sábado, 26 de diciembre de 2015

864.- PARROQUIA DE SAN RAFAEL ARCANGEL EN CUCUTA



Silvano Pabón Villamizar


Fue el puente de San Rafael sobre el río Pamplonita, en la salida Sur de la plaza de San José de Cúcuta, camino de Pamplona, el punto de referencia que pulsó la denominación y consecuente consagración de este nuevo curato urbano, erigido en 1951 bajo la advocación de San Rafael Arcángel.

Hasta 1940 el puente de San Rafael era aún de tablas sobre una estructura colgante, era de una sola vía y los usuarios debían pagar un pontazgo o peaje para cruzarlo. Este puente había sido destruido por la demoledora avalancha del río Pamplonita del 24 de octubre de 1886 y fue reconstruido en 1888, año en que se le cambió el nombre de “Puente Cúcuta” por el de “Puente San Rafael”.

A mediados del siglo XX el barrio San Rafael contaba con una sola vía principal, la Avenida Primera, que en aquel tiempo era empedrada y se le llamaba avenida Olaya Herrera.

En la parte norte del barrio, frente al Templo Parroquial, se encuentra el parque José Eusebio Caro, mejor conocido como parque San Rafael.

En el Barrio San Rafael se localizaba una de las principales estaciones del ferrocarril, la denominada Estación Sur, cuyo edificio aún se conserva. De esta estación salía la Línea Sur del Ferrocarril de Cúcuta con dirección a la ciudad de Pamplona, llegando hasta la estación de El Diamante.

Este vecindario de San Rafael se había hecho muy próspero, rodeado de otros barrios y con un amplio territorio rural, propusieron a su prelado los erigiera en parroquia formal, solicitud atendida por Monseñor Rafael Afanador y Cadena, Obispo de Nueva Pamplona, quien expidió su título de erección parroquial, mediante el Decreto Episcopal 361 del 6 de enero de 1951, segregando su feligresado de la parroquia de San José, e instituyendo así el nuevo curato.

Se daba institucionalidad religiosa a un amplio vecindario, asentado a la luz del puente de su mismo nombre.

Decreto de Erección de la Parroquia de San Rafael, María Santísima del Rosario de Fátima

Nos, Rafael Afanador y Cadena, por la Gracia de Dios y de la Santa Sede, Obispo de Nueva Pamplona,
CONSIDERANDO:

1º. Que el deber nuestro según los cánones 1427 y 1428 proveer a la conveniente administración de las parroquias de la Diócesis;

2º. Que debido a la densidad de la población de la parroquia de San José de Cúcuta el Venerable cura de San José de Cúcuta nos ha pedido su decisión (sic) para que se erija otra parroquia.

3º. Que a los vecinos de la parroquia del Rosario que moran en las fracciones del Pinar del Río, Los Patios, Pisarreal, Pozoclaro, Los Vados, La Garita, Hobos y Colchones se les facilita más ir a Cúcuta que al Rosario.

4º. Que tanto estos vecinos como los de los barrios de Puente Barco, La Cabrera, Cuberos Niño, Santo Domingo, Avenida Olaya y San Rafael, y las fracciones de El Pórtico, San Pedro y Aguasucia, pertenecientes a la parroquia de San José, nos han pedido la creación de una nueva parroquia y se han comprometido a contribuir generosamente al culto divino y a la congrua sustentación del párroco, oídos los párrocos interesados y a nuestro Venerable Capítulo Catedral, DECRETAMOS:

Artículo 1º. Sepárese de las parroquias de San José de Cúcuta y El Rosario un territorio alinderado así:

Por el Norte con la parroquia de San José por el medio de la Calle 18 hasta el cruce de la Avenida 9ª, y con la parroquia del Perpetuo Socorro, desde ese punto a la piedra de “El Galembo”, y de ahí, línea recta hasta la línea divisoria de los barrios Alfonso López y Cuberos Niño;

Por el Occidente con la parroquia del Perpetuo Socorro, por los actuales límites de los barrios López y Cuberos Niño, línea recta al sur hasta dar con los límites de la parroquia de Durania por la cordillera;

Por el Sur, desde ese punto volviendo al Oriente por todo el límite de las parroquias de Durania y La Donjuana y por la quebrada “Tecarena” hasta encontrar la cuchilla de Palogordo; por el Oriente con las parroquias de El Rosario y San Luis, por toda la cuchilla que limita con Palogordo, y;

Por el Oriente, territorio que comprende las veredas de La Garita, Hobos y Colchones, Pozoclaro, Vados, Pisarreal, Los Patios, Pinar del Río a dar con el alto del Cují y de allí al Puente de San Rafael sobre el río Pamplonita, y éste abajo hasta el punto de intersección con la Calle 18, punto de partida.

