martes, 30 de julio de 2013

418.- LA MASONERIA EN CUCUTA



Gastón Bermúdez Vargas

(Información tomada del libro ¨ Sociedad de Artesanos Gremios Unidos, 100 Años de Historia, Jaime Contreras Valero)

Casa Grande en Cúcuta. 


Las primeras logias organizadas en este valle de Cúcuta se remonta a 1864, el día 4 de diciembre es fundada la logia Estrella del Norte. 

Para el 15 de junio de 1883 se funda la logia Bella Esperanza Nº 7. 

Igualmente la logia Estrella Boreal Nº 9 se funda el 10 de abril de 1914, conformada por los siguientes hermanos: Jorge Enrique Barcos, Alberto Camilo Suárez, el coronel Teodoro Camargo, el doctor Durán Durán, Pedro Manuel Hernández Arenas, Pedro Pablo Cachón Peñaranda, el doctor Miguel Villa Mora, el doctor Luis A. Cuellar, José Benito Calderón, Ismael Pelayo, el general José Antonio Valero, el general Justo L. Durán, Roberto Soto, Albert Reiwon, el doctor Manuel Antonio Pineda, el coronel Saúl Mateus Briceño, Francisco Díaz.

Está por averiguarse si estas logias funcionaron bajo los auspicios del Supremo Consejo Neogranadino para el Grado 33 con sede en Cartagena o del Supremo Consejo Central Colombiano con sede en Bogotá. 

La logia Estrella Boreal Nº 9 fue la última logia de este valle que trabajó bajo los auspicios del Supremo Consejo (Neogranadino o Central), fundada el 10 de abril de 1914, y en el año 1923 tuvo la necesidad de clausurar el templo y abatir columnas ante la grave amenaza que representaba para la institución e inclusive para la integridad física de los hermanos, por la presencia en esta ciudad del cura conservador Demetrio Mendoza, quien persiguió con saña a los masones, los liberales y los hijos naturales, hasta obligarlos a buscar en el éxodo, la tranquilidad personal y familiar a quienes tenían derecho y que se les negaba en esta tierra generosa.

El período de receso en las actividades masónicas duró de 1923 hasta 1932, ya en este año los Maestros masones empiezan a romper el velo de la oscuridad y entran en actividades para reagruparse. 

Es así que el 28 de abril de 1933 se instaló la primera reunión con los siguientes hermanos asistentes: doctor Marco A. Ceballos, Teodoro Camargo, Elio P. Pacheco, Pedro Manuel Hernández, el general Gabriel Jaramillo, José Antonio Valero, el doctor Julio Bengoechea, el doctor Espíritu Santos Potes, el doctor Jorge Lamus Girón.

Como se puede observar la orden estaba conformada por personalidades influyentes de la ciudad. 

Se constituyen en logia preparatoria, con el objeto de crear nuevamente en este oriente de Colombia una logia masónica. 

El 1º de mayo se efectúa la segunda reunión y se escoge el nombre de logia ¨Sol de Santander del Norte¨, el cual se considera provisional hasta que lo apruebe la gran logia Nacional de Colombia con sede en Barranquilla a cuya jurisdicción pertenece este territorio. 

Además se eligieron los dignatarios y oficiales de la logia: Venerable maestro Marco A. Ceballos, primer vigilante Gabriel Jaramillo, segundo vigilante José Antonio Valero, orador Jorge Lamus Girón y tesorero Teodoro Camargo. 

En la tercera reunión realizada el 27 de mayo se posesionan los dignatarios y oficiales.

El nombre de logia Sol de Santander del Norte fue aceptado por la Gran Logia Nacional de Colombia y se radicó bajo el Nº 14 en el registro.

Ya reconocida la logia Sol de Santander del Norte Nº 14, se realiza la tenida de fundación el día 27 de octubre de 1933. 

Posteriormente la Gran Logia Nacional de Colombia expide la Carta Patente para que sea fijada en el templo y allí perdure para el resto de su existencia. 

El gobierno nacional con la firma del doctor Eduardo Santos, Presidente de la República, y la del doctor Carlos Lozano, Ministro de Gobierno, expidió la personería jurídica de la logia Sol de Santander del Norte Nº 14, bajo la resolución ejecutiva Nº 191 del 26 de septiembre de 1938, solicitada por el Venerable Maestro señor Nicolás Colmenares. 

La logia consigue personería jurídica, gracias al tesón y capacidad de dirección de un hombre como lo fue Nicolás Colmenares quien con sus dotes de comerciante y político, y siendo amigo personal de Eduardo Santos, se encargó de tramitar la legalización ante las autoridades del país.

A partir del 27 de octubre de 1933, se iniciaron o afiliaron gran cantidad de personas que dieron realce, además de engrosar las filas de la institución, y aportar su conocimiento masónico. 

A continuación se hace mención de muchos de ellos. 

Se da un reconocimiento a todos estos miembros por el amor, realce e interés de formar para la historia del oriente colombiano la masonería, como institución de hombres libres y de buenas costumbres:

1933.- Juan N. Baena, Luis Buenahora, Teodoro Camargo, Marco A. Ceballos, Pedro N. Hernández, Darío Hernández, Daniel Hernández, Gabriel, Jaramillo, Jorge Lamus Girón, José de Jesús Porra, Ismael Pelayo, Antonio Reyes Moncada, José Antonio Valero, Alfredo Eslava, Enrique Páramo, Alfonso Max Niño, Aziz Abrajim, José Mª Bautista, Carlos Ardila Ordoñez, Manuel Estrada Peralta, Roberto Ardila Ordóñez y Luis Francisco Guerrero.

