Gerardo Raynaud
Antes de la elección popular de alcaldes, éstos eran designados o nombrados por el respectivo gobernador, generalmente con el visto bueno de partidos y movimientos políticos quienes lo respaldaban o no, según sus conveniencias e intereses.
Hasta antes del llamado
Frente Nacional, los administradores territoriales eran de la misma filiación política
del gobierno central, lo cual conformaba la hegemonía gubernamental que
permitía una determinada orientación ideológica de la nación.
Como consecuencia de lo
anterior y como sucede en la mayoría de los países democráticos del mundo, cada
determinado tiempo, van ascendiendo al poder, grupos ideológicos que le
proponen a sus compatriotas, soluciones a sus más urgentes problemas con el fin
de ganar su favor en las elecciones.
Desde la misma creación de
los partidos políticos en Colombia, por allá a mediados del siglo 19, sus
representantes se fueron turnando en la administración del país y la falta de
madurez política aunado a las pretensiones de poder, originaron los conflictos
que conocemos como las ‘guerras civiles’,
que tanto dolor y desazón produjeron entre la naciente población.
Tuvo que transcurrir casi un
siglo para que la dirigencia política comprendiera el significado de la
verdadera democracia y avanzada la evolución de la administración pública, se
dio el primer paso a la consolidación de una fórmula que permitió el arraigo de
la convivencia política: el Frente Nacional.
Por el año sesenta y cuatro,
específicamente finalizando el mes de septiembre, siendo burgomaestre el doctor
Pablo Vanegas Ramírez, la junta liberal del barrio El Callejón acordó cursarle
invitación personal para que, de primera
mano, conociera de manera objetiva, los principales problemas que afronta uno
de los más antiguos sectores de la ciudad.
Además de copartidarios, el
invitado se hizo acompañar de los doctores Juan José Yáñez, Jefe del Plan
Regulador del Municipio y quien no podía faltar, el presidente del Directorio
Liberal Municipal, el reconocido dirigente Marco A. García Carrillo, quienes
aprovecharon su presencia para ganar algunos réditos en materia de política
electoral para los próximos comicios locales.
La visita comenzó a las cinco
de la tarde, pues todo el recorrido se haría a pie por las diferentes calles y
avenidas del barrio, donde mostrarían en detalle las dificultades y sus
posibles soluciones; por ello todos los funcionarios se presentaron con trajes
típicamente cucuteños, camisa sport y pantalón tropical, mientras que los
anfitriones se habían puesto sus mejores galas, pensando que el alcalde y sus
colaboradores se presentarían ídem.
El recorrido se inició desde
calle séptima con novena hasta la calle sexta donde se detuvieron para observar
el conocido puente del centenario más conocido entre nos, como ‘Puente de Oro’.
De allí recorrieron la calle
quinta para cruzar a la derecha hasta la avenida séptima, todo esto para
solicitar al administrador municipal, la próxima obra que esperaban los
lugareños, se iniciara lo más pronto posible: “el colector de aguas lluvias” de la calle cuarta con octava, así
mismo, se le solicitó la pronta pavimentación de la avenida octava de la calle
quinta hasta la calle cero.
Siguiendo el recorrido, en su
último tramo, donde pudieron apreciar el deplorable estado de las vías, los
funcionarios se detuvieron frente a la casa identificada con el 3-10 de la
avenida novena, cuya construcción se había terminado unas semanas atrás y
todavía estaban allí los escombros.
La extrañeza de los
visitantes se hizo mayor cuando supieron que los inspectores de construcción
del municipio no habían ejercido el control correspondiente, a lo cual el
alcalde se comprometió a enviar un inspector para que ordenara retirar de allí
la basura y que en caso de reincidencia aplicara la multa correspondiente.
Terminado el recorrido, los
miembros de la Junta invitaron a los funcionarios a reunirse en la casa de uno
de sus miembros, el señor Darío Guerrero, para levantar las actas donde quedarían
consignados los compromisos y posteriormente ofrecerles un sentido homenaje por
el interés que demostraron por el bienestar de la comunidad del barrio.
En resumen, en el acta quedó señalado lo
siguiente:
1. Iniciar la pavimentación de la avenida
novena de las calles sétima a la cuarta, por el sistema de valorización. Para
tal efecto, la Junta se ofreció a elaborar la lista de las personas que
estarían en capacidad de aportar los recursos necesarios para realizar la obra
y de llevarla al despacho a más tardar ese mismo fin de semana.
2. La inclusión en el presupuesto municipal
del año siguiente, de una partida para la construcción de una nueva escuela
para los niños del barrio, toda vez que la población estudiantil había
aumentado considerablemente y que en la actualidad, la existente no tiene la
capacidad suficiente para satisfacer las necesidades educacionales de los
nuevos integrantes y,
3. El arreglo del Puente del Centenario o
Puente de Oro o en su defecto, la construcción de uno nuevo, obras que
realizaría la Junta de Acción Comunal, con
recursos del municipio.
Terminada la redacción del acta, miembros
de la Junta y funcionarios municipales, en compañía de los personajes más
representativos del barrio entre los que se encontraban Víctor Julio Niño,
Gertrudis Contreras de Núñez, Luis María Pérez y Gladys Mendoza de Ramírez,
brindaron por el éxito que había sido la visita y agradecieron al alcalde por
su espíritu de colaboración y sencillez con que supo atender los problemas
presentados por los vecinos de ese tradicional barrio.
Lo que queda por confirmar es qué tanto de lo
prometido se cumplió efectivamente, pero eso quedará para una próxima crónica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario