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Eduardo
González
El reconocido fotógrafo Eduardo González, falleció el
viernes 11 de enero de 2013. Su nombre trasciende a la historia por su gran
valor artístico. Este artista, nacido en Chinácota, descendiente del ex
presidente Ramón González Valencia y de héroes de la independencia quien en sus
archivos particulares conserva cartas de Simón Bolívar, encontradas en una
vieja casona de Iscalá, realizó estudios
de especialización en los talleres Zone VI, Vermont, Estados Unidos (1982).
Trabajó durante más de cuarenta años en fotografía y
diseño gráfico. Su trabajo fotográfico muestra la imagen a partir del retrato,
los objetos y animales.
Los elefantes de África le dieron un premio mundial
por la serie fotográfica en su defensa presentada en Kenia. La fuerza de su
trabajo reside en la búsqueda artesanal, en la economía de medios y sin
apoyarse en tecnicismos logra captar el instante preciso, la realidad interior,
la que está más allá de la inmediata.
Vivió y trabajó en Cúcuta, Norte de Santander. Casó
con Alba Fernández, y sus hijos son Víctor, Susana, Carlos y María José.
En 1994, Ligia de Lara, famosa crítica de arte
escribió en el catálogo Pariente, amigos…Desconocidos, del Banco de la
República:”La fotografía ha sido el medio y la forma de vida de Eduardo
González. Ha incursionado en todas las modalidades, entre ellas la del retrato.
Ha hecho fotos propias de las reinas de belleza, la simplemente comercial, la
de la familia feliz. Son retratos bien tomados, con conocimiento técnico. En
ocasiones se hace sentir el esteta y el psicólogo encontrando los ángulos
adecuados, y más aún, cuando objetos o animales bajo su mirada adquieren la
dimensión humana”.
Fue un excéntrico hasta el punto de donar un premio de
10 mil dólares ganados por una serie de fotos en defensa de los elefantes de
África.
Participaciones y Reconocimientos
1985 Diez Años de Fotografía, Casa de la Cultura,
Cúcuta.
1986 A través de la Grieta del Tiempo, UIS,
Bucaramanga.
El Ojo que pasa, Dirección de Cultura y Bellas Artes
del Estado de Táchira, San Cristóbal, Venezuela.
Homenaje, Museo de la Bagatela, Fondo de Promoción de
la Cultura del Banco Popular, Villa del Rosario.
1985 I Salón Nacional de Diseño, Medellín.
1988 El Mes de la Fotografía, Museo de Arte Moderno,
Bogotá.
VI Salón Colombiano de Fotografía, Medellín.
1989 Jornada Fotográfica de Mérida (organizador y
partícipe por Colombia), Mérida, Venezuela.
Chinese
Photographers Association, Beijin, China.
1996 Artistas Santandereanos en la década de 1980.
Museo de Arte Moderno Bucaramanga.
1983 Mención de Honor, I Salón Nacional de Artes
Visuales, Cúcuta 250 años, Cúcuta.
1984 Mención de Honor, IV Salón Nacional de Artes
Visuales, Pamplona.
1988 Primer premio, Concurso Nacional Árboles por
Colombia, Instituto de Cultura Hispánica, Bogotá.
1989 Segundo y tercer premio, Concurso Nacional de
Fotografía de Fauna, Medellí
Sus historias y fotografías fueron publicada en las
revistas Sam, Cromos, Diners, Américas (D.E.A.), Natural History (Estados
Unidos), Hasselblad Forum (Suecia), Credencial, Fotografía Contemporánea.
Sus fotografías se encuentran en colecciones públicas
y privadas de Colombia, Venezuela, China, Canadá y Kenya.
Fotos tomadas de Historia de Fotografía Colombiana:
Familia
Cerón de la serie “Retratos Peregrinos”
Abrazo -
1991
Monjas -
1974
Monjas -
1978
Su amiga Ingrid Hartmann Paz escribió
Tuve la fortuna de conocer y admirar su obra
fotográfica, ir en muchas ocasiones a Iscalá con su familia, sus hijos, yo
testimonio en cambio el encanto de haber tenido un amigo maravilloso quien con
su genio de artista cada día era un cuento fantástico de personajes, relatos
divertidos y momentos inolvidables. Alguien decía que con la muerte la vida no
termina, sencillamente cambia, y es el mensaje que nos dejan quienes parten
antes de nosotros, los que nos quedamos. Tengo el honor de conservar una gran
colección de fotografías de Eduardo González. Norte de Santander perdió un
genio del arte.
Recuerdo su complicidad en ayudarme un día de Navidad a traer a mi casa un
cují verdadero para hacer el árbol en honor a Cúcuta. Lo trajimos sobre su Jeep
y sus alas extensas golpeaban los faroles de la autopista de San Antonio.
Cuando llegamos, la sombrilla maravillosa se volvió enorme y entre todos los
vecinos nos ayudaron a doblarla para que entrara por la puerta, y
cuando se abrió dentro de la casa, invadió la sala, el comedor, todos los
espacios. Venían los amigos a conocer el cují que adorné con cintas amarillas, y
conservo con afecto infinito las fotos de Eduardo, que concluyeron
que nunca se sucedió una Navidad más linda.
El árbol que invadió todos los
espacios.
En nuestra estadía en Colombia, con frecuencia los fines de semana íbamos a
la finca de Iscalá que heredó Eduardo de
su pariente Ramón González Valencia, junto con
Alba su esposa, y los hijos mutuos. También esos viajes eran llenos de
cuentos que aparecían por la casa, y nos inventamos el proyecto de restaurarla.
Mi primer esposo, Juan Filizzola, dirigía los trabajos. Con los hijos
mutuos que eran tantos, comenzamos a blanquear las paredes. Poco a poco la luz
del blanco recuperó la fachada maravillosa. El plazo era terminar el día de la
Navidad. Nos faltaron los techos rojos pero alcanzamos a pintar las ventanas
amarillas.
Al final, me llevé los hijos por los campos a recoger flores y ramas que
concluyeran con un pesebre natural, la
transformación de los espacios. La obra del pesebre nos quedó maravillosa, me
emociona aún hoy, compartir la foto con
todos ustedes.
Pesebre natural con flores y ramas.
Cuando llegó Eduardo y lo vio, se
emocionó muchísimo y estaba preocupado que se iba la luz de la tarde, consiguió
una vela, recogió y envolvió con ella todos los personajes de la natividad: José, María, Jesús y los pastores; y esa luz
con el atardecer y el comenzar de la penumbra, hizo infinitamente mágico para
todos ese momento.
Cuando volvimos a Cúcuta nos trajo de regalo todas estas fotos con una
tarjeta de las ventanas amarillas y esta dedicatoria:
Cúcuta, Diciembre de 1983
La suerte me trajo unos nuevos amigos, lo mejor que le puedo desear a
cualquiera en esta Navidades es que le pase lo mismo que a mí.
La amistad puede iluminar nuestras vidas así como nuestras ventanas.
Eduardo
Eduardo
González, tomando fotos que nos regaló.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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