viernes, 5 de junio de 2015

767.- LUIS ALBERTO LOBO



Alvaro Carvajal Franklin



Luis Alberto Lobo fue ministro Plenipotenciario de Colombia en Venezuela entre 2005 y 2009. Estuvo vinculado a la Cancillería durante más de 10 años.

Fue secretario de la Comisión Presidencial para Asuntos Fronterizo (Copiaf).  Se desempeñó como jefe de Planeación de Corponor,  catedrático de la Universidad Libre y alto consejero para la competitividad en la Cámara de Comercio y el Municipio.

Fue también cónsul adjunto en Venezuela siendo canciller Enrique Vargas Ramírez. Asimismo miembro de la fundación cultural el Cinco a las Cinco.

Lobo se graduó como Economista en la universidad Jorge Tadeo Lozano, y cursó estudios en la Universidad Experimental del Táchira (Venezuela).

También estuvo en la dirección de Coldeportes Norte de Santander, y en la gerencia del Grupo Radial Colombiano Cúcuta.

En su homenaje de la Fundación Cultural El Cinco a las Cinco

Aunque hoy nos reúne el recuerdo y el reconocimiento a un intelectual, miembro fundador de la Fundación Cultural El 5 a las 5, Alberto Lobo era por sobre todo un amigo y me voy a referir inicialmente al amigo.

Tuve la fortuna de conocer a Alberto hacia el año 1968, en la casa de su hermano Arturo, vecina a mi casa paterna. Aunque había alguna diferencia de edades que en los niños es muy notoria, Alberto que era el mayor de nuestro grupo de la esquina en el barrio La Ceiba, desde entonces y como siempre, no dudó en brindarnos su amistad, su tranquilidad y su consejo a los amigos de sus sobrinos-amigos de entonces, los hermanos Lobo Vargas.

Compartió y nos acompañó, hasta que como el mayor del grupo, se fue para Bogotá a estudiar Economía pero siempre en vacaciones, venía y compartía, hasta cuando por las leyes de la vida, con el tiempo nos fuimos dispersando y creando el futuro de cada uno.

De pronto nos veíamos cada año o más, pero manteníamos ese encuentro de amigos de siempre, con la alegría que dan tales encuentros.

Y fuimos creciendo profesional e intelectualmente y siempre pensando en nuestra Cúcuta, Alberto mas que nosotros, pues su rumbo fue por la dirección de Fronteras en la Cancillería y luego en la embajada en Caracas.

Nos tomó ventaja y en ese tema solo fuimos espectadores a su sapiencia y  planteamientos, de un pragmatismo admirable y a veces con un sarcasmo  que casi siempre lo hacían reir y a nosotros, a pensar.

Nos reencontramos en Bogotá, en Cúcuta, donde fuera y, siempre su preocupación era Cúcuta y su situación como frontera.

Si se hablaba de economía, su fuerte, el análisis iba de la mano con la situación de Venezuela y su constante lucha por dejar esa dependencia total del vecino, sin olvidar que estamos ligados para siempre y es una gran fuente económica.

Si se hablaba de sociedad, remontaba ese ancestro, ese amigo, ese “compadre” que cada cucuteño tiene en Venezuela y explicaba el porqué somos tan parecidos a los tachirenses y tan distintos a los venezolanos y ellos tan parecidos a los Nortesantandereanos y tan distintos al resto de los Colombianos. 

Siempre tenía una razón para toda la política de buen vecino y de habitante de la Región Frontera.

Sin tener elocuencia para hablar en público, sí era muy elocuente en las mesas de trabajo, en la reunión de amigos, siempre sus apuntes inteligentes eran certeros y nos gustaba sus análisis, nos agradaban y admirábamos su mediación que fue desplegada en toda su magnitud en su paso como segundo a bordo de otro gran cucuteño, Enrique Vargas Ramírez, en la Embajada en Caracas.

Las distinciones valoran, no solo por los logros profesionales y personales de los elegidos, sino porque destaca las virtudes y calidades personales del homenajeado y su compromiso con su terruño y con el mejoramiento de la calidad de vida de sus gentes.

Alberto tuvo ese compromiso que le merecía todas las distinciones en vida que le reconocimos en privado y que creíamos que lo haríamos alguna vez en público pero con él presente.

Pensando en Cúcuta, no dudó en ser parte de la Fundación Cultural  El 5 a las 5. Pensando en Cúcuta, estuvo en la Universidad Libre compartiendo su sapiencia con las nuevas generaciones.

Pensando en Cúcuta, era un invaluable consejero para todas las gentes en la administración municipal, desde su sobrino el Alcalde que tiene mucho de hechura suya, hasta el mas humilde de los funcionarios que buscara su consejo.

Y, en la tertulia del Ventura Plaza, donde compartía su gaseosa ½ litro con el que fuera llegando, se arreglaba el país, la ciudad y hasta la vida de los contertulios porque el rato era muy agradable.

Ese fue Alberto, un hombre culto, sencillo, preocupado por su terruño, pendiente de su familia, pendiente de sus amigos, por eso, su prematura e inesperada partida nos duele, nos duele como la de un ser querido porque puso en práctica en toda su extensión la definición de amistad: 

¨Es compartir, es una relación en la cual están asociados valores como la lealtad, la solidaridad, la sinceridad, la incondicionalidad, el compromiso y el afecto, entre otros, valores éstos que se cultivan con el trato frecuente y el interés por el bienestar recíproco¨.

Una buena amistad  como la de Alberto, complementa y enriquece, no solo en el intercambio de ideas, de información y sentimientos afectivos, sino también compartiendo buenos y malos momentos, triunfos y dificultades, éxitos y fracasos, todo eso lo hizo.

Tomando las palabras de Alberto Cortés, “Cuando un amigo se va queda un tizón encendido que no lo logra apagar ni las aguas de un río”. Siempre quedará encendido ese tizón en nuestros sentimientos y en la Fundación Cultural El 5  a las 5.

Por eso, la partida de este gran amigo, de este gran cucuteño, deja un gran vacío que no se entiende y es muy difícil de asimilar.

Comentarios

Hugo Espinosa Dávila.- ¨Fue para mí, sustento espiritual y emocional en muchas de las circunstancias privadas por las cuales acudí a él y era habitual que con expresiones anecdotarias y ejemplarizantes, me hacía razonar; creo también que muchos así conocimos a Lobito cuando en su procura acudíamos, pues al hacerlo reconocíamos en él, a pesar de su corta edad, al amigo probo y confidente, de buenas costumbres, de aura paternal, virtud que lo exaltaba para ser el primero de entre todos los iguales.¨

¨Se nos fue Alberto cuando más lo necesitamos, es una pérdida para la integración fronteriza que siempre oteó. Cúcuta perdió uno de sus más valiosos hijos, ejemplo de superación personal y de contribución desinteresada al desarrollo de la región.¨

Sergio Entrena López.- ¨Jamás le escuché alzar su voz al dialogar con argumentos y estaba muy informado de los temas de su predilección: la economía y la política, porque hablaba con conocimiento  y precisión bien fueran locales o regionales, del país o relacionados con su entrañable Venezuela.¨

¨…jamás le escuché expresión alguna de crítica infundada o comentario desapacible sobre ninguno.¨




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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