1934.- Domingo Pérez Hernández, Alí M. Alhartouch, Nicolás Colmenares, Miguel Villa Valero, Manuel Díaz Soto, Darío Hernández Bautista, José Rafael Sabino, Marco Tulio Atencio, Alejandro Caicedo, Alejandro Salvino, Lorenzo Rubín Z., Héctor Blanco Fombona, Luis A. Gutiérrez, Saúl Villamizar, Cecilio Nieto, Avelino Ramos, Gonzalo Mejía y José Cozza.

1935.-  Manuel Villa Valero, Reinaldo Lara y Gustavo Buenahora.

1936.- Joaquín Ramírez, Ernesto Ardila Durán, Néstor Leal Contreras, Monte Granario Sánchez, Francisco Quiroga, Luis Francisco Hernández, Jorge Lombana, Rafael Olaya, Alberto Perman, Gonzalo Laguado, Luis E. Bautista, Carlos Helo, Miguel Saikali, Alberto Arenas Ruiz y Moisés Sazón.

1937.- Emiro Arias, José Manuel Villalobos, Jorge Soto Olarte, Manuel Alberto Durán y Carlos Riascos Z. .

1938.- Víctor M. Gáfaro.

1939.- Miguel Durán Durán, Pedro A. Beltrán, Fernando Gómez, Gustavo Duarte, Eduardo Castro, Julio Londoño, Luis Fernando Bautista y Luis Francisco Moreno.

1940.- Luis U. Lozano.

1941.- Rafael Añez, Ramón Mª Bautista, Alfonso Vargas y Francisco Lexus.

1942.- Patrocinio Miranda, Allan Roy Corinaldi, Héctor Vale, Milton Gallardo, Isaac Perman, Manuel Fernando Vega, Manuel de Jesús Moreno, Horacio Carvajal, Martín Suárez y Digon de Waray.

1943.- Enrique Niño, Humberto Pineda Ropero, César Perdomo, Tulio Valero, Jerry Short, Martín Bermúdez, Mc M. Bowman, José W. Calderón y Willing Zell Coy.

1944.-  Rodolfo Castro, Néstor Moros, Julio Berbesí, Víctor M. Rodríguez, Gordon M. Musgrave, James Robbin C. y Luis A. Bermúdez (mi padre).

1945.- Joaquín Fresneda, Eugenio Arguelles, Roberto Meister C., Alcibíades Molina y Rafael Navia Varona.

Basta con pasar una mirada en estos nombres de masones de nuestra región, para ver lo importante que era el pertenecer a la masonería pese a su persecución.
 
Llegó el momento en que por las grandes distancias que separaban a las logias de los Santanderes con la Gran Logia Nacional de Colombia ubicada en Barranquilla y a la cual pertenecían,  muchas veces no les permitía a sus representantes asistir a las sesiones ordinarias y extraordinarias, debido a que los medios de comunicación eran difíciles y costosos, lo que hacía más difícil la unidad de acción masónica.



Integrantes de la logia Sol de Santander Nº 14 con el Gran Maestro Rafael Durán de la Gran Logia Nacional de Colombia. De pie, izq. a der.: Manuel Durán, Nicolás Colmenares, Francisco Guerrero, Roberto Ardila Ordóñez, Allan Roy Corinaldi, Alfonso Max Niño, Cecilio Nieto; Agachados: 5º José Manuel Villalobos. 18 de noviembre de 1945.

En mayo de 1945 se reunieron en Pamplona, las logias Sol de Santander del Norte Nº 14, Estrella de Pamplona Nº 16 y Renovación Nº 12 de Bucaramanga, y en histórico momento determinaron el estudio de la formación de una Gran Logia con sede en el territorio santandereano, convencidos de la necesidad y la utilidad de trascendental paso, y deseando en todo momento estar dentro de los principios legales y hasta de cortesía, solicitaron ante la Gran Logia Nacional de Colombia con sede en Barranquilla, la sesión de los territorios de los departamentos de los Santanderes los cuales estaban bajo esa jurisdicción, y en ellos formar una Gran Logia soberana e independiente.

Se dieron todos los pasos necesarios hasta llegar a la fundación de la Gran Logia Oriental de Colombia ¨Francisco de Paula Santander¨, el día 18 de noviembre de 1945, en homenaje al gran prócer de nuestra independencia e hijo ilustre de esta tierra, cuando se reunieron y lo acordaron las logias de los Orientes de Bucaramanga, de Cúcuta y de Pamplona. 

Se conservaron los números que les correspondían en la nomenclatura de la Gran Logia Nacional de Colombia, pero a esta nomenclatura se le adicionó un dígito por orden numérico, antecediendo al original, quedando de la siguiente forma: Renovación Nº 1-12 de Bucaramanga, Sol de Santander del Norte Nº 2-14 de Cúcuta, Estrella de Pamplona Nº 3-16 y Catatumbo Nº 4-17 de Cúcuta (logia fundada y presidida por Jerry Short, el 17 de noviembre de 1945 o sea un día antes). 

Todos estos antecedentes dan pie a que la logia de Cúcuta, Sol de Santander del Norte Nº 2-14, ha conservado su nombre a través de sus años ininterrumpidos de fundada.

El cuadro directivo de la Gran Logia quedó constituida de la siguiente forma:

Gran maestro Roberto Ardila Ordóñez, gran diputado Nicolás Colmenares, gran primer vigilante Vicente Rodelo Cadena, gran segundo vigilante Alejandro Leal Contreras, gran orador Rafael Navia Varona, gran tesorero Alfonso Max Niño, gran hospitalario Jerry Short, gran guarda templo interior Alirio Sánchez, gran guarda templo exterior Eliseo Martínez Hernández.


