sábado, 2 de enero de 2016

867.- LA HISTORIA DEL PUENTE SAN RAFAEL



Silvano Pabón Villamizar


Este puente sobre el río Pamplonita fue construido entre 1836 y 1837, bajo la Presidencia del General Francisco de Paula Santander, para comunicar a San José de Cúcuta con la Villa del Rosario, justo en el paso del Pinar del Río.

En 1859 se le hizo la primera reconstrucción por los ingenieros italianos Martelli y Cherubini, pero muy pronto fue semidestruido por una creciente del río ocurrida en 1861.

En 1864 el puente estaba a cargo de la empresa “Puente de Cúcuta”, bajo la gerencia de Don Aurelio Ferrero, quien contrató la segunda reconstrucción con Don Jaime Fossi y Francisco de Paula Andrade, ambos de origen extranjero.

Pero la historia se repitió, una vez entregada la obra, venían las crecientes del río y la estructura se averiaba, tal como ocurriera en 1865; y aunque lo mantuvieron funcionando, una crecida del caudal a manera de avalancha, ocurrida en 1869, lo destruyó por completo.

El puente se iniciaba cerca de la puerta principal de la Casa Grande, hacienda propiedad de la Familia Unda Ferrero (actualmente la casa del niño) y al otro lado se encontraban los cañaverales pertenecientes a la Hacienda “La Rinconada”, propiedad de la Familia Canal Sorzano.

Cerca de la puerta existía una compuerta de donde salía un delgado arroyo que daba origen a la llamada Toma Pública que abastecía de agua para doméstico de los habitantes de San José de Cúcuta.

Bajaba por la actual Avenida Primera a dar a la “Vuelta de La Laja” y de allí al lugar donde queda hoy la Bomba Texaco, a partir de allí entraba en un canal cubierto que se encontró en el antiguo hospital San Juan de Dios durante la restauración para ubicar allí la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero.

En 1870, luego de la fuerte avalancha de 1869, la Gobernación del Departamento Nacional de Santander, Despacho de Hacienda – Bucaramanga, concedió un privilegio para la reconstrucción del puente Cúcuta al Señor Vicente Frontero, residente en esta ciudad, y “poseedor de los derechos adquiridos por la persona, ha tomado a su cargo la construcción y reconstrucción del puente denominado de Cúcuta sobre el río Pamplonita, en el paso que queda entre San José y El Rosario (Código de Fomento, 1870), esta concesión se firmó por medio de apoderado legalmente constituido como consta en el Archivo de la Notaría Segunda, instrumento número 318, del libro de Protocolos de 1870, según las leyes vigentes en el Departamento para reconstruir el mencionado puente “Cúcuta”, sobre el río Pamplonita y en la ciudad de San José; el mismo que fue en parte demolido por la avenida de aquel río, ocurrida el 24 de octubre de 1869” (AHNC, 1870).

El Señor Frontero ofreció “comenzar la obra tan pronto como lo permita el descenso de las aguas, y se comprometió a entregarlo al uso público, a más tardar, en el término de dos años” (AHNC, 1870).
Como era de rigor a la solicitud le adjuntaron los documentos: una certificación expedida por el Prefecto de la Provincia de Cúcuta y una información de nudo hecho practicado ante el funcionario, con las cuales comprueba el peticionario la necesidad de la reconstrucción del “Puente Cúcuta”.

Para aquella época las obras civiles podían ser usufructuadas por personas particulares, quienes aseguraban su mantenimiento por medio del cobro de peaje, durante unos 25 años, otorgado por el gobierno correspondiente.

Se trataba de una suerte de concesión con particulares para la realización de obras civiles como caminos y puentes, para lo cual se instauraba el recaudo o cobro de peajes y pontanzgos.

En uno de los artículos de aquella resolución de privilegio, manifiesta el Señor Gobernador que declaraba al Señor Frontero “en posesión legal del privilegio que se le había otorgado por el término de 25 años, autorizándolo para cobrar los derechos de tránsito por dicho puente:

Por cada persona de a pie, dos y medio centavos (un cuartillo); por cada carga sobre lomo animal o por cada persona a caballo, 5 centavos; por cada cabeza de ganado vacuno, caballar, lanar, dos y medio centavos; y por cada persona con maleta cuyo peso exceda de 25 kilos, 5 centavos”.

Con el Terremoto de Cúcuta de 1875 el puente fue reedificado por el ingeniero Francisco de Paula Andrade y costeado por Don Vicente Frontero, quien aún tenía el privilegio de peaje por el mismo.

El puente siguió siendo destruido por las avalanchas de río Pamplonita. Hubo una de tal magnitud el 24 de octubre de 1886 que lo dañó por completo, en virtud de lo cual el Gobernador del Departamento de Santander volvió a conceder a Don Vicente Frontero autorización suficiente para reconstruir el antiguo “Puente Cúcuta”.

En 16 de octubre de 1888 el Gobierno Departamental promulgó una resolución por medio de la cual se cambió el antiguo nombre de “Puente Cúcuta” por el de “Puente San Rafael”, como recuerdo perdurable de la fecha de su destrucción a causa de una gran avalancha del río Pamplonita, acaecida el en la fecha mencionada.

El nombre de San Rafael caló de inmediato en la población, incluso se inició la localización de algunas viviendas en el sector.

Sin embargo, poco después el puente fue vendido a un señor de apellido Amirantti, quien lo traspasó por venta a don José Rafael Unda, terrateniente del lugar.

En sus dos extremos había un centinela, quien se comunicaba por un timbre para anunciar a los peatones y transportadores de mercancías que necesitaban el servicio de paso y traslado de bienes por el puente.

El usuario del puente estaba obligado a contribuir con un peaje o pontazgo, el cual era recaudado por un funcionario dispuesto para ello.

Este puente de San Rafael, que aún era de madera, fue comprado en 1933 por el Gobierno Nacional a los herederos de don José Rafael Unda por quince mil pesos ($15.000), según lo referencia Don Antonio García Herreros (1975), y sirvió hasta inicios de la década de 1940.

Como consecuencia de nuevas arremetidas del río, debió ser reconstruido, pero esta vez en concreto por el ingeniero Rafael Betancourt, adaptándolo al servicio de transito de toda clase de vehículos.

Como dato curioso, el Presidente Eduardo Santos lo rebautizó con el nombre de “Puente Benito Hernández Bustos”, mientras que el Consejo Municipal de Cúcuta lo había denominado “Puente Eduardo Santos”, pero para la comunidad regional sigue llamándose puente de San Rafael.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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