Gerardo
Raynaud
Apenas estaban por titularse los técnicos pioneros en
1964, cuando empezaron a promoverse los primeros festejos en la universidad
Francisco de Paula Santander de Cúcuta. Todavía no se tenía mucha conciencia de
lo que eran los estudios universitarios, pues recuerdo que muchos me comentaban
entonces que la Francisco de Paula era apenas un instituto superior y en
realidad lo era ya que sólo ofrecía algunos programas técnicos como Delineantes
de Arquitectura o como se llamaba entonces ‘Dibujo Arquitectónico’, Topografía
y Laboratoristas de Ingeniería, aunque se tuvieran claras intenciones de
proponer carreras profesionales que solamente lograron concretarse el año
siguiente cuando se firmó un convenio con la Universidad Nacional de Colombia
que permitiría que estudiantes de algunas Ingenierías y Economía pudieran
continuar sus estudios luego de realizar los primeros dos años en la ciudad. La
verdad es que el convenio se firmó luego que la Universidad Nacional realizó un
amplio diagnóstico de las posibilidades que tenía la naciente universidad de
ofrecer una formación de calidad a los estudiantes que cada día tenían más
necesidades académicas, sin posibilidades reales de educación, pues carecían de
los recursos para irse a estudiar a otras ciudades del país o de Venezuela, que
era una de las alternativas posibles para algunos, en razón de las relaciones
de parentesco o amistad con sus paisanos del vecino país. El resultado fue
ampliamente favorable, al punto que los mismos evaluadores se quedaron
sorprendidos de las condiciones de la institución. Puedo asegurar que ya en ese
momento, la universidad bajo la rectoría del doctor José Luis Acero Jordán,
mostraba signos de calidad que la hacían respetable en el estricto ámbito
académico nacional, lo cual contribuyó a que posteriormente, el Ministerio de
Educación Nacional le concediera la Licencia de Funcionamiento que permitió su
despegue como la universidad pública, insignia de la ciudad y la región.
Ahora bien, regresando al tema que nos concierne y estando a punto de graduar a sus primeros profesionales, directivas y estudiantes se dieron a la tarea de programar, la que sería la primera Semana Universitaria que se realizaría en la ciudad. Claro que la iniciativa se gestó inicialmente entre los alumnos y fueron los integrantes del Consejo Estudiantil con su presidente a la cabeza, Gustavo Silva Ibarra, quienes emprendieron los preparativos para que esta Semana Universitaria, la primera en realizarse, tuviera el esplendor y la recordación que se merecía para que las generaciones futuras la tuvieran como referencia a la hora de ejecutar las diligencias que enaltecieran el nombre de la institución y de quienes la conformaban.
No eran muchos los estudiantes, de manera que las decisiones fueron fáciles de tomar, además que los auspicios logrados por intermedio de las empresas del sector privado fueron relativamente fáciles de obtener; hay que recordar que la universidad era entonces un ente de carácter privado y sus recursos eran bastante limitados. El comité promotor definió que la fecha de realización sería la semana del doce de octubre para aprovechar el puente festivo y que el certamen constaría de actos culturales, deportivos y sociales. Para esos días, se había convenido la actuación de la Tuna de Pamplona, compuesta por 35 estudiantes del Colegio Carmelitano, del Sexteto de la Universidad Industrial de Santander y de la Lira Universitaria de San Cristóbal, Estado Táchira. Se habían cursado invitaciones a ‘Raimundo y todo el mundo’ para que vinieran pero todos se excusaron con las más triviales disculpas. Belisario Betancur, Antonio Panesso Robledo y Marta Traba declinaron la invitación para dictar conferencias de carácter socio económico y en el terreno deportivo se anunció la realización de un Triangular de Basquetbol con las selecciones de Pamplona, San Cristóbal y Cúcuta, pero el evento que mayor atractivo produjo entre el público en general y los propios involucrados, fue la celebración del Primer Reinado Universitario. La Facultad de Artes y Ciencias, en su sección de Economía, fue la primera en presentar su candidata, designación que recayó en la bella ocañera Adalith Forero Villalba. Las escuelas de Topografía y Dibujo Arquitectónico hicieron lo propio con la presentación de su candidata Genarina Pallares y con esas dos candidatas se dio inició a las festividades con un fastuoso Bingo Bailable, amenizado por la orquesta de Manuel Alvarado.
El centro de las actividades sociales, culturales y deportivas fue el Club de Centrales Eléctricas, cedido gentilmente por su Junta Directiva. Así, el primer día, después de la alborada que se cumplió a las 5 a.m. se realizaron las competencias deportivas de tejo, bolas criollas y natación. El almuerzo, ofrecido por la empresa fue una ternera a la llanera, que en esta ocasión alcanzó para todos y por la tarde, a partir de la 4 p.m. el concurso de baile. Las parejas inscritas, mostraron sus habilidades en los distintos ritmos y se premió a los mejores en la ejecución del twist, la cumbia, el tango y el pasillo. Al día siguiente, se programó una exposición de pintura y se realizó la evaluación del Concurso de Cuento que se había abierto en los días previos para que los estudiantes tuvieran la oportunidad de presentar sus escritos y obtener las menciones correspondientes.
Las comitivas de las reinas estuvieron atareadas en las labores propias de sus candidatas, especialmente para tratar de convencer al jurado, de elegir a quien ellos apoyaban, sin embargo, éste era bastante hermético a las influencias de los asesores de las postulantes y solamente se supo de la decisión, la noche de la coronación.
Ahora en el Club Tennis, domingo, víspera del festivo 12 de octubre, las nueve de la noche, velada de coronación de la reina y cierre de la Primera Semana Universitaria. Amenizaba la fiesta, la orquesta de Manuel Alvarado a quien habían contratado para toda la programación. El jurado estaba compuesto por el ingeniero Hugo Ríos Omaña, el abogado Rafael Lamus Girón y el señor Jesús Emilio Escalante, destacado empresario de la ciudad. Las candidatas, Adalith y Genarina. Llegada la medianoche, el bullicio de las barras de las candidatas iba en ascenso a medida que desfilaban por el centro de pista, la difícil tarea del jurado no tardó mucho y la elegida fue la estudiante de Economía Adalith Forero Villalba, en una decisión de amplia aceptación. El evento terminó con el discurso de coronación por parte del estudiante de Topografía Temístocles Corzo y la coronación a cargo del gobernador Gustavo Rodríguez Duarte. Terminado el jolgorio, la Universidad reanudó sus actividades que culminaron, en diciembre, con la graduación de los primeros egresados de la Escuela de Dibujo Arquitectónico.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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