Alvaro
Hernández V.
El año comenzó con mucho afán por recuperar el tiempo
perdido y trabajar fuertemente para lograr grandes cosas para nuestra ciudad, a
medida que los días y meses transcurrían fui conociendo una serie de verdades
que me desalentaron enormemente pero que no me permitían ni nos permite
desfallecer; vivir la ciudad desde adentro de la administración municipal es
conocer una serie de factores y de elementos que no se ven desde la otra
óptica. Sabía que la ciudad estaba mal pero no tanto como se ve desde adentro.
Una ciudad caótica por la falta de compromiso de sus
habitantes, políticas erradas, escasos recursos, una migración aterradora de
estratos 1 y 2 que arribaron y arriban desde todos los lugares del país, enemigos
políticos y rencillas que no permiten gobernar y un impedimento para proceder
ante la alarmante ilegalidad por las leyes establecidas y los debidos procesos
que atan de manos a una administración para proceder, pero a la que todo se le
exige. Todo lo debe hacer papá administración, sobre todo solucionar los
problemas gravísimos que dejaron anteriores administraciones irresponsables y
permisivas, en busca de favores políticos futuros y nunca pensando en el bien y
en el desarrollo armónico de Cúcuta. Hoy la ciudad presenta los más altos
índices de desempleo, de inseguridad, de ilegalidad, de pobreza y de
inconciencia para con ella; todos queremos grandes soluciones y exigimos pero
no queremos tributar ni queremos colaborar, no hay compromiso, se observa una
total desunión para la toma de decisiones en bien de la ciudad, todo lo dejamos
en manos de papá gobierno, ¿pero dónde quedamos con nuestra responsabilidad
como ciudadanos?
Queremos calles pavimentadas y veo todos los días en
los sitios de expendio de venta de gasolina en pimpinas a la gente abasteciendo
sus carros y gente supuestamente prestante, influyente y exigente. Eso es
apoyar la creciente ilegalidad de estas personas que cada día crecen ubicándose
con sus horribles cambuches en los lugares que se les da la gana y en época de
crisis disparando el precio del contaminado combustible sin consideración con
el consumidor; gran cantidad de autos portan matricula de otros municipios y
otros tenemos carro con placa venezolana y todavía exigimos calles pavimentadas?
Queremos los espacios públicos libres y le comparamos a los vendedores
ambulantes en vez de comprar en almacenes establecidos legalmente; compramos
productos perecederos a los vendedores de carretas y a la vez no queremos las
carretas en las calles en vez de comprar en Cenabastos o la nueva Sexta.
Nosotros mismos somos los patrocinadores del desorden
y de la ilegalidad. Hay cantidad de negocios piratas que pasan de agache sin
registrarse para no pagar industria y comercio y son los que más exigen obras,
cuando esto es compromiso de todos, no es solo del alcalde y su equipo quienes
venimos trabajando con las uñas para lograr sacar adelante un plan de
desarrollo establecido y no como escribió alguien en este mismo medio sobre
actuaciones corruptas del alcalde dando por hecho los rumores que circulan
típicos de una sociedad como la nuestra donde se mueven más los interés
políticos que los del bien de la ciudad.
Cúcuta se está perdiendo queridos cucuteños, no hay
plata ni cama para tanta gente, esto lo deben entender todos los diferentes
sectores de la sociedad cucuteña. Si no trabajamos juntos, si no trazamos
estrategias juntos, si seguimos destrozándonos entre nosotros, si los
parlamentarios siguen colocándose zancadillas unos a otros y mientras sigamos
haciendo honor a nuestra idiosincrasia envidiosa y de ver con malos ojos el
progreso de los nuestros, la ciudad se seguirá perdiendo en manos de los
extraños que cada vez son más y se van metiendo por la mitad; sigamos así y en
el próximo periodo tendremos como alcalde a un invasor profesional venido del
Guaviare, Meta o la costa atlántica y no se extrañen que en tiempos no muy
lejanos nuestros parlamentarios vean con nostalgia sus épocas en el congreso
porque serán reemplazados por gente que vive aquí pero que pertenecen a los
lugares más recoditos de este país; tenemos el ejemplo más palpable, se rumora
que la señora Riascos aspira a la cámara de representantes apoyándose en ese
gran volumen de gente extraña que llego acá en sus 4 años de mandato: será el
inicio de una carrera que nadie podrá parar si no nos pellizcamos, si seguimos
atacándonos, comportamiento típico del actuar cucuteño.
No olviden señores que la costumbre se hace ley y la
ilegalidad, la trampa y el desorden tomaron vuelo en Cúcuta, hasta el punto de
aparecer sindicatos de todo, (solo nos falta el de los atracadores) con una
serie de exigencias, ímpetu y grosería pidiendo esta vida y la otra. Escuchar a
gente de Antioquia, de Boyacá y de otras regiones con sus acentos haciendo
grandes exigencias al alcalde con su grosería y vulgaridad como lo hicieron
hace unos días en un acto en el parque Santander donde falto poco para agredir
al mandatario municipal ante los representantes del gobierno central para los
juegos nacionales, como si le tributaran a esta ciudad, a la que nada le dan;
sólo la explotan y desangran y la desordenan porque el grueso de los recursos
municipales se va en asistencialismo a la pobreza de estas personas que son
responsabilidad de otros gobiernos regionales y no de los cucuteños.
El alcalde tiene que seguir con sus políticas de
recuperación y no hay recursos para dar soluciones a la ilegalidad, no los hay;
en la medida que llegue más pobreza menos va a haber recursos, entonces lo
mejor sería regresar a sus regiones de origen ya que el cuento de que son
desplazados no les funciona ya; ¿o que hacen supuestos desplazados del Putumayo
o del Chocó acá donde han tenido que atravesar medio país?
Cucuteños, se nos pierde la ciudad por culpa de todos,
en la medida en que no nos unamos y tracemos estrategias a corto, mediano y
largo plazo la ciudad se terminara de perder en manos de extraños por que el
municipio no tiene la capacidad ni los recursos para tanto problema y situación
que agobia y aplasta a esta, la otrora y pujante Perla del Norte; seguiremos
adelante hasta donde los recursos, nuestra capacidad y los cucuteños nos lo
permitan, pero recuerden queridos coterráneos, no hay cama para tanta gente.
Excelente! me encata leer las cronicas! saludos!
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