la sede de la
Cervecería Santander . Aún quedaban como
indicios de lo que había sido la actividad inicial de la edificación trozos pequeños de carbón coque, que usábamos
para hacer la “risa del burro” en las patillas o en la nuca de la victima de
turno.
Fue mi primer
profesor el padre Tomás Sáinz y nosotros, los de 2º primaria fuimos sus
primeros alumnos luego de su ordenación; esto y su forma de ser, creó un afecto
especial para ambas partes. Tienen especial recuerdo las corridas de toro que
organizaba con todos los juguetes cuando
se aburría de dictar clases, habían
banderillas, picador, matador. Fuimos los primeros en prohibir las
corridas después de que un entusiasta banderillero cuyo nombre recuerdo pero no
digo clavó el par de banderillas en el lomo del noble animal, causando
lágrimas y algunas heridas superficiales a
quien generosamente se había prestado para esa función.
La entrada al Colegio, tan temida y tantas veces recorrida
Patio central del colegio
Hay muchos recuerdos,
muchos nombres en esa época de la primaria: Calixto el listo, Don Roque grande
en cuerpo y corazón, fue mi primer Director Técnico de fútbol cuando se apiadó
de los que éramos los más malos a la hora de jugar y organizó un equipo al que
llamó los Invencibles pero que mas bien ha debido llamarse el Bosque por la
mano de troncos. Ha sido la única ocasión en la
que vi a Augusto Montagú jugando fútbol.
Augusto Montagú
Después pasamos a la sede
del Barrio Blanco, pegadito al Río Pamplonita que en algunos inviernos llegaba
cerquita a la cancha de fútbol y donde pasamos de la niñez a la adolescencia
con todos sus traumas pero también con todas sus cosas buenas.
Oscar Peña Granados recibe su diploma de bachiller. 1968
Alvaro García fue el primer
profesor de educación sexual de nuestro grupo cuando se aprendió de memoria el
manual de instrucciones para la relación
sexual que se compró en un museo de cera
que visitó nuestra ciudad y que recitaba muy orgulloso a la hora del recreo.
Alvaro García es el que no tiene gorra
Claro que lo complementamos
con las educativas películas de Max Pecas (La Bahía del Deseo, etc) que veíamos en el teatro Mercedes, a donde llegaba media
clase (una vez pasamos lista en el teatro), encaramados en el platón de la
camioneta del papá de Jaime Pérez y
gracias al portero que nos dejaba entrar.
Fueron varias las
locuras de las que fui testigo pero tal
vez de la que más me río es nuestra imitación del programa de Venevisión, Diluvio
de Estrellas, y la sensacional actuación de las caderas de fuego: La Tongolele
(Ricardo Faillacce).
LA TONGOLELE
Claro, además estaba la Banda de Guatavita, los abortos del
Gogo y su obra magistral MI PAPÁ ME REGALÓ UN BOMBÓN, que William Faillacce
cantaba con su muy educada voz (había tomado canciones de canto por correo). A
propósito de William fue también boxeador, hoy exitoso ex funcionario de Petróleos
de Venezuela y chavista a morir.
Ya mis hijos saben de
memoria el cuento del saludo de Me Voici (mé o así) para Monsieur Guillot (a
cuantos hicieron sacar de clase Rodolfo y Carlo R.) y otras historias.
Aprendieron también algunas canciones que me enseñó el padre Tomás y mi nieto las cantará
igualmente. Ya que de recuerdos se trata debo confesarles que Radio Tumbis si
fue un tumbe, nada que envidiarle a los Nule.
Pero como todo tiene su
punto de saturación, para esa época, Noviembre 28 del 68, ya estaba harto de las filas para entrar a clases, de la
disciplina propia de los colegios y con ganas de verme sólo y supuestamente
libre todo el día.
Teatro Zulima de Cúcuta
De la ceremonia del teatro Zulima tengo dos grandes recuerdos: Primero la
gripota que tenía Sergio Mutis y que me contagió, por lo cual casi no puedo
viajar a Bogotá dos días después a
presentar el examen de admisión en la Universidad donde años más tarde
recibiría el segundo diploma de grado; Y segundo las lágrimas de mi mamá cuando le
entregué mi diploma de bachiller.
Tuve durante la ceremonia
un momento de pánico, no fue por el discurso de Sergio Yáñez sino cuando en
un momento de madurez pensé: ¨ Bueno y después
qué, la cosa es en serio ahora sí ¨.
Augusto Montagú, Nieto, Sergio Mutis, Juan Pabón, Oscar Peña, Jaime Pérez,
Pizarro, la oreja de Carlos Rodríguez
Tantos años juntos con la
mayoría de compañeros crea una especie de hermandad que hace chévere nuestros
reencuentros, me gusta encontrarme y charlar con Chachi, Churchill, Carlos
Alfonso, Rodolfo; me agrada chatear con Álvaro Urquijo y sus correos, unos
educativos y otros XXX (pero buenos), con Sergio Forero y César Fortuna, y sigo
esperando la visita de Augusto Montagú.