A partir de la creación de la Gran Logia Oriental de Colombia ¨Francisco de Paula Santander¨ comienza una nueva historia de la masonería en los departamentos hermanos de los Santanderes y ayudó a la proliferación de nuevas logias en todo su territorio, mejorando al mismo tiempo la unidad de acción masónica. 


Pasa el tiempo y casi por los mismos motivos, y aunado a diferencias existentes entre los hermanos masones, se propone la creación de una nueva Gran Logia en el territorio de Santander del Sur. 

Luego de estudiada la solicitud fue aprobada por la Gran Logia Oriental ¨Francisco de Paula Santander¨ su creación, quedando establecido que si por cualquier caso llegare a disolverse dicha Gran Logia, el territorio pasará inmediatamente a la jurisdicción de la Gran Logia Oriental de Colombia ¨Francisco de Paula Santander. 

Se denominó Gran Logia de Los Andes y quedó solemnemente instalada el 14 de marzo de 1972.

De la elección de dignidades y oficialías de la gran logia oriental de Colombia “Francisco de Paula Santander” el 20 de julio de 1965; de superior a inferior, Roberto Ardila Ordóñez, Alirio Sánchez Mendoza, José Manuel Villalobos, Argemiro Cardona Restrepo, Enrique Cadavid, Jaime Hurtado Cuervo, Jesús Guillermo Porras, Arnaldo Sandoval Castellanos, Miguel Daw Álvarez. José María Ramírez Parada, Mario Shoonewolff Molinares, Enrique Guerrero Ramírez y Jorge Lamus Girón.


Para el año 2012 la Gran Logia Oriental de Colombia “Francisco de Paula Santander” está conformada por 5 logias de la ciudad de Cúcuta, logia Sol de Santander No. 2-14, logia Catatumbo 4-17, logia Estrella Boreal No. 5, logia Obreros del Silencio No.7 y la logia Renacimiento No. 15, y una de la ciudad de Pamplona, logia Estrella de Pamplona No.3-16.

Algunos Grandes Maestros a través del tiempo de la Gran Logia ¨Francisco de Paula Santander¨, 1945-2011:

Roberto Ardila Ordóñez, odontólogo; José Manuel Villalobos, periodista; Eliseo Martínez Hernández, ganadero; Argemiro Cardona Restrepo, Capitán (r) Ejército; Vicente Roberto Cadena, comerciante; Alfonso Max Niño, comerciante; Joaquín Ardila Durán, farmacéutico; Alirio Sánchez Mendoza, médico; Jesús Guillermo Porras, contador; Manuel Montagut, periodista; Allan Roy Corinaldi, jubilado; Jaime Hurtado Cuervo, comerciante; José Mª Ramírez Parada, comerciante; Miguel Daw Alvarez, odontólogo; Jorge Lobo Carvajalino, ingeniero; Luis Ernesto Villamizar, comerciante; Luis Eduardo Barreto, agrónomo; Enrique Yáñez Zafra, comerciante; Enrique Guerrero Ramírez, comerciante; Arnaldo Sandoval C., odontólogo; Julio César Hernández, comerciante, Ernesto Ahumada Trujillo, economista; Luis Raúl López Maldonado, economista; Hugo Rafael Thyme, médico; Alirio Alfonso Vergel G., contador; Julio Enrique Clavijo M., comerciante; Carlos Lorenzo Ibarra S., abogado; Gonzalo Vega Cárdenas, médico; Jorge León León, comerciante; Ricardo Arturo Martínez, médico.




domingo, 28 de julio de 2013

417.- DE PLAZA MORENO AL PARQUE SANTANDER

Cecilia Medina



Nueve horas me separan exactamente de casa, dos en auto de La Plata hasta Ezeiza, seis en avión desde Argentina hasta Bogotá -la capital de Colombia-, y una más por aire hasta Cúcuta -puerto terrestre al nororiente colombiano en límites con Venezuela -.

Mi nombre es Cecilia Medina, tengo 23 años y desde hace un año resido en Colombia. Confieso que tras añorar mis raíces, la experiencia ha sido linda. El visitar otro país, el conocer otra cultura y el entablar nuevas amistades han hecho mi estadía agradable. Sin embargo, hay una brecha grande que me hace adaptar a situaciones nuevas.

En Colombia a los boliches se les llama discotecas, el concepto de resto bar es limitado y los bares en su gran mayoría solo ofrecen trago o cerveza. La joda empieza desde que se oculta el sol y va hasta las 2:00 o 3:00 de la madrugada, como máximo,  la misma hora que en Argentina apenas comienza la fiesta. Acá existe una ley llamada ‘Ley Zanahoria’ que exige que los establecimientos públicos destinados a la diversión, como bares y boliches, cierren por tarde a las  3:00 de la madrugada.

Si hablamos de días festivos, este país cuenta con 14 dentro de los que se cuentan fiestas patronales y patrias, y por doquier abundan los reinados o fiestas municipales, en las que se eligen reinas tan curiosas que incluyen frutas como la papaya, la piña, la ananá, la naranja, la curuba y la frutilla -o fresa como acá se le dice-. También, se eligen reinas de artefactos, como el tiesto- una especie de sartén-  y ni hablar de las demás que se eligen en honor a vegetales, productos de exportación y santos patronos. En fin, cada municipio tiene su fiesta reconocida en el ámbito nacional y es de tener en cuenta que son más de 1100 municipios a lo largo y ancho de país, así en tanto  hay fiestas durante todo el año.

