Olger García
Parque Cúcuta 300 Años
Alguna vez traje a colación en esta columna la adoración de los diseñadores
de obras públicas por instalar, generalmente en los parques nuevos o
remodelados, fuentes de agua para engalanar los mismos.
Pero una cosa es que sean vistosas y otras que sean prácticas, por lo menos
en nuestro medio. Ya estamos acostumbrados a que estas obras con fuentes de
agua instaladas sólo sirven el día de la inauguración y luego nos olvidamos de
su mantenimiento. Pruebas al canto:
En la administración del alcalde Ramiro Suárez Corzo se hizo una
intervención en la avenida Cero entre calle séptima y octava, la que incluyó
fuentes de agua en el separador del tramo intervenido, y sólo sirvió por unos
días.
Otro tanto sucedió en la esquina del parque de Telecom –Av. 0 con calle
10-, donde dichas fuentes estuvieron en funcionamiento unos días.
Igual suerte tuvo la fuente instalada en la Plazoleta Amelia, frente al
centro comercial Ventura Plaza, por la calle 10, la que data de la época en que
la estación de policía quedaba en el sector, y sólo sirvió en las pruebas
porque luego fue un basurero.
Parque de los Leones
Cuando el alcalde Donamaris Ramírez-París Lobo deje el cargo nos gustaría
saber qué sucederá con las fuentes instaladas en el “Parque Cúcuta 300 años”,
inaugurado el viernes 12 de diciembre de 2014, a las 07:00 de la noche y
ubicado entre las calles 8° y 9° con avenidas 1° y 2°, antiguo “hueco de
Bavaria”.
Ahora bien, “La Alcaldía mejorará los alrededores de todos los parques
instalando pisos en adoquín”.
La primera parte de la información nos produce inmensa alegría; pero la
segunda, nos pone a cavilar, porque una cosa es que el adoquín sea bonito y
otra que sea práctico. Pruebas al canto:
Avenida 0 entre Diagonal Santander y
Calle8ª
La misma intervención que se hizo en la avenida Cero entre calle séptima y
octava, donde se levantó la capa asfáltica para instalar tabletas, y hoy ese
piso, por el constante tráfico, tiene ondulaciones, huecos y tabletas partidas.
Ese será el mismo destino del adoquín.
Si el adoquín instalado en los condominios, donde sólo encontramos
vehículos familiares, se hunde y destruye, ¿cómo será en vías públicas de alto
tráfico, como los alrededores del parque Centenario, en Quinta Oriental?
La gracia de las obras públicas es que perduren; y los $1.050 millones que
dice tener la Administración para invertir en estas obras, “para seguir
embelleciendo las calles aledañas a los parques”, no pueden dilapidarse.
Además, en los últimos días La Opinión ha llamado la atención, con
fotografías incluidas, sobre lo que sucede en Atalaya y la reciente
remodelación del Paseo Rojo y Negro.
Paseo Rojo y Negro
Una de las notas dice: “Por lo menos un mes ha pasado desde que un tramo de
las losas de adoquín que tapizan el Paseo Rojo y Negro, en la ciudadela Juan
Atalaya, fuera levantado por vehículos pesados”.
¿Será mejor el asfalto duradero o el adoquín pasajero?
Recopilado por: Gastón
Bermúdez V.
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