Artículo 2º. Eríjase una nueva parroquia en el mencionado territorio con el título de San Rafael Arcángel y bajo el patrocinio de la Santísima Virgen del Rosario de Fátima, la cual estará completamente separada y tendrá todos los derechos, preeminencias y privilegios que por derecho común y usos legítimos compete a nuestras parroquias.

Artículo 3º. Inscríbase este decreto en el Libro de Actas de la nueva parroquia y publíquese en las iglesias parroquiales de San José y El Rosario en dos días festivos, a la hora de la Misa Parroquial.

Dado en Pamplona, en la fiesta de la Epifanía del Señor, 6 de enero de 1951. (L.S.) + Rafael, Obispo. Manuel Sorzano, Canónico Secretario.

La parroquia de San Rafael tiene como advocación religiosa al Arcángel San Rafael, como recuerdo de la destrucción del puente ocasionada por la violenta inundación del Río Pamplonita del 24 de Octubre de 1886, fecha en la cual, según el calendario eclesiástico tradicional, se celebraba aquel día la fiesta de San Rafael Arcángel.

Actualmente, en el nuevo Santoral Católico, el día de San Rafael Arcángel es celebrado el 29 de Septiembre; es decir, es el día y fiesta patronal del barrio y su parroquia.

Además de la advocación de San Rafael Arcángel, esta parroquia está bajo el patronato de la Santísima Virgen del Rosario de Fátima. El culto, fiesta y veneración a esta advocación mariana se realiza por separado.

El párroco fundador de la Parroquia de San Rafael fue el presbítero doctor Eduardo Trujillo Gutiérrez, emérito intelectual e historiador, quien trabajó arduamente para lograr la erección parroquial de la comunidad de San Rafael, la adjudicación de los terrenos necesarios para la construcción del Templo Parroquial; acciones y luchas por las que hoy aún se le recuerda con gran afecto, tanto por los habitantes del barrio San Rafael como por sus vecinos de los barrios de Santo Domingo y Cuberos Niño, entre otros.


La Fabricación del Templo Parroquial de San Rafael

Fue una obra que inició con grandes dificultades, empezando por la consecución de los terrenos como por los recursos para construir.

Los primeros oficios litúrgicos y administración de sacramentos se dieron en un aula de la Escuela San Rafael, la cual aún estaba en construcción.

El párroco vivía como cualquier hijo de vecino en una casa ubicada en la “Vuelta del Molino” frente a la Bomba Texaco.

Para la construcción del templo se eligió un lote ubicado al norte de la quinta de Don Manuel Villa Valero. Era un terreno firme a una distancia de 250 metros del río, equidistante entre el puente San Rafael y la Calle 18, límite de la parroquia, frente a los barrios obreros de El Arenal, Puente Barco, Cabrera, Cuberos Niño y Santo Domingo. Era el sitio ideal.

El alcalde de Cúcuta decretó la expropiación de aquellos terrenos, declarándose la propiedad de utilidad pública, no sin antes darle la suma de $15.000,00 a su dueño original.

Luego, en junio 1º de 1951 se firmó un contrato con el Ingeniero Noriega por $12.000,00 pesos para la construcción de la primera capilla, la cual sirvió para la administración de sacramentos y oficios religiosos durante ocho años.

Se localizaba en el mismo sitio donde hoy se halla el actual templo. La construcción de esta capilla duró seis semanas y el 16 de Julio del mismo año se estrenó con la bendición y el traslado del Santísimo de la escuela al nuevo templo.

Esto alegró enormemente a los vecinos de la parroquia, porque por fin veían realizado el proyecto de tener su iglesia, al tiempo que recordaban las palabras del padre Guillermo Blanco, quien alguna vez en cierta procesión les dijera que “esta parroquia se funda en medio de los mayores sacrificios, por eso Dios la bendecirá visiblemente”. Con la inauguración de la capilla los feligreses veían cumplidas dichas palabras.

