Fernando
Vega Pérez
San José de Cúcuta, a través del tiempo, ha recibido
distintos calificativos que han mostrado los rumbos que ha tomado.
Se la llamó inicialmente “Cruce de caminos”, cuando ya
fundadas Pamplona, Mérida, Salazar de las Palmas, Ocaña, San Cristóbal y
Maracaibo, coincidían en el uso de las rutas para unirse entre sí: de Maracaibo
a Santa Fe, de Caracas a Bogotá pasando por Mérida; de Pamplona a Ocaña en
busca de una salida al mar; de Bogotá, Tunja, San Cristóbal y Mérida para
buscar una salida rápida al mundo por el Lago de Maracaibo. Este cruce de
caminos fue la iniciación de un comercio estable para nuestra ciudad.
Fue llamada “Muy Noble, Leal y Valerosa Villa” por el
rey Carlos V, al elevarla a la categoría de municipio en 1792, reconociendo con
ello su auge en el comercio, su valor de frontera entre el mundo de España de
la Colonia y el mundo libre de los Motilones, quienes no se resignaban a perder
sus dominios y ser subyugados.
Fue llamada “Cuna de la Gran Colombia”, cuando en 1821
fuera escogida por el libertador para conformar el sueño grancolombiano y
redactar y aprobar la primera Constitución.
Fue llamada “Ciudad Cosmopolita” por don Manuel
Ancízar, en 1850, en su Peregrinación de Alpha, al comprobar que sus
puertas fueron abiertas para quienes quisieron asentar sus reales en ella,
haciéndola la ciudad más pujante del oriente.
Don Luis Febres Cordero la llamó “Ciudad Vencedora”,
luego del atroz terremoto de 1875, cuando logró vencer a la misma naturaleza y
surgió con mayores bríos y mayor belleza, trabajando en grandes proyectos como
el primer ferrocarril de Colombia, el cual permitió suscribir los primeros
acuerdos comerciales para la apertura económica.
Fue llamada “Ciudad Industrial”, porque fue la primera
en montar una fábrica de vinos, en aquel sitio, los Llanos de Carrillo, donde
años atrás el Gral. Santander fuera vencido por Bartolomé Lizón. Además, se
instalaron los primeros telares por don Pedro Felipe Lara, que posteriormente
fueron vendidos a los antioqueños. La industria tabacalera dio sus primeros
pasos, se inició el cultivo del café, se sembró a gran escala el cacao, que
tanto complaciera a la reina de Inglaterra, que fuera conocido como el cacao de
La Magdalena, por la vía utilizada para su exportación.
Fue llamada “Ciudad del Progreso” porque se dieron con
anticipación a otras ciudades, la luz eléctrica y el teléfono inalámbrico;
porque construyó grandes puentes, como el de San Rafael en 1850; porque en ella
el general Virgilio Barco refinó por primera vez en Suramérica el petróleo,
produciendo el kerosene y que fuera llamado La Luz América; porque fue pionera
de la aviación colombiana y una de las primeras ciudades en establecer un
verdadero sistema de correos.
Ha sido llamada el “Primer puerto comercial de
Colombia”, porque al abrir la vía Río Zulia-Río Catatumbo para llegar al Lago
de Maracaibo, dio la oportunidad para entrada y salida de mercancías. Así fue
llamada porque desde la Colonia fue utilizada para surtir a Pamplona, Tunja y
Bogotá, y por ella estas regiones exportaban sus productos como los sombreros
de jipi japa, la quina, el cacao y el café.
Ha sido llamada “Ciudad Comercial” y “Primera Vitrina
Colombiana” por su vecindad con Venezuela; si bien esta circunstancia la ha
atrasado industrialmente, ha permitido que las grandes factorías colombianas
muestren al exterior sus productos y comercien con otros países.
Ha sido la primera ciudad en preocuparse por el medio
ambiente, sembrando árboles y prados; por ello el Inderena le concedió el
nombre de “Ciudad Verde de Colombia”.
Es la “Ciudad de la integración y del amor” porque a
ella acudió el príncipe Guaimaral, hijo del cacique Mara, dueño y señor del
Lago de Coquivacoa, hoy Lago de Maracaibo, en solicitud de la ayuda y apoyo del
cacique Cúcuta, cuando Ambrosio Alfinger invadió sus dominios y subyugó a su
raza. En esos dominios conoció a la princesa Zulia, hija del cacique Cínera, de
quien se enamora y se une en matrimonio y con quien combate el español hasta la
muerte de Zulia en pleno combate en la ciudad de Pamplona.
Cúcuta es “Ciudad Histórica” porque guarda en ella
recuerdos de grandes hitos históricos: La Batalla de Cúcuta, 1813: el
sacrificio de Mercedes Ábrego; la muerte de Florentina Salas en el Llano de
Carrillo. En nuestra ciudad recibió El Libertador el título de Ciudadano
Granadino y fue ante el Concejo de la Ciudad donde juró lealtad a la nación;
desde Cúcuta inicia Bolívar la Campaña Admirable; en Cúcuta conoce al General
Santander, sin cuya cooperación habría sido imposible lograr la libertad de
cinco naciones; en Cúcuta en el Templo de Villa del Rosario, se firma la
primera Constitución; nuestra ciudad es sitiada durante la Guerra de los Mil
Días y durante esta guerra se expiden en Cúcuta sellos de correos y se emiten
billetes hoy de gran valor para los coleccionistas.
Fue llamada “Ciudad Bonita” por el abogado, poeta e
historiador, Dr. José Luis Villamizar Melo, en la letra del pasodoble “Cúcuta
Bonita”, por la armonía de sus calles, su precioso paisaje, la frondosidad de
sus árboles que con su brisa abanican a propios y extraños a impulsos de las
brisas del Pamplonita, haciéndonos la vida más agradable y placentera.
Es una “Ciudad Turística”, porque posee la
infraestructura necesaria, por su situación geográfica, sus posibilidades
comerciales, sus atractivos naturales, sus monumentos históricos, por ser una
ciudad cosmopolita. Porque sus gentes son de trato sencillo, desprevenidas,
amistosas y prontas a ofrecer desinteresadamente sus servicios, porque en cada
esquina se encuentran esperanzas para el futuro, porque su presente lo cimenta
en su pasado, porque está trabajando en procura de un mejor porvenir.
Parodiando palabras de nuestro primer obispo Monseñor
Luis Pérez Hernández, oriundo de Cúcuta, podemos decir que es turística por el fruto
de un esfuerzo continuado desde su creación, porque nació pequeña y creció en fortaleza
y gloria, porque trabó los nudos de su historia bajo los azotes de sus luchas y
al precio de sus triunfos, porque es un haz de corazones unidos por la vida,
para vivir, porque ha sido el germen regado al soplo de un ideal con cada hijo
que se desprende, porque sus gentes morirán para germinar, se volverán polvo
para sembrar el amor en la tierra con la sepultura de sus mayores, sus padres y
sus héroes, porque se alzará siempre airosa en sus leyes y en su civismo, porque
abrirá la bandera a los cuatro vientos como símbolo del triunfo de una raza sin
miedo ni vergüenza ante el resto del país y ante extraños.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
Increíble, la grandeza y fama de pioneros. Muy buen artículo.
ResponderEliminarTambién ha sido llamada "perla del norte", "ciudad de los almendros" y "primer puerto terestre y turístico de Colombia"
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