sábado, 6 de julio de 2013

406.- TRAGEDIA EN LA QUEBRADA LA HONDA


Emilio Osorio Quintero/Antonio Villabona

Quebrada La Honda

Antiguamente el Municipio de Bochalema, se distinguía por ser estudiantil, existían en ese entonces varios colegios entres ellos, la Presentación, Colegio Andrés Bello, Colegio Colombo Venezolano, Colegio Domingo Sabio ó Apostólica, Colegio San Martín, eran muchos los estudiantes que venían de Venezuela y otras partes de Colombia, en algunas de estos colegios existían internados. Los sábados y domingos en las horas de la tarde de 2:00 a 5:00 PM los colegios de internado daban salidas a sus alumnos. Los sábados por la tarde se celebraban partidos de fútbol en la cancha que quedaba en el parque, todos se reunían para ver el espectáculo, otros daban vueltas alrededor del parque con sus novios, novias, amigos y amigas. Otras quedaban castigados cuando perdían materias o eran indisciplinados, estos castigos eran muy fuertes cuando no se podía salir un sábado o un domingo.

En ese entonces en los colegios existía la competencia del primero, segundo y tercer puesto de nivel académico en cada grado, era un orgullo para el padre y el alumno cuando recibían las calificaciones y el hijo ocupaba uno de estos puestos, era condecorado con medalla y era felicitado ante todos en el colegio.

El colegio la Presentación y la Apostólica le tenían un premio a los alumnos que ocuparan los primeros puestos, llevarlos a Cúcuta a una feria que se celebraba y a la vez festejar la fiesta del Sagrada Corazón de Jesús. El Colegio la Presentación tenía un bus que era conducido por Juan Angarita “Juancito” como se le decía con cariño, el tenia un defecto, “le hacía falta tres de dedos de una de sus manos”, pero esto no era impedimento para ser un buen conductor.

La hermana directora organizó todo lo concerniente al paseo y antes de partir a la ciudad de Cúcuta, las jóvenes fueron a misa, todas comulgaron a acepción de una niña venezolana, rubia y pecosa. El padre Álvarez director de la Apostólica también llevaba los mejores alumnos del colegio en un Jeep que era de su propiedad.

Aquel 22 de Junio de 1.967, todo estaba listo, el bus estacionado en la entrada del colegio, que era al lado de las escaleras que dan a la iglesia frente al parque, empezaron a salir una a una las jóvenes, alegres, entre risas, cantos, empezaron a subir al bus, la hermana se subió por ultimo les dio unos consejos y oraron. Juancito puso en marcha el vehículo con rumbo a la ciudad de Cúcuta.

Era un paseo, la alegría, el canto, las chanzas, era lo que se escuchaba dentro del bus, algunas jóvenes con el anhelo filial de ver breves momentos familiares que estaría esperándolas en la feria. Todo era normal, llegaron a puente unión, pasaron termales, el Raizón, la Donjuana, el ramal de Chinácota se enrumbaron a la quebrada La Honda, el bus continuaba con su precioso cupo.

En la curva antes de llegar al puente de la honda, a Juancito se le complico el viaje, al pisar los frenos se dio cuenta que estos no respondían, el bus quedó sin cómo detenerlo y así empezó su veloz carrera. En ese entonces el puente era de una sola vía, el bus tomó mucha velocidad, metros antes de entrar al puente, venia otro carro atravesando el puente con rumbo contrario, de repente, Juancito perdió el control total del vehículo, desviándose de su ruta y se fue hacia el lecho torrentoso de la quebrada la honda, todo fue confusión, gritos, desespero, las jóvenes se fueron unas sobre otras, la parte delantera del bus, quedó dentro del agua y empezó a llenarse de este liquido. Las jóvenes buscaban la forma de salir pero en su afán, desespero y nerviosismo, no lo podían hacer, unas murieron ahogadas, otras asfixiadas. Complementando la indolencia y la ignorancia de un agente de la autoridad que no permitió el socorro anhelado de algunas de las jóvenes, luego las aguas complementaron la siniestra tarea de la muerte en este accidente doloroso.

Muchos en la orilla de la quebrada y carretera divisaban el siniestro, el torrente de la quebrada, lo últimos temporales lo había tornado caudaloso. El bus se recuesta impresionante de un lado, sumiendo parte de su carrocería en la corriente.

Angeles dormidos.

Mucho fue el tiempo de espera, mientras llegaban los bomberos voluntarios, ambulancia de Cúcuta y empieza lo más duro y cruel, extraer los inanimados cuerpos de las jóvenes de ese transitorio sarcófago. Las empiezan a sacar y a colocar al margen de la carretera a manera improvisada del lecho mortuorio, una a una las desgonzadas, frágiles y tiernas chiquillas fueron tendidas en fila, más que cadáveres parecían ángeles dormidos, solo un rictus de temprana agonía se sembraba en sus juveniles semblantes, nada de desfiguraciones que expresaran el dolor de sus muerte prematura a pesar de la tortura.

Cuando sacaron al conductor Juancito, este tenía abrazada a una de sus hijas la cual después de sacarla aparentemente muerta fue resucitada y se salvo milagrosamente, hoy en día Elisa Angarita no recuerda lo sucedido, pues en ese entonces solo tenía 5 años, hoy es casada y con hijos.

Empezó el lúgubre conteo: una, dos, tres, cuatro…  hasta veintidós, veintitrés con el conductor; quienes eran? Una hermana que fuere su profesora empezó a mirarlas con sus ojos cubiertos de lágrimas, con voz entre cortada, entre sollozos empezó a dar sus nombres: Belén, Zulia, Raquel, Marcela, Alejandrina, Mildania, Gloria Molina, Gloria Castaño, Noelia, Migdalia, Edith, Dayne, Lucia Cristina, Yolanda, Soledad, Miriam, Katy, Rubiela, Ana, Nancy, Hilda, Margarita y Juancito.

Así quedaron recostadas en el suelo en fila impresionante que semejaban botones de rosa aun no abiertos. Estas niñas ahí tendidas, personificaban algo superior al dolor, aquellas criaturas determinaban en forma adyacente rasgos sobrenaturales, cuando momentos antes cantaban a la vida una dulce canción de primavera. Como es de grande la virtud ante la muerte, el colegio ha quedado desolado, el revuelo en la localidad fue colectivo, la oración el recuerdo, veintidós cruces blancas, levantadas en una y otra comarca, porque no todas eran del mismo solar nativo, varios corazones sepultados para siempre en esta dolorosa y absurda tragedia.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

7 comentarios:

  1. q tristesa esto se lo comente hac muy pocos dias a una hermana de la carida para q c enterara de lo sucedido en ese año y quedo imprecionada q lastima q la gente c le haya olvidado este ciniestro yyo si lo tengo muy presente

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  2. Buenas yo soy hija de una de las sobrevivientes de ese siniestro, gloria Patricia Vásquez plata

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  3. Yo iba en ese autobús hace 52 años

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