Silvano Pabón Villamizar
La historia de la parroquia va indefectiblemente unida
a la del barrio Sevilla y las comunidades que lo integra. Para comprender la
importancia de esta parroquia es necesario recordar el origen del Barrio.
Como se ha mencionado en otros escritos de esta serie
sobre las parroquias y los barrios de la ciudad, la mayoría de los
asentamientos humanos que configuran el mosaico urbano de Cúcuta contemporánea
se ubican en espacios que hasta hace poco más de 30 años eran la periferia de
la ciudad, y se generaron como producto de invasiones a terrenos privados o de
la ocupación de los últimos ejidos de la ciudad primigenia.
Los orígenes del asentamiento que dio inicio al barrio
Sevilla datan de las dos últimas décadas del Siglo XIX, cuando se construyó el
tramo del ferrocarril que desde Puerto Villamizar llegaba a la Estación
principal o Estación Cúcuta (actualmente Central de Trasportes).
Algunos de los habitantes más antiguos cuentan que en
aquel entonces los operarios del ferrocarril, para estar más cerca de los
sitios de trabajo, iniciaron el proceso de invasión del sector aledaño a la
estación principal o Estación Cúcuta.
En los documentos oficiales se señala cómo fecha de fundación
o institucionalidad del barrio los años de 1929 y 1930.
El poblamiento ilegal de estas tierras comenzó en la
parte de los cerros y luego continúo en la parte plana, los invasores se
apropiaron de amplios lotes donde construyeron las viviendas y los
solares donde algunos de ellos criaban cerdos, cabras, burros, mulas y vacas.
Con el tiempo estos lotes fueron fraccionados y
organizadas las cuadras, pero no como las cuadrículas del resto de la ciudad
planeada, sino con mucha dificultad por la infinidad de callejones procedentes
del cerro.
El anecdotario popular cuenta que en la época del tren,
alrededor de las 4 de la tarde las gentes acudían hasta la estación a comprar
pescado fresco de muy buena calidad a dos centavos la sarta.
También se cuenta que el sitio denominado la X Roja
lleva este nombre a razón de que el dueño del establecimiento ubicado allí,
observando que su establecimiento quedaba en un sitio donde se distribuían
cuatro carreteables, sugirió que se le colocara el nombre de la letra que se
cruza o palitos atravesados (X), y roja porque en esos días subió a la
presidencia Enrique Olaya Herrera (Liberal).
Las primeras construcciones fueron hechas con material
de reciclaje como cartón, paja, madera y generalmente de bahareque. Estas habitaciones
eran puestas al servicio sin estar concluidas en su totalidad.
Luego se generalizó el material de adobe (barro
prensado sin quemar) y el techo de teja. La mayoría de sus casas son de
construcción antigua, aunque buena parte del barrio ha sido modernizado con
construcciones de ladrillo y cemento.
El denominado “Patio del Gol” es el sitio donde en la
actualidad está construido el templo y la casa cural, en esa época era un
centro recreativo donde los vecinos se reunían en los ratos libre y organizaban
concursos de trompo, runcho, coca, la turra, fútbol y otras actividades
recreativas tradicionales.
Para calmar los ánimos y limar las asperezas de la
violencia bipartidista, en el sector se organizó una junta cívica con paridad
política, mitad conservadora y mitad liberales; por lo que muy jocosamente
comentó don Abdón González, el llamado Frente Nacional nació en Sevilla.
Sus habitantes han tenido desde mediados del siglo XX
como principal fuente de trabajo el matadero municipal, el Tejar de Pescadero y
algunas fábricas de calzado que desafortunadamente están en extinción.
Actualmente hay comercios de todo tipo en la avenida 7ª
pues es el corredor entre el centro de la ciudad y el aeropuerto Camilo Daza y,
por su cercanía a la Terminal de Trasportes, tienen su asiento algunas empresas
de transporte, ventas de materiales de construcción y talleres de reparación de
automotores.
Como todo conglomerado humano latinoamericano, por
herencia católico, requiere dentro de su organización social recibir “pasto
espiritual” y esto se traduce en la presencia de la Iglesia que para los
pobladores aporta paz y apoyo espiritual.
Esta necesidad se suplió con la erección en 1952 de la
Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria en el barrio Sevilla. Su primer sacerdote
fue el padre Ángel Ramón Clavijo Suárez, impulsor y organizador de la parroquia
y la construcción del templo.
En la memoria del Padre Clavijo están los sucesos
ocurridos durante la construcción del templo.
Recuerda que “El
barrio Sevilla pertenecía a la parroquia de San Antonio, que era muy extensa y
no podía atender los barrios distantes. Sevilla era un barrio apartado y con
una densa población. Sus habitantes deseaban un templo parroquial.
Una comisión de vecinos presidida por el líder cívico
Anastasio Ramírez, viajó a la ciudad de Pamplona a mediados de 1951, con el fin
de solicitar al Obispo de la ciudad Monseñor Rafael Afanador y Cadena la
erección de la nueva parroquia. La petición fue aceptada.
La parroquia fue erigida por decreto número 367 de
enero 30 de 1952, y fui nombrado párroco fundador en la misma fecha”
.
Con el presbítero Daniel Jordán Pabón, vicario foráneo
y párroco de San José, solicitaron al municipio de Cúcuta la donación del
terreno indispensable para la construcción del templo, casa cural y local para
labores pastorales y sociales.
El alcalde en ejercicio Doctor Manuel Jordán Pabón
decretó la donación del lote solicitado.
El día 20 de julio de 1952 Monseñor Norberto Forero y
García, Administrador Apostólico de la Diócesis de Pamplona, bendijo la primera
piedra del nuevo templo. Estuvo acompañado por el doctor Oscar Vergel Pacheco,
gobernador de Norte de Santander, el Señor Alcalde de Cúcuta, varios sacerdotes
y la comunidad del barrio Sevilla.
Es necesario señalar que para los gastos de la
construcción del templo no se recibió ningún auxilio oficial. Los fondos se
recogieron con mucho esfuerzo y sacrificio, porque la comunidad era muy pobre,
se organizaron bazares, rifas, colectas personales, programas taurinos, proyección
de películas y se recibieron donaciones particulares y se instaló un kiosco de
comidas y bebidas que funcionaba todos los domingos.
A pesar de todas las limitaciones, el templo se
construyó en un tiempo record de dos años.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
Buena reseña histórica de Cúcuta y sus barrios. Cúcuta es y será grande por siempre gracias con esto uno quiere más su terruño
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