sábado, 14 de marzo de 2015

728.- RELOJ DE SOL LLEGO A 30 AÑOS MORIBUNDO

Eduardo Rozo Jaimes

LOS NÚMEROS EN BRONCE fueron hurtados y la pintura blanca cumplió su ciclo de utilidad.

Treinta años cumplió, el primero de octubre, el reloj de sol ubicado en la entrada de la zona franca de Cúcuta. El monumento llegó ‘al tercer piso’ rindiéndole culto a la desidia y al abandono.

Otrora época en la que era uno de los puntos más admirados por los cucuteños que llegaban hasta allí solo por conocer el funcionamiento del reloj, a partir de las sombras del sol proyectadas por una especie de segundero estático.

A Cúcuta fue donado por la Logia Masónica (del sol) y se inauguró el primero de octubre de 1984. Desde entonces ha permanecido en la entrada de la zona franca de la capital nortesantandereana.

Antes permanecía rodeado de amplias zonas verdes y de plantas florales que le daban al espacio un toque agradable.

Hoy, hay más prado en las zonas de concreto y las áreas verdes lucen desteñidas. La tierra está cuarteada y hasta la maleza sucumbe ante el inclemente clima.


El reloj de sol es un instrumento usado desde tiempos muy remotos con el fin de medir el paso de las horas, minutos y segundos (tiempo). En castellano se le denomina también cuadrante solar. Emplea la sombra arrojada por un gnomon o estilo sobre una superficie con una escala para indicar la posición del Sol en el movimiento diurno. Según la disposición del gnomon y de la forma de la escala se puede medir diferentes tipos de tiempo, siendo el más habitual el tiempo solar aparente.

Los arbustos que aún sobreviven son regados, en vez de agua, por cantidad de basuras y escombros. Pareciera como si en el sitio se reunieran a hacer tertulia al mejor estilo del parque Santander, porque hay botellas de gaseosa vacías y alrededor restos del tradicional pan de cascarita.

La base de cemento que sostiene el imponente reloj, pese a su estado de abandono, está agrietada y pareciera como si al monumento le hubiera dado culebrilla, pues las grietas formaron una circunferencia que está por unirse.

Los números del reloj, que originalmente eran de bronce, fueron robados. El primero que hurtaron fue parte del tres, razón por la que parte de este número aparece pintado de negro.

El resto de los números quedaron tatuados y hasta los tornillos que sostenían los originales han intentado robárselos porque aparecen perforaciones alrededor.

La especie de segundero estático está sostenido por una rosca de metal, la cual intentaron desatornillar. El ángulo de inclinación de la vara metálica cambió y las sombras del sol se proyectan en desorden.

La foto corresponde al día de la inauguración del Reloj de Sol que fue donado por la Gran Logia Oriental de Colombia a Cúcuta y ubicado a la entrada de la Zona Franca. Ese día, 1 de octubre de 1984, asistieron a la ceremonia entre otros: León Colmenares Baptista, Álvaro García, Daniel Mieles, Luis Ortega, María Elisa de Villamizar, Isachar Parada, Emilia de Hernández, Julio César Hernández, Luis Ernesto Villamizar y Jaime Garbiras.

La pintura blanca del reloj se sopló y las cáscaras se caen diariamente. La que aún permanece ‘aferrada’ al monumento cumplió su ciclo de utilidad.

La esperanza del reloj de sol es un proyecto que idea la Secretaría de Cultura de Cúcuta para intervenir 12 lugares ocultos, esos espacios donde hay monumentos ricos en concepto y con gran valor artístico, pero que acusan estado de abandono.

De acuerdo con la titular de ese despacho, María Eugenia Navarro Pérez, se hizo un diagnóstico del estado de los monumentos de Cúcuta y para la intervención se tendrá en cuenta a los artistas que los crearon.


El proyecto contempla la recuperación total del reloj de sol y en la base se pondrá una placa de acrílico con la ficha técnica de la obra. Este material es para evitar que los amigos de lo ajeno la hurten, como ocurre tradicionalmente con las placas de metal.

La iniciativa, que hace parte del plan de recuperación de monumentos de Cúcuta, con miras a fortalecer el proyecto de promoción turística y cultural, es el salvavidas que tiene el monumento.

Su recuperación


En el año 2015 fue recuperado después de permanecer en estado de abandono.

Los números del reloj, que originalmente eran de bronce se mandaron a fundir en un taller cerca al cementerio central. El cálculo y diseño estuvieron a cargo de Eduardo Serrano Acevedo al igual que la dirección de la obra.

Los aportes económicos fueron hechos por la Logia Sol de Santander 2-14 y por Peter Zahn. El terreno fue cedido en comodato por la Zona Franca en esa fecha bajo la dirección de Álvaro García.

En los talleres de Favecza, propiedad de Peter Zahn, ubicados, en ese entonces, en la zona industrial de Cúcuta se construyó el gnomon o indicador, por ser su estructura y el disco de concreto.

En ese proceso se duró unos tres meses. El diseño se hizo con sumo cuidado porque había que buscar el ángulo para la ubicación para que pudiera marcar la hora exacta.

El disco, que tiene de diámetro 3,50 metros, se construyó so pretexto de los 50 años de la respetable Logia Sol de Santander No. 2-14 y se ubicó en predios de La Zona Franca, que dirigía en ese entonces Álvaro García.

Simbología masónica


El ingeniero Eduardo Serrano Acevedo diseñador, calculista y director de construcción del monumento, menciona que, el proyecto creativo del Reloj de Sol, fue considerado con principios alegóricos de la masonería, como por ejemplo una base heptagonal, con siete caminos de acceso al monumento, además de columnas unidas con cadenas, para representar la cadena mística de la unión masónica, además mostrando en el frente del mismo, la escuadra y el compás, todo con alusión ‘’A la del Gran Arquitecto del Universo (AL:.G:.D:.A:.U:.), simbología representativa de la orden masónica universal, cosa que no se consideró en la recuperación de la obra.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

1 comentario:

  1. buenas quisiera saber cuales son esos 12 lugares ocultos q se utilizaron para crear arte.... les agradezco GRACIAS

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