Jaime Yáñez
Villamizar
(Publicado
El Tiempo 25/05/1993)
El modernismo y el auge de la apertura económica se
convirtieron en los enemigos de unas 200 casonas construidas después del
terremoto de 1875 en pleno corazón de la ciudad. Ellas, aunque guardan la
memoria urbana de los cucuteños, serán demolidas para darle paso al modernismo.
Allí se construyó un amplio complejo arquitectónico de tejas de barro y tapia
pisada, en cuyo levantamiento, los maestros de la época se gastaron 20 años.
Según el historiador Fernando Vega Pérez, al finalizar el siglo XIX, la ciudad
tenía 12 carreras y 10 calles.
Entre sus 1.516 casas sobresalían la Quinta Teresa, la
Estación Cúcuta del Ferrocarril, la Aduana Nacional con estructura de hierro
importada de Inglaterra y montada en 1879; la plaza de mercado (también en
estructura de hierro) y el Parque Santander con su estatua y verjas de hierro,
algunas de las cuales ya tienen partida de defunción.
Este patrimonio histórico se encuentra en peligro de
desaparecer, ante la ausencia de políticas claras de planificación y una
reglamentación que obligue a su conservación. En su lugar, se erigirán 12
centros comerciales de entidades e inversionistas privados, que ya tienen
autorización del gobierno local.
La directora ejecutiva de la Cámara Colombiana de la
Construcción (Camacol) seccional, Betty Parada Montes, dijo que el año pasado
se construyeron 91.053 metros cuadrados, y en lo que va corrido del año (1993),
46.582. Pero dijo que, aunque debe mantenerse ese auge en la construcción, hay
que hacer una reserva sobre el sector histórico.
El concejal Edgar Rochels Marín afirmó que existe un
acuerdo que declaró la zona central como reserva histórica, pero que no ha
hecho cumplir la administración local al permitir la proliferación de moles de
concreto.
La ciudad no ha sido planificada y, según el edil, los
servicios básicos fueron proyectados en 1925 para servir a una población máxima
de 200.000 habitantes hasta finales de este siglo, pero la ciudad se desbordó
con más de 600.000 ciudadanos. Lamentablemente, no ha existido oficina que
evite este tipo de construcciones, a pesar de existir disposiciones vigentes.
El Instituto Colombiano de Cultura (Colcultura) ya
había creado una filial de Monumentos Nacionales, encargada de establecer
mecanismos para regular la intervención de los inmuebles de interés
patrimonial, pero dejó de operar.
Para conservar, según Iván Caicedo Salcedo, miembro de
la seccional de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, se presentó una
propuesta al gobernador del departamento y al alcalde de la ciudad, Alvaro
Salgar Villamizar y Enrique Cuadros Corredor, respectivamente, para que se
reactive ese centro con el fin de rescatar los inmuebles que tienen que ver con
el patrimonio arquitectónico y artístico de la zona metropolitana de Cúcuta.
Para analizar esta situación --dijo Caicedo Salcedo--
es necesario elaborar un pre inventario de los inmuebles de propiedad de la
Nación y de particulares que están a punto de ser demolidos por los
constructores locales. Es importante que la arquitectura contemporánea tenga su
lugar en nuestros días y para fin de siglo, pero sin desconocer los valores que
dejaron nuestros abuelos, declaró Caicedo Salcedo.
El secretario de Gobierno municipal, Pedro Avellaneda
Arismendi, expresó, al ser consultado sobre el particular, que por intermedio
de la Oficina de Control Urbano se están haciendo las respectivas
investigaciones para determinar si las nuevas construcciones se hacen
cumpliendo las normas del Código de Urbanismo.
Como una propuesta salvadora para rescatar la historia
de la ciudad, el concejal Juan Manuel Corzo Román, presentó un proyecto de
acuerdo que busca la remodelación de las viejas casonas, pero conservando
intacta su fachada. Solo falta que la norma sea acogida por el Concejo en sus
sesiones ordinarias para que el alcalde Enrique Cuadros Corredor disponga de las
herramientas adecuadas que contribuyan a proteger la ciudad del avance
despiadado del progreso.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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