sábado, 25 de julio de 2015

783.- VISITA AL BARRIO CALLEJON



Gerardo Raynaud




Antes de la elección popular de alcaldes, éstos eran designados o nombrados por el respectivo gobernador, generalmente con el visto bueno de partidos y movimientos políticos quienes lo respaldaban o no, según sus conveniencias e intereses.

Hasta antes del llamado Frente Nacional, los administradores territoriales eran de la misma filiación política del gobierno central, lo cual conformaba la hegemonía gubernamental que permitía una determinada orientación ideológica de la nación.

Como consecuencia de lo anterior y como sucede en la mayoría de los países democráticos del mundo, cada determinado tiempo, van ascendiendo al poder, grupos ideológicos que le proponen a sus compatriotas, soluciones a sus más urgentes problemas con el fin de ganar su favor en las elecciones.

Desde la misma creación de los partidos políticos en Colombia, por allá a mediados del siglo 19, sus representantes se fueron turnando en la administración del país y la falta de madurez política aunado a las pretensiones de poder, originaron los conflictos que conocemos como las ‘guerras civiles’, que tanto dolor y desazón produjeron entre la naciente población.

Tuvo que transcurrir casi un siglo para que la dirigencia política comprendiera el significado de la verdadera democracia y avanzada la evolución de la administración pública, se dio el primer paso a la consolidación de una fórmula que permitió el arraigo de la convivencia política: el Frente Nacional.

Por el año sesenta y cuatro, específicamente finalizando el mes de septiembre, siendo burgomaestre el doctor Pablo Vanegas Ramírez, la junta liberal del barrio El Callejón acordó cursarle invitación personal para que,  de primera mano, conociera de manera objetiva, los principales problemas que afronta uno de los más antiguos sectores de la ciudad.

Además de copartidarios, el invitado se hizo acompañar de los doctores Juan José Yáñez, Jefe del Plan Regulador del Municipio y quien no podía faltar, el presidente del Directorio Liberal Municipal, el reconocido dirigente Marco A. García Carrillo, quienes aprovecharon su presencia para ganar algunos réditos en materia de política electoral para los próximos comicios locales.

La visita comenzó a las cinco de la tarde, pues todo el recorrido se haría a pie por las diferentes calles y avenidas del barrio, donde mostrarían en detalle las dificultades y sus posibles soluciones; por ello todos los funcionarios se presentaron con trajes típicamente cucuteños, camisa sport y pantalón tropical, mientras que los anfitriones se habían puesto sus mejores galas, pensando que el alcalde y sus colaboradores se presentarían ídem.

El recorrido se inició desde calle séptima con novena hasta la calle sexta donde se detuvieron para observar el conocido puente del centenario más conocido entre nos, como ‘Puente de Oro’.

De allí recorrieron la calle quinta para cruzar a la derecha hasta la avenida séptima, todo esto para solicitar al administrador municipal, la próxima obra que esperaban los lugareños, se iniciara lo más pronto posible: “el colector de aguas lluvias” de la calle cuarta con octava, así mismo, se le solicitó la pronta pavimentación de la avenida octava de la calle quinta hasta la calle cero.

Siguiendo el recorrido, en su último tramo, donde pudieron apreciar el deplorable estado de las vías, los funcionarios se detuvieron frente a la casa identificada con el 3-10 de la avenida novena, cuya construcción se había terminado unas semanas atrás y todavía estaban allí los escombros.

La extrañeza de los visitantes se hizo mayor cuando supieron que los inspectores de construcción del municipio no habían ejercido el control correspondiente, a lo cual el alcalde se comprometió a enviar un inspector para que ordenara retirar de allí la basura y que en caso de reincidencia aplicara la multa correspondiente.

Terminado el recorrido, los miembros de la Junta invitaron a los funcionarios a reunirse en la casa de uno de sus miembros, el señor Darío Guerrero, para levantar las actas donde quedarían consignados los compromisos y posteriormente ofrecerles un sentido homenaje por el interés que demostraron por el bienestar de la comunidad del barrio.

En resumen, en el acta quedó señalado lo siguiente:

1. Iniciar la pavimentación de la avenida novena de las calles sétima a la cuarta, por el sistema de valorización. Para tal efecto, la Junta se ofreció a elaborar la lista de las personas que estarían en capacidad de aportar los recursos necesarios para realizar la obra y de llevarla al despacho a más tardar ese mismo fin de semana.

2. La inclusión en el presupuesto municipal del año siguiente, de una partida para la construcción de una nueva escuela para los niños del barrio, toda vez que la población estudiantil había aumentado considerablemente y que en la actualidad, la existente no tiene la capacidad suficiente para satisfacer las necesidades educacionales de los nuevos integrantes y,

3. El arreglo del Puente del Centenario o Puente de Oro o en su defecto, la construcción de uno nuevo, obras que realizaría la Junta de Acción Comunal, con  recursos del municipio.

Terminada la redacción del acta, miembros de la Junta y funcionarios municipales, en compañía de los personajes más representativos del barrio entre los que se encontraban Víctor Julio Niño, Gertrudis Contreras de Núñez, Luis María Pérez y Gladys Mendoza de Ramírez, brindaron por el éxito que había sido la visita y agradecieron al alcalde por su espíritu de colaboración y sencillez con que supo atender los problemas presentados por los vecinos de ese tradicional barrio.

Lo que queda por confirmar es qué tanto de lo prometido se cumplió efectivamente, pero eso quedará para una próxima crónica.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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