La moneda local es el peso colombiano, que en relación con el peso argentino la diferencia es grande,  un peso argentino equivale en promedio a $500 colombianos, y no existen los centavos. Si lo vemos con relación al dólar, un dólar equivale en promedio a $1900 colombianos. De esta manera es de locos ver que mi sueldo en La plata era de 1400 pesos argentinos y acá con la misma cantidad, pero en pesos colombianos, solo llego al pasaje en micro que en Colombia son llamadas busetas. Por esa diferencia acá, los salarios son en miles y hasta en millones de pesos… ¿algo  loco, no?

La religiosidad se vive de forma activa. Los domingos es casi una obligación ir a misa, los oficios se disponen de manera ininterrumpida cada hora durante todo el día, concurriendo la mayor parte de la gente a la ceremonia de las 12:00 del día y a las 7:00 de la noche. La mayoría de actos importantes que ocurren en las ciudades son antecedidos por una fastuosa misa a la cual asiste toda la comunidad.

La Semana Santa, o también conocida como Semana Mayor, se vive con mucha intensidad  tanto que trabajar jueves, viernes y sábado santos y el domingo de resurrección está prohibido y el hacerlo es considerado como irrespeto. Durante esa semana las procesiones con santos son el pan diario. Como dato curioso el jueves se conmemora la Última Cena y el almuerzo es dispuesto con siete platos diferentes a los cuales llaman ‘siete potajes’, que simboliza la cena que Cristo tomó con los apóstoles.

En Colombia no existen estaciones por estar en la zona tórrida del Ecuador, de forma tal que el clima variar según la ciudad donde te ubiques. El relieve está bien marcado con la última fase de la Cordillera de los Andes, lo que hace que en la gran mayoría del territorio se observen montañas y las rutas, por consiguiente, no sean en línea recta sino con muchas curvas.

En mi caso, Cúcuta es un valle y tiene temperatura promedio de 28°C.  Durante todo el año podés estar siempre en verano, pero si querés algo más fresco, podés viajar  30 minutos en auto y llegar a Chinácota, ciudad con temperatura promedio de 21°C, o si preferís  una temperatura de tipo Aconcagua, Pamplona, a una hora, te puede enfriar con sus 10°C.

En mi estadía he conocido muchos lugares de la región del norte de Colombia marcados siempre por las formas singulares de hablar y las llamativas costumbres. Es más curioso que, a pesar de estar tan lejos del país y de La Plata, por estos lados se conoce mucho de  la cultura Argentina, como el tango, los gauchos, la cumbia y, sobre todo, los cuadros de fútbol habiéndome encontrado hinchas de River, New’s, Boca y Vélez, quienes al escuchar el acento característico argentino y al verme con la remera azul y blanco de mi equipo del alma Gimnasia y Esgrima de La Plata, no dejaban de hacer preguntas de fútbol, como, si conocía a  Maradona, que si había visto a Messi,  o que si había ido alguna vez a la Bombonera o al Monumental… ¡Mirá vos! Me hubieran preguntado mejor por el bosque, por fortuna no preguntaron nada del pincha.

En cuestión de futbol, el cuadro local se llama Cúcuta Deportivo y su casa es el estadio General Santander. Es conocido por haberle ganado a  Boca (3-1) en semifinales de la Copa Libertadores del 2007, aunque quedarían por fuera de la final al perder en Buenos Aires (3-0) el partido de vuelta. El equipo es recordado por la buena campaña que hizo durante la Copa. A esto se le suma que varios argentinos  han pertenecido a sus filas como el platense Juan Ramón  ‘La Bruja’ Verón padre de  ‘La Brujita’ Verón, Hugo Lónderos, que jugó en Gimnasia y Esgrima de la Plata y quien después del retiro futbolístico se quedó en la ciudad y creó un restaurante,  famoso  por los platos y las bebidas argentinas, como el asado y el vino, demostrando el emprendimiento que tenemos los argentinos.

Lo cálido de Cúcuta va de la mano con la amabilidad de la gente. Las personas son queridas, sociables y buenos conversadores. Hablan con vos sin siquiera conocerte y siempre sacan tema para pasar la tarde al calor de un exquisito café colombiano. Claro que algunas veces he invitado mate y como es a base de yerba acá lo comparan con agua aromática, bebida de yerbas medicinales para relajar y tranquilizar… Confieso que les ha gustado. La alimentación es a base de cereales. El arroz no puede faltar en el almuerzo. La sopa, de la cual saben millones de recetas, es muy buena, pero igual me hacen extrañar las papitas fritas y las milanesas que acá solo se ven de vez en cuando, como también la baguette, porque el pan viene en diferentes tamaños y sabores deliciosos. Algunos me recuerdan las facturas, porque su gusto es muy parecido y otros las tortas de chocolate y vainilla, en fin son muy buenos aunque casi no se consiga la baguette.

La extensión de la ciudad es de casi tres veces el tamaño de La Plata y la población, con 948.000 habitantes, es  cinco veces mayor a la platense. Es una ciudad arborizada, el centro comercial y administrativo gira en torno al parque  Santander, una plaza grande adornada con fuentes de agua y varias especies de árboles que tiene a un costado la Alcaldía -municipalidad- y en otro costado la Catedral de San José,  similar a nuestra Plaza Moreno, solo que más pequeña.

La cercanía de la ciudad con Venezuela hace que a solo 10 minutos pueda estar en otro país y conocer su cultura. La manera de hablar se mezcla con la colombiana, creando una jerga única de frontera que a veces se hace difícil de entender por la cantidad de palabras y la rapidez con la que se habla. Igual también me ha tocado en varias ocasiones repetir hasta tres veces para que me entiendan porque los ches son muy raros por estas tierras.

En fin, todo ha sido un proceso de adaptación interesante y sutil. Vivo en el centro de la ciudad, en  la casa de una familia amiga y en cuestión de laburo con pasaporte no puedo hacerlo solo  hasta sacar la residencia dado que acá, a diferencia de Argentina, es complicado obtenerla, por esto el tiempo me ha servido para conocer mucho mas esta hermosa tierra a donde me trajo el destino y que desde ahora guardo en mi corazón por el excelente trato que he recibido dándome muchas historias para contar cuando vuelva a La Plata. Por lo pronto seguiré respondiendo todas las curiosidades que me pregunten de la tierra gaucha, así como también preguntaré todo acerca de esta tierra cafetera mal afamada por el narcotráfico y la violencia, pero que aún así puedo dar fe por la gente amable, por las raras y deliciosas comidas típicas, por la cantidad de fiestas y por los exuberantes paisajes que verdaderamente acá se hace honor al eslogan: “Colombia, el único riesgo  es que te quieras quedar”.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

viernes, 26 de julio de 2013

416.- JORGE GAITAN DURAN, UN ACTIVISTA DE LA CULTURA


Gustavo Gómez Ardila/Juan Manuel Ramírez Pérez y otros apuntes

Jorge Gaitán Durán y su esposa Dina Moscovicci

No nació en Cúcuta, pero la ciudad lo sedujo y a ella le cantó, como si hubiera sido su hijo. Pero a quién no seducen el río, cielo y el verde cucuteño? Quién, con sensibilidad de poeta, no se detiene a admirar el valle, el Tasajero y los arreboles de sol de los venados? No nació en Cúcuta, pero se confundieron de tal manera el poeta y la urbe, que fueron uno solo, un hechizo, un deseo, una realidad, un amor.

Jorge nació en Pamplona el 12 de febrero de 1924, hijo del ingeniero Emilio Gaitán Martín y de Delina Durán Durán, hija del general Justo L. Durán. Emilio trabajó en la construcción del Ferrocarril de Cúcuta y entonces la familia debió trasladarse a esta ciudad. Seguramente en la mente del niño y del joven se fueron grabando las imágenes que lo acompañarían toda la vida y que se metieron en sus poemas de tonalidad recia y moderna, adelantada a las voces poéticas de entonces. Estudió en el colegio San José? de Cúcuta, elevó cometas con los vientos de agosto, jugó el trompo en las calles polvorientas y, tal vez, como todos los niños cucuteños de la época, se fugaba en las tardes calurosas a bañarse en el Pamplonita.

Se hace hombre en Cúcuta, tal vez amando a una muchacha en la noche tibia plena de luceros, noche veraniega en la que termina su niñez. Termina su bachillerato en el colegio Provincial de Pamplona y estudia ingeniería en la Universidad Nacional, pero comprende que tal vez sus poemas no encuentran cabida en un espacio cuya prioridad son los números y las maquetas y los planos, por lo que decide estudiar Derecho en la Universidad Javeriana.

El sol cucuteño que todo lo abraza y todo lo consume se vuelve una obsesión en los poemas de Gaitán Durán, les infunde luz, los hace bellos, los recrea con la intensidad de la canícula.

Lo atormentan sus recuerdos de infancia, cuya ternura y quietud compara con el agua de la fuente.

Gaitán Durán, nacido en Pamplona, tiene más versos para Cúcuta, que para su ciudad natal. Contrario a su amigo, el también excelso poeta Eduardo Cote Lamus, que nacido en Cúcuta, le canta con mayor énfasis a Pamplona. Son las contradicciones de la vida, las inexplicables paradojas de los poetas, que no siguen las líneas geográficas, sino los estremecimientos del corazón.

El hecho más sorprendente de la vida de Gaitán Durán es que al morir, cuando apenas cumplía 38 años de edad, ya había conmocionado al mundo cultural colombiano y puéstose a la cabeza de la generación de intelectuales que tomó el mismo nombre de la revista Mito, que él fundó en 1955 con Hernando Valencia Goelkel, y dirigió hasta su fallecimiento en 1962.

Gaitán es un gran poeta reconocido por la más severa crítica, y fue capaz de enriquecer la estética poética con aportes que él extrajo de sus propias vivencias  al correr de sus incesantes viajes, espacialmente por la Europa francesa. Pero no solo escribió poesía. También agitó ideas, cuestionó actitudes y propuso respuestas: ¨La tragedia del hombre colombiano ha tocado al intelectual y lo ha obligado a inclinarse sobre los más vivos problemas de nuestros tiempo¨, declaró en una entrevista en 1956, transcrita por Gustavo Wilches en su libro, Vidas en Alto.

Estuvo siempre en el epicentro del fragor intelectual de su tiempo cuando los cafés bogotanos eran los escenarios preferidos de las tertulias vespertinas, o las residencias de mecenas, como la suya, donde se debatían los interminables temas que surgían de aquellas inquietes mentes cultivadas.

Por esa energía vital que lo caracterizó, abrazó causas políticas superiores. Era un firme seguidor de Jorge Eliécer Gaitán, y el 9 de abril de 1948, cuando el caudillo cayó sacrificado por oscuras armas criminales, fue uno de los protagonistas de la toma de la radiodifusora nacional para lanzar consignas ardorosas que salieron del fondo de los espíritus heridos en sus más seguras convicciones. Tiene luego que esconderse por varios días hasta que logra llegar a Cúcuta donde es protegido por amigos de su familia. Al año siguiente regresa a Bogotá  y luego de algunas actividades partidistas decide viajar a París donde hace estudios de cine, se casa con Dina Moscovicci (tuvieron una hija, Paula) pero se divorcian en 1958, viaja por varios países europeos, por Rusia y China.

En junio de 1954, con 30 años y Gustavo Rojas Pinilla en el poder, regresa a Colombia. Dos meses después escribe a Eduardo Cote Lamus, retratando la Bogotá y el país de entonces y quizás de siempre: ¨La selva es Bogotá. Acabo de regresar de allí. Vengo deprimido. Sólo ahora comprendo las tonterías que hice al regresar de Europa. En Cúcuta se está dentro de una atmósfera nacional. El país con todos los defectos y cualidades. Bogotá es una atmósfera asfixiante, donde el chisme, el chiste y el trago impiden toda actividad humana verdaderamente digna. Tú recuerdas tantas críticas que hice al ambiente cultural de España; pues bien, el de Bogotá es aún inferior: conformismo, ignorancia, petulancia que se cree talento. Naturalmente hay dos o tres personas con las cuales se puede conversar provechosamente. Conclusión: si no tienes disposición de explorador, quédate allá lo más posible¨.

Después se unió al grupo de intelectuales que integró el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) y que formuló un ideario destinado a cambiar el régimen político y social que había adormecido al país durante el Frente Nacional.

Jorge Gaitán Durán nació en Pamplona, pudiéramos decir que casualmente, porque él era un cucuteño cabal. Tal como ocurrió con Eduardo Cote Lamus – su entrañable amigo –quien habiendo nacido en Cúcuta era pamplonés en toda la extensión del vocablo. Ambos forman el binomio insuperable en el ámbito cultural del Norte de Santander porque son las figuras más sobresalientes de nuestra literatura.

Tenían Jorge Gaitán y Eduardo Cote, destinos cruzados. Con diferencia de tiempo se educaron inicialmente en el colegio Provincial de Pamplona, y viajaron luego a Bogotá para empezar estudios de derecho. Después, fueron a Europa y se nutrieron de lo más actual del pensamiento contemporáneo. Hicieron parte de la revista cultural Mito; convivieron en las tertulias más ilustradas; incursionaron en la política desde toldas distintas y, al final ambos murieron trágicamente cuando la vida apenas les sonreía. Habían nacido con cuatro años de diferencia, y la muerte los sorprendió a dos años de distancia como si ella misma quisiera juntarlos.

Jorge Gaitán Durán falleció el 22 de junio de 1962 cuando regresaba de París, y el avión de Air France en que viajaba se estrelló al aterrizar en Point Pitre, isla de Guadalupe, en la época en que los aviones intercontinentales tenían que hacer escalas técnicas en el Caribe.

Fue una tragedia inesperada que estremeció al Norte de Santander. La noticia invadió de luto en los círculos culturales de Colombia y clavó un dolor agudo en todos sus conocidos. A los pocos días del accidente, el 29 de junio, se esperaban sus despojos mortales en el aeropuerto de Cúcuta.

Un sol ardiente caía verticalmente y el viento levantaba briznas de arena que herían la piel ya lacerada. Todos guardaban silencio temiendo impedir que se escuchara el rugir del avión que se acercaba, y cuando por fin apareció la nave carreteando en la pista, expectantes, adelantaron sus pasos como para abrazar a quien llegaba. Apareció, entonces, el catafalco marcado en negro barniz con el número 30, que venía acompañado por su hermano Eduardo Gaitán Durán. En aquel dramático acto sólo se oyó la voz sonora de Cote Lamus quien lloró su muerte e imprecó a la vida que truncaba la enorme obra de este cucuteño universal. Aquellas palabras resonaron como un grito de angustia, quizás, premonitorio: ¨Sí, aquí nos haces mucha falta y nos duele tu ausencia en lo más puro de nosotros mismos¨.



  
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

miércoles, 24 de julio de 2013

415.- HISTORIA DEL BANCO DE LA REPUBLICA EN CUCUTA


Cicerón Florez Moya




El funcionamiento del Banco de la República en Cúcuta se remonta a 1923 cuando la junta central de la entidad aprueba el establecimiento de oficinas regionales en esta ciudad, además de Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Manizales, Medellín, Pasto y Popayán. Las otras capitales tuvieron agencias a partir de 1924.

En noviembre de 1923 queda consolidada la oficina de Cúcuta. Dice el acta número 1: 


“El 12 de noviembre se reunieron en el local de los señores  Agustín Meza y Cía.,  los señores Arturo Cogollo, Isidoro Duplat y Agustín Meza, con el objeto de constituirse en Junta Directiva de la Agencia de Cúcuta del Banco de la República, de acuerdo con el nombramiento que les fue hecho por la Junta Central”. 

Dos nombramientos se hicieron entonces: Arturo Cogollo presidente y Marco A. Ramírez, secretario-tesorero.

Para el funcionamiento del Banco se le arrendó un local a la agencia de Cúcuta del Banco de Pamplona, situado en la esquina del parque Santander, sobre la carrera 5.

A partir de 1923 los  desarrollos de la seccional del Banco de la República en Cúcuta son registrados en publicación oficial de la entidad así:

“-El primer teléfono fue instalado el 6 de diciembre de 1923.

