domingo, 6 de octubre de 2013

449.- SE NOS PIERDE LA CIUDAD



Alvaro Hernández V.

El año comenzó con mucho afán por recuperar el tiempo perdido y trabajar fuertemente para lograr grandes cosas para nuestra ciudad, a medida que los días y meses transcurrían fui conociendo una serie de verdades que me desalentaron enormemente pero que no me permitían ni nos permite desfallecer; vivir la ciudad desde adentro de la administración municipal es conocer una serie de factores y de elementos que no se ven desde la otra óptica. Sabía que la ciudad estaba mal pero no tanto como se ve desde adentro.

Una ciudad caótica por la falta de compromiso de sus habitantes, políticas erradas, escasos recursos, una migración aterradora de estratos 1 y 2 que arribaron y arriban desde todos los lugares del país, enemigos políticos y rencillas que no permiten gobernar y un impedimento para proceder ante la alarmante ilegalidad por las leyes establecidas y los debidos procesos que atan de manos a una administración para proceder, pero a la que todo se le exige. Todo lo debe hacer papá administración, sobre todo solucionar los problemas gravísimos que dejaron anteriores administraciones irresponsables y permisivas, en busca de favores políticos futuros y nunca pensando en el bien y en el desarrollo armónico de Cúcuta. Hoy la ciudad presenta los más altos índices de desempleo, de inseguridad, de ilegalidad, de pobreza y de inconciencia para con ella; todos queremos grandes soluciones y exigimos pero no queremos tributar ni queremos colaborar, no hay compromiso, se observa una total desunión para la toma de decisiones en bien de la ciudad, todo lo dejamos en manos de papá gobierno, ¿pero dónde quedamos con nuestra responsabilidad como ciudadanos?

Queremos calles pavimentadas y veo todos los días en los sitios de expendio de venta de gasolina en pimpinas a la gente abasteciendo sus carros y gente supuestamente prestante, influyente y exigente. Eso es apoyar la creciente ilegalidad de estas personas que cada día crecen ubicándose con sus horribles cambuches en los lugares que se les da la gana y en época de crisis disparando el precio del contaminado combustible sin consideración con el consumidor; gran cantidad de autos portan matricula de otros municipios y otros tenemos carro con placa venezolana y todavía exigimos calles pavimentadas? Queremos los espacios públicos libres y le comparamos a los vendedores ambulantes en vez de comprar en almacenes establecidos legalmente; compramos productos perecederos a los vendedores de carretas y a la vez no queremos las carretas en las calles en vez de comprar en Cenabastos o la nueva Sexta.

Nosotros mismos somos los patrocinadores del desorden y de la ilegalidad. Hay cantidad de negocios piratas que pasan de agache sin registrarse para no pagar industria y comercio y son los que más exigen obras, cuando esto es compromiso de todos, no es solo del alcalde y su equipo quienes venimos trabajando con las uñas para lograr sacar adelante un plan de desarrollo establecido y no como escribió alguien en este mismo medio sobre actuaciones corruptas del alcalde dando por hecho los rumores que circulan típicos de una sociedad como la nuestra donde se mueven más los interés políticos que los del bien de la ciudad.

Cúcuta se está perdiendo queridos cucuteños, no hay plata ni cama para tanta gente, esto lo deben entender todos los diferentes sectores de la sociedad cucuteña. Si no trabajamos juntos, si no trazamos estrategias juntos, si seguimos destrozándonos entre nosotros, si los parlamentarios siguen colocándose zancadillas unos a otros y mientras sigamos haciendo honor a nuestra idiosincrasia envidiosa y de ver con malos ojos el progreso de los nuestros, la ciudad se seguirá perdiendo en manos de los extraños que cada vez son más y se van metiendo por la mitad; sigamos así y en el próximo periodo tendremos como alcalde a un invasor profesional venido del Guaviare, Meta o la costa atlántica y no se extrañen que en tiempos no muy lejanos nuestros parlamentarios vean con nostalgia sus épocas en el congreso porque serán reemplazados por gente que vive aquí pero que pertenecen a los lugares más recoditos de este país; tenemos el ejemplo más palpable, se rumora que la señora Riascos aspira a la cámara de representantes apoyándose en ese gran volumen de gente extraña que llego acá en sus 4 años de mandato: será el inicio de una carrera que nadie podrá parar si no nos pellizcamos, si seguimos atacándonos, comportamiento típico del actuar cucuteño.

No olviden señores que la costumbre se hace ley y la ilegalidad, la trampa y el desorden tomaron vuelo en Cúcuta, hasta el punto de aparecer sindicatos de todo, (solo nos falta el de los atracadores) con una serie de exigencias, ímpetu y grosería pidiendo esta vida y la otra. Escuchar a gente de Antioquia, de Boyacá y de otras regiones con sus acentos haciendo grandes exigencias al alcalde con su grosería y vulgaridad como lo hicieron hace unos días en un acto en el parque Santander donde falto poco para agredir al mandatario municipal ante los representantes del gobierno central para los juegos nacionales, como si le tributaran a esta ciudad, a la que nada le dan; sólo la explotan y desangran y la desordenan porque el grueso de los recursos municipales se va en asistencialismo a la pobreza de estas personas que son responsabilidad de otros gobiernos regionales y no de los cucuteños.

El alcalde tiene que seguir con sus políticas de recuperación y no hay recursos para dar soluciones a la ilegalidad, no los hay; en la medida que llegue más pobreza menos va a haber recursos, entonces lo mejor sería regresar a sus regiones de origen ya que el cuento de que son desplazados no les funciona ya; ¿o que hacen supuestos desplazados del Putumayo o del Chocó acá donde han tenido que atravesar medio país?

Cucuteños, se nos pierde la ciudad por culpa de todos, en la medida en que no nos unamos y tracemos estrategias a corto, mediano y largo plazo la ciudad se terminara de perder en manos de extraños por que el municipio no tiene la capacidad ni los recursos para tanto problema y situación que agobia y aplasta a esta, la otrora y pujante Perla del Norte; seguiremos adelante hasta donde los recursos, nuestra capacidad y los cucuteños nos lo permitan, pero recuerden queridos coterráneos, no hay cama para tanta gente.

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