El mismo Ingeniero Noriega fue el encargado de construir la Casa Cural, la cual se estrenó el 13 de mayo de 1952. Su construcción fue posible gracias a un crédito otorgado por el Instituto de Crédito Territorial, el cual se amortizaba con cuotas de $132,00 pesos mensuales.

La edificación del templo motivó a los residentes de barrio San Rafael, a todos sus vecinos, para aunar esfuerzos en la consecución de los recursos necesarios para la finalización de esa obra, tan importante para toda la comunidad.

El Padre Eduardo Trujillo escribió el libro de actas y hechos de la parroquia, donde se registró el movimiento de sus rentas y los dineros invertidos. En el año de 1960, relataba la situación financiera en estas palabras:

“las rentas las constituyen la oblación y las limosnas. La oblación dio la suma total de $4.022,00 pesos; los domingos las limosnas oscilan entre $70,00 y $90,00 pesos, de ahí se saca para mil hojas del domingo, y el pago de empleados así: cuatro acólitos $5,00 pesos cada uno, y sacristán $60,00 pesos, un corista $100,00 y para la oblata como es el vino, cera y hostias al mes por un valor de $80,00 pesos”.

Entre las obras de relevancia que se ejecutaron se halla el bautisterio, ubicado bajo una de las torres del templo. Se adecuó y dotó de todos los elementos y decoro para oficiar allí el “Sagrado Sacramento del Bautismo”.

Se ha llevado celoso recuerdo y significación por la historia de la pila bautismal, la cual se dice fue traída del Exterior por el Padre Demetrio Mendoza para el templo de San José, y, por alguna razón se donó y traslado a esta nueva iglesia parroquial. Es una pieza de arte sacramental muy estimada por los cucuteños.

El Maestro Mariño la restauró y reacondicionó para la instalación en su nuevo sitial de servicio sacramental y litúrgico.

El Padre Guillermo Blanco organizaba bazares, con cuyo producido se compró una máquina para proyectar cine. Las funciones cinematográficas se daban de ordinario los domingos, y sus utilidades o recaudo estaban destinados a la fábrica del templo parroquial.

Estos bazares eran muy concurridos y se realizaban en el parque José Eusebio Caro, conocido en esa época como “Plaza Caro”.

Aquel párroco realizó muchas labores sociales, entre ellas el “Aguinaldo del Niño Pobre”, mejoró los servicios de “Cáritas”. Estableció consulta médica barata, donde se entregaban los medicamentos por medio de las Hermanas Juanistas.

En el plano puramente litúrgico y pastoral, trajo el Padre Guillermo Blanco en la Semana Santa de 1962 unos misioneros o predicadores de la congregación de los “Pasionistas”, quienes impulsaron los niveles de reflexión y fervor cristiano entre los feligreses.

La obra o fábrica del templo parroquial de San Rafael, como toda iglesia que pretendió monumentalidad, decencia y grandeza arquitectónica, demandó de ingentes esfuerzos en su construcción.

Numerosas vicisitudes tuvieron que ser superadas, tanto por los feligreses como por sus párrocos, hasta tener hoy terminado el recinto sagrado que en una mezcla de estilos mosárabes y cristianos modernos, engalanan la arquitectura religiosa de la también moderna ciudad de Cúcuta.

Así pues, sus vitrales fueron hechos en Medellín con un costo de $571.450,00 (20 unidades), traídos por el Señor Oscar Pérez. Los pisos se hicieron de mármol y granito fueron costeados con un auxilio de Adveniat de la República Federal de Alemania. Las pinturas en graniplast fueron aportadas por don Gustavo Pérez, propietario de CORPLAST. El granito y la obra de mármol fueron realizados por el señor Fabio Arboledas con un costo de $1.760.000,00 pesos. El altar, el ambón y el altar del Santísimo fueron traídos de Bucaramanga.

Y, finalmente el templo parroquial de San Rafael Arcángel fue consagrado por Monseñor Alberto Giraldo Jaramillo, Obispo de la Diócesis de Cúcuta, el 27 de Septiembre de 1987.