- El primer préstamo lo solicitó el Sr. Zoilo Ruíz  y Cía., por un valor de $3.500 (Tres mil quinientos pesos) ofreciendo como garantía hipotecaria dos casas situadas en la ciudad de Cúcuta.

- El primer director de la Agencia de Cúcuta fue Don Agustín Meza. A partir de enero 1927 su cargo se denomina “Gerente”.

- Las reservas de caja en febrero de 1924 eran de $10.000 (Diez mil pesos) y estaban situadas en la Caja de Reservas del Banco de Pamplona, sucursal Cúcuta.

- Las operaciones se hacían por vía telegráfica. Las comunicaciones “urgentes” se efectuaban a través de telegramas. Cuando la comunicación tenía carácter  confidencial, los textos se redactaban en clave.

Para 1931 la nómina del personal de la Agencia de Cúcuta estaba conformada por: Roberto Mejía (gerente), Luis Faccini (secretario), Luis E. Trujillo (cajero principal), Víctor Villlamizar (cajero auxiliar) y Francisco Colmenares (portero).

El 15 de diciembre de 1931 la oficina se traslada al nuevo edificio construido frente al Parque Santander sobre la Carrera Quinta. 


En este sitio permaneció hasta 1963 cuando se traslada a otra nueva edificación de 10 pisos, construida también sobre el Parque Santander, en la Carrera 5ª con calle 11 esquina sur-oeste e inaugurada el 8 de febrero de ese año. 

El 1 de julio de 1987, la sucursal de Cúcuta nuevamente estrena sede. Un moderno edificio situado en la Diagonal Santander N° 3E-38, el cual cuenta con un magnífico espacio diseñado y dotado para la actividad bancaria y cultural”.

En el acto de inauguración de la sede del Banco de la República en Cúcuta el 1 de junio de 1987 aparecen el entonces presidente de Colombia, Virgilio Barco Vargas; César Gaviria Trujillo, Ministro de Hacienda; Francisco Ortega, Gerente General del Banco; Eduardo Assaf Elcure, Gobernador del Departamento; Eustorgio Colmenares Baptista, director de La Opinión y José Manuel Arias Carrizosa, congresista, entre otros. 

El 1 de julio de 1987 el  presidente de la república de ese época, Virgilio Barco Vargas, inauguró la nueva sede del Banco de la República en Cúcuta, construida en un tiempo récord de cuatro meses. 

La ejecución de la  estructura general de la obra fue contratada con el ingeniero David Figueroa, en tanto que los acabados de la misma estuvieron a cargo del también ingeniero Pedro Entrena.

Para el ritmo acelerado de la construcción se emplearon 400 trabajadores. Se consumieron 630 toneladas de hierro y 2.000 de cemento. 


La edificación comprende las áreas de administración financiera y de actividades culturales.  Está concebida para un adecuado funcionamiento, según los fines previstos.

El ingeniero David Figueroa, habla sobre esta obra 25 años después de su construcción:

¨ La nueva sede del Banco fue terminada en 1987 e inaugurada por el presidente Virgilio Barco. 


Para la época era gerente local el doctor Omar Díaz–Granados. 

La licitación para su construcción se adjudicó en Bogotá. La estructura de la obra se contrató conmigo y los acabados correspondieron al ingeniero Pedro Entrena. Los trabajos se iniciaron en 1985 y se ejecutaron en un tiempo de cuatro meses.

El sitio fue escogido directamente por el departamento de construcciones del Banco, dada  su localización privilegiada y contar con las dimensiones adecuadas para la magnitud del proyecto. 

Los diseños arquitectónicos fueron ejecutados por la firma Obregón y Valenzuela la cual, aprovechando la posibilidad de trabajar con las cuatro fachadas, propuso un proyecto en tres pisos y sótano cada uno con más de 2.000 metros cuadrados de construcción. 

Tal vez fue la primera vez que el Banco optó por un diseño diferente a los tradicionales en altura de otras ciudades del país.

En cuanto a la estructura se trabajaron concretos de alta resistencia, cuatro y cinco mil psi., por las necesidades de seguridad del Banco. 

Arquitectónicamente el Banco fue diseñado con dos zonas claramente definidas: la bancaria y la cultural. 

Esta última comprende un área de 1.800 metros cuadrados con auditorio, salón de exposiciones y salón múltiple con cuarto de proyecciones. Estas áreas ya se quedaron pequeñas dado al impulso que el Banco le ha dado a tales actividades en la ciudad. 

En total, el Banco tiene 8.300 metros cuadrados de construcción y 4.300 metros cuadrados de parqueos y zonas de circulación.

No existe un patrón definido de diseño para las diferentes sedes pero sin duda la de Cúcuta es comparable a las de las demás ciudades intermedias´´.

En los 89 años del Banco de la República en Cúcuta, 15 han sido los gerentes de la entidad, en este orden: 


Agustín Meza, Roberto Mejía, Hermes García Baldó, Adán Cadavid, Miguel Jiménez, Clímaco Pizarro, Freddy Hung, Omar Díaz Granados,  Jairo Mateus, Luis Carlos Peña Ramírez, Gustavo García Flórez, Carlos Arturo Bernal de la Torre, Soraya Inés Sierra Ossa, Diego José Restrepo Álvarez, Gloria Estela Cálad Serrano.



AREA DE ESTUDIOS ECONÓMICOS

La gerente actual del Banco en Cúcuta, Gloria Estela Cálad  Serrano, describió las funciones económicas de la entidad, así:

“De acuerdo con la estructura administrativa del área de estudios económicos del Banco de la República en el país, las oficinas se encuentran organizadas en Centros Regionales; correspondiendo Cúcuta como oficina asociada al Centro Regional de Estudios Económicos de Bucaramanga, junto con la oficina de Tunja.

