sábado, 2 de noviembre de 2013

471.- ¿CAYÓ MITO DE LA 'TOTO' HERNÁNDEZ?



Orlando Morales





El 12 de noviembre de 2010, con marcador de 93 contra 85, el quinteto Arrieros de Antioquia se coronó campeón de la Copa Invitacional de Baloncesto, derrotando en franca lid en la propia “Toto” Hernández a su homólogo de Cúcuta-Norte, habiendo el primero definido la serie a su favor - 4 contra 1-, desbancando así a los rojo y negro, de la primacía en el baloncesto profesional colombiano, como quiera que los segundos venían de ser campeones consecutivos del torneo durante los dos años que preceden.

Sobra imaginarse cuál ha sido la desazón y la tristeza de la fanaticada nortesantandereana, quien de suyo tenía fincadas sus esperanzas en un elenco de primera línea, que sin lugar a dudas hizo méritos a lo largo del torneo para alzarse con el título, pero que en las últimas de cambio decepcionó a una afición, que ha sido por antonomasia sabedora y conocedora como la que más del deporte de la cesta.

Desde la distancia me uno a la nostalgia que producen las derrotas y exhorto a todos aquellos que tienen que ver con el baloncesto del Norte, para que dejando de aplicar la vieja máxima de “perder es ganar”, hagan un serio y concienzudo balance de todo el torneo y corrijan hacia el futuro los posibles yerros, que me imagino fueron los suficientes como para no obtener el anhelado campeonato.

Por lo visto, el representativo de Cúcuta-Norte, demostró que tenía argumentos y una nómina fuerte como para disputar el primer lugar, prueba de lo cual es haber llegado a la instancia final. No se puede desconocer que con jugadores de la talla de Juan Herrera, Eleuterio Rentería, Francisco Sanabria, Edgar Moreno, Douglas Chiquito, Juan Herrera, Edgar Arteaga y Hebert Bayona, entre otros, el Norte tenía como dar la pelea en un evento que cada día sube de nivel y despierta el interés de los seguidores del deporte de la canasta. Hubo saturación por parte de algunos jugadores, ad portas de la final, con ocasión de la ronda Sudamericana, donde se agotaron fuerzas y no se alcanzó el objetivo clasificatorio.

Sin embargo, la actuación del estadounidense Clarens Mathews, fue muy pobre para sus condiciones físico – atléticas, o muy poco explotado por el director técnico Tony Ruiz, a quien tampoco le vimos la suficiente sensatez y agudeza para dirigir una escuadra profesional, por más pergaminos que tenga al haber dirigido otros equipos en la liga venezolana. Pienso que el “gringo” y el puertorriqueño quedaron en deuda con la fanaticada cucuteña. El interrogante que sigue es: ¿Se justifica la contratación de entrenadores extranjeros que llegan a última hora haciendo más gala de sobrades que de humildad, cobrando en dólares y desconociendo la idiosincrasia de un pueblo que ama y sabe de baloncesto? Primer punto para la reflexión.

Lo que los aficionados de la cesta, no entienden ni se explican, es cómo algunos jugadores del equipo, poco o nada jugaron durante la temporada, a pesar de que debieron cobrar sus emolumentos por el contrato que firmaron con los representantes del club, mientras que otras revelaciones criollas como el caso de los juveniles Simón Granados y José Miguel Rodríguez, brillaron por su ausencia, perdiéndose la oportunidad de foguearse y adquirir experiencia para futuros torneos, a los que el Norte debe asistir en la categoría mayores dentro del concierto nacional. Segundo punto para la reflexión.

Hay que aprender de los otros equipos, en especial del campeón Arrieros, que a la plantilla titular no sólo convocó experimentados jugadores como el caso del dominicano Alejandro Flores y el venezolano Heisller Guillent, sino que sumaron elementos nacionales de extraordinario rendimiento y categoría, como el valluno Stalin Ortiz, al lado de otros nobeles prospectos antioqueños, que comandados por el veterano “coach” paisa, Hernán Darío Giraldo, demostraron de principio a fin del torneo, ser un equipo cohesionado y disciplinado tácticamente. Felicitaciones para los campeones paisas.

Basta recordar entonces, que en otrora épocas del basquetbol cucuteño, cuando se iniciaba el profesionalismo en Colombia, el Norte conformó un equipo campeón reforzado con los norteamericanos Sam Shepar y Erick Evans, con la inclusión de jugadores que hicieron gala de la “garra motilona”, tales como los inolvidables Jorge Niño, Carlos “Cabezón” Yanes, Tito Ordóñez, Freddy Moreno y José “Caballo” Rodríguez, entre otros. Fueron momentos de gloria del baloncesto del Norte, que tuvieron como escenario la cancha “Toto” Hernández, misma que anoche aglomeró a un público que hasta el final gritó: ¡Norte…, Norte…, Norte…!. Tercer punto para la reflexión.

Pero para volver por los fueros hay que conocer la historia, para recordar al mismo tiempo, por ejemplo, que desde 1965, el Norte no gana un torneo juvenil de baloncesto en Colombia. Fue el equipo conformado por los titulares hermanos Said Fernando y Jesús Ricardo Lamk, Fernando “Cundo” Morales, Gastón Bermúdez y Hernando Yepes, los encargados de derrotar al poderoso San Andrés, en otra inolvidable noche del baloncesto motilón. Cuarto punto para la reflexión.

Al final del encuentro entre los equipos Arrieros y Cúcuta-Norte, se oyó hablar por los medios de comunicación a un delegado del equipo campeón, quien con cierto tufillo de triunfalismo, afirmó que había caído el mito de la cancha “Toto” Hernández, a lo cual me resisto a creer semejante herejía. Al dirigente paisa le respondemos con respeto los cucuteños, que sin asomo de una falsa modestia, Cúcuta ha sido, es y será, la capital baquetera de Colombia, al tiempo que nuestro Coliseo volverá a ser testigo de muchos otros triunfos del baloncesto, como que ha sido un hito para el deporte del Norte de Santander.

Por lo tanto, no es la hora pues para rasgarse las vestiduras, sino para la reflexión, comprendiendo que el deporte de alto nivel debe seguir apoyándose en el departamento, al unísono que debe trabajarse en forma intensa y planificada con los clubes y la liga de baloncesto del Norte, apoyando las categorías inferiores, empezando por participar en todos los torneos que programe la Federación Colombiana, buscando con ello formar y promocionar jugadores que sean la cantera para próximos certámenes en las distintas categorías. Buen tiempo y buena mar.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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