Para todos mis ex
compañeros, con los que compartí mucho, poquito o nada, un abrazo en este
aniversario. Extensivo también para Jaime Rodrigo Pérez Sanclemente, quien ya
dio el último y definitivo paso.
Jaime Rodrigo Pérez Sanclemente, descansa en paz, compañero y amigo
Fotos: Algunas de mi
archivo personal, otras enviadas por Álvaro Urquijo o tomadas del Facebook
Calasanz 1968 y el de Carlos Rodríguez Duarte.
Un condiscípulo comenta: ¨Qué buena idea que cada uno de nosotros
escriba un ensayo como el de Oscar, esto nos daría un recuento de mas detalles
ahora olvidados por el paso del tiempo, por ejemplo los pedacitos de carbón coque
que se encontraban en la arena de las canchas de fútbol de la sede de la calle 13.
Alguien recuerda los sucesos de Radio Tumbis a los que se refiere
Oscar? Cuanta plata se desapareció de ese negocio? Habría que hacer una
investigación en la heladería EL PALACIO porque las ventas de hamburguesas y
cerveza tuvieron un aumento inusitado en esa época¨.
Oscar Peña IN ADDENDA: Porque usted lo ha pedido.
Los hechos que voy a narrar a continuación son totalmente ciertos. Los
nombres de los protagonistas se han mantenido ocultos para protegerlos.
Entre esos
cinco están los tres
Y continúo así: Todos los meses de agosto se celebraba la semana Calazancia
durante la cual se realizaban distintas actividades con el fin de recoger
fondos para promover las vocaciones sacerdotales y las misiones evangelizadoras
a sitios remotos como África. Cada curso se esmeraba en ser el más original y
el de mayor recaudo.
Con tan noble propósito tres jóvenes muchachos idearon poner una emisora
durante el día del Bazar que se hacía el último día de la semana.
Solicitaron para pagar los equipos, la contribución de algunos padres
dueños de almacenes y a cambio se les ofrecía la emisión de propagandas
comerciales por la potente radio de 10 metros de alcance.
Con una visión comercial digna de admirar diversificaron su empresa: Uno
de ellos tomó su escopeta de balines y montó el tiro al blanco, el único pero
era que la mira estaba tan descalibrada que difícilmente le darían al blanco,
así fuera éste la bola del Palacio.
Varios años después: C. Rodríguez, A. García, J. Pabón, S. Yáñez, J.
Machicado, R. Granados, M. García, F. González, S. Mutis, J. Celis, O. Peña, F.
Pizarro, J. Calderón, G. Villamizar, Guerrero M, H. Villamizar, Padre Tomás, J.
Pérez., J. Arango
Un segundo joven se ideó el juego de la piragua que consistía en lograr
que una moneda quedara sobre un plato que se mecía en las aguas de una tina (se
robó la tina de baño de su sobrina).
Un tercero se puso al frente de las complacencias musicales de la
emisora, con muy poca fortuna pues escogía muy mal las canciones; ese día por
su culpa terminaron algunos romances, pues pongo por ejemplo, puso la Vaca
Vieja como canción dedicada por un Romeo a su Julieta (por cierto una de las
mas bellas niñas de la ciudad).
Al término de la jornada idearon un baile pero fuerzas extrañas
intervinieron y tuvieron que clausurarlo, además de recibir un buen regaño de
nuestros superiores.
Parece que quedó un pequeño sobrante de dinero pero ante la posibilidad
de que con ésta suma fueran a enviar a nuestro compañero Eduardo Sabogal en
misión sacerdotal al África, donde recientemente bandas de caníbales habían
vuelto hamburguesa a unas monjitas francesas después de otras torturas no aptas
para estas páginas, se decidió más bien contribuir con las finanzas del Sr.
Meza, dueño del Palacio, y comerse las hamburguesas, estas sí al parecer de
carne de res, acompañadas de una cerveza y un Sundae de fresa.
Además para recordar por un buen tiempo tan épica jornada se compraron
un esfero verde (sin ninguna intención política) por lo cual sus demás
compañeros de curso empezaron a murmurar y denominaron la Emisora Radio Tumbis.
No les reconocieron a estos mosqueteros el hecho de haber salvado la
vida de nuestro querido Eduardo y que no hubiera terminado como hamburguesa o
más bien como jamón ahumado.
Eduardo
Sabogal Sayago
Espero que esta crónica haya resuelto su inquietud. Desde ahora quiero
expresar que las fuentes de información son sagradas y que ni aún bajo tortura
serán reveladas por este relator. Sumados a estos 3 muchachos estuvieron además
Augusto Montagú que no hizo más que coquetear todo el día y no trabajó nada, y
Sergio Forero que tuvo igualmente el mismo desempeño.
Sentados: Jairo Quintana, pollo
Páez, Alvaro Urquijo. De pie: Rodolfo Granado, William Faillace, Gustavo
¨chachi¨ Urquijo, José Vicente Suárez Briceño, Oscar Peña, cuñado de william,
Sergio Forero
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
Parece ser que estos "niños" asistieron al cole de la calla trece en mis años de permanencia, saboreando las brisas del PAMPLONITA. Un saludo a todos.
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