“La oficina de Cúcuta ha desarrollado trabajos de investigación sobre calzado, gasolina, mercado cambiario,  y, carbón. Actualmente se encuentra organizando la estructura de un nuevo documento sobre la evolución del sector calzado en el departamento. El objetivo principal que se pretende con el desarrollo de estos documentos es ofrecer una fuente de información objetiva que permita el planteamiento de estrategias de desarrollo económico local.

“Así mismo, se desarrolla con una periodicidad anual desde el 2000 el documento Indicadores de Coyuntura Económica Regional – ICER, en convenio con el DANE, el cual compila indicadores de empleo, precios, movimiento de sociedades, comportamiento de la actividad financiera, comportamiento del sector externo,  comportamiento del sector real, del departamento Norte de Santander y Área Metropolitana de Cúcuta frente a indicadores nacionales.

“El Boletín Económico Regional –BER- para la región Nororiente es desarrollado por el CREE-Bucaramanga con el apoyo de las oficinas asociadas de Cúcuta y Tunja. Se produce con una periodicidad trimestral y describe el panorama económico de los sectores agropecuario, minero, industria, comercio exterior, construcción, comercio, transporte y turismo, sistema financiero, mercado laboral, precios, movimiento de sociedades, entre otras variables económicas.

“Estos documentos pretenden llegar al público en general, de hecho se cuelgan en la página web del Banco (www.banrep.gov.co) para su consulta, además de que se dirigen físicamente a las universidades, representantes de los gremios, autoridades como gobernador, alcalde y también a los bancos comerciales. Así mismo, se encuentran disponibles para su consulta en el centro de documentación del Banco.

“La oficina de Cúcuta coordina la aplicación de la Encuesta de Estada y Gasto Fronterizo, la cual pretende obtener datos estadísticos importantes para la Balanza de Pagos del país. Esta encuesta se aplica trimestralmente en los puentes internacionales Simón Bolívar, General Santander, en Cúcuta, y la Unión en Puerto Santander.

“Otra de las labores importantes que se desarrollan en la oficina de Estudios Económicos en Cúcuta al igual que en el resto del país, es la aplicación de una encuesta mensual que sirve como termómetro para medir el comportamiento de la economía que registran los diferentes sectores del departamento.

“Así mismo, una vez al año se realiza el Comité Consultivo en el cual la Junta Directiva del Banco en pleno, se reúne con los empresarios e industriales de la ciudad para obtener de primera mano información  sobre la evolución de la economía de la ciudad, como también lo hace en las otras ciudades principales, teniendo en cuenta que según mandato constitucional el Banco debe preservar la estabilidad de los precios, es decir el manejo de la inflación.

“Entre otras labores que adelanta el área de Estudios Económicos en la ciudad, podemos señalar la recolección de estadísticas sobre cotización del bolívar y el dólar en el mercado local diariamente, la aplicación de encuesta de balanza de pagos por servicios con periodicidad trimestral, la atención y respuesta a solicitudes de información de carácter económico”.

PROGRAMAS EN EL ÁREA CULTURAL

La directora el Área Cultural del Banco de la República en Cúcuta, Carmen Adriana Ferreira Esparza, hizo un balance positivo de sus actividades.  Ella expone en los siguientes términos la gestión cumplida:

“El Área Cultural del Banco de la República, abrió sus puertas al público, en las instalaciones en que se encuentra actualmente, en el mes de junio de 1987. Y desde entonces ha permito a los habitantes de la ciudad de Cúcuta acceder a la cultura y al conocimiento a través de los servicios que ofrece en su Centro de Documentación Regional, Sala de música, Sala de exposiciones.

“En estos 25 años de labores se ha convertido en el espacio cultural más importante de la ciudad de Cúcuta y las actividades desarrolladas, gracias a la calidad y permanencia de sus programas, hacen parte de la memoria colectiva de los Cucuteños y tienen un lugar en la historia cultural de la ciudad y el departamento. Basta solo con mencionar el Festival de Música Ciudad de Cúcuta que es el acontecimiento musical más importante de la ciudad. En las 16 versiones que se han realizado ininterrumpidamente, se han presentado más de 60 conciertos de artistas nacionales e internacionales.

“También el Encuentro Departamental de Bibliotecas que durante 17 años consecutivos ha fortalecido la gestión de los bibliotecarios de la Red Departamental de Bibliotecas de Norte de Santander, a través de la capacitación permanente con el objetivo de convertirlos en líderes de su comunidad, capaces de gestionar y desarrollar procesos culturales valiosos y pertinentes para sus localidades. Este trabajo, callado pero efectivo, contribuyó enormemente en la transformación de la Red de Bibliotecas del Departamento hasta el punto de haber sido merecedora del Premio Nacional a la Gestión Cultural en el año 2005. Este proceso, junto a la apuesta hecha a los talleres de promoción de lectura y escritura, como son: Relata, Palabras de Agua, Lecturalia: la nave de las letras, Jóvenes promotores de lectura; contribuyen a hacer de Norte de Santander un departamento de lectores.

Han sido directoras del Área Cultural del Banco de la República en Cúcuta: Gloria Estela Cálad Serrano, Vilma Ruby González, María Clemencia Correa, Elizabeth Patiño de García-Herreros y Carmen Adriana Ferreira Esparza, quien ocupa el cargo actualmente.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.