Hechos Notables en la Parroquia y la Construcción del Templo


El proyecto inicial era la construcción de una basílica, lo cual fue abandonado por los altos costos que acarreaba. Sin embargo, para el decoro y solvencia de la obra del templo se trajo de Bogotá al arquitecto, Doctor Jesús A. Molina, especializado en construcción de templos y arquitectura religiosa.

Dicho doctor realizó unos planos donde reduce ostensiblemente el proyecto inicial. El diseño elaborado y presentado en una nueva maqueta gustó a los vecinos del sector. Los costos de estos planos fueron sufragados por el doctor Senén Botello, haciéndose acreedor de la eterna gratitud de la parroquia.

El padre Guillermo Blanco hizo un contrato con el maestro Pablo E. Rey Ortiz para la construcción de un arco y 324 m2 de bóveda, por $28.860,00 pesos. Aparte se pagó la construcción de los andamios en ladrillo por $4.000,00 pesos. Estos gastos se cubrieron con la venta de un lote en $10.000,00 pesos, un auxilio del municipio de $10.000,00 pesos, y con el dinero de otras donaciones de las cuales hay constancia.

Ante los problemas económicos presentados para continuar las obras del templo, el Obispo de Cúcuta, Monseñor Pablo Correa León y el presbítero Guillermo Blanco, motivados por la visita a Cúcuta de la milagrosa imagen de Nuestra Señora de Torcoroma de Ocaña, propusieron a la colonia ocañera, el proyecto de terminar el templo de San Rafael para dedicarlo a advocación de su pueblo, la cual sería ampliamente venerada en esta parroquia.

El proyecto fue aceptado y se constituyó una Junta de la colonia Ocañera, presidida por don Manuel Jaramillo Cabrales. Se presentaron nuevos planos elaborados por el doctor Francisco Sayago. A finales de 1965 se terminó la primera parte del proyecto. Los gastos de la obra fueron cancelados por los ocañeros y por auxilios departamentales.

El nuevo templo, según aprobación llegada de Roma, se llamaría “Parroquia de San Rafael de Torcoroma”, tendría como titular a Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma.

El cuadro de la Virgen de Nuestra Señora de Torcoroma, el que fuera venerado en un comienzo en el templo de San Rafael, fue cedido por la Iglesia de San Antonio, a petición de la colonia ocañera.

Luego, el 26 de Febrero de 1966 el Obispo de Cúcuta, Monseñor Pablo Correa León, dio posesión de la Parroquia a los religiosos de la Compañía de María, llamados Padres Montfortianos. Y, el 3 de Diciembre de 1967 fue traída la imagen auténtica de la Santísima Virgen de Torcoroma desde Ocaña, acompañada de un gran número de fieles y con la presencia del Obispo de la Diócesis de Ocaña, Monseñor Rafael Sarmiento Peralta.

Así, la Virgen de Torcoroma de Ocaña quedó como patrona del Templo y el Arcángel San Rafael como titular advocación de la Parroquia.

En visita pastoral realizada por Monseñor Pablo Correa León, entre Julio 17 y Agosto13 de 1968, a la parroquia de San Rafael, el Prelado manifiesta su satisfacción por los adelantos logrados en la construcción del templo, por la colaboración de la colonia Ocañera de la ciudad y de los vecinos de la Parroquia.

Señalaba que aún le faltaban elementos en la dotación parroquial, como lo eran: bancas, el Viacrucis, la terminación del Altar Mayor, algunas instalaciones eléctricas, las imágenes de la Virgen de Torcoroma y de San Rafael Arcángel, y la conclusión del bautisterio, además de necesitar mayor seguridad.

En aquella misma ocasión, el obispo rehabilitaba las capillas filiales o auxiliares construidas en barrios y veredas, donde los vecinos de los lugares más lejanos podían tener acceso inmediato a los servicios religiosos.

Estas capillas eran: La capilla de La Garita, la de San Pedro, la de El Pórtico, la de Canoitas y la de Pisarreal.

Aclara que los salones utilizados como capilla, pueden ser utilizados para prestar servicios sociales como de salud o para capacitación.

Finalmente es de notar que de la antigua parroquia de San Rafael se han segregado otras parroquias, como la de San Juan María Vianney, integrada por la población de todo el barrio Cuberos Niño y la mitad de Santo Domingo y La Cabrera; la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, a la cual se dio más de la mitad del Barrio Blanco. Estas segregaciones comenzaron a darse por el año de 1960.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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